Luego de ordenar y volver a colocar los y papeles en los que Riku estaba rodeado cuando llegó, ambos se recostaron en la cama que compartían.

Yusei estaba debajo del cuerpo de Riku, el hombre había subido su camisa hasta su pecho, dejando al descubierto su estómago.

-El doctor me dijo que es del tamaño de un aguacate -Yusei susurró, sin razón alguna, pero sentía que hablar con su tono normal rompería totalmente el ambiente que se había creado

-¿Aún no se mueve? -Riku preguntó, sin sacar sus ojos y manos de su vientre.

-Todavía no. Pero también es probable que lo empiece a notar en estas semanas.

-Genial -El castaño sonreía tiernamente mientras lo acariciaba sutilmente -¿Puedo hablar con ella o él?

-Por supuesto que puedes -Yusei sonrió con sus mejillas coloradas. -¿Quieres que tape mis oídos?

-Claro que no

El pálido observó cómo Riku depositaba un suave beso en su estómago para luego adoptar una mejor posición, donde sus labios rozaban la piel erizada.

-Estoy muy feliz de tenerte, cielo... Tal vez las circunstancias en las que fuiste concebido pudieron haber sido mucho mejores pero puedo prometerte que a partir de este momento jamás te faltará amor, serás la razón por la que luche todos los días y mi motivación para ser una mejor persona. Una vez más, Riku presionó sus cálidos labios contra su estómago - Con tu papá haremos un gran esfuerzo para que seas feliz y que nunca te falte nada, ni material, ni emocional.

Con su mano retenía los sollozos que luchaban por salir de su boca, no se consideraba del tipo sentimental, pero las palabras que Riku le había dicho a su futuro hija o hija calaron en lo más profundo de su alma.

Riku levantó su vista para verlo, su brillante sonrisa había desaparecido dejando una preocupada mirada.

-¿Por qué lloras? No llores- Yusei juró haber visto un pequeño puchero formándose en los labios del castaño.

-Estoy bien... -el pálido sollozó— Las hormonas me hacen más sensible.

Riku tomó lugar a su lado y con delicadeza empujó el cuerpo de Yusei  hasta que estuvo sobre las piernas del hombre. Con sus pulgares secó las interminables lágrimas que se escapaban de sus ojos.

—¿Estás feliz? —Riky preguntó, poco después besó sus húmedas mejillas.

-Más que feliz.

Ellos hablaron, Yusei le contó cómo se enteró y cómo habían sido los meses después de eso. Riku no se molestó al enterarse que fue Ethan quien lo acompañaba a los chequeos con el médico, pero sí pidió ser él quien lo acompañara de ahora en adelante, Yusei no se negó.

Ambos fantasearon sobre cómo sería la pequeña persona que se estaba formando, a quién se parecería y pensaron en las posibilidades de que fuera un doncel, como Yusei.

Acordaron que cuando Yusei se sintiera cómodo y con confianza les dirían a sus respectivas familias la gran noticia

El pálido comenzó a dormitar sobre el hombro de Riku, se esforzaba para que de su boca salieran palabras coherentes pero sabía que no servían de nada al escuchar la suave risa de Riku cuando alguna cosa salía de su boca.

-¿Me quieres?-Pudo escuchar, como una voz en la oscuridad

-Lo hago -Yusei respondió, escondiendo su rostro en el cuello de Riku

-¿Por qué no me lo dices?

-Porque aún me duele que me hayas engañado -Contestó antes de caer completamente dormido.

•🌼•

Cuando Yusei abrió sus ojos el cielo ya estaba completamente oscuro. Tanteó los lados de la cama con sus manos y confirmó que Riku no se encontraba en la habitación, restregó sus ojos con sus manos para sacar las pequeñas lagañas que tenía y se puso de pie.

Cerca de llegar a la cocina se encontró con una agradable y curiosa imagen, Ethan preparaba lo que suponía era la cena mientras tarareaba una conocida melodía.

-Despertaste bello durmiente -Su amigo le dedicó una enorme y brillante sonrisa.

Yusei se rió y se acercó al cuerpo contrario, observando curioso lo que humeaba en la hornalla -Me sorprende verte... no es que no me agrade tu visita, pero, ¿qué haces aquí?

-Venía a presentarte un amigo de años y cuando llegué me recibió Riku, nos invitó a pasar en lo que despertabas pero resultó que nos llevamos muy bien y ahora estoy haciendo la cena.

-Oh... interesante —Sin poder resistir a la tentación, tomó la cuchara de madera y probó la salsa que se estaba cocinando. - Está genial.

-Lo sé, la he hecho yo.

Yusei rodó los ojos con graci -¿Dónde están Riku y tu amigo?

-En el jardín, están poniendo el lugar en condiciones -Ethan limpió sus manos y con un pequeño gesto le indicó a Yusei que salieran- Creo que tu esposo ya no me odia.

-No creo que te haya odiado antes, pero ahora sé que está agradecido contigo.

-¿Y a qué se debe?

Yusei mordió su labio, conteniendo la sonrisa que luchaba por salir -Ya sabe que seremos padres.

-¡¿Qué?! -El grito que emitió Ethan fue lo suficientemente alto para que los hombres que estaban organizando las cosas bajo la pérgola se voltearan alarmados.

Riku dejó rápidamente los platos que estaba colocando en la mesa y corrió los pocos metros que los separaban, una vez que estuvo a su lado la mano de su contrario viajó directamente a su estómago.

-¿Qué sucedió? ¿Estás bien? ¿Está bien? - Los ojos de Riku eran los delatores de su preocupación.

-Estamos bien. -Yusei colocó su mano sobre la de Riku -Solo que Ethan es muy exagerado... le conté que ya sabes lo del bebé.

-Oh. La bonita sonrisa del castaño apareció —Sí, es verdad. Gracias por acompañarlo y ayudarlo en todo.

-No es problema para mi, hombre. Yusei es mi mejor amigo y haría cualquier cosa por él -Ethan le dio un breve apretón de hombros. -En cuanto esté la comida celebraremos esto como se debe.

Riku caminó a su lado lo que quedaba para llegar a donde el amigo de Ethan los esperaba.

-Yus, quiero presentarte a Akira, un viejo amigo de la secundaria. Akira, él es mi mejor amigo Yusei.

Ethan sonreía complacido mientras Yusei intentaba recordar dónde había visto ese rostro.

Cuando el hombre de ojos miel sonrió, el pálido supo de dónde lo conocía.

-Hola, mejillas coloradas -Akira sonrió aún más grande.

—¿Se conocen? —Riku preguntó, intrigado por su inevitable reacción y por aquel mote improvisado que se le había otorgado a Yusei.

-No -Yusei contestó de inmediato.

-Nos vimos una vez en el estacionamiento. -Akira aportó un poco más de información.

-Ya veo -Riku no apartó su mirada del avergonzado rostro de Yusei.

-¡Hey! -Ethan le llamó la atención a Akira -Más te vale sacar esa mirada lasciva de tu cara porque Yusei está casado y esperando un bebé.

El pequeño destello que brillaba en los ojos miel del nuevo invitado desapareció completamente cuando le recordaron exactamente quién era Yusei y que su esposo estaba parado justo al lado de él.

Dejando que los amigos hablaran o más bien, que Ethan amenazara a Akira para que no hiciera algún movimiento, Yusei se acercó a Riku quien se alejó silenciosamente de la ronda y terminó de colocar los platos.

-¿Estás molesto? -Yusei preguntó en un susurro.

-Molesto no sería la palabra. -Riku sonrió de lado con un dejo de tristeza.

-¿Celoso? -El pálido se aventuró a preguntar

-Sí.

Aquella respuesta no tendría que haberlo llenado de satisfacción, pero lo hizo, el saber que Riku lo quería y lo deseaba llenó su pecho de orgullo.

Tomó las manos del castaño, obligándolo a dejar lo que estaba haciendo y poner toda su atención en él.

-Sígueme.

Yusei guió a riku a donde las luces apenas lograban iluminar, se colocó en puntas de pie y besó la comisura de los labios de su contrario.

-Quiero más que eso -Riku pidió en susurros.

-Ven y tómalo -Yusei sonrió complacido.

Sintió la mano del castaño colocarse en su nuca y la otra atraerlo de la cadera, sin quitar la sonrisa de sus labios recibió extasiado el beso que se le era otorgado.

-No tienes idea de cómo estoy luchando por no ir y besarte como un auténtico cavernícola frente a él.

-Puedes hacerlo en privado -Yusei pasó sus brazos por el cuello de Riku.

-Creeme que lo haré.

Riku cavernícola 🐒 jajaja

Primer martes sin My
Beautiful Man, a esto le llamo depresión )':