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One shot 1


🇬🇧❤️🇺🇸

Henry no podía pedirle más a la vida que lo que tenía actualmente.

Haber renunciado a la corona ha sido la mejor decisión que tomo, tal vez dejó la corona, pero gano al amor de su vida.

Despertarse cada mañana con Alex en su casa de piedra rojiza no tenía valor, era perfecto.

Al salir del baño vio a su esposo aun dormido boca abajo y roncando un poco. Henry decidió dejarlo dormir, más, por lo general Alex no duerme hasta tarde y ha estado muy ocupado últimamente con los casos que tiene y aunque no le agrada ver como su esposo sufre por su jefe que es un imbécil, no puede entrometerse sabe que Alex ama su trabajo.

Al bajar las escaleras y llegar a la cocina preparo la comida de David y le cambio el agua. Su perro desayuno y Henry decidió comenzar con su desayuno.

Normalmente tienen una empleada doméstica que viene a trabajar de lunes a viernes y en un horario limitado, pero los fines de semana Henry y Alex deciden hacer las labores del hogar.

No era bueno en la cocina, pero al menos podía preparar el desayuno de Alex que consistía en panqueques y huevos revueltos con tocinos.
Puso la cafetera a trabajar y él comenzó a hacer la mezcla de panqueques, todo esto mientras una canción de Taylor Swift sonaba en su reproductor de música.

Concentrado en su labor no se dio cuenta cuando Alex bajo y lo abrazo por la espalda.

─Oh, se supone que aun estarías dormido.

─No puedo dormir sin mi maravilloso esposo.

─Déjame diferir eso, te oí roncando. ─Se volteo y Alex lo miro ofendido.

─Yo no ronco.

─Oh, sí lo haces cariño. ─Sonrió y le dio un beso a su esposo. ─Buenos días, te amo.

Alex sonrió y lo beso nuevamente. ─Buenos días, te amo.

Esa era su primera regla desde que se casaron: cada vez que despertaran, se dirían "te amo" y al acostarse también lo harían, aun si estuvieran peleados.

Alex se separo de su esposo y abrió el refrigerador para sacar algo de jugo.

─¿Qué planes tienes hoy? ─Henry pregunto volteando los panqueques.

─No mucho, coger contigo en el sofá de mi despacho tal vez.

Henry lo miró incrédulo y Alex río, le dio un beso en la cien.

─Estoy jugando, cariño; pero si quieres no juego. ─Alex sonrió coqueto. ─Ya en serio, no tengo planes; pensé que podíamos quedarnos todo el día en casa y ver alguna película.

─Me encantaría, pero tengo que salir. Anoche me avisaron que tendría una firma de libros.

─Eso es genial cariño. ¿De qué libro?

─Corazón cristalino.

Después de dejar la corona Henry pudo cumplir su sueño de ser escritor. Había escrito 2 novelas Queer y habían sido un éxito, pero hace unos meses había lanzado su primer cuento para niños, y a mucha gente le había encantado la historia de un príncipe con el corazón fuera de su pecho.

─Es una librería que está en el centro comercial cerca de aquí ¿Por qué no me acompañas?

─Me encantaría, eso daría mucho material para los fanfic que nos hacen nuestros fans.

Henry negó riendo y le dio un plato de su desayuno, luego preparo luego el café de su esposo con un poco de canela.

─Te amo, eres el mejor.

─Lo sé. ─Dijo sonriendo y comiendo un poco de tocino.

Su vida era feliz, tranquila y aunque Alex había dejado de ser el primer hijo de Estados Unidos, la gente no podía olvidarse de él. Incluso muchos esperaban que comenzara a hacer su carrera política como sus padres y, tal vez hasta llegar a ser presidente.
Luego del desayuno ambos decidieron tomar una ducha para ir a aquella firma de libros. Henry no podía pedir más. Las cosas con su familia estaban bien, incluso.

Aunque siempre ha tenido una relación tensa con su familia, todo se dispersó cuando se enteró por uno de los asistentes de philip que su hermano se había casado con Martha para darle más tiempo a él sin alistarse. Una investigación profunda lo llevo a descubrir como Philip había renunciado a muchas cosas para protegerlo a él y a Bea.

Esta claro que hablo con su hermano, y aunque su hermano le aclaro que, si bien se había caso con Martha por decisión de su abuela, él había llegado a amarla y no se arrepentía de haber seguido esa orden.

Su madre esta más presente en su vida desde el incidente con su abuela, y aunque su madre le dejo en claro que podía seguir conservando su título, Henry no quiso hacerlo. Debido a que si aún conservaba su título, Alex también recibiría uno al casarse, y eso no permitiría que Alex pudiera seguir una carrera política. No estaba dispuesto a hacer eso.

Además, a Henry solo le importa el titulo que su pueblo le dio y sigue con él incluso cuando tuvo que salir del closet. Para ellos él seguía siendo el príncipe de los corazones de Inglaterra y eso era todo lo que Henry podía desear.


Al llegar al centro comercial y con la seguridad que le dispuso tanto su madre como los antiguos agentes del servicio secreto de Alex, que decidieron trabajar para ellos, entraron a la tienda.

Henry no podía estar más feliz de ver una gran cola esperando poder entrar a la Liberia. La gente claramente se emocionó al verlos a ambos, tomando fotografías y grabando. Ambos saludaron brevemente antes de entrar.

─Príncipe Henry, señor Claremont-Diaz Fox. ─La dueña del lugar sonrió.

─Buenas tardes, Clarissa, pero sabes que puedes llamarme Henry.

─Lo sé, pero aun conservas el título de príncipe por la gente, es justo resaltarlo. ─Rio. ─Comenzaremos dentro de poco. Señor Alex puede quedarse alado y si alguien quiere tomarse alguna foto con usted será su decisión.

─Muchas gracias. ─Alex sonrió.

Ambos fueron llevados a sus lugar y Henry sonrió al ver las copias de su libro. Aunque le libro era para niños, habían muchísimos adultos en el lugar. Fue así que Henry comenzó a interactuar con la gente.


El evento había terminado y estaba listo para irse con su esposo a comer algo; después de todo eran las casi las 4 de la tarde.

─Lo hiciste genial, mucha gente vino. Estoy orgulloso de ti.

─Gracias cariño, Fue una suerte que todo saliera bien. ─Alex abrazo a su esposo y se separaron luego de unos segundos. ─Muero de hambre.

─¿Qué te parece si vamos a casa y pedimos para llevar?

─Me encantaría, quiero ver esa nueva película de un cantante que se enamora de la madre de una fan.

─Entonces veremos esa, tambien quiero verla, el protagonista se parece a ti.

Henry rió negando.

─Henry, muchas gracias por esto. ─Clarissa se acercó. ─Gracias a ti tambien, Alex, se vendieron muchas entradas.

─No sabia que era con entradas. ─Alex sonrió.

─Sí, tuvimos una preventa y luego la venta, todo el dinero será donado para una organización de niños hijos de inmigrantes que mueren al cruzar ilegalmente.

─Eso es genial, Clarissa. Creí que el dinero iría a algún hospital cuando lo mencionaste. ─Henry sonrió.

─Eso es una gran labor. Me interesa mucho saber más de ella. ¿Puedes ayudarme con algún lugar de donde pueda revisar los detalles?

─Pero claro que sí, de hecho, esperaba reunirme después contigo para charlar. Sé que estas muy interesado en las leyes de protección para inmigrantes.

Mientras charlaban un poco antes de irse, escucharon los gritos de sus guardias de seguridad.

Antes de que pudieran voltearse, Henry sintió como algo o mejor dicho alguien le abrazaba la pierna. Todos bajaron la mirada hacia la pierna de Henry y encontraron a un niño afroamericano, no mayor de 6 años abrazado con fuerza a su pierna. Sus guardias llegaron, pero Henry les hizo una señal para que se alejaran un poco.

─Esta bien, no creo que él sea amenaza para Henry. ─Alex les hablo.

─Matti, no puedes hacer eso. ─dijo una mujer desde la puerta.

Miraron hacia la puerta y vieron como otros miembros de sus guardias impedían pasar a dos mujeres jóvenes.

─¿Son algo del niño? ─Alex pregunto a las mujeres.

─Somos sus madres. ─Una mujer de ojos verdes hablo.

─Lo sentimos mucho. Mattias, regresa aquí ahora. ─hablo la otra mujer afroamericana.

─¡No! ─El niño grito sin soltar a Henry.

Alex rió. ─Revísenlas y déjenlas pasar. Tenemos algo que les pertenece.

Henry no podía quitar su mirada del niño, era como si algo hubiera removido su corazón. Su servicio de seguridad las revisó y al ver que no eran una amenaza las dejaron entrar.

─Lo sentimos mucho. ─La mujer de piel blanca hablo.

─Matti, suelta al príncipe. ─La mujer afroamericana se acercó a su hijo tomándolo de la cintura para que soltara a Henry.

─¡No quiero! ─grito el niño, aferrándose y desequilibrando a Henry. Alex lo agarró rápidamente para que no se cayera y riendo un poco por la situación. Era la primera vez que les pasaba esto.

─Dios mío, Matti, no puedes hacer esto, vamos. ─La mujer lo alzó del suelo, pero aún no se separaba. ─Mattias harás lastimar al príncipe, suéltalo.

─Cariño, por favor.

─ ¡No, prometieron que vendríamos! ¡El firmaría mi libro! ─El niño lloró.

Entonces Henry intervino. Nunca le gustado ver a los niños llorar, y verlo llorar a aquel niño de nombre Mattias no era la excepción.

─Por favor, ¿Puede soltarlo? ─Henry hablo.

Las mujeres se miraron entre sí y asintieron soltando a su hijo.

─Hola, es un placer, cariño. ─el niño no lo miro, solo seguía aferrado a la pierna sollozando. ─Esta bien, cariño, no llores. Ya estas aquí conmigo y firmare lo que quieras.

Él niño lo miro y aun sollozando hablo.

─ ¿De verdad?

─Sí. Ven aquí. ─Henry estiro sus manos y él niño por fin se soltó. Henry lo tomo en brazos y limpio las lágrimas del niño.

Alex no podía estar más feliz, por lo que desprevenidamente le tomo una foto a Henry.

─Ya no llores, tienes unos ojos muy lindos como para llorar. ─Henry acaricio la mejilla del niño. Lo sentó en la mesa y acomodo un poco su ropa. ─Oí a tus mamás llamarte Matti. ¿Así te llamas?

Matti miro a sus madres y ellas sonrieron.

─Dile como te llamas cariño. ─Ambas hablaron.

El niño miro a Henry y sorbió su nariz.

─Me llamo Mattias Nick Jones Jiménez.

─Es un placer conocerte Mattias. ¿Está bien si te llamo Matti?

─ ¡Sí, me gusta que me digan Matti!

─Bueno Matti, dime, ¿Cuántos años tienes?

─Tengo así ─Dijo mostrando su mano. ─pero cumpliré así ─Dijo mostrando seis dedos. ─En una semana.

─Wow, serás alguien grande, eso es genial. ─Henry sonrió.

Alex moría de ternura al ver a su esposo interactuar con niños siempre.

─Matti, ¿Tienes algo que decirle al príncipe? ─La mujer blanca hablo.

─¡Sí! ¿Quieres venir a mi fiesta de cumpleaños? ─Pregunto inocentemente.

Sus madres se alarmaron mientras que Alex, Henry y Clarissa rieron con ternura.

─No, cariño, lo otro. Le debes una disculpa por agarrarlo así. ─Hablo la mujer afroamericana.

─Oh, lo siento por aferrarme a tu pierna. ─Hablo haciendo un puchero que derritió a Alex y Henry.

─No hay problema, cielo. ─Henry rió.

─¿Entonces si quieres venir a mi fiesta de cumpleaños?

─Mattias. ─La mujer afroamericana hablo en un tono de advertencia. ─Lo siento mucho, príncipe Henry.

─No, no se preocupen. De hecho, Matti, creo que seria un lindo plan. ¿Seguro que quieres que vaya?

─ ¡Sí, quiero que vayas! ─Grito el niño. El niño miro a Alex y le sonrió haciendo sonreír a Alex. ─ ¿Tú tambien quieres venir a mi fiesta de cumpleaños?

Alex rió un poco. ─Eso me encantaría, muchas gracias.

─Mami ¿Me das una invitación? ─Pregunto el niño a su madre de piel blanca.

La mujer rio un poco, de su bolso saco una invitación con temática de dinosaurios y se la entregó a Henry.

─Será en un restaurante de pollo, hay muchos juegos y una piscina de pelotas. ─Hablo emocionado y le entrego la invitación a Henry. Alex estaba a su lado por lo que él niño lo miro. ─ ¿Te gusta el pollo frito?

─Amo el pollo frito.

─Te gustara el lugar, hacen un buen pollo. ─Hablo asintiendo.

─Cariño, ellos no tienen todo el día. ─La mujer afroamericana hablo dulcemente. ─Dile al príncipe lo que querías.

─Oh, sí. Me gusta mucho tu libro.

─¿En serio?

─Sí, es mi favorito. ¿Me lo firmas?

─Claro que sí cielo.

La mujer blanca le extendió un libro algo gastado.

─Mi mami Alisson me lo lee todas las noches y cuando no puede mi mami Nina lo lee para mí. ─Sonrió.

─Me encanta que te guste mucho mi libro. ─Henry tomo un bolígrafo y abrió el libro. Firmo el libro y puso una dedicatoria. ─Con mucho cariño, para Matti. Nunca dejes de amar y soñar. ─Sonrió y le entrego el libro al niño.

El niño abrazó el libro con emoción y luego a Henry.

─Muchas gracias por esto. ─La mujer afroamericana hablo.

─No tiene que agradecerlo, a Henry le encantan los niños. ¿Quién es Alisson y quién es Nina? ─Alex pregunto.

─Oh, yo soy Alisson. ─La mujer afroamericana hablo.

─Y yo soy Elina, pero mi dicen Nina. ─Sonrió.

─Un placer a ambas.

─Henry mis mamis dicen que estar bien a otro niño.

─Eso es correcto, te puede gustar otro niño sin problema. El amor no ve si es otro chico

─Un poco más y no los encuentran aquí. ─Clarissa sonrió.

─Dios, sí, de verdad lo sentimos. ─Nina hablo. ─Tenia que traerlo, pero mi trabajo de cirujana me hizo salir tarde.

─Y yo tuve un caso grave, por eso técnicamente no llegamos.

─Compramos el boleto como parte de su regalo de cumpleaños. Quería conocerte príncipe Henry.

─Bueno, lo bueno es que nos encontramos. ─Henry sonrió. ─Matti, ¿No quieres una foto?

─Sí, quiero muchas fotos.

Sus madres sonrieron y Henry lo tomo nuevamente en brazos y acomodo un poco el cabello del niño. Henry sintió su pecho cálido al tener un niño en los brazos. Sus madres y Alex tomaron fotografías y luego Alex se unió a las fotos con las madres de Matti.

─Príncipe Henry. ─Alisson hablo.

─¿Sí?

─Sé que tal vez sea demasiado, pero me gustaría pedirle si podía firmar dos libros más. Son para los niños donde trabajo, ellos son fan de su trabajo.

─No hay problema.

La mujer saco dos libros y Henry los firmo.

─Mami ayuda a los niños que no tienen papás. ─Matti hablo.

─Eso es genial. ¿Eres trabajadora social? ─Alex pregunto.

─Sí, trabajo con la casa de acogida Good Shepherd Services. ─Sonrió, Henry le dio los libros y le agradeció.

─Matti, ya tenemos que irnos, despídete del príncipe Henry y también de Alex.

Mattias por instinto se aferró a Henry y sus madres sudaron frio.

─Matti, cariño. ─Alisson se acercó, pero el niño solo se aferro más.

─Matti, tienes que ir con tus mamás. Tienen que terminar lo de la fiesta ¿Recuerdas? ─Alex hablo tratando de ayudar. El niño los miro y sonrió. ─Estamos emocionados por ir a tu fiesta a comer pollo frito.

─¡Sí! ─Matti abrazo a Henry por el cuello y Henry correspondió a ese abrazo. ─Me encanto conocerte Henry. Gracias.

─Igualmente cielo.

Mattias paso a brazos de su madre Nina y, por alguna, Henry sintió una incomodidad al tener sus brazos vacíos.

─Muchas gracias por esto a todos, se los agradecemos mucho. ─Alisson sonrió igual que su esposa. ─Sera una anécdota agradable.

─Es un placer con ambas. Gracias. ─Henry sonrió.

Ambas mujeres se despidieron y Matti se despidió de ambos con la mano y un beso.

─Eso fue lindo. ─Alex le hablo abrazándolo por los hombros.

Henry miro al niño irse y aún tenía una sensación en su corazón.

No le podía pedir más a la vida ¿Cierto?


El resto del fin de semana Henry paso con su esposo en casa, pero había algo que no podía olvidar. El hermoso niño que tuvo en brazos parece haberle despertado un deseo de tener su propio niño para tenerlo en brazos.

Él y Alex nunca han hablado sobre expandir su pequeña familia y tal vez Alex aun no querría, sobre todo por todo el estrés que tenia por su trabajo. Al pasar los días, Henry miro a la invitación del cumpleaños de Matti. Normalmente con el dolor de su corazón, no iría, pero no podía hacerle eso a aquel niño tan lindo.

─¿Qué crees que le deberíamos comprar a Matti? ─Henry le pregunto a su esposo mientras se preparaba para ir a trabajar.

─¿Quieres ir?

─Yo... sí. Digo, nos invitaron.

Alex lo miró confundido. ─Bueno supongo que podemos ir. ¿Cariño estas bien?

─Sí. ¿Por qué la pregunta?

─Te he notado algo pensativo en estos días. Por eso y ahora quieres ir a este cumpleaños. Sabes que habrá muchas personas que querrán fotografías y más, así que por eso me sorprende.

Henry suspiro y miró a su esposo. ─No puedo ocultarte nada, ¿Cierto?

─Me temo que no. ─Alex rió. ─Dime lo que te pasa por esa cabecita.

Henry suspiro y tomo las manos de su esposo. Su sonrisa se borró y eso preocupo a Alex, más aún cuando vio los ojos de su esposo cristalizarse. ─Quiero tener un hijo.

Alex sintió que podría llorar en ese momento. Apretó las manos de su esposo.

─Sé que tal vez quieras esperar, pero quiero tener un hijo, no importa si es una bebé o un niño grande como Matti. Quiero que tener un hijo Alex.

Alex lo abrazo por la cintura y vio las lágrimas caer de los ojos de Henry.

─Quiero... quiero tener un hijo y... quiero tenerlo contigo.

Alex sollozo y beso la frente de su esposo, para luego juntar su frente con la de él.

─Sé que tal vez quieres esperar, apenas estas comenzando tu carrera política y yo... lo siento.

Alex negó. ─No lo hagas, no lo sientas, porque... no hay porque hacerlo. ─Alex limpio las lágrimas de su esposo. ─Verte con Matti, removió algo dentro de mi, quiero lo mismo cariño. Así que expandamos la familia.

Henry sonrió y abrazo a su esposo. ─Te amo.

─También te amo. ─Se miraron. ─Da la casualidad de que la madre del cumpleañero es trabajador social que trabajaba en un hogar de acogida, estoy seguro que podrá guiarnos.

Henry asiente y vuelve abrazar a su esposo.

Expandirán su familia.


El día de la fiesta llego, y Alex y Henry asistirían a la fiesta. Estaban emocionados por asistir. Se habían encargado de comprarle un Dinosaurio de juguete al niño y claro, también irían para poder hablar con Alisson.

Al llegar a la fiesta en el lugar acordado, un encargado los llevo a una zona privada donde seria el festejo. Al llegar Matti los reconoció; por lo que corrió hacia ellos gritando sus nombres y llamando la atención de los demás invitados, que en su mayoría eran niños y unos cuantos padres.

Henry tomo en brazos a Mattias y dio una pequeña vuelta, haciéndolo reír. Luego paso a brazos de Alex, quien lo hizo reír haciéndole cosquillas.

─Dios no esperábamos que vinieran. ─Nina se acercó con su esposa.

─No podíamos perdérnoslo, hicimos una promesa. ─respondió Alex.

─Mamá, ¿Puedo presentarles a Henry y Alex a mis amigos?

─Adelante, cariño. ─Nina hablo. ─Por favor, pasen.

─Muchas gracias. Por cierto, le trajimos un regalo. ─dijo Alex mientras le entregaba una caja grande a Nina, quien sonrió.

─Muchas gracias. Matti, mira, te han traído un obsequio. ─Nina hablo.

─¡Muchas gracias! De seguro me gusta.

Mattias no podía estar más feliz de que ambos estuvieran ahí, por lo que los presento con todos. Alisson sonrió desde lejos mientras seguía hablando por teléfono.


La fiesta transcurrió tranquila, habían contratado un payaso que jugaba con los niños, y aunque varios padres habían pedido fotos, no fue nada que no pudieran manejar.

Alex y Henry se sentaron en la mesa de Nina y Alisson. Comieron, jugaron, y luego cantaron el "Feliz cumpleaños".

Después de unas horas, la fiesta terminó, pero Henry y Alex se quedaron hasta el final. Alex sonrió al ver a Henry jugar con Matti. Después de un rato, Matti fue a jugar solo en la piscina de pelotas, ya que Henry y Alex necesitaban hablar con Alisson.

─No esperaba que vinieran. ─Alisson sonrió. ─Lamento no haberlos recibido, tengo un caso que está siendo complicado.

─De hecho, muchas gracias por la invitación. Además de que nos cayó muy bien Matti, queríamos reunirnos contigo. ─Alex hablo.

─¿Conmigo? ─hablo confundida por un momento, pero luego les sonrió. ─Bueno, ustedes dirán.

─Alisson, nosotros... bueno es que ver a su hijo no dejo enamorados de la idea de tener nuestro propio Matti. ─Henry sonrió

Alisson sonrió de vuelta. ─¿Quieren un hijo?

Ambos asintieron. Alex sonrió. ─Queremos adoptar, y creemos que eres el ángel que nos llevara al niño que nació para estar con nosotros.

Nina sonrió ante esas palabras.

─Por favor, ayúdanos a expandir nuestra familia.

─Nada me haría más feliz Henry, créeme. Sí quieren el lunes mismo podemos comenzar los trámites para una adopción.

─Nada nos haría más felices. ─Henry respondió.

─Duermas cuanto puedan. ─Nina hablo. ─Cuando tengan un hijo dormir no será sencillo.

Eso hizo reír a los cuatros.

─Estamos listos para no dormir más si eso significa tener un hijo. ─Alex hablo.

Alex y Henry se tomaron de las manos, y Henry se recostó en el hombro de su esposo.

Tendrían un hijo pronto.

Muchas gracias por leer

Les amo.

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