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¿Trato?

Jimin se sentó en la cama, viendo como Jungkook dormía boca abajo, con la luz del sol dándole en la espalda. Se veía irresistible y le daban ganas de pasar sus manos por su blanca piel, pero no quiso despertarlo.

Se quitó lentamente la tela en su pierna, viendo como tenía la herida. Aún sangraba un poco, necesitaba lavarla, necesitaba asearse.

Se levantó y revisó la ropa de Jungkook, tomando lo que le gustó. Andaba dudoso de si sería correcto ir al río o no, pues era territorio de tigres y cualquier cosa podía pasar, pero confiaba en él y creía que estaría bien, además necesitaba conseguir comida para consentir a su alfa. Después de todo no estaba tan lejos, así que salió de la casa con un bolsito de tela en donde guardó lo que necesitaba.

✧✦✧

Yoongi avanzaba a paso lento, como queriendo retrasar el momento en el que debía enfrentarse a Dongwan, el alfa líder de la manada y padre de Jimin y Taehyung.

Se había desaparecido casi dos días enteros, sin dar señales de vida luego de fracasar en su misión de marcar a Jimin, pues tenía el permiso de Dongwan para ello. Solo por ser el mejor guerrero alfa de la manada, ganándose así la aceptación del líder. Sin embargo, cuando se enterara de que había salido todo mal, las cosas serían muy diferentes.

Algunos se acercaron a él en cuanto lo vieron llegar, atacándolo a preguntas de en donde estaba y si se encontraba bien. Yoongi solo los ignoró, dirigiéndose directamente a la casa de Dongwan.

Dongwan salió de la cabaña en cuanto escuchó el alboroto por la ventana, junto a Hye, su esposa y Taehyung, su hijo omega mayor. Mantenía una sonrisa triunfal en su rostro, creyendo que Jimin finalmente había sido marcado. Pues el omega era algo rebelde y dizque ninguno le gustaba, pero confiaba en que Yoongi lo lograría, con o sin el consentimiento del peliblanco.

—Hasta que al fin el mejor guerrero regresa —dijo Dongwan—. Sé que mi hijo es una fiera, pero no creí que te tomaría un día entero. ¿La pasaron bien? —observó el lugar, a ver si lograba divisar a su hijo, más no lo lograba.

Yoongi apretó la mandíbula, sabiendo que se le venía la noche encima en cuanto le contara: —Debo hablar con usted, las cosas salieron mal.

—¿A qué te refieres? —frunció el ceño, perdiendo su sonrisa.

—No creo que este sea el lugar...

Dongwan no dijo nada y entró a la cabaña, seguido de Yoongi. Hye prefirió dejarlos solos, yendo a sus cosas. Luego se enteraría de los inconvenientes.

Yoongi pasó por al lado de Taehyung, cruzando miradas, pero no dijo nada. El rubio solo se quedó en donde estaba, bajando la mirada y largando un suspiro, sintiéndose totalmente rendido.

A Taehyung le gustaba tanto, pero sus padres se lo habían dado a Jimin, y eso lo mataba. No odiaba a su hermano menor, al contrario, lo amaba y era el único que lo apoyaba. Pues desde que se habían enterado que era estéril, se había transformado en la deshonra de la familia. Un omega que no podía dar cachorros era un omega inútil.

—Quiero saber que sucedió —exigió Dongwan—. ¿Dónde está mi hijo?

—Se escapó... —respondió Yoongi.

—¡¿Qué dices?! —se alteró. Era lo que menos esperaba de quien era el mejor luchando y en estrategias de la manada.

—No quería que lo marcara, peleamos y se escapó. Lo perdí a pesar de su olor fuerte, pero tiene su pierna lastimada, no puede haber ido muy lejos —omitió lo del río. Si se enteraban de que se había ido por allí, lo darían por muerto y ahí si sería su fin.

—¿Cómo mierda se le escapa al mejor guerrero de la manada un omega como él? —por un momento pareció querer preguntar algo más, pero se quedó callado al notar que Yoongi no le había mencionado nada sobre lo que sospechaba. Mejor así.

—Seguiré buscándolo sin descanso.

—Quiero que los grupos de caza salgan a buscarlo, ¡de inmediato! —golpeó la mesa, totalmente furioso con la ineptitud de Yoongi. Estaba decepcionado.

—Prometo encontrarlo, y entonces seré el alfa que usted quiere para su hijo.

—No... ya me has demostrado que eres un inútil, mi hijo no te merece. Tendrás que hacerte cargo de Taehyung.

Yoongi lo miró sorprendido, casi ofendido. No tenía planeado tener cachorros en ese momento, pero si en un futuro y bien sabía que Taehyung no era capaz de eso.

—¡Pero no puede darme cachorros! —gritó, todo atrevido por levantarle la voz al alfa líder.

—¡Es tu castigo por ser tan bueno para nada! ¡Ahora vete de mi vista! —señaló la puerta, su cuello marcándose de venas al usar su voz de mando e intentando contenerse para no desterrar a Yoongi de la manada por estúpido.

Yoongi frunció el ceño, pero no dijo más nada. Avanzó a paso rápido y salió de ahí, ni siquiera saludó a Hye cuando le pasó por al lado. Estaba totalmente cabreado. No sabía como haría para encontrar a Jimin. Ese maldito había cruzado el río, yéndose a territorio de tigres, dando por hecho que seguro ya había sido la cena de alguno.

Luego de las guerras entre ambas razas hacia unos cuantos años, la rivalidad seguía viva a pesar de haber llegado a un acuerdo de paz y marcar límite de territorios. No se podía cruzar al otro lado. El que lo hacía era considerado muerto, pues era como romper la ley, y muchos cumplían el acuerdo a raja tabla, sin pensárselo dos veces antes de matar al intruso.

Yoongi caminó directamente a donde estaba Taehyung cuidando de unas cosechas. Sin decir nada, lo tomó del brazo, obligándolo a levantarse. El omega se asustó, pues Yoongi se veía enojado, pero dejó que se lo llevara a un lugar donde pudieran hablar tranquilos.

—Escucha, inútil, a partir de ahora estás bajo mi cuidado, así que harás todo lo que te diga —dijo Yoongi, pues no le quedaba de otra.

Taehyung se sobó donde lo había tomado. Se había pasado un poco con la fuerza: —E-Está bien...

—Perdí a tu hermano, y tú me ayudarás a buscarlo. Mandarán grupos de búsqueda pero ellos no tienen idea de por donde se fue.

—¿Y luego qué sucede conmigo? ¿Me vas a desechar? —bajó la mirada, sintiéndose intimidado por su mirada penetrante y fría, ademas de estar decepcionado.

—No me sirves, de hecho a nadie, por eso no creo que a alguien le importe si cruzas el río o no. Después de todo por ahí se escapó el otro idiota.

—Entonces no quiero, no voy a ayudar a nada — exclamó.

—¿No quieres a tu hermano? ¿Es por qué puede tener cachorros y tú no? —bufo, pasándose las manos por la cara. ¿Ni siquiera para darle una mano iba a servirle?—. Bien, me importa una mierda porque no quieres o lo que sea... —Taehyung amagó a irse—. Pero te daré lo que quieras si me ayudas a saber que pasó con él, si esta vivo o ya es carne de tigre.

Taehyung volteó a verlo, interesado. Le dolía ser rechazado de ese modo por quien sea solo por no poder tener cachorros, pero más le dolía que el alfa que tan loco lo volvía con su olor a lluvia lo hiciera también. Sus padres eran un caso aparte.

Y si, estaba preocupado por su hermano, pero no podía dejarse estar. Debía sacar algún provecho de Yoongi al menos.

—¿Lo que yo quiera? —preguntó Taehyung.

—Si, pero nada imposible porque no hago milagros eh —le regañó, por las dudas.

—Quiero ser tu omega, es eso o nada. Solo yo —dijo seguro.

Yoongi apretó la mandíbula. ¿En serio eso le importaba tanto al rubio? Su puto hermano estaba perdido, quizás muerto, y a él solo le importaba tener alfa. Comenzaba a dudar si en verdad lo quería o era un envidioso.

—De igual modo tu padre quiere que sea tu estúpido alfa como castigo por haber perdido a Jimin.

Taehyung se encogió de hombros. No le importaba lo que su padre hubiera dicho, tampoco era su problema, solo quería que Yoongi lo marcara, ser suyo, ser tomado de una buena vez. No quería volver a pasar solo su próximo celo.

—¿Trato o no? —preguntó, esperando una respuesta.

Yoongi observó a su alrededor, ¿qué otra opción le quedaba? Después de todo Dongwan se lo había entregado y debía de hacerlo suyo.

—Pero cuando sepa que sucedió con Jimin —puso como condición. Taehyung solo asintió, estando de acuerdo—. ¿Si cruzarás el río?

—Lo buscaré.

—Ten cuidado, no hagas que tenga que ir yo. — ni borracho se tomaba el trabajo de pelear con un tigre por culpa de esos dos. No le interesaba lo que les pasara.

Taehyung solo sonrió tiernamente antes de darle un tímido beso en la mejilla e irse rápidamente de allí. Yoongi lo siguió con la mirada, con el ceño fruncido por haberse tomado ese atrevimiento, pero lo dejó pasar, suavizando la mirada en cuanto se aseguró que no lo estaba viendo.

Taehyung era realmente hermoso, pero era 'inútil'. No le convenía aunque su olor a vainilla le encantara, y temía fijarse en él de verdad, porque a su lobo le gustaba más que Jimin. Él solo había seguido las ordenes de Dongwan.

✧✦✧

Jungkook bajó las escaleras, guiado por el delicioso olor a pescado con hierbas. Vio a Jimin cocinando y le encantó la imagen. Él se veía tan lindo todo concentrado en lo que hacía, con su lengua asomándose de manera inconsciente. Estaba feliz de tenerlo en la casa.

Se acercó a donde estaba, cayendo en cuenta de lo que había hecho.

—¿Fuiste al río? —preguntó Jungkook, algo preocupado de solo pensar que podría haberle pasado algo.

—Si, fui y me bañé, de paso traje de comer —sonrió bonito.

—Ten cuidado, sigues en celo y cualquier alfa puede querer pasarse. Me hubieras dicho que fuera contigo. No salgas solo, no conoces este territorio y cualquier otro tigre puede verte.

—No quería despertarte, te veías tan a gusto durmiendo —hizo un puchero.

—Pero no importa, despiértame si estoy dormido a la próxima que quieras salir.

Jimin asintió y Jungkook le dio un beso en la frente, abrazándolo por atrás para que siguiera cocinando. Olió su cuello, sintiendo un delicioso aroma a flores y su intenso olor a jazmín por el celo.

—¿No te sientes mal estando conmigo? —preguntó de pronto, haciendo que Jimin lo mirara raro.

—¿Mal cómo?

—No sé... —se quedó callado por un momento, como si quisiera decir algo más—. Olvídalo.

Jungkook dejó un beso en su mejilla y preparó la mesa. Dejó que Jimin sirviera la comida en cuanto estuvo lista, y se sentaron a comer. El alfa estaba deleitado, sorprendido con todo lo que su omega era capaz de hacer. Sin duda era un gran partido.

—¿Tienes familia? —preguntó Jimin, para hablar algo mientras terminaban de comer—. ¿Solo eran tú y tus padres? —se sintió mal por preguntar, pero quería saber.

Jungkook apretó los labios, pensando en que decirle exactamente: —Tengo dos hermanos, pero no me llevo bien con ellos.

—¿Son los dos tigres que vinieron en la noche? —Jungkook asintió—. ¿Qué hicieron para que los odiaras? O... ¿qué hiciste para que te odiaran?

—Solo... nunca nos llevamos bien —no sentía las ganas de ahondar en el tema.

—No te enojes, amor, está bien si no quieres decirme —dejó una mano sobre la del alfa y le dio un apretón, queriendo apoyarlo en un tema que al parecer le dolía.

—Mejor ordenemos ya la mesa. Estuvo muy rico, amor —se levantó dispuesto a ayudar a su alfa a ordenar y limpiar—. ¿No te costó pescar?

—Estoy acostumbrado, no es la primera vez que lo hago.

—¿Ah si? ¿Qué más sabes hacer?

—De todo. Se lavar, coser, cocinar, cosechar, arreglar cosas... —se encogió de hombros, con aires de superioridad, haciendo que Jungkook sonriera—. Creo que incluso hasta pelear —se hizo el fuerte, mostrando los bíceps que no tenía—. Si hiciera ejercicio tendría cuadritos como tú.

—Un omega no tiene la fuerza de un alfa —se carcajeó Jungkook.

—Si peleas conmigo puedo demostrarte que los omegas si podemos —alardeó.

Jungkook se paró firme, demostrando ser un tanto más alto que Jimin, que lejos de intimidarlo solo logró que le gustara lo que veía: —A ver, enséñame que es lo que tienes.

—¿Te doy un puñetazo en dónde?

—En donde sea —se puso duro ahí todo macho nada me duele. Jimin le dio un puñetazo en el abdomen, sintiendo lo tensionado que se había puesto el desgraciado. Jungkook comenzó a reírse, aunque si le había dolido un poco... solo un poco—. ¿Eso fue todo? —lo provocó. Jimin le pegó de nuevo, pero más fuerte, haciendo que riera de nuevo—. No me duele —negó.

—¡No puede ser, te di con todas mis fuerzas! — exclamó, ofendido.

—Es que eres omega. Tus golpesitos no me duelen —burlón.

—¿Y una patada en las bolas si? —alzó una ceja.

—Eso es otra cosa, así que no toques mis queridas bolas si no es para acariciarlas —sonrió, victorioso.

—Que cochino —le pellizcó una tetilla, haciendo que Jungkook riera.

El alfa tomó asiento y palmeó sus piernas. Jimin le hizo caso, pasando sus brazos tras su nuca. Tenía ganas de mimar a su omega, además se lo merecía por tan deliciosa comida que le había hecho.

—Si mañana quieres ir al río de nuevo dímelo aunque esté dormido, no quiero que otro tigre te encuentre solo.

—¿Es por el tratado? ¿Si me ven aquí habrá problemas?

—Si te ven te matarán y no queremos eso, ¿o si? Así que mantente a mi lado hasta que yo vea la manera de que no haya problemas para tenerte aquí. Además también estás en celo. Sigues oliendo mucho aunque ya no como el día que llegaste, pero mejor evitemos cualquier problema.

—¿Tan exquisito huelo que no pudiste controlarte? —recordando como estaba el alfa hacía unos días—. De solo pensarlo me pongo húmedo.

—¿Ya quieres más? —se carcajeó. Un omega en celo era un omega peligroso.

Jimin asintió, y se sentó dándole la espalda, pasando una pierna de cada lado. Movió su trasero de forma provocativa en la entrepierna del alfa, sintiendo que este se ponía duro rápidamente.

Sin esperar, Jungkook bajó un poco los pantalones de Jimin, y pasó sus dedos por su entrada, sintiendo lo húmedo que estaba. Mientras durara su celo, iban a aprovecharlo tantas veces como quisieran, ya que en ese estado Jimin se sentía hambriento de sexo a cada rato y tampoco era algo que a Jungkook le costara darle.

Bajó un poco su pantalón también, liberando su erecta masculinidad. Se tomó y restregó la punta de esta en su entrada, sacándole a Jimin jadeos de deseo. Por si solo, el peliblanco se movió, haciendo que entrara, y abrió su boca sorprendido por el placer que eso le causó. El calor subiendo por su cuerpo, haciendo más fuerte su olor a jazmín.

—Eso, muévete así —pidió Jungkook, tomándolo de la cintura y guiándolo en los movimientos, deleitándose con la imagen de su omega autopenetrándose.

En cuestión de segundos la casa se inundó de gemidos y jadeos que ambos largaban, disfrutando totalmente de aquella nueva sesión de sexo, hasta que ambos llegaron al orgasmo.

Nuevamente, Jungkook se salió rápido de su omega, acabando en su propia mano en cuanto llegó al clímax. Y aunque Jimin también había llegado, no se sentía satisfecho, por lo que largó un quejido haciéndoselo saber.

—¡Jungkook! —exclamó Jimin, ofendido—. Quiero que lo hagas dentro, se sintió rico cuando lo hiciste —se levantó sin importarle estar agitado y sudado, para luego arreglar su ropa rápidamente. Se sentía molesto.

—Si lo hago dentro voy a embarazarte y no quiero eso.

—P-Pero quiero cachorros, además ya lo hiciste cuando me marcaste —tiró su cabello blanco y húmedo hacía atrás.

—Si lo hice, pero me dejé llevar. No podemos tener cachorros, no los vamos a tener —aseguró, muy firme en su idea.

—¿Nunca?

—Nunca —Jimin frunció el ceño y caminó para irse—. ¿Por qué te enojas? —pero no obtuvo respuesta. Arregló rápido su pantalón, y lavó su mano casi a la velocidad de la luz cuando lo escuchó salir de la casa—. Jimin... —corrió a él sin importarle secar su mano y se apuró a tomarlo, haciendo que lo mirase—. Solo entiende. No es que no quiera, es que no podemos... no puedo.

—¿Eres estéril?

Jungkook pareció pensar por un momento: —Si, si lo soy —aunque era mentira.

—¡¿Qué?! ¡¿Y no me lo dijiste?!

El alfa no dijo nada. Sabía que estaba destrozando el deseo de ser padre de Jimin, pero no podía arriesgarse, aunque ya se sentía asustado por haber acabado dentro suyo en su primera relación. No quería embarazarlo, podía ser peligroso.

Jimin, en cambio, solo caminó a paso rápido. Quería estar un rato solo hasta que se le pasara el enojo. En ese estado solía ser muy impulsivo y no quería cagarla. No quería decirle a Jungkook cosas que no quería. Y se agradeció mentalmente de que su alfa no lo siguiera, porque luego, cuando las aguas se calmaran, charlarían seriamente ese tema.

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