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Capítulo 9. ¡Sorpresa!

Kimberly.

—Tienes visita. —El guardia entró a la celda y me esposó.

Mi cara de sorpresa y extrañesa era obvia. No había resivido visitas en tres meses. Caminé al lado del hombre sin hacer preguntas. Una puerta se abrió frente a mí dejandome ver la espalda de alguien.

Mi sorpresa fue mayor al reconocer el olor de su perfume en el aire. Me quitaron las esposas y caminé con precaución para sentarme frente a él.

—Felicidades. —Una falsa sonrisa dibujaba su rostro.

—¿Qué haces aquí? —Mi tono era de enojo y rencor.

—Solo pensé que te haría bien ver una cara conocida en tu cumpleaño. —Juntó sus manos y las colocó sobre la mesa.

—Pues ya te vi. Adiós.

Me levanté de la silla para salir de ahí, pero el se paró frente a mi deteniedo mi paso.

—A donde crees que vas... esto recién comienza.

Diez minutos después estaba siendo llevada por el guardia hasta mi celda. Mi cara estaba roja y mis ojos hinchadoz de tanto llorar. La rabia recorria mi interior.

La celda se abrió y el guardia quitó las esposas para poder entrar. Rubina, que permanecía acostada en su cama se sentó. Su rostro lucía neutro, no expresaba ninguna emoción. Bajé la mirada a mi cama y una caja pequeña llamó mi atención. En una pequeña nota decía: FELICIDADES, la abrí y un grito de horror salió de mi garganta.

Tiré la caja a una esquina y corrí a vomitar al bater. La imagen de la cabeza de un ratón con la espina dorsal seguía reproduciendose una y otra vez. El olor a sangre seguía metido en mis fosas nasales. Rubina saltó de su cama y se colocó detrás de mí.

—Muchas felicidades... Kimberly.

Volteé mi cuerpo hasta quedar frente a ella que me brindaba una sonrisa algo maquiavélica. Cruzó sus manos sobre su pecho y dió un paso.

—Tu cumpleaños recién comienza.

___

Rubina.

Rachelle me había contado una súper idea para felicitar a Kim, al principio me pareció retorcido, pero después me fascinó. Llevaba horas planeando esto. Un ratón qué se la pasaba metido en la celda fue elejido como víctima.

Por suerte, ella recibió visita, dándome tiempo a preparar todo.

Aproveché la oportunidad y saqué de la envoltura de papel un trozo de salchicha que habia guardado del desañuno. El ratón no demoró mucho en caer, ese desgraciado recorría la celda como si fuese uno más.

Partí su cuello, y con mi nava comencé a descuertizalro dejando solamente su cabeza y su espina dorsal. Los restos del animal lo envolví en otro papel y se lo entregué a Rachelle para que lo desechara.

Abrí una caja que llevaba algún tiempo conmigo para meter el regalo dentro, escribí una nota de felicitación y lo acomodé en su cama. Unos minutos después Kimberly estaba dentro de la celda.

Mantuve una cara de poker, no quería reír y ser descubierta. Ella me miró y me fijé en que su cara y sus ojos estaban rojos. Bajó la mirada notando la precencia de la cajita y la abrió.

Un grito salió de su boca y lanzó la caja a una esquina. Oculté mi risa bajo mis manos y ella vomitó. Me dió mucha pena verla así. No me quedó más remedio que bajar.

—Muchas felicidades Kimberly. —Dejé de contener la risa.

Ella se giró y me miró algo confundida. Cruce las manos sobre mi pecho y caminé para quedar más serca de ella.

—Esto recién comienza... —mi sonrisa se agrandó y detrás de nosotras, las demás presas, comenzaron a cantar la canción de Happy Birthday.

La abracé y susurré la canción en su oído. Los aplausos y los silvidos de las demás se hicieron presentes al acabar la canción.

—No estoy... entendiendo nada. —Secó una lágrima y miró a la esquina donde estaba el ratón.

—¡Es una broma! —expliqué—, si te sirve de algo, fue idea de Rachelle.

—Okey... definitivamente voy a matar a esa chica. —Su semblante cambió por completo.

La vi sonreír mientras negaba y se pasaba las manos por su cara. Las celdas se abrieron y le dije que se adelantara al patio, que yo iba a botar al ratón. Recogí la cabeza con una mueca y la metí otra vez en la caja, miré fuera de la celda y cuando no había nadie entré y saqué un móvil que tenía escondido dentro de la almohada.

Busqué el nombre en la lista de contactos y llamé. Contestaron en el primer tono, y al oír su voz, tuve que tragar saliva.

—Todo está hecho. —le dije. La voz del otro lado de la línea respondió con un Ok y yo me apresuré para añadir—: Por cierto, FELICIDADES para ti también.

Finalicé la llamada y me dirigí al patio con una sonrisa de victoria en mi cara.

___

Kimberly.

Rachelle no paraba de pedirme disculpas en el patio. Me hacía pucheros y juntaba sus manos en forma de súplica, se veía más niña cuando se ponía así.

—No sigas haciendo eso... —le di un pequeño manotazo en su hombro—. Te he dicho más de siete veces que te perdono.

—Solo quiero asegurarme de que no tomes ninguna represalia en mi contra.

—Anja, ni que fuera a matar un ratón y regalartelo el día de tu cumpleaño. —Ironizé.

—Ella no podría hacerlo, créeme. —Susurró Rubina cuando se nos acercó, aunque un poco alto, en el oído de Rachelle.

Muchas reclusas se me acercaban para felicitarme, amaba recibir la atención de las personas, pero nunca creí encontrarme en esta situación. Y como si recibir la atención de las internas no fuese suficiente; vi como el mismo policía que me había llevado hasta la enfermería aquella vez se acercaba a mi con pasos seguros.

—Tiene una llamada Srta. Kimberly.

Miré a Rubina más que confundida.

La visita en la mañana, y ahora todavía no era mediodía y una llamada. Solo esperaba que fuera mi abogado para darme alguna noticia.

El hombre me guió hasta el teléfono y se aparto tres metros para darme algo de privacidad. Levanté el teléfono y lo pegué a mi oreja, del otro lado podía escuchar la respiración de alguien.

—¿Sí? —Esperé unos segundos pero nadie habló. Solo se escuchaba la respiración—. ¿Dígame?

Nada.

Nadie dijo nada. La respiración de la otra persona me puso los pelos de punta. Con la mano temblorosa colgué el teléfono y me giré al hombre.

Las manos me sudaban, y estaba segura de que mi rostro había perdido el color.

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N/A: Pistas de Blue 🐶💙🐾.

¿Que piensan de Rubina?, ¿creen que lo habrá hecho con buena intención?

¿Y de Rachelle? No se confien de su cara de niña buena...

Dejen sus huellitas de mini Blue por aquí (votos y comentarios). Los quierooooo

Naomi🖤

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