1

Podría acampar en tu mirada

Y quedarme ahí por años y años

Bañándome con la diáfana luz

De tus ojos de negra noche.

Hacerte mi casa, mi refugio,

Mi fortaleza y mi remanso

Y vivir bajo el techo

De tu amor inconmensurable.

2

Podría anclarme en tu cuerpo

De Venus del Nilo, como un barco

Se ancla en las aguas de un puerto seguro,

Echar raíces en tu piel,

O como una enredadera, asirme

A tu humanidad perfecta,

Y vestirte con mi cuerpo

Como un velo blanco que cubre

Una armoniosa y regia estatua

Hecha por las manos prodigiosas

De un escultor ingenioso.

3

Pernoctaría entre tus labios

Rojos como el corazón de una patilla

O cerezas maduras listas para cosechar,

Con la infinitez de un beso

Que quiere eternizarse,

Con la perpetuidad de una historia

Placentera que no quiere terminar.

Y ahí me quedaría en calma,

sosegado y dichoso, por la infinitez del tiempo,

Por los siglos de los siglos.

4

Podría aparcar en tu sonrisa,

Y en tus caricias, atar cabos,

Amarrarme a tu presencia

Como un trozo de tela a tus cabellos.

Quedarme fundido al eco de tu risa

Cerrando los ojos ciegos de mi amor,

Estremecido por la musical cadencia

De tu voz que vuela libre cual ave

De tu garganta, y se escurre por tus labios

Hacia el mundo exterior

y hacer casa en mis oídos.

5

Haría tienda aparte en tu querencia

Y secuestraría tu inocencia,

Y tu sonrisa, y tus ojos, y tus miradas todas,

Todas las virtudes y atributos que te dignas en llevar

Me robaría el dulce néctar de tus encarnados labios,

Y sería cautivo también de la fragancia de tu piel

Y del olor floral de tus cabellos como un áureo trigal.

Te haría mi fortaleza, mi segura guarida, y serías mía,

Y yo sería tuyo toda la vida o el resto de los años que nos

queden por vivir.

Todos los días de mis días hasta nuestro último suspiro

Hasta la eternidad efímera de un beso apasionado

Al que no se quiere poner fin, 

como si fuese el último,

El último beso.