Capítulo 42
Capítulo 42
Vas a salir por la primera ruta que tenías en mente, ya no piensas darle más vueltas al asunto. Además no te arriesgarás a perder el contacto con el supervisor.
El haberte tomado un descanso te ha permitido respirar lo suficiente y tus sentidos se han restaurado, o al menos ya no están tan atrofiados como hace unos momentos. Vas con una poca más de tranquilidad al subir, cuidando los pasos, cuidando de dónde te sostienes para no caer. Esto es como escalar montañas, el que se desespera se cae.
Piensas en los sobrevivientes de accidentes aéreos, aquellos que perdieron todo miedo a la muerte y se dedicaron a pasar el resto de sus vidas en carreras de motocross o escalando montañas. Pasaron de ser personas cohibidas y reservadas a ser intrépidas y temerarias.
Claro, también estaban los que se deprimían y se tiraban de un puente...
Ir a paso lento ha sido beneficioso, logras salvarte de alguna que otra roca frágil que al mínimo contacto se desprende y cae al fondo. Es aterrador, tu ascenso se hace más vertical cada vez, con sus pequeñas excepciones, depresiones como descansos para recuperar algo del aire perdido.
VITALES: ESTABLES.
Miras las lecturas que registra el caso y sabes que lo mejor es evitar una crisis. El oxígeno es limitado. En uno de los descansos, respiras profundo y te decides a continuar a por el último tramo pero tu mano sostiene algo que no es para nada similar a la roca.
Hay un objeto parcialmente atorado entre dos placas de roca, un nicho natural formado por las estrías típicas que se hacen en los minerales débiles con el pasar del tiempo.
Lo alumbras con la linterna para tener una mejor vista de él y notas de lo que se trata: una caja herméticamente cerrada, una caja metálica de color rojo abollada pero intacta, jodida y sorprendentemente intacta.
Tenía que ser militar, sin lugar a dudas militar. Observándola con detenimiento era como las cajas de munición que cargan los soldados en sus aviones en todas las películas de guerra de antaño. ¿Qué carajo hacía una caja de munición allí?
Claro, es el fondo del mar. Un naufragio, tal vez. Podría haber un barco hundido en alguna parte, quizá eso era la razón de la explosión. Sí, eso tenía que ser. Una caja militar era señal de un naufragio militar, ¿Los militares qué traen consigo? Bombas, bombas tenían que ser.
Como fuera, la caja tiene una especie de inscripción impresa en el metal, una marca hecha a alta temperatura como las placas conmemorativas de una estatua.
Quitas un poco de la arena que la recubre y descubres el extraño texto que rodea.
Está incompleto, más de la mitad se ha quedado adentro del nicho pero sí alcanzas a distinguir una buena parte.
Y esa parte del texto es más que suficiente.
ХРУПКИЙ!
ПОДВОДНАЯ КАМЕРА
СОВЕТСКИЙ Флот
ПРОЕКТ АТЛАНТИДА
Las palabras en ruso saltan a la vista, después de todo, es fácilmente reconocible, pero por si quedaban dudas, también había un relieve gráfico que te daba la razón, un símbolo conocido universalmente.
La hoz y el martillo formado una cruz en el rugoso material rojo. Era una señal comunista. La bandera de la URSS.
Esa caja era propiedad de la URSS, de algún buque militar hundido hace años.
Todos tus pensamientos te indican...
a) Tienes que desencajar la caja de su lugar y llevarla contigo como evidencia. (Ir al capítulo 51)
b) Tienes que ver la forma de abrir la caja para descubrir su contenido (Ir al capítulo 53)
c) Tienes que seguir adelante, no puedes ir cargando la caja y tampoco sabes lo que puede contener. (Ir al capítulo 55)
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