031.
Es increíble lo fácil que puedes llegar a matar a alguien.
Jungkook lo sabía perfectamente.
La muerte suena algo tan complejo e inquietante, pero lo que no muchos saben es que todos tenemos la capacidad de matar. Todos podemos hacerlo. Es un como pequeño chip, el cual algunas personas lo activan más fácilmente que otras, a algunas nunca les funciona por sus creencias morales y ética. Pero está ahí. Y a veces, cuando menos nos damos cuenta, lo hicimos.
Jungkook había pensado por mucho tiempo que la muerte de su ex mejor amigo, Mingyu, había sido un accidente. Pero después de matar a Kang, comenzó a cuestionarse si realmente se había convertido en lo que más temía, en un verdadero asesino.
Nuevamente, sintió que merecía estar ahí. Pero la única diferencia, es que no sentía remordimiento o pena alguna por haber hecho lo que hizo. Sólo sentía satisfacción y alivio. Es cierto, la venganza no era buena. Sin embargo, hay personas que merecen morir por todo lo que han hecho.
Y Kang no era la excepción, literalmente tenía una sentencia de cincuenta años en prisión.
Tal y como era de esperarse, le hicieron una especie de velorio al hombre en la capilla de la prisión. Sí, había una capilla pero casi nadie iba. Todos los reclusos fueron obligados a asistir. Incluido la pandilla de Namjoon, quienes sólo permanecieron serios y con rostros neutros ante las palabras del padre. Desde su posición, podía divisar perfectamente a la pandilla de Kang, que ahora sin él, no eran nada. Por lo que simplemente permanecían igual que ellos, en silencio y sin ninguna expresión en su rostro.
Habían ganado, sabían que ellos no intentarían vengarse o algo por el estilo porque eso sólo conllevaría a su muerte segura. Sin Kang, eran débiles. Y la pandilla de Namjoon le superaba en número, simplemente debían volver a la normalidad y actuar como si nada hubiese pasado. La muerte de Kang, fue la excusa necesaria para detener toda rivalidad o enfrentamientos. Aún si hubiesen rencores de entremedio, todo había acabado.
La mayoría sentía un alivio de finalmente haber eliminado una amenaza de sus vidas, a excepción de Jungkook. Él seguía igual de tenso, sentía que no había cambiado nada y que sólo volvería a estar bien cuando Jimin volviese.
¿Y si nunca volvía?
La celda se sentía abrumadoramente vacía sin él. Jungkook lo extrañaba, lo extrañaba más de lo que pudo imaginarse. Ni siquiera podía comparar esa sensación de cuando Jimin estuvo en aislamiento, porque la diferencia es que Jungkook sabía que volvería a verlo, sabía que estaba ahí y que no se iría a ningún lado.
Pero ahora, todo era diferente. Y probablemente no volvería a ver al chico que por un momento pensó que podría llamarle el amor de su vida. Mierda. Pensaba decírselo un día, lo mucho que significaba Jimin para él.
Muy tarde.
Después del velorio, un ambiente tenso y melancólico recorrió la prisión. Todos los reclusos continuaron sus obligaciones en silencio, estando de luto por consideración. Porque de lo contrario estarían brincando de alegría. Kang no era la persona más querida del lugar. En fin. A Jungkook ya no le interesaba nada relacionado con eso.
Él sólo quería a Jimin devuelta.
Estando en su celda, acostado sobre su cama, comenzó a plantearse su desesperado comportamiento. Quizás había desarrollado una especie de apego emocional hacia Jimin. Fueron dos años de tenerlo como compañero, de entrar y siempre verlo leyendo un libro, de las madrugadas en las que se desvelaban para hablar de la vida de otro o en la que se besaban bajo la oscuridad de la noche. Inclusive extrañaba las constantes e intensas peleas que tenían. Y era preocupante, porque ahora Jimin tenía una condena de cinco años. En cinco años finalmente saldría, finalmente sería libre.
Pero Jungkook no, a él le faltarían tres años más. Estaría sin Jimin tres años. Y de sólo pensarlo, sentía que se volvía loco.
¿Cómo lograría sobrevivir sin él?
"Pase lo que pase, quiero que me prometas que nunca vas a rendirte y que siempre seguirás adelante."
Aquel suave recuerdo cruzó por su mente una vez más, y entonces, lo supo. Al principio no lo había entendido, pensaba que Jimin se refería a una metáfora o estaba hablando de la situación. Sin embargo, Jungkook cayó en cuenta que había estado hablando del futuro.
"Si muero, si algún día no estoy, quiero que sigas adelante y nunca te rindas. No intentes nuevamente ir por el camino fácil, eres fuerte. Puedes seguir sin mí."
A eso Jimin se refería. Jungkook comenzó a llorar nuevamente en la soledad. Mierda. Él quería rendirse. Él sentía que ya no podía más y no iba a poder. Pero le había hecho una promesa. Lo había prometido. Y no podía fallarle.
——— [ 🖤 ] ———
Los días en prisión eran extrañamente tranquilos, era común cuando un recluso moría. Y en este caso habían sido dos, pues muchos creían que Jimin realmente estaba muerto.
Jungkook intentó mejorar y sobrellevar la situación de otra manera, tal y como le había aconsejado Taehyung. Poco a poco, volvía a establecer conversación con sus amigos y a convivir. Visitaba frecuentemente el gimnasio para distraerse de sus penas. Y se mantenía al tanto llamando al hospital para preguntar por el estado de Jimin, obteniendo siempre la misma respuesta negativa.
Las cosas cambiaron un poco para su persona, porque muchos reclusos comenzaron a rumorear que él había matado a Kang y por ende, lo veían como uno de los peligrosos. Era extraño. Porque parecía que ahora todos le tenían miedo, y tampoco se quejaba, en realidad era favorecedor.
—Es impresionante —le dijo Taehyung mientras estaban en el comedor.
—¿Qué cosa? —pregunta antes de alzar la ceja.
—La perspectiva que todos tenían sobre ti... Antes tenías miedo de todo y de todos en general... Pero ahora, ahora eres tú el que da miedo.
Jungkook traga saliva, sintiéndose algo abrumado por esa confesión.
—Me convertí en lo que juré que nunca sería, vaya mierda... —ríe suavemente, intentando sacar la tensión de su cuerpo.
—No te culpes. Todos nos corrompemos en este lugar, y creo que no lo haz notado... Pero comienzas a parecerte a Jimin.
—¿Ah sí? No lo creo.
—Créelo, pero sólo un poco. Quizás si te tiñes el cabello rosa y comiences a chupar paletas, logres parecerte más.
Ambos rieron al mismo tiempo.
—No digas idioteces —dice Jeon— Jamás podría reemplazarlo, porque él es único.
—Es verdad.
Después de hablar un rato entre los dos, ambos se dirigieron a continuar su labor en lo talleres. Tiempo después, en la hora de descanso y cuando estaba por ir a su celda a darse una siesta, Jungkook no esperó para nada toparse con un funcionario dentro de su celda.
Y su corazón dió un vuelco cuando notó que estaba recogiendo las cosas pertenencias de Jimin, echándolas en una caja.
—¡Hey! —exclamó, ingresando a la celda— ¿Qué carajos está haciendo? ¡Esas son las cosas de Jimin!
—Tranquilo, Jeon. Será momentáneo hasta que Park regrese, pero mientras tanto me dieron órdenes de despejar su espacio para que sea ocupado por un nuevo recluso.
—¿Qué? —abre sus ojos de golpe e inmediatamente niega con la cabeza y lo detiene— Esto no tiene sentido. No puede llevarse sus cosas, ustedes sólo hacen eso cuando un recluso ha muerto. ¡Y Jimin no está muerto!
El funcionario rodó sus ojos e hizo a Jeon a un lado, terminando de echar a la caja la última pertenencia de Jimin para dirigirse a la salida.
—Lo sé, joder. Pero no puedo hacer nada al respecto, son órdenes de dirección, no mías. Lo siento. En cuanto Park vuelva, se le devolverán sus cosas y lugar, mientras tanto tendrás un nuevo compañero de celda...
Dicho esto, el funcionario sale de la celda y observa a su derecha, indicándole a alguien con la mirada que se acercara. En ese momento un chico alto, bastante joven y de cabello castaño se posicionó al lado.
—Choi Beomgyu, celda número 225 —presentó— Adelante.
Jungkook al instante frunce el ceño y observa a Beomgyu con una mirada completamente amenazante que hace al chico asustarse y retroceder un poco.
—Ni se te ocurra dar un paso más, niñato —advierte con voz furiosa.
—Jeon, no empieces —pide el funcionario— Déjalo en paz.
—En esta celda ya estamos llenos —explica el pelinegro— Es mía y de Jimin, no cabe nadie más.
—Déjame recordarte que no tienes ninguna autoridad aquí, así que cállate y acepta de una vez por todas que Park ya no pertenece a esta celda —mira al novato— Entra, y si te hace algo no dudes en decírmelo. ¿Vale?
Beomgyu asiente con la cabeza y avanza sin quitar sus ojos asustados de Jungkook, una vez adentro, el funcionario cierra la celda y se va.
Un crudo e incómodo silencio se presenta entre ambos, Jungkook no puede dejar de mirar a Beomgyu como si lo fuera a matar y claramente no era nada tranquilizador para el chico nuevo.
—¿P-Podrías dejar de mirarme así? —pide finalmente el castaño, sin mirarlo— Estás dándome miedo... Créeme que de ser por mí, me iría a otra celda, pero... —traga saliva— Supongo que no podemos elegir... ¿No es así?
Beomgyu mira a Jungkook y este inmediatamente rejala su mirada al visualizarse a él mismo hace dos años en sus ojos, exactamente igual. Recordando aquel miedo del primer día al estar en un lugar desconocido con gente peligrosa, y peor aún, tocándote de compañero un tipo que lo primero que hace es verte mal.
Quizás Taehyung tenía razón y se estaba pareciendo más a Jimin de lo que creía. Vaya ironía.
Así que, finalmente tomó aire y suspiró con tranquilidad, relajando su cuerpo y sacando la tensión. Pues entendía perfectamente al muchacho que estaba al frente suyo mirándole con miedo.
—Claro —dice más calmado, asintiendo con la cabeza— No podemos cambiar la celda que nos asignan desde un principio, lo sé perfectamente...
—El funcionario me dijo que sería temporal...
—Lo sé, perdona mi comportamiento, no me he sentido muy bien estos días y... —resopla, negando con la cabeza— Como sea, adelante... —dicho esto, se hace a un lado para que el chico pudiera pasar y dejar sus cosas.
Beomgyu le miró un poco sorprendido y asintiendo, se dispuso a moverse, dejando por instinto su cesta en la litera de arriba.
—¡No! Espera —le detiene inmediatamente Jungkook, recibiendo una mirada confundida— Ahm... Yo dormiré en esta —avisa, comenzando a pasar sus cosas de la litera de abajo a la de arriba— Tu duerme abajo, ¿okay?
—¿Pero no es tu cama? —pregunta el castaño, frunciendo el ceño.
—No, es la de arriba —miente.
—Oh... okay.
Beomgyu comienza a ordenar la cama de abajo mientras dejaba sus cosas y Jeon no puede evitar sentir una sensación de fastidio en su interior, queriendo alejar completamente al novato de su celda porque no era suya. Mierda. Ahora entendía perfectamente a Jimin en aquellos momentos. La sensación de sentir que un desconocido invadiera el lugar que fue tu espacio personal durante años, era muy insoportable. Pero no tenía otra alternativa que aceptarlo.
—¿Cuántos años tienes? —cuestiona al estar observando sus rasgos juveniles.
—Tengo diecinueve.
Bingo. El chico prácticamente era un niño a su lado. ¿Pero qué habrá hecho para estar allí y tan joven? Bueno, no debería de sorprenderse tanto. Jimin ingresó cuando tenía dieciocho, mientras sean mayor de edad, todos irían al mismo lugar.
—¿Y qué fue lo que hiciste? —pregunta nuevamente sin discreción alguna.
El castaño se detiene y hace una pequeña mueca.
—Bueno... Es algo vergonzoso, conducía ebrio con un auto robado y sin licencia, entonces terminé chocando severamente contra una patrulla... Sí, no tengo la mejor suerte del mundo.
Jungkook no puede evitar reírse un poco. Y a pesar de que Beomgyu le hizo la misma pregunta él no quiso responder, hasta que preguntó otra cosa.
—¿Quién es Jimin?
El pelinegro se mantuvo en silencio por algunos segundos y después suspiró con fuerza, tragando saliva.
—Era mi antiguo compañero, dormía en la litera de arriba... —señaló la mencionada de mala gana— Ahora mismo está hospitalizado, pero... tengo la esperanza de que volverá... Es mi novio —aclaró.
Beomgyu abrió completamente sus ojos y retrocedió un poco.
—¿Eres gay?
—Bueno, algo así... —se encogió de hombros y después sonrió al ver la expresión insegura del joven— Descuida, no te haré nada. No soy de esos reclusos asquerosos para tu fortuna.
Seguidamente cree necesitar un respiro y lo utiliza de excusa para abandonar la celda, y cuando le da una última mirada antes de irse, no puede con la imagen de alguien más en ese sitio que no fuese Jimin, así que terminó por salir.
Sin embargo, por desgracia el funcionario tenía razón, ahora tenía que aprender a vivir con otra persona que no era Jimin y aceptar que probablemente este nunca regresaría.
Buenaaasss, les vengo con tres capítulos. Espero los disfruten, Beomgyu será un personaje secundario y que no va a tomar mucha relevancia, igual es un bebé.
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