Vigilar a los estudiantes de su aula era agotador. Jóvenes revoltosos de todos los rangos, que no podían ser controlados ni siquiera por los maestros, a excepción de ese pequeño chico que se sentaba en la última fila.

Un jovencito delgado, ojos grandes, piel blanca y suave a la vista, labios abultados que lucían más gorditos cada vez que hacia un puchero cuando algo no le parecía.

Y además, era un omega.

La escuela no solía aceptar muchos omegas, ya que la mayoría de las veces eran acosados.

Kim TaeHyung era un chico hermoso, lástima que el Alfa no fuera alguien de muchas palabras.

— Bueno chicos, eso ha sido todo por hoy — hablo una alfa de avanzada edad — no olviden que la próxima semana iniciaremos con las prácticas para su proyecto final. Nos vemos.

— Así que Kim, trabajaremos juntos para el proyecto final — Más que pregunta, sonaba como una afirmación.

— Y-yo, n-no.

No era la primera vez que aquel grupo lo molestaba, tal vez nunca llegaban a los golpes, pero si recibía insultos, burlas y uno que otro empujón. Ya que era el único omega de su clase, la mayoría de sus compañeros creía que llamaria su atención si lo molestaban.

— ¿Por qué no? — Bogum sonó molesto.

— No m-me gusta trabajar e-en equipo — era inevitable no mostrarse algo sumiso a causa del miedo, ya que las feromonas del alfa eran agrias.

— Pero tienes que.

— N-no

— Buenos días chicos ¿Sucede algo?