Capítulo 18

Vas a atravesar el cráter.

Colocas un pie en la roca escalonada, estás pisando el fondo submarino, la sensación es agridulce. Asientas el paso y la roca se quiebra debajo, pierdes el equilibrio y te propulsas medio metro hacia abajo.

Es la sensación de la montaña rusa, sientes tus intestinos subirse a la garganta.

Pero caes de pie. La estructura aquí es más sólida.

Debes reconsiderar tus habilidades de reconocimiento.

Ya no parece tan inclinado una vez allí.

Bajas con precaución, tampoco vas a confiarte.

Hace calor, sudas. Te preguntas si el traje cuenta con ventilación o sistema de enfriamiento, pero a duras penas entiendes todos los gráficos y luces que hay dentro de tu casco, al menos te reconforta saber que son de color azul, ya que el verde es el color universal del peligro en esa clase de cacharros.

Si no fuera por el supervisor, ni siquiera podrías haber activado el mapa.

Su "curso de preparación" fue jodidamente precipitado. Sólo les habían dado un par de lecciones en los tres miserables días que tuvieron para alistarse.

En su momento, te pareció buena idea. Es decir, debían darse prisa para ir a la Pirámide antes de que alguien más se les adelantara. Tenían la tecnología, y el dinero, así que solo faltaba un equipo internacional de expertos y civiles para darle veracidad y visibilidad al descubrimiento. Marketing. Y al ser un hallazgo histórico, una maldita pirámide anterior a Mesopotamia, era primordial una producción casi cinematográfica.

Tenían equipo para filmar un documental e intenciones de convertirlo en un atractivo turístico.

El profesor Ido, el director de Industrias Moebius, te había reclutado a ti y a otra docena de personas, no para compartir su emoción, sino para compartir su responsabilidad.

Sonaba bastante bien, ¿no? Tu vida nunca había sido lo bastante extraordinaria. Habías leído un par de veces sobre aventura y adrenalina, pero algo en ti lo necesitaba vivir en carne propia.

Ahora, ya no parece buena idea. ¿En qué cabeza cabe hacer a los voluntarios firmar un contrato de confidencialidad y llevarlos a una expedición para la que no están cualificados ni calificados en solo tres días?

Con tecnología experimental, y que al parecer, había fallado.

Todo era producto de las maquinaciones de un loco.

Si sobrevives, tendrás la posibilidad de demandar. Pero eso es tema para después.

Después de unos minutos, al fin vas a mitad de la pendiente

La caminata submarina es agotadora.

Cuesta abajo, todo se ve más imponente. Las rocas se extienden como colmillos ante ti.

Poco después, con más cansancio todavía, el descenso se termina y llegas a terreno llano. Es como estar dentro de un cráter lunar gigantesco. Observas el panorama, es asombroso.

El otro Explorer está a unos cien metros, en pésimo estado pero la estructura de la cabina sigue intacta. Todo el daño está en las turbinas traseras y los motores laterales, que están hechos añicos como una lata aplastada.

Los restos de piezas y cables se riegan como intestinos hasta la cueva, que es bastante grande.

Al menos desde aquí, no se ve ningún cadáver.

—Misión, algo sucede.

De la nada, un cegador destello estalla a lo lejos, su fuerza es tal que parece el sol, cierras los ojos instintivamente. Cuando los abres, puedes ver una bola de arena expandiéndose como si fueran... ¿explosiones?

—¡Misión! ¡Ha ocurrido un incidente! El rango de la explosión es enorme: póngase a cubierto cuando antes.

Como la ceniza de un volcán, se expande con violencia y devora todo a su paso, unos destellos azules surgen del interior de la nube, iguales a relámpagos, se dirige hacia ti.

Tienes que reaccionar inmediatamente, tu vida depende de ello.

a) Correr en línea recta al Explorer para entrar en él y cubrirse del peligro. (Ir al capítulo 21)

b) Volver a la cordillera y escudarte ahí hasta que el peligro pase. (Ir al capítulo 31)

c) Ir directo a la cueva para estar lejos del peligro. (Ir al capítulo 24)