Prologo [Editado]: El final de una historia.
Hace mucho tiempo, cuando los dioses se encontraban realizando una de sus grandes creaciones, el mundo. Las diversas criaturas que lo habitarían, las razas inteligentes, hijas directas de los dioses que representarían su voluntad como palabra en su creación, aunque surgiría una gran problemática a raíz de ello, sus creaciones resultaban imperfectas, sin razonamiento ni voluntad propia, carecían de una chispa que les permitieran crecer por sí mismas, tomar decisiones y expandirse sin depender totalmente de sus creadores, los dioses. A raíz de este problema se dio forma a aquello que brindo de vida aquellos cascarones vacíos que eran sus creaciones, el ego, un peligroso elemento que de no ser bien controlado podría ocasionar la destrucción absoluta de todo aquello que los dioses habrían trabajado. Los dioses al enterarse de las consecuencias que aquello podría tener decidieron crear una idea y concepto que ni siquiera ellos estaban seguros ser capaces de lidiar por completo.
La verdad. Una absoluta fuerza la cual poseía una incalculable importancia, decidieron utilizar todos y cada uno de los aspectos de la gran creación para darle forma a su contenedor en consecuencia para llenar aquel enorme y absoluto vacío en su interior utilizador el poder de cada estrella en el cosmos, cada planeta y polvo estelar que pudieron encontrar, dándole forma a no solo una idea sino una fuerza tan importante como el mismo tiempo o espacio, el detalle y ultimo pilar para su gran obra.
La verdad, solo la poseían las divinidades y con ella. Se buscaba que ninguna guerra ni conflicto fuera llevada a cabo con la misma presente, la gran falla que sus creaciones poseían fue removida por completo, aun así, había un ser que observaba todo con desprecio e inconformidad, aquel "ser" que junto a las divinidades realizo la gran creación se opuso a darle forma a algo tan poderoso y complejo como lo vendría siendo la verdad. Aquello arruinaría todo el propósito original por el cual se habían esforzado tanto y crear una fuerza tan poderoso como poco entendida por ellos podría suponer un peligro para ellas, las divinidades, aunque su voz fue pasada por alto ante su entusiasmo por darle forma a algo nunca antes visto. Aquel ser se sintió inconforme, como ofendido por las demás divinidades. Tras terminar con la gran creación la mayoría de los dioses decidieron descansar en el cosmos, pues inclusive para ellos el crear todo lo que existía resulto ser agotador y requerir un gran esfuerzo.
Ante su descuido, este ser aprovecho para demostrar a todas las demás divinidades que no se encontraba equivocado, por lo cual cuando los demás dioses dejaron de observar la verdad, este "ser"< la hurto.
En un arrebato el ser decidió hacer el mayor acto de maldad conocido en toda la historia, corrompió cómo fragmento la verdad y arrojo sus pedazos por toda la tierra, Así es como nació la absoluta y total maldad que hasta la actualidad atormenta al mundo.
"Con esto le enseñare la verdad imperfección de sus hijos" — Pensó aquel ser.
Las primeras razas nacidas de los dioses, se encontraron con estos fragmentos, creyendo que sus deidades les habrían brindado la verdad absoluta, todas se autoproclamaban ser los portadores de la Verdad original y acusaron de Farsantes a aquellos quienes también proclamaban lo mismo. Aquello que los dioses buscaron evitar, fue impulsado por su propia creación. Las guerras en nombre de sus verdades no tardaron en crearse, utilizando a sus dioses como razón para continuarlas y despreciando a los demás por prolongarlas. Las diferencias dividieron al mundo y lo sumieron en lo más profundo de la oscuridad. Cuando los dioses recuperaron la fuerza suficiente como para ver en lo que se había convertido su creación perfecto aquel ser hizo acto de presencia.
Ustedes sobreestimaron a sus creaciones. — Exclamo aquel ser enseñándole a los dioses su "Obra" con entusiasmo.
Los dioses miraron.
Nuestra gran obra ha sido manchada. — Exclamaron los dioses.
¿Qué hicieron los dioses?
Cada dios decidió hacerse cargo. Las guerras terminaron y una nueva era de paz volvio a formarse.
Así es como termina una historia y comienza una nueva.
————
Las flamas se extienden en los alrededores, el galopar de caballos previeron la llegada de soldados de armadura celeste, estandartes los cuales se encontrarían enganchados a altas banderas se dejarían notar tras estos mismos, el símbolo que portaban estos eran claros dejándose ver un paisaje repleto de árboles y montañas en el alba, en el centro de este símbolo un la silueta de un Ave adornaría aquel paisaje. Denotando la clara aparición de la hermandad de Spix, sus ostentosas armaduras resonarían en un solo y organizado rugido metálico al marchar, sus hombres eran reconocidos como temidos debido a su disciplina, recursos como soldados entrenados, aunque una de sus mayores características a destacar era aquel temple frío como el hielo que tanto les caracterizaba.
Necesito un reporte de lo que está sucedió aquí. — Exclamó un hombre sobresaliendo del resto de soldados, su armadura poseía distintos rasgos a la de los demás, cerca de su pecho un gran cristal escarchado era visible, este emitía pequeños destellos radiantes que iluminaban su armadura como rostro.
El ambiente se encontraría manchado con el hedor a sangre y muerte, era claro que habrían llegado bastante tarde a lo que sea que había sucedido con aquel remoto pueblo, aunque no habría que ser mínimamente inteligente para suponer lo que sucedió allí. El caballero avanzaría con lentitud mientras sus hombres se dispersaban por los alrededores en busca de rezagados o moribundos, aunque resultaba poco probable el que alguien podría encontrarse vivo de entre tantas pilas de cuerpos.
General Astolf, hasta ahora la única información que hemos obtenido al respecto es poco clara, algunos exploradores como campesinos reportaron el olor a ceniza desde la lejanía. — Un soldado de armadura azul rey se acercaría al llamado General Astolf. — En un principio creímos que se trataba de algún incendio. Aunque esto, es totalmente distinto a uno, no parece haber sido ningún asalto, no se llevaron ningún objeto de valor ni tampoco parece que alguna de las estructuras principales fueron atacadas.
Esto es raro, sin saqueos, ni siquiera se tomaron la molestia de llevarse a los ciudadanos como esclavos ¿acaso quisieron haber dado un mensaje? No, en todo caso hubieran hecho un ataque más vistoso, con la guerra al sur hay muchas más cuidados importantes a las cuales poder atacar.
Los pensamientos de Astolf serian acompañados por la escena ante sus ojos, cuerpos dispersos de manera aleatoria por las calles llenas de ceniza y polvo, observaría como diversos soldados arrastrarían los cuerpos de aldeanos muerdos para empezar a apilarlos preparado para pasar a través del inferno. Todos parecían heridos en puntos vitales, inclusive los niños y mujeres, sus cuerpos únicamente eran carne muerta ahora, los ojos azules y cansados de Astolf únicamente se pasarían por los rostros de aquellos trozos vacíos de carne, tratándose de un veterano en el combate e inclusive habiendo participado en varias guerras como un guerrero destacado, la muerte era algo que normalizó, intentaba grabar con su mirada el rostro de cada aldeano que podía, era uno de los caballeros más comprometedores de Spix y debía ser helada como el hielo, pero la monotonía era algo que le aterraba, conforme pasaba el tiempo olvidaba sus rostros, sus nombres.
Temía perder su compasión a causa de tanta fuerza.
Sus almas, ya no poder verlas.
¡General! Venga a ver esto. — La voz de uno de sus soldados terminó por devolver a la realidad a Astolf quien no tardaría en dirigirse hacia donde le indicaron, los pasos silenciosos le hicieron alzar la vista intentando buscar la razón por la cual le habrían llamado.
No tardo en encontrarlo.
... Esto. — Los ojos de Astolf se abrieron de par en par observando a la figura delante suyo, revelándose una clase de plaza donde antes habría una fuente, los símbolos sagrados de los 5 dioses estarían alzados sobre estacas, la sorpresa no próvido de los símbolos si no de lo que las sostendrían, para ser más específico a aquello a lo que estarían enganchadas. Cruces de madera se encontrarían alzadas delante de ellos, dejándose notar 5 figuras escuálidas, encima de una fuente, la sangre de estas figuras habrían mezclado y marchitado la sangre en sus alrededores, extendiendo los brazos entre sí, las figuras se encontraban crucificadas, sus articulaciones estiradas formando una cruz únicamente revelarían un severo daño en los músculos que a pesar de los daños realizados en su cuerpo aún podrían notarse, sus articulaciones arranchadas y fisiología deformada, brazos torcidos, sus cajas torácicas derramarían sus intestinos hacia delante cayendo y extendiéndose con gracia en el suelo hasta formar un camino de viseras y sangre seca, más mejillas y pómulos se encontraban abiertas dejando así mismo notar una apariencia casi esquelética en conjunto con trozos de carne dejándose notar colgando, como si les hubieran forzado a abrir sus mandíbulas, las mismas colgarían bajo un pequeño trozo fino de carne meneándose sutilmente ante las ráfagas del ahora helado aire. Los huesos de sus manos se encontraban separados completamente dejándose ver la carne colgando mientras sus huesos yacían entrelazados entre los 5 sujetos, una gran hendidura en la córnea revelaría la falta de un ojo en cada figura. Lo peor de todo era lo que no tardo en notar Astolf.
Todos son niños.
Un gran manto de moscas como gusanos se encontraban cubriendo aquellos cuerpos que en comparación con las otras figuras lucían en un peor estado, la carne que poseían estaba hinchada y emitiendo varias secreciones posiblemente causadas por el contacto de la piel expuesta con los huevos y eses de los insectos aún comiendo la piel de cada uno de estos.
Farsantes.
Los soldados observaron mientras a algunos el nefasto hedor les hizo vomitar mientras otros únicamente pretendían que el peso emergente en sus rodillas que les quería orillar a derrumbarse no existía, la mirada de Astolf lentamente bajo hacia el suelo observando las palabras grabadas en el suelo con partes de intestinos y restos humanos como miembros.
¿Que rayos había sucedido en aquel lugar hacer un par de horas?
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