Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 1. Haciendo amigas [✔]

Kimberly.

Un policía abrió la puerta de madera oscura para que nos adentraramos en la sala. No habían muchas personas dentro, pero si las suficientes para hacerme sentir observada. Mi abogado me indicó donde debía sentarme y eso hice. Coloqué las manos esposadas encima de la mesa y observé fijamente a las personas que estaban frente a mí.

Todos me miraban con odio y desprecio, como si yo fuera el peor de los casos atendidos en ese juzgado. Sus ojos curiosos salieron de arriba de mi para fijarse en un hombre con traje que se encontraba parado al lado de otra puerta a mi derecha, él carraspeó y enderezó su postura para luego anunciar al juez.

La puerta se abrió e instantáneamente todo el mundo se puso en pie, incluyéndome. Mi mirada se detuvo en él unos segundos, y tuve que apartarla cuando el clavó sus ojos en mi. Con su mano hizo un gesto y todos nos sentamos. Si antes había silencio, ahora lo había el doble, la voz del hombre resonó en esas cuatros paredes dando inicio a la sección y justo ahí comenzó mi dolor de cabeza.

Yo comprendía muy poco lo que ellos hablaban, aunque la verdad no me importaba mucho. Mi abogado intervenía cuando era necesario y yo respondía con SI o NO a las preguntas que me hacían.

Cuándo el juez preguntó como me declaraba suspiré, recordé las palabras de mi abogado cuando dijo que si aceptaba los cargos me reducirían algunos años de la condena. En realidad me daba igual, solo quería acabar con eso de una vez.

—Culpable  —respondí con desinterés.

El hombre de bigote canoso volvió a decir algunas palabras y anunció mi condena. Se marchó de ahí por donde mismo entró y el policía a mi lado me agarró de un brazo para acompañarme hasta la salida.

—Si te comportas bien podrás salir antes. —Mi abogado habló sin dejar de caminar y yo solo asentí.

En menos de 30 segundos ya estabamos fuera del edificio. Jhonson, mi abogado, se despidió con una sonrisa triste sin antes recordarme que se mantendría en contacto.

El policía me llevó hasta el estacionamiento guiándome hasta un auto blanco con las típicas luces azules y rojas encima del techo. Adentro ya se encontraba uno en el asiento del piloto. El que iba a mi lado abrió la puerta y agachó mi cabeza con su mano para evitar un golpe. Una vez los dos dentro, el auto se puso en marcha y con eso: iniciaba el recorrido hasta mi próximo destino.

La parte trasera no era muy cómoda: mis rodillas llegaban a mi pecho y la cabeza tocaba el techo. Después de media hora de camino la posición se hacía más incómoda, nunca sentí tanta necesidad de llegar a un lugar.

Miraba como nos alejabamos de la ciudad por la ventanilla, mi mente seguía perdida en esos momentos de mi vida que en el pasado parecían insignifiacntes. Nunca valoré una sonrisa o un simple "Hola", hasta ahora.

Según el policía que conducía, el camino le había llevado una hora exactamente. No me fijé que estábamos ahí hasta que unas doble puertas de algún material metálico se abrieron. Alcé la vista y pude leer el gran cartel:

CÁRCEL DE MUJERES ROLLY HILL.

El auto se adentró hasta llegar a un estacionamiento y el mismo policía me ayudó a salir. Mis piernas y mi cuello pudieron respirar al notar el estiramiento de las articulaciones. El policía me hizo avanzar sosteniendo mi delgado brazo. Adentro había mucho movimiento y muchas mujeres que como yo: iban a estar bastante tiempo "desocupadas".

El policía le entregó unos papeles a una mujer y ella me dirigió hasta una sala donde tomaron algunos datos y mis huellas dactilares. Pasamos a otra en la que me despojaron de mis pocas pertenencias y me revisaron hasta el alma para luego entregarme un uniforme de color gris.

Unas rejas se abrieron y la mujer me encaminó por unos pasillos llenos de celdas de done salían todo tipo de comentario por parte de las internas.

—Abre la 145 A —gritó la mujer y la celda se abrió frente a mí.

Mientras me quitaba las esposas comenzó a resitarme el horario y las reglas que debía seguir. Solamente asentí y entré en la pequeña celda mientras la mujer ordenaba que ésta fuera cerrada.

La celda era de apenas unos 3x5 metros: en ella había un pequeño bater con un lavamanos incluido, una litera y un fuerte olor a humedad mezclado con desechos humanos.

—Crmm, Crmm. —Alguien carraspeó.

Dirigí mi mirada hasta la cama de arriba y pude ver en la penumbra dos ojos azules encima de mi.

—Baia, baia —Su tono burlón me molestó—. ¿Qué tenemos aquí? ¿Vagina nueva? —saltó de la cama y caminó hacia mí.

Mantenía una sonrisa descarada cuando se acercó a mi cuello para olfateralo, di un paso atrás pero la reja me devolvió a la realidad. La chica se apartó y cruzó los brazos sobre su pecho.

—Siempre que llega una nueva se la pasa llorando y gritando que es inocente.  —Su mirada cayó sobre mi cuerpo y lo cubrí instintivamente—. Al parecer tu no eres como ellas, ¿que hicistes preciosa?

Me quedé callada, tenía la boca seca y ni siquiera podía tragar saliva. Ella era unos centímetros más baja que yo, pero me intimidaba.

—Baia... esta vez me trajeron una mudita ¿eh? —Se acercó a mi otra vez y sostuvo mi mandíbula con su mano, lo hizo tan fuerte que tuve que abrir la boca—. Tienes lengua, así que es mejor que hables antes de que yo misma te la arranque.

Mis ojos se abrieron cuando sentí un objeto punzante en mi estómago, la aparté con rabia y levanté mi camisa para ver una pequeña herida sangrando. La chica se apartó con una sonrisa de victoria y abrió el grifo, dejó a la vista una navaja y la puso debajo del chorro de agua.

Cuando la sangre desapareció se giro hacía donde yo estaba, apuntó a mi estómago y luego al grifo para indicarme que me lavara la herida, algo desconfiada di los cinco pasos que me alejaban del lavamanos y procedí a limpiar la sangre.

—Se sanará rápido —de reojo vi como guardaba la navaja en una esquina del colchón—, depende de lo que te demores en contar el porqué de tu estadía en este lujoso hotel cinco estrellas. —Extendió sus manos y dió una vuelta sobre su propio eje.

Pequeños hilos de sangre se perdían en mi pelvis manchando el pantalón. Me senté en la que se suponía iba a ser mi nueva cama y en mis nalgas sentí los incómodos muelles que hincaban mi piel a través del desgastado colchón. Sin ser invitada, la chica se sentó a mi lado y cruzó las piernas.

—¿Y bien? ¿Qué ha hecho una chica tan joven como tú para estar en una de las cárceles de mayor seguridad del país?

«Ella también parecía joven y estaba aquí, y yo no me la pasaba preguntando

—Es una larga historia. —Mi voz sonó muy ronca por la resequedad de mi garganta.

—¿Cuántos años te dieron?

—Cincuenta... —la miré a los ojos y ella no parecía sorprendida.

—Bien... —dejó la frase en el aire.

—Kimbely —Concluí

—Pues Kimberly, tú tienes cincuenta años y a mí me quedan doce meses —la diversión en su voz era irritante—, por lo que tienes todo un año para contarme tu situación.

Lami mis labios que seguían resecos, la chica lo notó y se levantó de la cama. Oí como buscaba algo, luego abrió el grifo y me ofreció un vaso de agua. Tenía duda de beber eso pero ella la dispersó.

—Es limpia, la última vez que se unió con la mierda y terminamos todas con hepatitis A fue hace cinco mese. —Su sonrisa se agrandó más al notar mi cara de asco—. Es broma, es agua limpia.

Acepté el vaso y me bebí todo el líquido de una sola vez, al final se le sentía un gusto raro pero traté de no pensar en eso. Le entregué el envase y ella lo volvió a guardar.

—¿Y bien? —Se sentó a mi lado nuevamente y dejó salir un suspiro mientras esperaba a que yo hablara.

Cerré mis ojos y recosté la cabeza en la pared. Por mi mente pasó todo lo que me había llevado a estar en esa celda. Llené mis pulmones de aire y lo deje salir en un profundo suspiro. La miré y finalmente hablé.

—Todo comenzó con...

____________________________________
N/A: Holaaa, este es mi primer libro por lo que espero sea de su agrado 🤗. Si no lo es pues bueno 😥, no pudo forzar a nadie a leer algo que no le gusta.

Pero si no es el caso dejen su voto🌟 y comenten 💬. Me ayudan mucho, además de aumentar mi confianza 💪. Aunque para ser sincera los comentarios hate no me afectan 🙄.

Gracias por leer, espero verlos pronto por aquí.

Naomi 🖤

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro