Freen soltó un largo suspiró cuando salió de su institución, hoy era el día en que le presentaría a su mamá quién era su "novia", no quería que la timidez la terminara delatando, con suerte esto no duraría ni dos semanas pues su mamá nunca se quedaba tanto tiempo en la ciudad. Se detuvo cuando observó a una chica alta de cabello rosa, negó sonriendo no podía ser ella ¿Qué estaría haciendo ahí? Así que simplemente la ignoró y se dedicó a buscar sus audífonos.

—No sirve de nada que me ignores vamos al mismo lugar— la menor dio un pequeño brinco.

—¿Ah?— Ladeó su cabeza y lo observó fijamente—¿A vas dónde lugar?— La pelirosa alzó una ceja— Digo ¿A qué dónde vas?— Freen se sonrojó, detestaba ponerse nerviosa pues se convertía en la torpeza de carne y hueso.

—Querrás decir ¿A dónde vamos?— la menor asintió ya resignada a qué no podía hablar bien— Faye dijo que a tu casa, te sugiero que respires para que te calmes.

—Estoy calmada yo— Quiso golpear su cabeza con fuerza contra los árboles.

—Se nota— Murmuró— Por cierto no me dijeron tu nombre.

—Freen— Balbuceó.

—¿Cuánto llevamos de novias?— La menor se sonrojó una vez más.

—Mes uno...¡Un mes! Eso sí— Becky rio, esa chica de cabello negro era tierna.

—También me dijo que me darías el número de Charlotte— La menor asintió. De la bolsa de su sudadera sacó un papelito y se lo entregó— Bien ¿Y cuánto tiempo haremos esto?

—No lo sé— Musitó mientras comenzaba a jugar con las correas de su mochila— Espero que no tanto tiempo.

—Si dejas de ponerte nerviosa esto puede ser divertido y podemos ser amigas— Alzó la vista para mirar a la mayor y ella bajó la vista para verlo.

—No soy buena para socializar o entablar una conversación sin revolver palabras— Becky negó.

—Oh, te digo de una vez que odio poner apodos— La pelinegra asintió— Y yo respondo dónde nos conocimos en dado caso de que pregunte.

—Bien está— Comenzó a tronar sus dedos intentando deshacer un poco los nervios— Contestar todas puedes quieres sí...

—Okey eso me está estresando, comprendo que son nervios pero intenta calmarte— La menor asintió— Pero hazlo.

—No es fácil— Murmuró, sacó su teléfono para revisar la hora— ¡Santo Dios! Voy tarde— Miro a la más alta— Digo vamos tarde.

—¿Acaso eres religiosa o por qué...?— Freen no le permitió terminar pues la jaló y comenzaron a correr hasta su casa donde su madre ya debía estar enojada por no ser puntual.

A más de medio camino Freen notó que seguía sosteniendo el brazo de la mayor por lo que lo soltó mientras su rostro se sonrojaba o podía ser porque corrieron más de tres cuadras, ambas siguieron corriendo hasta que divisaron la casa donde vivía la menor con sus amigas, se detuvieron frente a la puerta para recuperar un poco de aire pues no sé habían detenido ni siquiera cuando los autos pasaban. Freen abrió la puerta y se asomó para ver si su mamá seguía ahí y para su desgracia ahí estaba mirando fijamente la puerta y con el ceño fruncido.

—¿Dónde demonios estabas, Sarocha?— La pelinegra ingresó a la casa—¿Y por qué estabas sudando?¿Qué estabas haciendo?¿Y tu novia?— Cada que intentaba hablar su madre sacaba una nueva pregunta.

—Yo...

—Freen— La menor volteó— Oh hola ¿Usted es la mamá de Freen, no?— La mujer asintió mientras observaba a Becky atónita— Lamento la demora, Freen se distrae con cualquier cosa que mira— La menor frunció el ceño, eso era cierto, en silencio se cuestionó como es que la pelirosa lo sabía pero se resignó a qué fue una coincidencia.

—Mi niña ¿Aún te distraes con cosas así?— Freen asintió avergonzada— Debes ser Becky, entonces.

—Si, esa soy yo— Le sonrió a la mujer— Un placer conocerla...

—Dee— Becky asintió.

—Es un nombre muy lindo, Dee, algo lindo debe tener algo igual de lindo— Dijo mientras observaba a Freen y como ella se sonrojaba al instante.

—Mucho ella exagera— La risa de la mayor se escuchó.

—Es tierno cuando hace eso— Sin mentir a Freen le estaba asustando ver a la pelirosa de esa forma tan alegre y formal, ya que el día anterior parecía lo contrario.

—Freen, me agrada tu novia— La menor sonrió nerviosa—¿Y cómo se conocieron?

—Nos conocimos en una biblioteca— Una pequeña sonrisa se le escapó— Recuerdo perfectamente ese día, yo estaba aburrida esperando a que un amigo terminará una investigación cuando la vi intentando alcanzar un libro sobre pedagogía— Freen frunció el ceño extrañada por el relato de la mayor— Como no lo alcanzaba me ofrecí a ayudarla pero yo no quería que ahí fuera todo así que la seguí y le pedí su número, Freen adora ir a la biblioteca y desde entonces estoy ahí solamente para observarla.

—Y yo me quejaba que por ir a la biblioteca no conocía a nadie— La menor sonrió— Saro di algo.

—Como algo que para...

—En serio es tierna cuando revuelve las palabras— Se posicionó detrás de la menor para después abrazar su cintura, tal acción sorprendió a Freen.

—Lo sé, Becky, fue un placer conocerte pero debo irme— La pelirosa le dedicó una pequeña sonrisa.

—El placer fue mío...

—Te estaré viendo seguido— Becky sintió que las piernas de la menor flaquearon por lo que tuvo que sostenerla firmemente— Mi niña te veo después.

—Si— Musitó. La mayor volteó a ver si la madre de la pelinegra seguía ahí y al no verla soltó a Freen dejando que cayera suelo.

—¡Auch!

—¿Ya se fue?¿Qué haces en el suelo?— La menor negó y comenzó a levantarse.

—¿Y Faye?— Cuestionó Freen.

—Ya sabes... ¿Cómo estuvo?— La mayor se alzó de hombros, siendo totalmente opuesta a como estaba hace unos momentos.

—Bien me voy, llámenme si necesitan algo— Lux asintió.

—Me agrada más cuando está fingiendo frente a mi mamá— Murmuró mientras se sentaba en el sofá— ¡Cielos! Olvidé debía llamar a View— Sacó su teléfono y el número que estaba en su sudadera, marcó el número y esperó a que tomaran la llamada— Hola, View...— Freen volteó a ver a Lux— ¿Charlotte? Yo lo lamento me confundí, tonta ser yo, lamento mucho la interrupción— Colgó la llamada y se levantó del sofá— Di el número equivocado, ya vuelvo— Corrió hacia la puerta y salió de la casa, sin dejar hablar a Lux.

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Freen tocó con desesperación la puerta de la casa, esperaba no interrumpir algo o que ya haya llamado, volvió a tocar y después pudo escuchar claramente como gritaban. La puerta fue abierta y la menor se sonrojó al ver a la pelirosa sin playera de nuevo y solo con su sostén deportivo

—Y-yo... Yo te di el número equivocado— Habló lo más rápido que pudo para no revolverse— Lo lamento, este es el de Charlotte— Le entregó un papelito con el número correcto.

—Supongo que quieres el otro número ¿Cierto?— Freen asintió— Bien, espérame— Cerró la puerta.

Freen comenzó a balancear su cuerpo para perder el tiempo en lo que la mayor volvía a abrir y darle el número correcto, pasados cinco minutos exactamente, porque la menor había estado revisando su teléfono, la puerta fue abierta nuevamente.

—¿Me ayudas a buscarlo?— La menor la observó dudosa de aceptar.

—Ahh, b-bueno es que... bueno ¿Sí?— Becky le hizo una seña para que entrara y la pelinegra se adentró a la casa de la mayor.

—Tu mamá es agradable— La pelinegra sonrío.

—Solo porque cree que eres mi novia— Musitó— Uhm ¿No está en tu pantalón? Si no puedo volver a pedir el número— Pudo sentir la penetrante mirada de la pelirosa, por alguna razón sintió escalofríos.

—Aquí está— Le mostró un papel— Pero hay un precio.

—¿Precio?— La mayor asintió.

—Y no hablo de dinero— Freen ladeó su cabeza sin entender a qué se refería.

—¿Entonces?— Preguntó con temor, la mayor sonrió de lado.

—Un beso— La pelinegra la miraba como si le hubiera pedido que tuvieran sexo— Un pequeño beso y te doy este número.

—N-no, yo convivo con dos como tú y sé que no será solo un beso.

—Touché, pero más bien creo que no has besado a nadie— La menor tragó saliva—¿Nunca has besado?

—N-no— Admitió sin pensarlo, la pelirosa sonrió y se acercó a Freen—¿Qué?

—Eso lo vuelve mejor— Freen negó, no quería que su primer beso fuera con una novia falsa sino con una verdadero— No será un beso caliente, simplemente un beso— La vista de la mayor enfocó los esponjosos labios de la pelinegra— Solamente un simple toque

Sujetó la cintura de la menor y se fue acercando a sus labios hasta que finalmente presionó sus labios contra los de Freen y poco a poco decidió comenzar a moverlos, siendo delicada y yendo lento para que Freen no se asustara. Por su parte la menor se sentía entre emocionada y asustada. Cuando se terminó de acostumbrar, Becky se encargó de subir el nivel de aquel beso, se atrevió a succionar el labio inferior de la menor y bueno los instintos de Freen la siguieron, siendo así que ya tenía sus brazos alrededor del cuello de Rebecca y está casi empotrándola en la pared, así hasta que necesitaron oxígeno.

—Y-yo... Papel, número— La pelirosa sonrió. La soltó y le entregó el dichoso papel— D-debo irme.

—Bien— Caminó hacia la puerta y al abrirla se llevó un gran sustos porque se encontró con Faye.

—¡¿Qué demonios haces aquí?!

—Charlotte equivoqué el Faye número papel— La pelirosa se asomó.

—Dice que se equivocó de número y me dio el incorrecto pero ya lo tengo, gracias Freen— La menor asintió.

—A voy casa ir...

—Te acompañó— Observó a la mayor una vez más y negó cuando vio los labios hinchados de Freen, negó repetidas veces, Lux la iba a matar.