Capítulo 20
Capítulo 20
Por primera vez en horas, tienes un plan, y al parecer el Supervisor de Misión, con su extraña e inexpresiva voz de secretario andrógino, está de acuerdo contigo.
Sacudes tu brazo en el agua y juegas con las partículas de arena a tu alrededor mientras esperas que el dispositivo termine de trazar la ruta. Recuerdas esos tiempos en los que tu mayor estrés era soportar a las contestadoras. Tu linterna parpadea mientras caminas al punto de encuentro con los demás sobrevivientes. "Sobrevivientes", en plural. Son varios. Quizá dos, quizá tres. ¿Por qué habrían tardado tanto en encontrarlos?
"Todo estará bien, nada puede empeorar" te decían desde la adolescencia. Sí, claro. Si todas esas personas supieran que acabarías así, junto a un cadáver de buzo con su mochila y el casco roto, jamás habrían dicho semejantes perogrulladas... momento, ¡la mochila del otro tipo!
Lo piensas un par de segundos. La idea se revuelve en tu estómago y lo sopesas.
Los ojos con hemorragia del cadáver que había despertado a tu lado ¿Quién era? ¿a qué se dedicaba? ¿tenía familia?
Preguntas sin respuesta.
Lo único importante ahora era que tú siguieras con vida. Él ya no estaba aquí.
Después de caminar un rato sobre la línea trazada, encuentras algo que no está en el mapa:
Un pronunciado risco seguido de una gran depresión parecida a un barranco, puedes ver el fondo a unos cincuenta metros y sigue un camino recto hasta un volcán submarino que ilumina algo parecido a otro Explorer casi invisible. Es posible bajar por allí.
Al mover tus pies te elevas ligeramente como si estuvieras caminando en la luna, alguna corriente de aire te ha movido y te ha hecho sentir la pérdida de gravedad. Entonces tienes una duda existencial ¿caminar bajo el agua cuenta como nadar? Y si no, ¿Por qué no?
Haces un breve análisis del terreno para cerciorarte y compruebas lo inevitable:
La pendiente es bastante inclinada y las rocas tienen aspecto frágil, con corales y algas tapizándolas, podrías resbalar con facilidad si no tienes cuidado. Es el camino más rápido para llegar al "sitio seguro".
Miras a los lados del cráter, por la derecha, éste se extiende bastante y la pendiente se pronuncia mucho más; pero por el izquierdo, la inclinación se reduce y la pendiente igual. Pero te llevará mucho más tiempo rodear todo ese perímetro.
Suspiras con alivio y resignación. Al menos no eres solo tú. Ahora está en tus manos. Debes moverte ahora.
a) Rodear el cráter. (Ir al capítulo 8)
b) Atravesar el cráter. (Ir al capítulo 18)
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