Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ʚ🌼ɞ Capitulo 19.





El menudo cuerpo de Yusei se había movido ágilmente por la calle hasta entrar al hospital, se veía extremadamente adorable con sus suéter largo hasta los muslos y un par de ajustados jeans celestes.

Oh, a él le encantaba ver a su esposo.

Suspirando, trató de organizar sus pensamientos, poniendo como prioridad la comida del doncel. Sabía que como mínimo tendría que esperar quince minutos para que estuviera lista, así que aprovecharía ese tiempo para comprar algo para Nunew y su hija.

A unos pocos metros del hospital se encontraba un restaurante con comida para llevar, el menú era bastante bueno, así que se encargó de pedir unas buenas raciones para Yusei. Dejó el pedido señado y en lo que lo preparaban, fue a buscar un lugar donde comprar un obsequio.

Riku caminó varias cuadras hasta encontrar un llamativo lugar donde vendían globos con helio y peluches. Sin dudarlo, se dirigió allí.

Eligió un bonito bouquet de globos con hermosos colores pasteles y brillantes, el vendedor quiso ofrecerle un pequeño y adorable peluche, pero a su parecer sentía que iba a ser suficiente.

—¿Tiene más grandes?

-Sí, por supuesto. Pero son más caros.

-No hay problema. ¿Tiene hipoalergénicos?

-Sí, señor. Sígame por aquí.

El encargado de la tienda lo guió a otra sección donde tenía una variedad más completa de peluches. Allí pudo encontrar desde la típica figura de un oso hasta unicornios.

Pero su atención fue captada por un enorme zorro de hermoso color.

-Me llevo este -Dijo instantáneamente
después de verlo.

Una vez que tuvo todo listo se dirigió al hospital, para su suerte la gente con la que se encontraba era muy amable y lo ayudaba a abrir las puertas o guiarlo a dónde se encontraba el ascensor para ir a la habitación de Nunew.

Fue sorprendido cuando alguien lo tomó del antebrazo, por un momento pensó en zafarse y correr a la persona que lo agarró, pero escuchó la risueña voz de Yusei.

El doncel después de llevarlo por el pasillo pidió que bajara el peluche para que pudiera ver a la persona que se le iba a presentar.

En el momento que lo hizo y vio a quién tenía enfrente, deseó no haberlo hecho.

Las palabras de Yusei sonaron lejanas, no necesitaba ninguna presentación, conocía perfectamente al hombre. Más de lo que Yusei sabía.

Aquellos ojos grises que fueron su perdición en algún momento de su vida lo observaban igual de impactado que él. Se negaba a aceptar que Natasitt fuera amigo de Yusei, ¿con qué propósito lo hacía?

Si pudiera llevarse a Yusei en ese mismísimo instante lo haría, sin dudarlo, quería protegerlo de sus fantasmas y de los que él mismo creó.

El tono preocupado del doncel hizo que volviera a su presente. No podría huir.

-Todo está bien, Yus -Intentó que su incomodidad no fuera notada por su compañero.

La siguiente oración que salió de los labios del castaño fue un detonante para él. Era consciente que Yusei no lo sabía, pero a medida que hablaba lo hundía en un pozo profundo que él mismo cavó, el que evitó durante todo este tiempo.

-Felicidades -Logró decir, con la poca cordura que le quedaba.

Los minutos que siguieron fueron una tortura, de un lado tenía a su esposo, al que había aprendido a amar en los últimos meses, mejor dicho, el que permitió dejarse amar por él, la persona que abrió su corazón y alma... a la que ahora iba a defraudar. Por otro lado estaba Natasitt, la única persona con la que estuvo y no tenía un parecido a Yusei, el único hombre con el que estuvo porque se sintió genuinamente atraído.

Riku parecía estar en una realidad alterna, no escuchaba ni estaba seguro sobre de lo que se hablaba a su alrededor. Cuando los cálidos dedos de Yisei se enredaron con los suyos, era un gesto tal vez poco expresivos para los demás pero para Yusei y para él, el estar tomados de las manos significaba plena confianza, ahora, por más que lo tratara de alargar, no volvería.

Escuchó lo mínimo de la conversación que Zee, Yusei y la señora desconocía mantenían, pero lo que oyó fue suficiente para entender.

-Que entren Yusei y la señora, Zee -Propuso -Esperaré aquí.

-¿Estás seguro? Puedo entrar después. - Yusei lo miró con la duda pintada en todo su rostro.

-Nunew quiere verte ahora, Yus. Tal vez podamos entrar los dos más tarde, cuando ya no haya nadie.

-De acuerdo. -Sabía que a su esposo poco y nada le gustó lo que dijo, pero por lo menos así conseguiría algo de tiempo para saber a lo que se enfrentaría.

Natasitt no era conocido por ser alguien quien actuaba a la ligera, siempre fue capaz de pensar las cosas antes de hablar o accionar, pero tampoco iba a negar que la forma en la que terminó su vínculo fue la más educada y correcta.

Sin poder levantar la vista de sus zapatos se acercó al griego.

-Debemos hablar.

-Lo sé, Riku... deberíamos ver cuándo.

-No lo entendiste, quiero hablar contigo ahora.

-Pero Yusei... -Natasitt miraba la puerta de la habitación como si hubiera un fantasma allí.

-Estará allí como veinte minutos conociendo a Nunew.

-De acuerdo.

Ninguno fue capaz de decir algo más, evitaron cualquier tipo de contacto físico, como si con un simple toque terminaran electrocutados. Yendo por el pasillo más cercano entraron a una de las habitaciones vacías del hospital, donde el silencio era tan ensordecedor que parecía perforar sus oídos.

-Dime qué haces aquí, Natasitt -Pidió, casi rogó

-Llegué hace aproximadamente cinco meses... yo, realmente no sé con qué planes vine aquí, quería encontrarte y decirte todo, pero estabas de viaje. Me dijeron que no sabían con exactitud cuándo volverías, pero que lo harías y esperé. -Los ojos de Natasitt se llenaron de lágrimas. -Cuando logré dar contigo estabas con Yusei, recuerdo haberte visto de lejos, venían de hacer compras... Tu mirada brillaba como ninguna otra, le sonreías de tal manera que cualquier poeta se hubiera quedado corto para explicar lo que transmitías, jamás me miraste de esa manera, muy dentro de mí sabía que esa mirada nunca sería mía, porque tú corazón nunca me perteneció, siempre estuvo con Yusei.

Riku observó cómo las lágrimas caían por el rostro de su contrario, su naturaleza era ir y consolarlo, pero no podía engañar a nadie más. Natasitt tenía la razón, esa mirada jamás le pertenecería.

-Desde ese momento quise saber qué tenía Yusei que yo no, por qué lo elegiste. Pero no tenía forma de acercarme a él, hasta que lo encontré en la clínica, créeme que esto no lo planee, Nunew nos presentó e hizo todo lo necesario para que fuéramos cercanos. Entonces lo supe, supe por qué siempre fue él y yo no... es la mejor persona que puede haber en el mundo, nunca dijo algo fuera de lugar, respetó mi privacidad, siempre estuvo al margen y aceptó todo lo que le di, sin pedir más. -Natasitt limpió sus ojos y con una pequeña sonrisa dijo - Yusei es maravilloso y sin duda no merece todo lo que le tocó... decidí mantenerme alejado de ti, iba a tener a mi bebé e irme lejos, sigue estando en mis planes. En cuanto nazca mi bebé me iré y no estorbaré más.

-Pero, el bebé...

-Riku por favor, sabes que no he estado con nadie más...

-Sé eso, Natasitt... -Todo el peso de sus acciones cayó sobre sus hombros- Sé también que el bebé que llevas en el vientre es mío.

Él simplemente no podía dejar que Natasitt se fuera y criara al bebé que ambos crearon, no era tonto, era consciente que debía hacerse cargo de sus errores y aciertos. Afrontaría todo lo que estuviera destinado para él.

Pero el saber que perdería definitivamente a Yusei le carcomía el alma. si el mundo fuera perfecto le encantaría poder estar con la persona que amaba y sus dos hijos. Pero eso simplemente no pasaría, perdería todo lo que logró construir en esos meses.

Sus rodillas cedieron, dejando caer estruendosamente todo su peso al suelo, debería encontrar la mejor manera de decirle a Yusei la situación, quería que se enterara por él, no por ninguna otra persona. En su alma aún guardaba una pequeña esperanza de poder seguir con él.

—Riku...

Aquel pequeño murmullo provocó que cada uno de sus vellos se erizaran, observó con terror la puerta de la habitación. Allí se encontraba Yusei, con sus mejillas totalmente mojadas por las lágrimas, su pequeña nariz estaba completamente roja, al igual que sus ojos, rápidamente se puso de pie, con el dorso de su mano limpió sus propias lágrimas e intentó controlar todo su ser.

-Es él, ¿verdad?- Una pequeña risa salió de los labios de Yusei, no sonaba divertida, era como si aquel sonido lastimara todo su cuerpo- La persona de la que me hablaste, de los ojos hipnotizantes.

-Yusei... -Natasitt intentó acercarse al doncel -Las cosas no son como tu-

—Callate —Yusei pidió con un hilo de voz -¿Te pareció divertido acercarte a mi y contarme la historia de cómo te acostaste con mi esposo? Eres repugnante.

Riku inconscientemente dio un paso para acercarse a Yusei -Natasitt no quiso...

Con los ojos más fríos que un témpano, Yusei lo observó, con asco y dolor —Y tú, maldito promiscuo que no puede mantener su pene dentro de sus pantalones, primero ve a ver si no tienes más hijos regados por el mundo -El doncel puso sus manos sobre sus ojos, limpiando cualquier rastro de lágrimas que hubiera habido y con una sonrisa le habló -Espero los papeles del divorcio a más tardar para la semana que viene. Por si tu memoria de pez no lo recuerda, aún no han culminado los seis meses.

Riku ya no tenía excusas, recordaba perfectamente el haberle prometido que le daría el divorcio sin chistar y sin ningún tipo de trabas.

-Sé que no quieres oírme, Yusei. Pero no has escuchado todo. -Natasitt, testarudamente intentó acercarse a Yusei y hablar con él.

-Hazme el favor de secarte esas lágrimas de cocodrilo, Natasitt. ¿Acaso no dijiste que Riku era la única persona de la que te enamoraste? Allí está. -Yusei señaló a Riku -Sólo amarrale el pene, no vaya a ser que tenga más hijos con otras personas.

-Nunca quise hacerte daño- El griego hacía su mayor esfuerzo para que sus palabras sean entendibles.

-¿Nunca lo quisiste? No lo creo, porque si hubiera sido de esa manera no estarías ofreciendo tu culo a un hombre casado. ¿No tienes dignidad? ¿Tan bajo caíste por un miembro?

-¡Suficiente! -Riku alzó la voz para evitar que Yusei siguiera despotricando contra Natasitt -Sabes muy bien que él no es el culpable, insultarme a mí todo lo que se te plazca, pero no lo metas.

Yusei lo observó, totalmente en silencio, pero su mirada decía todo lo que Riku suponía. Estaba dolido, quería ejercer el mismo daño que le hicieron.

-Pasa a buscar tus cosas por mi casa en una hora -El doncel no le dio una segunda mirada y se marchó de la habitación, dejándola en total silencio.













A mí punto de vista, claro, el esposo tiene más culpa aquí, por qué el es el que tiene el compromiso y la relación, por ende el debía ser el primero en respetar, pero el amante no es inocente, es culpable de igual manera y muy despreciable. 🌾🍂
















Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro