033.
Lo primero que pensó Jimin al despertar fue en Jungkook, literalmente al abrir los ojos, observó a su alrededor en su búsqueda pero grande fue su sorpresa al darse cuenta que se encontraba en un hospital.
Oh, mierda. ¿Qué había pasado ahora? En las primeras horas no pudo recordar absolutamente nada de lo que le había ocurrido. Fue hasta que el doctor llegó y se tomó el tiempo de contarle la situación, que sintió un pequeño "click" en su cabeza, recordando al instante todo.
Fue extraño enterarse de que había estado en coma durante cuatro meses, en realidad era algo muy shockeante y hasta perturbador. Sin embargo no le dió tanta énfasis a su memoria en eso, él sólo pudo pensar en el estado de Jungkook.
Jeon probablemente lo mataría por haber hecho lo que hizo. Y lo entendía.
Estuvo aproximadamente una semana más en el hospital hasta que finalmente le dieron de alta, así que por ende, volvería a la cárcel. Ya vestido nuevamente con su uniforme color negro por su categoría, entraron dos oficiales a la habitación y comenzaron a ponerle las esposas para finalmente sacarlo de allí.
El camino a prisión fue sumamente aburrido y desmotivador, porque literalmente podía observar la civilización, cosa que hace mucho no hacía, pero con la consciencia de que no podría volver a ser parte de esta o inclusive volverla a ver. Fue interesante.
Al llegar a la prisión, volvieron a hacerle todos los exámenes y chequeos posibles como si fuera de primer ingreso. Hasta le dieron la típica cesta con productos de higiene personal la cual no entendía la razón ya que se suponía que él tenía una en su celda, ¿no? En fin, no le dió mucha importancia. La verdad es que su estado de ánimo estaba neutral. Y es que literalmente sentía como si fuese ayer que la pandilla de Kang lo había metido en una lavadora hasta dejarlo inconsciente. Una persona en coma no tiene percepción del tiempo, cuando se despiertan sienten que fue hace minutos que hicieron tal acción cuando en realidad fue hace años. Así que Jimin no sentía ninguna diferencia en nada, pensaba que todo seguía normal como siempre había sido.
Pero claramente, ya no era así. Y fue un golpe de realidad cuando al dar un paso nuevamente en la prisión, tuviera a Taehyung encima suyo abrazándole hasta sentir asfixia.
—¡Te odio, te odio, te odio! —repetía el azabache casi llorando sobre su hombro— Dios mío, creímos que habías muerto. Te extrañé muchísimo, hijo de puta.
Jimin rió, alejando un poco a su amigo para verle a los ojos y limpiar sus lágrimas.
—Yo también te extrañé, idiota —responde con una sonrisa.
Entonces llegaron sus demás compañeros de pandilla y todos le saludaron felizmente, dándole una cálida bienvenida. Jimin literalmente sintió ganas de llorar, nunca le habían abrazado tantas personas a la vez.
—¿Y Jungkook? —preguntó, mirando a su alrededor entre los reclusos y dándose cuenta que no estaba.
La sonrisa de Taehyung se desfiguró en una mueca y por ende Jimin también lo hizo, mirándole asustado y pensando en lo peor.
—¿Qué? —vuelve a preguntar, viéndole con miedo— ¿Qué le pasó? ¿Dónde está?
—Descuida, está bien —dice Kim al instante, intentando calmarle— Es simplemente que está en aislamiento desde hace tiempo, ni siquiera sabe que despertaste y que estás aquí.
—¿En serio? —le mira sorprendido— ¿Qué fue lo que hizo?
—Ahm... es una larga historia... —traga saliva— Pasaron muchas cosas mientras no estabas...
En ese momento, los funcionarios comenzaron a despejar el lugar y ordenar que cada recluso fuera a su celda correspondiente o continuaran sus deberes.
—Bueno, tendrás que contarme luego —avisa Jimin, tomando nuevamente su cesta— Iré a dejar esto en mi celda.
Taehyung asintió y se alejó. Por otro lado Jimin subió tranquilamente las escaleras, dirigiéndose a su celda, sin embargo, paró en seco cuando vió a otra persona allí adentro que desconocía completamente.
—¿Quién eres tú? —interrogó de inmediato, frunciendo el ceño de forma confusa.
Beomgyu dejó de hacer lo que hacía, observando sorprendido al chico pelirosa.
—A-Ah... ¿Eres Jimin?
—Sí, soy yo. ¿Qué haces aquí? —vuelve a preguntar de forma más tosca— ¿Y qué haces en la cama de Jungkook? —miró a su alrededor— ¿Y dónde mierda están mis cosas?
—¿N-No te dijeron? —dice Beomgyu, tragando saliva cuando Jimin negó con la cabeza— Bueno... yo era el nuevo compañero de Jungkook mientras tú no estabas... Pero ahora que él está en aislamiento y tú aquí... Ahora somos compañeros...
—¿Qué?
Jimin negó con la cabeza, sintiéndose sumamente confundido y mareado por tanta nueva información.
—¿Cuál es tu nombre? —pregunta pero justamente cuando el castaño iba a responder le interrumpe— Olvídalo, no me interesa. Iré a resolver esto en dirección...
Dicho esto, Jimin deja la cesta en la mesa y le dedica una última mirada de pies a cabeza a Beomgyu antes de salir.
——— [ 🖤 ] ———
Jungkook se encontraba haciendo lagartijas dentro de su celda en aislamiento, llevando la cuenta en susurros y flexionando arduamente sus brazos hasta que finalizó. Con gran agilidad, se levantó del suelo y se sentó sobre su cama, jadeante, sintiendo una terribles ganas de tomar agua pero la que le habían traído se la acabó hace una hora. De paso, se colocó la camisa negra del uniforme, claramente ahora era color negro por estar en categoría de peligrosos.
Justo en ese instante, escucha pisadas cerca de la puerta y no duda en gritar.
—¡Hey! —alzó la voz— ¿Podrían traerme un poco de agua? ¡Estoy muriendo de sed!
Hubo un silencio, como siempre. Ellos siempre le ignoraban. Teniendo nuevamente la respiración normal, entornó sus ojos y pensó que sería buena idea echarse una siesta. Así que lentamente se acostó sobre la pequeña e incómoda cama y cerró sus ojos, suspirando de forma tranquila.
Sin embargo, escucha unas llaves cerca de su puerta y luego como parecían hacer ademán de que la iban a abrir. Inmediatamente se levantó de la cama, algo extrañado puesto que hace una hora le llevaron su almuerzo y siempre volvían para la cena. ¿O acaso realmente escucharon y le iban a dar agua?
Permaneció expectante a la puerta, cruzándose de brazos y esperando a que terminasen de abrir las cinco cerraduras que habían.
Entonces finalmente la puerta es abierta, y en ese momento la respiración de Jungkook se detuvo al igual que su corazón.
—Tienes cinco minutos —le dijo el funcionario a Jimin, dejándolo ingresar.
—Gracias —dice el pelirosa con una sonrisa, sin apartar su vista del pelinegro y escuchando después la puerta cerrándose a sus espaldas.
Jungkook literalmente estaba en shock, sin poder moverse de su lugar y mirando a Jimin como si fuese un fantasma. Entonces se llevó ambas manos a la boca, sus ojos comenzando a llenarse de lágrimas a cada segundo que pasaba y sin dejar de recorrer con su mirada a Jimin. Luchando fuertemente si era producto de su imaginación o era real.
Jimin permaneció sonriente, sin saber que hacer o decir ante la mirada que le daba Jungkook. Así que simplemente extendió un poco sus brazos y se encogió de hombros.
—Hola, querido.
Jungkook entonces rompe en llanto y rápidamente corta la distancia que tiene con Jimin para lanzarse a sus brazos, abrazándole con fuerza mientras comenzaba lloraba desconsoladamente en su hombro. Jimin lo agarra igual, acariciando con delicadeza su cabello negro y dándole pequeños besos en el cuello.
—Shh... —susurra en su oído— Tranquilo, ya estoy aquí. Estoy bien.
—Dios mío... —sollozó el contrario— P-Pensé que nunca despertarías, no puede ser que estés aquí... Te extrañé muchísimo...
Jimin sintió un nudo en su garganta y sus ojos se cristalizaron, sintiéndose culpable.
—Lo siento...
—Pensé que habías muerto —dice Jungkook en un hilo de voz mientras lloraba y sin soltarlo— P-Pensé que te había perdido... Hijo de puta...
—Lo siento, amor —murmuró Jimin con voz ahogada— No quería que te hicieran daño... Por favor, no me odies...
Finalmente Jungkook rompió el abrazo, tomando el rostro de Jimin entre sus manos y mirándole fascinación, mientras acariciaba su mejilla. Permanecieron así por varios segundos, observándose mutuamente y derramando lágrimas.
—¿Odiarte? —repite Jeon, negando con la cabeza— Mi amor, yo te amo a muerte.
Seguidamente le da un suave beso en los labios, sintiendo una calidez increíble en su corazón al probar nuevamente aquellos preciosos labios que tantas sensaciones le provocaban. Jimin suspiró, siguiéndole el beso y abrazando a Jungkook del cuello, sintiendo los brazos del chico rodear su cintura para apegarlos más a sus cuerpos. Hasta finalmente dejar de besarse y juntar sus frentes con las respiraciones pesadas.
—P-Por favor, nunca me vuelvas a dejar, nunca te alejes de mi vida porque te juro que me muero... —suplica Jeon con voz rota— Yo estaba muriéndome sin ti. Te necesito, joder. Te necesito conmigo siempre y para toda la jodida eternidad.
—Jungkook... —Park muerde su labio inferior al sentirlo temblar, acariciando con su pulgar la mejilla de Jeon— Te amo... y quiero pasar el resto de mis días contigo...
—No vuelvas a irte, por favor. No vuelvas a hacer eso en tu puta vida...
—Te lo juro, estaremos juntos siempre... ¿Vale? —le mira a los ojos con una sonrisa.
Jungkook suena su nariz, limpiando sus lágrimas y asintiendo con la cabeza.
—Vale.
Dicho esto, Jimin le da un pequeño e inofensivo golpe en el pecho a Jungkook y le dedica una mirada molesta que claramente era fingida.
—Ahora dime por qué te has estado portando tan mal, ¿eh? —regaña— Jodida mierda, Jeon... ¿Mataste a Kang y te escapaste sólo por mí? ¿Y aún sigues pensando que el más loco de los dos soy yo?
Jungkook sonríe, viéndole con total cariño para después encogerse de hombros.
—Te lo dije, haría cualquier cosa por ti.
—Eres un idiota.
—Oh, extrañaba tanto tus insultos...
Jimin voltea sus ojos y le da un beso a Jungkook, esta vez más profundo y placentero. Dejándoles un escalofrío en sus cuerpos, no queriendo nunca separarse del otro.
—Por cierto... —susurra el pelirosa sobre los labios del pelinegro— Hay un niño en nuestra celda...
—Ah, es Beomgyu... Será tu nuevo compañero mientras estoy aquí, por favor, sé bueno con él. Es un buen chico.
Park hace una mueca inofensiva.
—Ups, tarde...
Jeon voltea sus ojos.
—Nunca tratas bien a alguien nuevo, ¿verdad?
—Nop.
En ese momento el funcionario que vigilaba abre la puerta.
—Lo siento, ya pasaron cinco minutos. Tienes que irte, Park.
Ambos voltean a mirarse y se funden en un fuerte abrazo con caricias y besos de por medio.
—Por favor cuídate... —pide Jungkook en un susurro.
—Tú también. Pórtate bien, así te vuelvo a ver pronto. Y descuida, trataré bien a Beomgyu.
Se dan un último beso y finalmente Jimin se aleja de Jungkook, saliendo de la celda.
Hasta que la puerta de metal les obstruye nuevamente la vista a ambos, separándolos. Sin embargo, ahora se sentían más tranquilos porque sentían que a partir de ahora las cosas mejorarían.
Realmente eso esperaban.
JIMIN DESPERTÓ PERRAS, ahr perdón. Ahora hay que ver que ocurre entre estos dos y su historia.
Chau <3
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