Se encontraba manejando a toda velocidad por las calles de Seúl, estaba realmente enojado por lo que acababa de enterarse.

Su pareja de dos años lo había engañado con otro hombre al instante de que el había llegado a Seúl al ser transferido.

Le hervía la sangre y lo peor es que no estaba ahí para golpear al bastardo que se había metido con su novio.

Paró la motocicleta y se bajó de ella, estaba muy enojado, podría tener hasta un accidente.

Suspiró mientras se sacaba el casco.

Caminó lista las barandas mirando el río Han intentando tranquilizarse.

Su mente estaba pensando en tantas cosas, ¿si su pareja hizo eso es probable que ya lo haya hecho antes?¿desde cuando lo engañaba?

Cerró los ojos y frotó su rostro antes de meter sus manos a los bolsillos y empezar a caminar, debía despejar su mente, si seguía manejando así despertaría en el hospital.

Caminó por muchos minutos, ignorando todo a su alrededor intentando despejar su mente, hasta que su vista captó a un chico sujetado de la baranda al otro lado de esta.

Iba a saltar.

Su corazón latió con fuerza, no sabía que hacer, se quedó congelado por unos segundos antes de que sus pies respondieran y corriera hacia él para impedir que cometa un error.

Vio como sus manos se soltaban y pensó que había llegado muy tarde por un segundo, hasta que logró pasar su brazo por su abdomen y jalar con fuerza para quitarlo de la zona de peligro.

Lo puso en el suelo con su corazón a mil, y pudo ver el vulnerable rostro de aquel rubio.

"Cálmate, Jungkook, ya está fuera de peligro."

Se repetía mientras que sus brazos no lo soltaban.

El rostro del rubio estaba notablemente moreteado, cosa que preocupó al instante a Jungkook, pero no sabía cómo exactamente preguntar sobre lo que acababa de suceder.

—¿E-estas bien?

Estaba asustado, notaba lo débil que se encontraba aquel chico, pensaba que se iba a desmayar en cualquier momento, así que no dudó en darle un poco de agua.

Que por suerte traía una botella.

—Ten un poco.

—¿Quién eres...?

Su corazón se destrozo al escuchar el hilo de voz con el que habló aquel joven, ¿quién le había hecho tanto daño?

—Eso no importa ahora.

Relajó el agarre al ver que todo estaba ya fuera de peligro, su cerebro estaba tardando en captar todo lo que estaba sucediendo.

—¿Estás bien?

Preguntó esperando una respuesta.

—¿Te parece que lo estoy?

Vio como se levantó y empezó a caminar dejándolo a él en el suelo con la botella de agua, no había tomado ni un sorbo.

—¡Espera!

Gritó Jungkook, estaba casi seguro de que intentaría quitarse la vida de nuevo, y eso le causaba culpa, porque no pudo ayudarlo por completo.

—No me sigas.

—No te vez muy bien, deberías ir a un hospital, estás herido.

No escuchó ninguna respuesta.

—¿Te duele algo?¿Puede ayudarte en algo?

Volvió a hablar preocupado.

—¿Quieres que te acompañe al hospital?

—¡Tu...!

Habló bruscamente volteando a ver, haciendo que Jungkook de un paso atrás.

—No necesito nada, gracias.

—N-no puedo dejarte así.

Musitó, ¿qué pasaría si lo dejaba y el moría? No se lo perdonaría jamás.

Tendría un cargo de conciencia terrible.

—Solo sigue con tu vida.

Vio como caminaba con rapidez y el simplemente se quedó callado tras un poste, sabía que intentaría algo, y el quería brindarle su ayuda.

Vio como se detenía nuevamente y veía su celular, notó su decaimiento instantáneo.

Todo fue tan rápido para Jungkook, de un momento a otro vio como se subía nuevamente a la baranda  y el corrió nuevamente hacia él agarrandolo del hombro.

—No lo hagas.

Dijo con voz agitada bajándolo de ahí.

—Por favor, déjame...

Sintió una presión en el pecho al escucharlo de esa manera, estaba derrumbado completamente.

—No puedo seguir sufriendo.

Otro punzada en el pecho, ¿como podía estar sufriendo de esa manera? Se sentía terrible ver a alguien de esa forma, destruido.

—¿N-no te has puesto a pensar en cómo se sentirán tus padres?

—Sería una vergüenza para ellos hasta estando muerto.

Jungkook se mordió la lengua y se maldijo por dentro, entonces entró en cuenta que sus padres se habían encargado de destruir a esa criatura tan linda.

—Bueno...¿alguien importante en tu vida?¿Un tío...una abuela?

Vio la cara del rubio ponerse pálida, y Jungkook pensó por un segundo que este se iba a desmayar.

—¿No?

Vio al chico asentir y Jungkook suspiró, quería ofrecerle si ayuda, no soportaba verlo así.

Era un completo desconocido, pero se sentía tan mal por él.

—Mira, dejé mi motocicleta a unos metros de aquí, déjame llevarte al hospital a que curen tus heridas.

—Está bien.

[...]

—El paciente presenta una torcedura en la pierna derecha, además de golpes en el brazo y rostro. Actualmente se encuentra estable, pero será necesario realizar una radiografía de la pierna para descartar fracturas o lesiones mayores en la articulación.

Estaban en emergencias, y Jungkook estaba hablando con el doctor que había atendido a Jimin, ya que él se había registrado como responsable.

—También evaluaremos el brazo y el rostro para descartar fracturas óseas o lesiones internas. Le administraremos analgésicos y antiinflamatorios para el dolor, y se aplicará un vendaje compresivo en la pierna si no hay fracturas. Recomiendo reposo y evitar apoyar la pierna hasta que tengamos los resultados. Si observa hinchazón severa, hematomas extensos o algún síntoma preocupante, avísenos de inmediato.

El doctor acabó de hablar y Jungkook suspiró.

—Muchas gracias, doctor.

—Los patrones de los golpes sugieren que pudieron ser causados por una situación de violencia, posiblemente una pelea. Hay contusiones en el rostro y el brazo, y una torcedura en la pierna derecha que podría coincidir con un forcejeo o caída. Esto no es concluyente, pero es importante aclarar cómo ocurrieron estas lesiones. Si el paciente no proporciona detalles claros, podría tratarse de una situación que requiera intervención legal o de protección. De ser así, es necesario reportarlo para garantizar su seguridad y bienestar.

Jungkook vio de reojo a Jimin, quien estaba acostado mientras una enfermera le inyectaba la medicación que el doctor le había indicado.

—Intentaré saber lo que pasó. Gracias, doctor.

Dio una reverencia y se acercó a la camilla en donde se encontraba recostado Jimin.

—El paciente ya ha sido atendido. Le hemos suministrado los analgésicos y antiinflamatorios indicados por el doctor, además de inmovilizar la pierna afectada con un vendaje compresivo. También hemos limpiado y tratado las áreas golpeadas para prevenir infecciones.

La enfermera habló al ver que Jungkook estaba ahí.

—Si, muchas gracias.

Dúo una reverencia y la enfermera se retiró.

Jungkook se sentó en un banco que estaba junto a la camilla y suspiró.

—¿Quién te hizo esto?

Jungkook preguntó y Jimin se quedó en silencio.

El pelinegro se dúo cuenta que este no iba hablar sobre ello, y estaba bien, tal vez era algo muy personal.

Y el era un desconocido.

—Mi nombre es Jungkook.

Le dijo intentando formar una conversación con él.

—El mío es Jimin, aunque eso ya lo sabes.

Jungkook sonrió, pues el lo había registrado y tubo que preguntarle el nombre al rubio para ello.

—Mucho gusto, Jungkook.

Escuchó el pelinegro y sonrió.

—El gusto es mío, Jimin.

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