Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 21. Dos en uno


Agatha.

Al comienzo todo era diversión, ella jugaba a ser yo y yo jugaba a ser ella. ¿Quién propuso la idea? Pues el mismo destino, que a veces resulta ser muy gilipollas. Sí, sé bien que yo estube de acuerdo, ambas estubimos de acuerdo, pero eso no le daba el derecho de robar mi escensia.

Ya llebaba al rededor de dos meses ahí, mi herida había mejorado mucho y la fiebre se había ido junto con el dolor. Lo único malo de eso: Ronald había acabado con la vida del doctor, y el cuerpo en descomposición, seguía tirado ahí, a cinco metros de mí.

El olor a carne podrida estaba impregnado en toda la habitación, y los pequeños y asquerosos gusanos se movían de un lado a otro mientras comían su carne. Su cuerpo estaba tan hinchado que creía que reventaría en cualquier momento y que esparciría todos sus órganos sobre mi.

Su muerte fue rápida y poco dolorosa, o no lo sé, a la que no le dolió fue a mí. Nunca fui como las demás niñas, a pesar de que mis padres siempre me concentian en todo. De pequeña solía coger insectos para meterlos dentro de las mochilas de las otras niñas, me divertía verlas correr de un lado a otro.

Por eso, cuando Ronald vacío su pistola en la cabeza del hombre, no sentí nada más que satisfacción. Su cráneo había quedado completamente destrozado, y por su cara habían salido las últimas cuatro balas.

Yo estaba, y hasta el día de hoy sigo cubierta de sangre. No sé en que momento Ronald se convirtió en un monstruo, ese era mi trabajo, no el suyo. No quedaba rastro de ese chico dulce en el que me había fijado una vez. Cada vez que lo miraba la rabia en mí crecía, el odio y el asco hacia él y hacia ella aumentaban, no tener el control de la situación me sacaba de quisio. Me odiaba a mi también por permitir que ella lo lastimara.

—¡Ronald! —grité para que me oyera—. ¡Ronald!

El sonido de sus pasos acercándose resonaron dentro de la habitación. La puerta de madera se abrió lentamente a la vez que las viejas bisagras rechinaban por el óxido. La claridad cegó un poco mi vista, pero eso no fue nada comparado con la reacción de él al sentir la fetidez en el aire.

Bufé cuando lo vi salir de la habitación con ambas manos en su boca, instantáneamente a mis oídos llegó la melodía de sus arcadas.

—¡Maldita sea, joder! —gruñó en cuanto terminó de regurgitar su desayuno—. ¡Ordené hace tres días que sacaran el cuerpo de ahí!

El bullicio de muchos pasos se hizo presente al momento. Unos hombres ingresaron en la habitación con guantes, mascarillas, palas y una bolsa negra. Sonreí al ver la cara de asco que ponían entre sí, esto iba a ser muy divertido, pero lástima que no estaría ahí para verlo.

CÁRCEL DE MUJERES

Kimberly

Rachelle resultó ser más odiosa que Rubina, preguntaba y preguntaba sobre mi relación con Dave sin cesar. Por otro lado, Rubina aún no sospechaba que yo realmente era Kim. La misma con la que había hablado por teléfono hace unos meses atrás para planear todo lo sucedido en el patio.

—Kiemberly, tienes una llamada —La voz de Trevor hizo eco en la celda.

—Por fin alguien se preocupa por mi —contesté a la vez que levantaba mis nalgas del duro colchón.

Le sonreí y el hizo lo mismo. Me guió por el pasillo y llegué hasta el teléfono. Mi cara era de alegría pura cuando sostuve el teléfono en las manos, no hablaba con Ron desde hacía ya algunos días, y eso me preocupaba. Agarré el teléfono y contesté.

—¿Sí?

Esperé escuchar la voz de Ron, pero no fue así. Incluso fue mucho peor. Una respiración agitada, pero débil, fue lo único que capté. Y eso me hizo estremecer. Conocía perfectamente ese sonido, o más bien,  la persona que lo provocaba.

Apreté mis puños y estampé el teléfono contra la máquina. Trevor me miró estupefacto cuando seguí mi camino hacía la celda con grandes zancadas, y sin decir nada, corrió al lado mío para acompañarme.

Cuando las puertas se abrieron para dejarme entrar, comencé a tirar todo lo que había a mi paso. La piel me ardía de la rabia y el enojo, el sonido de la respiración seguía dando vueltas en mi cabeza. Rubina me miraba desde una esquina con temor, ni siquiera la había notado, no hasta el momento que lancé una almohada hacía su dirección.

—¡Juro por dios que me las vas a pagar! —susurré entre dientes mientras arremetía una y otra vez contra la pared.

Había confiado en él y me había mentido, usado y manipulado. Pero esto no se iba a quedar así, lo iba destruir y de la peor manera posible.

Si el quería jugar con fuego, tenía que saber que había un 99.99% de posibilidad de quemarse.

Respiré con profundidad y giré mi cuerpo para quedar frente a Rubina, ella seguía en el mismo rincón y con la misma cara de susto. Traté de esbozar una sonrisa y me acerqué a pasos cortos, ella dejó de abrazar su cuerpo y acortó la distancia entre nosotras. No sabía por que lo hacía, pero necesitaba abrazar a alguien, sentir que no estaba sola y desahogarme.

Tenía muchas cosas por dentro que me lastimaban. Y exactamente esta parte de la historia, me dejaba sin aliento.

Kimberly.

Después de aquella tarde en la terraza del edificio, mi relación con Dave había crecido. Llevaba un tiempo sintiendo cosa por él, aunque no sabía a ciencia cierta que era. Quería descubrir el misterio detrás de esa fachada de perfección, que según Ed, era peligrosa.

Se acercaba el 25 de diciembre, y yo había quedado con Dave para cenar en su apartamento, después de todo el me debía una cena.
Él estaba cortando varias especias mientras yo lo miraba desde un banco detrás de la isla. Lo observaba en silencio. Notaba como se contraían sus músculos cada vez que hacía un corte, una vena sobresalía en su frente debido a la concentración, y más abajo estaban sus labios:rojos e hinchados por el beso que recién nos habíamos dado.

Una notificación en mi teléfono me hizo apartar la vista de él. Desbloqueé la pantalla y leí el mensaje, era ella.

Agatha: Te espero en el apartamento en cinco minutos.

Esto no me gustaba para nada. Ella sabía perfectamente que tenía planes con Dave, nos lo contabamos todo por el simple hecho de que teníamos que conecer lo que hacía la otra para no cagar nada. Miré a Dave que no había dejado de cortar y suspiré.

—Voy a traer algo de mi apartamento. Regreso enseguida. —Salté del banco y salí de la cocina sin darle tiempo a hablar.

Bajé los escalones de dos en dos y una vez que estube frente a la puerta la abrí y entré. Mi gemela estaba arrecostada a la pared, no dejaba de mover su pie y de pasar sus manos por el rostro. En cuanto notó mi precencia caminó hacía mi y dejó caer su mano en mi mejilla.

La carda me ardía, y tube que frotar mi mano por ella para calmar el ardor, eso iba a dejar marca.

—¿Qué rayos te pasa? —gruñí sin entender su bofetada.

—¿Te acostastes con él? —inquirió ella sin dejar de mirarme con odio—. ¡Maldita seas Kimberly! —añadió cuando asentí con pesar— ¡Te dije bien claro que no debías acostarte con él!

—¡Y qué querías que hiciera! Que le dijera que no podía porque era la hermana equivocada. —contraataque para defenderme.

—Me importa un carajo Kim. Yo y Ronald éramos novios y a ti nisiquiera te importó meterte en su cama. ¿Y ahoras vienes y también te metes con Edward? —Su mano agarró mi muñeca con fuerza, las uñas se encajaban en ni piel.

—Tú aceptastes entrar al juego... —le recriminé, a la vez que me safaba de su agarre.

—Te recuerdo que cuando eso pasó yo era yo, y tú eras tú. ¡No estabamos intercambiadas!

—¡Pero esta vez si! —sentencié.

Mi hermana se quedó callada unos segundos, su mirada y la mía eran las que luchaban ahora. Mi intención no había sido lastimarla, pero tampoco podía confesar lo que estábamos haciendo.

—Me jodistes la puta vida Kim. —comentó luego de una larga pausa.

—Lo hubieras pensado antes de empujarme aquella noche —Levanté la mirada y con mi dedo índice señalé su pecho—. Y recuerda, que fuistes tú, la que propuso que me quedara con tu identidad aquel día en el hospital.

CÁRCEL DE MUJERES

—¿¡Qué!? ¿Qué parte me perdí de la historia que no estoy logrando entender nada? —preguntó Rubina sin saber el significado de mis palabras.

—Eso mismo que dije Rubina —Miré a la susodicha y tomé aire antes de volver a hablar—. Solo que son dos historias, contadas por dos personas diferentes, pero con un mismo rostro.

La cara de ella era un cuadro. Sorpresa, confusión, incredulidad, temor, enojo... era un sin fin de emociones. Tenía que explicarle realmente lo sucedido esa noche, porque como le había dicho: éramos dos personas de igual apariencia, con desigualdades personalidades y contando dos historias en una.

____________________________________
N/A: ¿Alguien sabe que pasó aquí? Estoy igual que Rubina, ¿no había sido Kimberly la que había empujado a Agatha?

Aquí hay alguien mintiendo, tenemos a una impostora y una historia llena de mentiras weeee. Ya ni siquiera sé cuál gemela es cuál.

Díganme si ustedes están tan confundidos como Rubina y yo. La cabeza me va a explotar de tanta información falsa.

Dejen sus teorías locas por aquí 👉. Los amoooo

Naomi🖤

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro