Extra III
N/A: Altamente recomendado escuchar la canción de multimedia durante el capítulo. Créeme, le da un toque importante ;)
. . . . . . . . . . . . . .
Thiago Reyes
—Si continúas haciendo eso, Thiago, vas a terminar rompiéndola —me advierte mi madre, tomando mis manos entre las suyas.
Solo en ese momento me doy cuenta de que estaba tirando nerviosamente de mi corbata por décima vez en los últimos tres minutos. Dejo caer mis brazos a los costados de mi cuerpo y el aire abandona mis pulmones de golpe en una exhalación pesada.
—Todo va a salir bien, cielo —asegura mi progenitora después de haber anudado nuevamente el accesorio que se cierne sobre mi cuello—. Ahora quédate quieto.
—No puedo —admito, tamborileando mis dedos sobre la tela de mi pantalón.
Siento una palmada familiar en mi hombro antes de que un brazo me rodee por los mismos.
—Relájate, hombre. Si Roxana no ha huido de ti en todo este tiempo, no lo hará ahora —bromea mi mejor amigo con una sonrisa burlona en el rostro.
—No estás ayudando —me quejo.
Logan suelta unas risas por lo bajo.
—Todo está bajo control, puedes estar tranquilo.
—No estaré tranquilo hasta que ambos estemos frente a ese altar y hayamos pronunciado el «sí, acep...»
—¿Podemos dar inicio a la boda? —Me interrumpe una voz que termino reconociendo como la del hombre que está a punto de oficiar el evento.
—Retiro lo dicho —me arrepiento. Llevo una mano a mi cabeza, sintiendo el sudor en mi frente—. Joder, creo que voy a desmayarme.
—Ni se te ocurra, Thiago Charbonneau —advierte mi madre.
—Elena —interviene mi padre—, lo estás poniendo más nervioso.
Coloca una mano sobre la espalda de su esposa y en un gesto gentil la aparta a un lado. Agarra las solapas de mi saco, dándoles un jalón para acomodarlas, y después alisa la tela.
—Estoy muy feliz por ti, hijo —enuncia con sinceridad—. Es normal que estés nervioso, pero no olvides que es un momento que debes de disfrutar y abrazar con toda tu alma para poder conservarlo por siempre. Estás a punto de casarte con el amor de tu vida, y esa es una suerte que no todo el mundo tiene. Siéntete feliz y agradecido por eso.
Mi padre nunca ha sido alguien de palabras profundas, así que al escucharlo hablarme con tal franqueza, un sentimiento agradable se instala en mi pecho y logra tranquilizarme un poco.
—Gracias, papá. —Me limito a darle un apretón en el hombro con tal de no arrugar nuestras vestimentas.
Inhalo un par de veces y doy un vistazo a mi alrededor. Logan se encuentra charlando con Olimpia, quien usa un vestido color lila y sostiene un pequeño ramo de flores entre sus manos; cerca de ellos se encuentran los padrinos de anillos: Nisha, la enfermera que cuidó de mí años atrás y que se ha convertido en una de las mejores amigas de Roxana y Jackson, un muy buen amigo y compañero de trabajo; mi futura suegra se encuentra acompañada de mis padres, los tres respiran lentamente, calmando los nervios, pero las sonrisas nunca abandonan sus rostros. Cuando me percato de que el padre de Rox no se encuentra junto con ellos, sé que debe de encontrarse con mi prometida, aguardando para poder salir.
Decido no hacerlos esperar más.
—Podemos iniciar, ministro —declaro con una extraña mezcla de nervios y tranquilidad, si es que eso es posible.
El hombre asiente y da el aviso a todos para que se coloquen en sus lugares. Mi progenitora corre a pararse a mi lado, detrás del ministro. A nuestras espaldas se posicionan mi padre y la madre de Rox, y les siguen el best man y la dama de honor, Logan y Olimpia, respectivamente. Por último se forman Jackson y Nisha.
Después de unos minutos la música que hemos elegido para la procesión inicia.
—Te amo, Thiago —pronuncia mi madre y acuna mi rostro con una de sus manos.
Le ofrezco mi brazo izquierdo y sonrío.
—Yo también a ti, mamá.
Se aferra a mi extremidad con cariño antes de atrevernos a dar el primer paso, y luego otro, y otro más, y antes de poder asimilarlo me encuentro caminando hacia el ara donde contraeré matrimonio con la mujer más especial que haya conocido jamás.
Nos detenemos al llegar al altar. Mi progenitora deposita un beso en mi mejilla antes de alejarse y caminar hacia su lugar designado. El cortejo nupcial termina su recorrido por el pasillo y sigue los pasos de mi madre. Y entonces sé que los próximos minutos serán los más largos de mi vida: la espera a que mi prometida aparezca del otro lado del pasillo.
Contengo la respiración inconscientemente ante la expectativa. Mis manos empiezan a temblar ligeramente a mis costados, así que las sitúo al frente, una frente a la otra. Me permito apreciar a la gente frente a mí, nuestros más allegados, y sonrío al notar la felicidad reflejada en sus rostros.
Y entonces sucede. En la lejanía, diviso el inicio de un vestido blanco. Me atrevo a alzar la vista, y en ese momento siento cómo algo se remueve dentro de mi pecho y mis ojos se llenan de lágrimas que me es imposible controlar. Roxana camina con la sonrisa más deslumbrante que he presenciado en su rostro. Sus pasos son seguros, incluso con la inestabilidad del césped bajo sus pies, ya que estamos llevando a cabo la ceremonia en un jardín al aire libre. Se aferra al brazo de su padre con una mano mientras que con la otra sostiene un ramo de flores. Y es simplemente la imagen más perfecta que he visto jamás.
Aprieto mis labios, siendo incapaz de contener las lágrimas que resbalan por mi rostro. Llevo una mano a mi boca, acaparando parte de mis facciones, estupefacto, sin poder creer la suerte que tengo porque sea yo la persona hacia la cual Roxana está caminando en este momento.
Logan, al percatarse de mi estado, hace ese gesto tan familiar en mi hombro y me pasa un pañuelo disimuladamente.
Roxana se detiene a mi lado izquierdo, su padre me aprieta el hombro fraternalmente antes de alejarse, y entonces la ceremonia inicia formalmente.
Escucho la voz del ministro a un lado, pero no soy capaz de entender lo que dice; no puedo prestarle atención a nada más que a la mujer que está de pie frente a mí, mirándome de manera tan incrédula como yo.
—Estás preciosa —susurro lo suficientemente bajo para que nadie más pueda escucharme.
Cuando creí que después de tantos años había logrado controlarlo, Roxana se sonroja ante un cumplido mío.
—Tú también luces muy bien, cariño.
Esbozo una sonrisa sincera, la cual me es devuelta de la misma manera.
Después de haber dado la bienvenida a todos los presentes y decir algunas palabras introductorias, el ministro señala que es momento de que intercambiemos los votos que hemos preparado.
O, bueno, que se supone que hemos preparado.
Mierda, Roxana va a matarme.
Clavo mis ojos en los suyos, intentando no mostrarme alarmado, y noto en su mirada que está esperando a que yo hable primero.
Simplemente genial.
Echo un vistazo a la redonda, dándome cuenta de que todos, absolutamente todos los pares de ojos están puestos sobre mí.
Sí, definitivamente va a matarme.
Logan me golpea a un costado, tan disimuladamente como es posible, y enarca una ceja sin saber qué está pasando. Le doy una mirada significativa, y entonces su expresión se transforma en un claro «Eres un idiota».
Gracias, amigo, no me había dado cuenta.
Me aclaro la garganta más veces de la cuenta, y entonces un chico encargado del sonido e iluminación se acerca hasta nosotros y me extiende un micrófono. No sé si sentirme aliviado porque esto puede ser una buena excusa por la cual no he pronunciado palabra alguna en el último minuto o porque ahora todos escucharán en máxima definición mi profundo silencio.
Joder.
Tomo aire, aprieto los ojos por un instante, y entonces me obligo a improvisar algo coherente.
—Creo en el destino de una forma retorcida —inicio con la voz más firme que encuentro. La mirada curiosa de mi futura esposa me escudriña al percatarse de la hoja faltante en mis manos—. Creo que hay una serie de conexiones infinitas e invisibles ante nuestros ojos que nos atan de formas que no logramos comprender a nuestro entorno. Creo que existe una fuerza mayor a nosotros que es lo suficientemente obstinada para llevarnos siempre por el camino correcto. Creo que sí hay personas destinadas a encontrarse. —Doy una respiración profunda—. Pero, sobre todo, creo en la suerte de coincidir y la magia de conectar. No todo el mundo tiene la dicha de experimentar ambas con la misma persona, así que me llena de satisfacción saber que pertenezco a esa afortunada minoría.
Le regalo una mirada significativa a mi chica.
—Soy un hombre afortunado por el simple hecho de tenerte a mi lado, por ser la persona a la cual miras con ese brillo en los ojos, la que puede escuchar tu risa todo el tiempo, la que está ahí para enjuagar tus lágrimas, la que llamas «el amor de tu vida». Quiero que sepas cuán bendecido y privilegiado me siento de que me ames, y de poder amarte de la misma manera. —Exhalo con dificultad—. Convertirme en tu esposo es el mayor honor que tendré en esta vida, Rox. Te adoro, te respeto y te admiro, y prometo, con todo mi corazón, seguir haciéndolo incluso más allá de la muerte. —Mi voz se quiebra un poco cuando veo sus ojos llorosos—. Te amo, chaparra, y no me imagino una mejor manera de pasar el resto de mi vida que no sea enamorándome más profundamente de ti a cada segundo.
Relamo mis labios una vez y alejo el micrófono de mi boca al tiempo en que le sostengo la mirada. Una sonrisa contenida se asoma en sus labios a la vez que una lágrima pequeña resbala por su mejilla. «Te amo», gesticula, antes de sacar sus votos y tomar el micrófono de mis manos temblorosas.
—He soñado con este día desde que era pequeña. —Le da un vistazo a su alrededor y suelta una risita nerviosa—. Soñaba con el vestido ideal, el peinado elegante, el maquillaje bonito, el lugar correcto; pero, sobre todo, soñaba con el hombre perfecto. Era un pensamiento tan platónico que no lo veía como algo posible, sino como el sueño frustrado de cualquier adolescente. —Clava sus ojos en los míos antes de seguir—. Pero entonces te conocí, y rompiste con todos los esquemas y superaste expectativas que ni siquiera sabía que tenía.
Se detiene por unos segundos para respirar, inhalando, y la conozco lo suficientemente bien para saber que está intentando retener las lágrimas.
—Dicen que solo una vez en la vida encuentras a alguien completamente capaz de sacudir tu mundo. Esa persona a la que le compartes cosas que nunca le habías dicho a nadie más, la que no siente vergüenza de llorar contigo cuando estás lastimado o de reír de igual manera cuando haces alguna broma ridícula, la que nunca herirá tus sentimientos intencionalmente o te hará sentir que no eres lo suficientemente bueno; al contrario, te ayudará a crecer y te mostrará las cosas que te hacen especial. —Aprieta sus labios y sus ojos al mismo tiempo—. Después de cinco años de desafíos y risas incontables, sé que debo de dejar de buscar a ese ser humano, porque ya lo he encontrado en ti, y estoy completamente lista para ser tu esposa.
Su voz se quiebra al final, así que inspira hondo, provocando que su pecho vibre, y se muerde el labio inferior antes de seguir con un par de lágrimas deslizándose por su rostro:
—Estar contigo, Thiago, me ha traído una sensación de alegría, comodidad y paz al saber que seré adorada, apreciada y amada eternamente. Incluso en los momentos más difíciles, no estabas dispuesto a renunciar a mí; a nosotros. Incluso con todas mis imperfecciones, seguía siendo perfecta a tus ojos. Incluso con todos mis defectos, tú me escogiste, y continúas eligiendo permanecer a mi lado. —Despega su vista de la hoja para redireccionar hacia mí, y entonces sonríe—. Y yo te garantizo que, cuando esta vida termine, continuaré buscándote y siguiéndote a donde quiera que vayas, porque una vida entera a tu lado nunca podría ser suficiente tiempo. Te amo, cariño.
Ocupo el pañuelo que me había dado mi caballero de honor minutos atrás, limpiando mi rostro, y mi chica suelta una pequeña risa al darse cuenta de que yo no he sido capaz de contener las lágrimas.
—Yo también te amo —susurro, sonriente.
Ella me devuelve el gesto antes de extenderme sus manos para que las tome.
—Y ahora —acota el oficiante—, Thiago, ¿aceptas a Roxana como tu esposa?
—Sí, acepto —respondo sin rechistar.
—¿Prometes amarla, honrarla, cuidarla y protegerla, abandonar a todos los demás y mantenerte solo para ella hasta que la muerte los separe?
—Lo prometo, incluso más allá de eso.
—Roxana —Observa a mi mujer—, ¿aceptas a Thiago como tu esposo?
—Sí, acepto —enuncia con una sonrisa.
—¿Prometes amarlo, honrarlo, cuidarlo y protegerlo, abandonar a todos los demás y mantenerte solo para él hasta que la muerte los separe?
—Lo prometo, incluso más allá de eso —repite mis palabras, provocando que mi corazón bombee con más fuerza.
El ministro asiente una vez con la cabeza antes de proseguir.
—Ahora les pido que intercambien las argollas como un símbolo de amor y compromiso el uno con el otro.
Jackson se acerca hasta mí con el anillo para Rox entre sus manos. Me lo entrega y le agradezco en voz baja antes de que regrese a su lugar. Vuelvo a girarme hacia la novia, tomando su mano izquierda entre las mías, notando que tiemblan de igual manera.
—Te coloco este anillo, chaparra, como símbolo de que no renunciaré nunca a la felicidad de despertarme a tu lado. —Deslizo la argolla por su dedo anular y después acerco sus nudillos a mis labios para besarlos.
Una vez que Nisha le ha entregado el anillo correspondiente, sujeta una de mis manos y pronuncia:
—Te coloco este anillo, Thiago, porque estoy convencida de que nunca en mi vida habrá alguien que sea más digno de portarlo que tú.
Se escuchan un par de sollozos entre el público antes de que el ministro anuncie:
—Y ahora, gracias al poder que me ha concedido la provincia de Ontario, tengo el honor y el privilegio de declararlos marido y mujer. —Hace una pequeña pausa antes de girarse hacia mí—. Thiago, puedes besar a la novia.
Doy un paso hacia ella y acuno su rostro entre mis manos. Me inclino hacia delante y presiono mis labios contra los suyos a la vez que ella se sujeta de mis brazos. Prolongo el beso por unos segundos antes de dar un paso atrás y acariciar la piel de su mejilla con mi pulgar.
Y entonces, justo antes de que nuestros invitados estallen en aplausos y gritos de júbilo, veo la sonrisa radiante de mi mujer y esa chispa que aparece en sus ojos cuando me observa, y pienso que no puede haber un hombre más afortunado que yo en todo el universo.
💍💍💍
Mi madre tenía razón, todo ha salido bien hasta el momento.
Al terminar la ceremonia, Rox y yo nos hemos quedado en el bosque para tomarnos unas fotografías y dar tiempo a los invitados de trasladarse al lugar donde se está llevando a cabo la recepción. Una vez que terminamos eso, nos desplazamos de igual manera y fuimos recibidos de manera emotiva por la gente cercana a nosotros.
Ahora, antes del brindis y la cena, estamos aprovechando para saludar a todos los que han venido a acompañarnos en este día tan especial. Empezamos con el núcleo familiar de mi esposa, quienes estaban acompañados por el abuelo, que ha viajado con ellos para poder acompañarnos; la felicidad de Roxana al enterarse de ello no cabía en su cuerpo. Después continuamos con mis familiares; mis padres, obviamente, y algunos tíos y primos de igual manera. Por último nos acercamos a nuestros amigos; gente de la oficina, excompañeros de la universidad, miembros del equipo de fútbol americano y, también, un par sorpresa que sé que le dará mucho gusto a mi mujer.
Ella está riendo mientras una chica del trabajo la envuelve en una abrazo cuando un dedo le toca el hombro dos veces consecutivas. Se gira en esa dirección, aún sonriendo, y se queda pasmada al reconocer a la pareja junto a mí. No reacciona durante los primeros segundos, parpadeando desconcertada, hasta que el chico enuncia:
—Esperaba un poco más de emoción de tu parte por haber recorrido medio planeta para venir a tu boda, mujer.
—¡Noah! —chilla ella antes de lanzarse a sus brazos amistosamente. Se separa, y repite el gesto con la chica que acompaña al rubio—. ¡Zoe! —Sus ojos se desvían a la gigante barriga que porta—. Oh, Dios. Ustedes... No lo puedo creer, felicidades.
Zoe suelta una risita y pasa una mano por su vientre, acariciándolo.
—¡Están aquí! —exclama Roxana—. Creí que no les era posible...
—Bueno, originalmente así era, pero el hotel me debía unas vacaciones y... decidimos darnos una escapada para asistir —le explica Noah.
—¡¿Y por qué no nos avisaron?! ¿Qué haremos con los lugares y la comida y...?
Aclaro mi garganta, cortándola.
—Todo está bajo control —la tranquilizo—. Yo... Yo sabía que venían —admito con cierta culpabilidad.
Enarca una ceja en mi dirección para luego apuntarla hacia sus amigos australianos.
Cuando Roxana abre la boca con intención de reprocharle algo a Noah, este de inmediato eleva ambas manos en señal de inocencia.
—Calma, mujer, que solo queríamos darte una sorpresa.
Entrecierra sus ojos hacia él, pero el rubio pasa a segundo plano cuando se acuerda de mí.
—Tú. —Me apunta—. Hubieras podido decirme.
—Es que, por lo general, las sorpresas son para sorprender a la gente, y pierden ese efecto si ya se sabe qué va a suceder —explico con un toque sarcástico.
Su ceja vuelve a salir disparada con más fuerza.
—No te pongas sarcástico conmigo, Reyes —advierte.
Imito el gesto que ha hecho el otro chico, respaldándome a un lado suyo, por lo que la única víctima disponible ahora es Zoe.
—Lo importante, preciosa, es que nos da mucho gusto estar aquí y poder acompañarlos —acota la rubia antes de darle oportunidad de atacarla verbalmente—. Enhorabuena por los dos.
Eso basta para que la atención de Roxana se desvíe del reciente altercado.
—Gracias, Zoe —le responde con su habitual sonrisa—. Me alegra mucho que hayan podido venir.
—A nosotros también nos da gusto —asegura su amigo.
—¿Y qué tal está todo por allá? —inquiere Rox con curiosidad.
—Tan agradable como siempre. Me han promovido en el trabajo, lo cual es muy bueno, y eso nos ha permitido que Zoe pueda reposar en casa. —Rodea con los brazos a su mujer—. El parto debería darse dentro de seis semanas.
—Me alegro mucho por ustedes —menciona con sinceridad—. ¿E Isaac? ¿Cómo está él?
—Está bien; mucho mejor que hace cinco años, eso seguro. —Sonríe levemente—. Ha vuelto a hablar con sus padres y me parece que la terapia le ha ayudado bastante. —Las comisuras de Rox se elevan al escuchar eso—. Quería venir, pero la verdad es que el trabajo lo tiene muy ocupado.
—Sí, eso nos ha dicho. —Levanta la cabeza en mi dirección, buscando que corrobore lo que acaba de decir, así que asiento. El tipo marcó hace unas semanas para disculparse con los dos—. Me imagino que la Agencia Espacial Australiana no es cosa fácil.
—No lo es, pero ha trabajado muy duro por ello y la verdad es que se le ve genuinamente feliz.
—Me alegro por él.
—Bueno —interviene Zoe al cabo de unos instantes—, no los retenemos más tiempo. Felicidades nuevamente, no tengo duda de que serán muy felices juntos.
—Gracias, Zoe —comento—. Felicidades a ustedes por el bebé.
—Gracias por estar aquí —menciona Rox a modo de despedida para que podamos continuar recorriendo las mesas.
El brindis no tarda en ser pronunciado y el banquete en ser servido. Logan, quien como mi padrino fue el encargado de decir el discurso, se asegura de hacernos reír y llorar a todos por partes iguales. Y, bueno, de la comida no podemos quejarnos, la verdad es que ha cumplido con nuestras expectativas.
Tomo a Rox de la mano y nos levantamos de la mesa sutilmente, sabiendo que ya se acerca la hora de nuestro primer baile como marido y mujer. Me sitúo frente a ella, a los pies de la pista, mientras esperamos a que los últimos detalles para este momento estén listos.
—¿Está lista, señora Reyes? —A pesar de ser mi segundo apellido, es con el que ella me conoció por mucho tiempo, así que tiene un significado especial para nosotros.
—Lo estoy —asegura tras soltar una risita encantadora.
Beso sus nudillos, y segundos después las primeras notas de la canción The One, de Kodaline, flotan por todo el lugar, inundando el bullicio proveniente de las mesas. He de admitir que yo soy el responsable de que esa sea la melodía que bailaremos el día de hoy —con el consentimiento de Roxana, claro está—. Una tarde cualquiera la escuchamos en la radio cuando íbamos camino a casa y sentí que cada palabra gritaba su nombre y contaba nuestra historia; desde ese momento supe que debía ser agregada a la lista de reproducción que lleva nuestras iniciales como título.
Aún agarrados de la mano, avanzamos unos pasos hasta situarnos en el centro de la pista bajo la atenta mirada de todos. Apoyo mi mano libre en su espalda baja, pegándola a mi cuerpo, mientras ella se encarga de rodear mi cuello con un brazo. Los dedos que permanecen entrelazados los acerco hasta nuestros pechos, a la altura de nuestros corazones, y dejo que permanezcan ahí, sintiendo el pulso sincronizado de ambos.
Empezamos a balancearnos al ritmo de la música cuando las primeras palabras se hacen audibles, siendo incapaces de hablar o mirarnos a los ojos.
Aprovechando que gracias a la posición en la que estamos su oído queda a la altura de mi boca, me dedico a entonar la letra para ella en voz baja:
—'Cause I knew the first day that I met you, I was never gonna let you, let you slip away. And I still remember feeling nervous, trying to find the words to get you here today. —Se estremece cuando mis labios rozan el lóbulo de su oreja—. You make my heart feel like it's summer when the rain is pouring down, you make my whole world feel so right when it's wrong, that's how I know you are the one.
Beso su cabeza, que permanece recargada en mi pecho, a la vez que seguimos meciéndonos sobre nuestros lugares, encerrados en nuestra burbuja. La música continúa flotando a nuestro alrededor, y me atrevo a decir que es el único detalle externo del cual estoy consciente, porque justo ahora no hay algo más en lo que pueda centrarme que no sea la preciosa mujer vestida de blanco que baila en mis brazos.
Y, joder, realmente no podría sentirme más afortunado.
—¿Sabes algo, chaparra? —musito, acariciando su oído con mi nariz.
Ella emite un sonido en respuesta.
—Me alegra pensar que, además de estar destinados a encontrarse y a estar juntos, nuestros corazones también están destinados a permanecer unidos.
. . . . . . . . . . . . . .
Tardé más tiempo escribiendo los votos matrimoniales que todo el libro 🤡
No sé cómo no había descubierto esa canción antes, de verdad que pega muy bien con estos dos.
Como podrás haber notado, los extras están siendo en orden cronológico... Así que digamos que el siguiente se pondrá interesante.
No olvides dejar tu valioso voto :)
Abrazos literarios,
–ℳau♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro