Ya habían pasado tres días desde que supo más o menos que pasaba, sus abuelos le contaban cosas sobre las relaciones para que comprendiera lo bueno y lo malo, y no podía mentir con cada historia que sus abuelos contaban ella solo imaginaba a la pelirosa. Ya no sabía que más hacer en la casa, ya la había recorrido toda, había ayudado con el aseo, había ordenado los closets de todos solamente para perder el tiempo, pero ya nada parecía quitarle tiempo, ahora los días para ella eran más largo, hasta se había hecho amiga de Prom.

—¿Entonces aún no son novias?— Le preguntó a la pelinegra.

—No— Freen sonrió— Y no entiendo por qué.

—Tal vez está esperando el momento correcto, ya sabes hacer algo especial para ti o está nerviosa, hace mucho que no tiene una relación formal... También puedes declararte tú.

—Lo he pensado— Murmuró— Pero me pongo nerviosa.

—Mis abuelos dicen que es bueno ponerse nervioso, solo hay que ser pacientes y esperar... Por eso estoy a nada de ir a contar cuántos vasos y platos hay en la cocina— La pelinegra rio.

—¿Quieres que regrese?— La menor asintió.

—Pero no creo que venga— Pegó su mejilla en el colchón— Ya pasaron tres días, mañana regresan.

—Después de la boda puedes ir a buscarla— Sugirió.

—Lo haré— Balbuceó mientras cerraba sus ojitos pues estaba cansada, por tres días no había podido dormir bien. En ese momento entro Lux para sacar a Prom y en su lugar entrará alguien más— Prom...

—No está— Freen abrió los ojos— Hola— Se levantó de la cama para lanzarse a la pelirosa.

—Perdón— Musitó— En serio perdón, no quiero que te vayas otra vez— Se abrazó fuerte a la mayor.

—No me iré— Murmuró.

—Yo era la osita ¿Verdad?

—Aun lo eres— Pellizco su nariz— Te extrañé.

—Yo también— Confesó— Quiero comenzar de cero— Becky sonrió.

—Comenzaremos de cero— Besó su frente.

—Bueno de uno— Tomó las mejillas de la mayor para besarla. Becky sonrió en medio del beso pero lo siguió, no era más que un pequeño beso lleno de amor.—¿Cómo te convenció?

—Bueno acepté cuando dijo que te alzó la voz pero dijo que para que aprendieras— Le dio un corto beso.

—Muy bonitas los dos pero es nuestra habitación— Becky volteó y junto a la menor rieron— Váyanse a su habitación que es la de al lado— La pelirosa asintió, salió de la habitación y llevó a la menor a su habitación

—¿Y qué has hecho?

—Convivir con mis abuelos y escuchar sus historias— Pellizco las mejillas de Becky— Sin ellos seguiría confundida.

—¿Confundida?— Dejó a Freen sobre la cama.

—Tú me confundiste, tú y tus besos— La mayor sonrió.

—¿Eso es bueno?

—Eso es excelente, porque me gustan y tú también me gustas— Le sonrió.

—Y tú me gustas desde hace cuatro meses— Freen la miró sorprendida— En la biblioteca con el libro de pedagogía.

—¿Fuiste tú?— La pelirosa asintió.

—Por cierto Faye quería decirte algo pero creo que está entretenida— La menor asintió.

—Mis abuelos me están enseñando mucho, son mis maestros— Comentó mientras se acostaba, Becky sonrió.

—¿Que te enseñan?— Acarició el rostro de la menor.

—Sobre las relaciones, cuáles son buenas y cuáles no— Respondió— También, aún que me da vergüenza que me hablen de ese tema...— La mayor besó su frente— La diferencia entre tener sexo y hacer el amor.

—¿Cuál es la diferencia?— La menor se sonrojó.

—Ya la sabes— Murmuró.

—Pero quiero que tú me digas— Freen negó— Saro...

—Bec— La mayor se inclinó para besarla— Amor— Murmuró.

—¿Qué?

—Hicimos el amor— La mayor asintió y volvió a besarla.

—¡Saro!— La voz de Faye se escuchó— Saro ¿Adivina?

—No ves que está ocupada conmigo— Habló la pelirosa.

—Si, si, cállate... Saro, por fin tendré una cita con Yoko.

—Esa era la noticia— Murmuró la mayor.

—¿Cómo?

—Le pedí a Sam que descifrara la contraseña del teléfono de Becky y lo tomé, por cierto es tu fecha de cumpleaños y tiene demasiadas fotos...— La pelirosa le arrojó una almohada— Todavía que voy por ti pero bueno por ahora adiós me voy a mi cita— Salió de la habitación.

—¿Mi fecha de cumpleaños?— La mayor sonrió avergonzado—¿Como la sabes?

—Investigué...

—¿Y las fotos de quién son?— Becky se sonrojó— También eres acosadora.

—Solo soy tu acosadora, también es tu culpa eres muy distraída, sabes— Besó la punta de su nariz.

—¿Puedo verlas?— Becky sonrió.

—No— Murmuró.

—Mi cuñada favorito...

—¡Podemos oírte!— Sam negó.

—Si sabes que aún no somos nada verdad— Comentó la menor.

—Si cállate, Becky es mi cuñada y nada va a cambiarlo... No he escuchado mi gracias— Freen sonrió.

—Gracias por traerla de vuelta— Abrazó a la pelirosa.

—Son una ternura, dónde la dejes ir otra vez no vamos a impedir que Chatri te mate con la silla— Amenazó.

—Ya no la voy a dejar ir— La mayor asintió.

—Más te vale, mi boda estuvo a nada de detenerse por ustedes— La pareja la miró— Bueno no, pero pudo ser el caso, saben cuánto dinero hubiera sido desperdiciado.

—No queremos saber, ahora déjanos solas.

—Ingrata, a ver quién te ayuda a la próxima— Se quejó mientras salía.

—No habrá próxima— Murmuró.

—Por supuesto que no la habrá...

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—Entonces ¿No tuvieron nada de nada?— Freen negó.

—No puedes decir lo mismo, Armstrong— Murmuró Faye mientras pasaba por la cocina. La menor frunció el ceño.

—Gracias por el apoyo— Murmuró con sorna.

—Tonta— Bufó— Tonta, tonta y mil veces tonta— Se cruzó de brazos.

—No fue nada— Tomó la cintura de Freen.

—¿Segura?— La mayor asintió— Más te vale— Tomo las mejillas de Rebecca para besarla.

—Me encanta cuando tomas mis mejillas solo para besarme— Frotó su nariz con la de la menor.

—Mi abuela tiene razón— Murmuró.

—¿En qué?

—Que cuando esté con esa persona especial comenzaré a guardar cada mirada, cada sonrisa, cada conversación, cada beso, guardaré todos los momentos— Becky le sonrió.

—Y apenas vamos empezando— dio un corto beso.

—De hecho debería empezar cuando seamos novias pero no importa...

—A todo esto que pasó con tu ex amiga de los besos— Freen sonrió y golpeó su pecho—¿Qué?

—¿Ahora la llamarás así?

—Esta será la última vez que hable de ella— Pellizco la nariz de Freen.

—No lo sé, desde la cena no volví a saber de ella y no he revisado mí teléfono, sabías que en la casa hay un total de doscientos zapatos— Becky se sorprendió— Fue lo que hice mientras esperaba a que llegaras y si no llegabas ya me estaba alistando para buscarte.

—Ahora me siento una floja, yo solo dormí— La pelinegra sonrió— Aunque me encontré con el número de Charlotte y yo juraba que lo había tirado.

—¿Ah? Pensé que lo querías— Becky negó.

—Era para pasar desapercibida, aparte ya tenía su número— Freen frunció el ceño— Ternurita, es mi prima pero, shh nadie debe saberlo— La menor ladeó su cabeza confundida.

—¿Por qué?

—Porque no quiero que esté con cualquier idiota.

—Bien, tu secreto está a salvo... Te quiero— La pelirosa sonrió.

—Te quiero— Se acercó a besarla.

—Ay que bonitas pero ¿Ya son novias?— Freen sonrió al escuchar a su mamá.

—Aun no— Respondió la menor— Danos tiempo ¿Sí?

—Tiempo ya tuvieron, pero bueno solo no se tarden demasiado— Ambas asintieron.

—Tu mamá me cae bien— Murmuró.

—También le caes bien y a toda mi familia ¿Vamos a la cama?— Becky sonrió.

—Solo debes pedirme...

—No para eso— Golpeó el pecho de la mayor— Quiero dormir.

—Bien, osita— Besó sus mejillas— Vamos.