Jimin estaba sorprendido, nervioso, confundido y extrañamente feliz de que Jungkook haya llegado en ese preciso momento.

Estaban en clase de cálculo, y Jimin, quien acostumbraba sentarse solo hasta el fondo del salón de clases, estaba acompañado por aquel chico tatuado de apariencia problemática.

Y claro que las miradas no se hicieron esperar,  los murmullos sobre aquel chico de intercambio y lo guapo y malo que se veía se escuchaban por todo el salón antes de que el profesor llegara.

Hasta juraba que podía escuchar los suspiros de sus compañeras calenturientas.

Suspiró.

Miró de reojo al pelinegro, quien prestaba atención a la clase mientras tomaba apuntes en su libreta.

No estaba mal.

Regreso la mirada a su portátil y vio que no había tomado nada de apuntes, su cabeza estaba tan nublada que ni siquiera sabía de qué trataba la clase con exactitud.

Removió su cabello frustrado, claramente es por lo que había pasado antes de la clase y no porque tenía a alguien que ponía sus nervios de punta a su lado.

—¿Te encuentras bien?

La cálida voz hizo que el rubio pegue un pequeño brinco al escucharla. Volteó levemente a verlo y asintió sin decir ni una sola palabra.

Jungkook vio la pantalla de Jimin completamente vacía y luego regreso su mirada al rubio.

"Tal vez sigue en shock por lo de hace rato..." Pensó al verlo tan distraído y callado.

Apretó sus labios y suspiró, antes de agarrar la portátil de Jimin y empezar a pasar los apuntes que él había tomado de la clase, para que Jimin no se quede sin ellos.

—No tienes que hacer eso...

Lo detuvo al instante, pero Jungkook lo miró y sonrió.

—Debes sentirte mal aún, déjame ayudarte.

Jimin sintió que su corazón palpitaba con fuerza, como si fuera a salirse en cualquier momento.

Eso estaba mal, muy mal.

Sus manos se volvieron puño, estaba realmente confundido con todo, si, eso era, había pasado mucho en poco tiempo, y eso lo estaba confundiendo.

Suspiró tratando de despejar su mente y volvió a mirar a Jungkook.

Él sería un problema.

[...]

—Bien chicos, para la próxima semana necesito un Análisis Comparativo de la Inflación en Dos Países de Asia.

Jimin levantó la mirada, estaba en la clase de Economía Internacional, en la cual, por cierto, Jungkook estaba.

Empezaba a sospechar que estaba en la misma carrera que él.

El punto era que especialmente a ese profesor le encantaba hacer trabajos que valen más de lo que deberían en grupo.

Y él no tenía un grupo.

—En esta actividad, trabajarán en parejas para analizar y comparar la inflación en dos países de Asia durante los últimos cinco años. La tarea debe abordar factores económicos que han influido en las tasas de inflación, políticas gubernamentales aplicadas para controlarla y el impacto en el poder adquisitivo de la población.

Jimin suspiró. Lamentablemente, Taehyung no estudiaba lo mismo que él. Aunque no lo había visto, si estuvieran en la misma carrera, todo sería más fácil.

—Deben comprender los factores macroeconómicos que influyen en la inflación, analizar las políticas monetarias y fiscales implementadas...

Jimi nubló la mente por completo intentando recordar con quién hizo su último trabajo.

Oh, le había dejado de hablar.

Un día lo vio terriblemente golpeado y no quiso saber de Jimin nunca más.

Pasaba seguido, por lo que no tenía amigos por todos los rumores que Jinyoung se había puesto a difundir.

—Este trabajo representará el cincuenta por ciento de su calificación, mientras que los demás trabajos equivalen al veinte por ciento y el examen de fin de semestre al treinta por ciento. Por lo tanto, espero tenerlo sobre mi escritorio el lunes a primera hora.

Jimin sintió un escalofrío al sentir una cálida mano sobre su hombro, volteó lentamente y vio a Jungkook con una leve sonrisa.

—¿Sabes? No conozco a nadie de aquí y quería saber si quisieras hacer grupo conmigo...

"Perdón, Jimin, no puedo seguir hablando contigo."

"Jinyoung...digo, simplemente ya tengo con quien hacer el trabajo."

"Te diré la verdad, Park, no quiero problemas con Jinyoung."

"No me hables nunca más, Park."

—No creo que sea lo mejor.

Susurró antes de sentir sus manos temblar levemente.

—¿Qué dices?

Ladeo la cabeza y Jimin levantó su mirada, encontrándose con la de Jungkook.

Le iba a decir que no, de verdad, pero pudo jurar que esos ojos lo habían hipnotizado o algo para que no pudiera negarse, se le hizo completamente imposible.

No quería que saliera lastimado, pero, ¿cómo se lo decía?

Estaba dicho, se negaría rotundamente y le diría al profesor que trabajaría solo, así de sencillo.

—Está bien.

Y se mordió la lengua. Pudo ver a Jungkook sonreír ampliamente y su corazón empezó a palpitar con fuerza, nuevamente.

—Bien, entonces te escribiré para coordinar todo.

Jimin asintió y volteó rápidamente.

Vio como uno de los amigos de Jinyoung lo miraba desde el frente y sonreía, desde ahí supo Jimin que Jungkook se alejaría de él en cualquier nomento.

Pero ya vez eso era lo mejor para ambos.

[...]

Por fin estaba nuevamente en su espacio favorito, la mesa bajo aquel árbol en la que solía sentarse antes de que Jinyoung lo quisiera molestar.

Su ánimo había cambiado un poco, pues recibió otro mensaje de Taehyung de que ya había desempacado todo y que en máximo dos días ya estaba de nuevo en la universidad.

Taehyung era todo lo contrario a él, era extrovertido, valiente, gracioso, emocionalmente estable, carismático, apuesto, en forma, alto, galán y sobre todo, tenía unos padres que lo adoraban.

Claro que lo envidiaba, pero no de una mala forma, simplemente quisiera tener la mitad de carácter que él tiene, tal vez así no fuera tan inestable.

Era un buen amigo.

Soltó el celular y pudo ver como Jungkook lanzaba su maleta sobre la mesa y se sentaba justo en su frente.

La leve sonrisa que Jimin tenía en su rostro se había desvanecido por completo, se levantó rápidamente al ver el golpe que traía Jungkook en su labio notablemente partido, con manchas de sangre en su quijada.

Sabía que iba a suceder, lo sabía, era todo su culpa, nunca debió acercarse a él, ahora estaba herido por su irresponsabilidad.

Estaba preparando para las mismas palabras de siempre, pero raramente, no le importaba que no quisiera trabajar con él, en realidad estaba preocupado por su herida y por que no lo hayan golpeado de más.

—J-jeon, tu...

Se detuvo al ver que soltó una risa y apoyaba su rostro en su mano, la cual estaba apoyada en la mesa.

Se quedó sin palabras.

—Siéntate, tranquilo.

El rubio se sentó lentamente y dudó por un segundo de lo que en realidad había pasado.

—Veo que el tal...¿Jinyoung? Es muy celoso.

Su rostro palidecio al escucharlo, era exactamente lo que imaginaba.

—¿Tú y él fueron algo?

Jimin mordió su labio inferior al escucharlo, sus ojos ardieron con tan sólo regresar en sus pensamientos a aquel día en el que él se lo propuso.

Bajó la mirada tratando de no soltar esas lágrimas para después negarlo rápidamente.

—Ya veo...entonces, ¿por qué actúa así?

Jimin arrugó su sudadera antes de levantarse e ir a donde estaba Jungkook.

—Lo siento mucho por todo, es mi culpa que estés así, entiendo que no quieras volver a hablar conmigo.

Dio una rápida reverencia, agarró su mochila se puso su capucha y salió corriendo, entrando al edificio de la facultad cabizbajo.

Jungkook se levantó rápidamente y salió tras él sin antes jalar su mochila.

¿Lo había malentendido?¿Preguntó demasiado quizás?

Jimin caminaba por el pasillo secando las pequeñas lágrimas que se le habían escapado, odiaba tanto llorar.

Odiaba tanto a sus ojos llorones, se los sacaría si tan solo pudiera.

Sintió como chocó con alguien y cayó al piso, apenas vio sus zapatos y sus manos ya estaban temblando.

Alzó la mirada y efectivamente, era Jinyoung.

Se levantó rápidamente y se disculpó con una reverencia.

—Pensé que habías aprendido lo de meterte con otros, Park.

La mano de él hizo que levantara la cabeza, su mano estaba helada, sus dedos eras ásperos y simplemente el hecho de que lo gocara le causaba náuseas.

Pudo ver el rostro de Jinyoung golpeado, lo que hizo que el rubio se sorprendiera al instante.

Vio a sus amigos a sus lados, los cuales también estaban golpeados.

—¿Qué?

Murmuró al verlos incluso más lastimados que Jungkook.

¿Qué carajos había pasado en realidad?

Pudo ver como todos dieron un paso atrás al ver tras de él, lo cual hizo fruncir notablemente.

Antes de voltear a ver, pudo sentir un gran brazo caer en sus hombros con firmeza, trayéndonos al aquel cálido cuerpo que tanto observó.

La fuerte colonia invadió sus fosas nasales y su cuerpo se relajó en señal de seguridad, algo que hizo que Jimin se confunda por aquella reacción de su cuerpo.

—¿No les quedó claro?

La voz de Jungkook hizo que soltara un pequeño brinco.

Esa no era su voz, esa no era la voz con la que Jungkook se dirigía a Jimin, esa no era la dulce voz con la cual lo hacía estar confundido.

Era una voz tan gruesa, autoritaria, le causaba escalofríos.

Pudo ver como Jinyoung le daba una última mirada, antes de chasquear la lengua, darla vuelta e irse del pasillo.

Jimin sintió cómo su corazón latía con fuerza mientras el pasillo se quedaba en completo silencio.

Jungkook aún mantenía su brazo alrededor de sus hombros, y aunque una parte de él quería apartarse, otra se sentía extrañamente segura bajo su protección.

No podía negar que la presencia de Jungkook era imponente, incluso más ahora que había enfrentado a Jinyoung de esa manera.

—No debiste hacer eso

Murmuró, apartándose lentamente de su agarre.

—Ahora van a estar detrás de ti también.

Y Jungkook sonrió sin decir ni una sola palabra.

Jimin frunció el ceño ante la falta de respuesta. Esa sonrisa suya, confiada y despreocupada, solo le hacía sentir más ansioso.

—¿Qué? ¿No te importa?

Jungkook inclinó la cabeza ligeramente, como si estuviera considerando su respuesta con calma. Luego, con un encogimiento de hombros, dijo:

—No me preocupa.

Jimin apretó los labios, frustrado.

—No entiendes, Jungkook. Jinyoung no juega limpio.

El pelinegro lo miró fijamente por un momento antes de acercarse un poco más, inclinándose hacia él con una intensidad que hizo que Jimin tragara saliva.

—¿Y crees que yo sí?

Murmuró con un deje de diversión en su voz, pero sus ojos oscuros decían algo más serio.

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