10🔗
Kyle le acarició el cabello a Mikhail y sonrió, con hoy ya eran dos semanas juntos y era bueno, muy bueno. Se giró para ver la notificación que acababa de entrar en su teléfono y gimió. Lo había olvidado por completo, mañana sus primos cumplían el mes y la familia quería celebrarlo con todos juntos.
Sus tíos incluso tuvieron la consideración de invitar a Mikhail, pero Kyle no estaba tan seguro sobre llevarlo teniendo en cuenta su trabajo.
—¿Qué pasa? —murmuró Mikhail abrazándole la cintura, Kyle sonrió y se giró para darle un beso en la punta de la nariz.
—No pasa nada, sólo una notificación sin importancia.
—Kyle… —Kyle ya conocía lo suficiente a su compañero como para saber que ese tono era una advertencia.
—¿Qué pasa?
—¿Acabas de mentirme?
—¿Cómo lo supiste? —replicó con las mejillas rojas.
—Eres malo mintiendo y yo soy bueno en lo que hago.
—Lo olvidé por un momento —refunfuñó.
—Bien, ahora dime cuál es el problema.
—Debo ir a la manada, tengo que preparar todo para irme esta noche.
—¿Qué quieres que haga, tu maleta? —gruñó su compañero poniéndose de pie.
Kyle arqueó las cejas, ¿ahora cuál era el problema?
—Mikhail, ¿por qué utilizas ese tono conmigo?
—Puedes ir a donde quieras —escupió venenosamente.
—Mikhail…
—Debo ir a trabajar, creo que ya es un poco tarde.
—Espera un momento y explícame que acaba de suceder.
—No sucede nada, has tu maleta y deja de preguntarme.
—¡Mikhail! —su compañero lo fulminó con la mirada, agarró toda su ropa y se metió al baño, el portazo probablemente lo escucharon todos los vecinos.
Kyle suspiró sin entender lo que había pasado y comenzó a vestirse, mientras vivía en la ciudad debía entretenerse en algo y lo mejor que consiguió fue un trabajo de medio tiempo en un café cercano.
Salió sin despedirse, de todas formas, Mikhail no querría hablar con él, Kyle pasó antes por su casa y luego caminó al café. Sus compañeros de trabajo lo saludaron en cuanto llegó, Violetta asintió como reconocimiento, ella era la única cambia-formas del lugar sin contarse a sí mismo.
Kyle se cambió a su ropa de camarero y arqueó una ceja al ver a Justice sentado en una de las mesas. Eso era extraño, sobre todo teniendo en cuenta que estaba de vacaciones y aún no eran las ocho de la mañana.
Kyle se acercó y se sentó frente a él.
—¿Qué pasa contigo?
—¿Qué? —dijo calmadamente, Kyle pudo oler lo nervioso que estaba de todas formas.
—Has venido la última semana a este lugar sin falta y estuviste casi hasta que cerramos, también es el mismo lugar de siempre —Justice ladeó la cabeza haciendo un puchero.
—Igual solo trabajan hasta las doce.
—Ese no es el punto —dijo subiendo las cejas—. ¿Qué te traes?
Justice se encogió de hombros y habló, sin embargo, su atención no estaba con él, el chico parecía buscar algo con la vista.
—Nada.
—Oh, te gusta una de las camareras —Justice colocó una mano en su boca y gruñó.
—Cállate, pueden escucharte.
—¿Cuál de ellas? —replicó deshaciéndose de su mordaza.
—Pelo castaño, ojos azules.
—¿Violetta? —murmuró casi con pánico.
—Umm… sí.
Las mejillas de Justice se pusieron rosas sólo con escuchar su nombre.
—Vaya, ahora comienzo a ver el parecido entre Mikhail y tú.
—Eres molesto —replicó.
—Sabes que ella es Omega, ¿verdad?
—Sí, no le digas nada a mi padre sobre esto.
—¿Por qué no? —Justice no lo dijo, pero tampoco hacía falta hacerlo.
— …
—¿Crees que se opondrá?
—Sí —dijo por lo bajo.
—¿Aunque esté conmigo?
—No lo sé —Kyle le despeinó el cabello.
—No te preocupes, te apoyaré, me voy, aquí vienen a tomarte orden —murmuró mirando hacia Violetta, Justice sonrió, también se parecía a su padre cuando hacia eso.
—Gracias.
Kyle esperó a que cerraran y a que Justice no estuviese cerca para agarrar a Violetta del brazo, la Omega suspiró.
—Ya sabes de lo que quiero hablar —la Omega asintió y se sentó en el mismo lugar donde estuvo Justice un tiempo antes.
—Sí, del chico.
—No me gusta meterme en estas cosas, pero necesito saber que te traes con él —la oración estaba mal formulada, Kyle no había visto a Violetta portarse de forma inadecuada, pero aún así no lo corrigió.
—Es mi compañero, pero no haré nada respecto a eso, es demasiado joven aún.
Kyle se sentó en estado de shock.
—Ah, perdón por meterme.
—Está bien, sé que te preocupas por él, pero me acercaré una vez sea lo suficientemente maduro para tomar una decisión.
—Eso es… bueno —murmuró, Violetta siguió con su explicación.
—Me iré la próxima semana, volveré en unos años, después de todo tenemos mucho tiempo, quizás más tarde le pida al Rey una concesión —Kyle asintió, Violetta pediría permiso para unirlo a la especie y por supuesto, ser convertido.
—Vale, sé que todo saldrá bien, ten cuidado cuando te vayas, debo irme.
—Gracias por apoyarme —murmuró con una débil sonrisa, Kyle se despidió con una mano.
—No hay de qué.
Kyle dio una vuelta por el parque en lo que esperaba fuera la hora de la llegada de Mikhail, debían tener una conversación seria referente a lo que había pasado en la mañana.
Cuatro horas pasaron rápido y fue al apartamento, Justice le abrió e hizo una mueca apenas le vio, evidentemente su padre seguía igual que esta mañana.
—Está de un humor terrible —Kyle suspiró.
—Vale, vamos a ver si podemos deshacernos de eso —dijo entrando, Mikhail estaba en su habitación, Kyle dio unos toques y luego entró.
Su compañero estaba sobre la cama usando un pantalón de piyama, su torso estaba desnudo, Kyle sacudió a cabeza para enfocarse y se cruzó de brazos.
—Creo que tenemos que hablar —Mikhail se quitó la almohada de la cabeza y se sentó.
—Perfecto, ¿de qué quieres hablar? —dijo con ironía.
—De tu actitud en la mañana y la de ahora.
—Ahora que recuerdo, ¿no te ibas hoy, que haces aquí aún? —Kyle suspiró y se peinó hacia atrás.
—Estás molesto porque no te dije que fueras conmigo.
—¿Por qué me molestaría algo como eso? —gruñó poniéndose de pie.
—Eres tan transparente —resopló con burla.
—Deja de meterte conmigo —advirtió con un gruñido.
—Tengo miedo de llevarte y hacer que te sientas incómodo, todos son cambia-formas y es a lo que te enfrentas diariamente.
—No tengo miedo —dijo a la defensiva, Kyle no lo dudaba.
—Yo soy el que tiene miedo de que te arrepientas si ves a mi familia.
—¿Esa es la impresión que te doy?
—No, pero igual me asusta —lloriqueó, Mikhail lo escondió entre sus brazos relajándolo un poco con su aroma.
—Lo siento, esto fue una inmadurez de mi parte, no debí enojarme por algo tan simple, está bien si no voy, no quiero forzarte a nada.
—Pero quiero que vayan, tú y Justice —Mikhail lo alejó para poder verle.
—¿De verdad?
—Sí, promete que no te asustarás
—Lo prometo —dijo dándole un beso en la frente—. Ahora hablemos con Justice, también tengo que llamar a mi trabajo.
……
Mikhail tragó, ahora si estaba nervioso mientras conducía a la manada de su compañero, inevitablemente pensaba cosas como: ¿creerían que era poca cosa para su compañero? ¿Qué merecía algo mejor? ¿Su ropa era la adecuada para asistir?
Kyle le acarició la nuca y sonrió.
—Estás demasiado preocupado —Mikhail suspiró.
—¿Saben que vamos?
—Sí —dijo con simpleza.
—¿También saben que soy humano? —Kyle hizo una mueca.
—Al tío no le gustó, a papá tampoco, pero ya se acostumbrarán.
—No sé si esto fue una buena idea —dijo casi con un ataque de pánico, Kyle se burló.
—Dijiste que no tenías miedo.
—Y no lo tengo, ¿qué pasa si no les gusto y no me quieren cerca de ti?
—No hay manera, y si ocurre me iré contigo —Mikhail resopló con diversión, pero la confesión fue suficiente para relajarlo.
—Son tan pegajosos que me dejan en una posición incómoda —se quejó Justice desde el asiento de atrás con una mueca desagradable, se había acotejado de tal forma que dormía cómodamente, al menos eso era lo que hacía minutos antes.
Mikhail y Kyle se carcajearon al unísono.
Mikhail bajó y levantó a Justice, el chiquillo se había quedado dormido casi todo el camino, Kyle miró a la mansión y sonrió al ver a una rubia bajar los escalones a toda velocidad, ella lo cargó como si no pasara nada y lo apretó haciéndolo quejarse.
—Extrañé tanto a mi hermano favorito —dijo con diversión, lo que la hacía la hermana Alfa, ella por fin lo bajó y miró hacia él, Mikhail se quedó quieto esperando la reacción—. ¿Es el humano? No está nada mal—chilló con alegría, Kyle torció los ojos.
Ross se acercó después y saludó a su hermano con un beso en la frente, por lo que podía notar Kyle era el consentido de la familia. Kyle tomó su mano y por fin lo presentó a los dos hermanos.
—Mikhail, ellos son Emie y Ross, a quien ya conoces, Emie, Ross, él es mi compañero Mikhail y Justice es su hijo.
—Un gusto —Mikhail los saludó y ambos Alfas correspondieron sin problema alguno.
—No sabía que tuviese un hijo —dijo la alfa acercándose a Justice, el muchacho no se movió.
—Yo tampoco.
—Sólo papá lo sabía —dijo Kyle, luego suspiró al ver a un rubio bajar los escalones, parecía muy enojado.
—Kyle, por fin llegas, ¿es el humano? —gruñó el Alfa enseñándole los colmillos, se podía comprobar el parecido que tenía con su hijo sólo mirándoles de reojo, Kyle se puso frente a él de manera defensiva.
—Papá, no trates de intimidarlo o nos iremos.
—Eso no es justo —gruñó el Alfa haciéndose a un lado y cruzando los brazos, ni siquiera un saludo.
—Un gusto conocerte finalmente, soy Milo, él es Marcus, somos los padres de Kyle.
—Un gusto conocerles —murmuró extendiendo su mano, Marcus colocó una expresión de superioridad que no tenía comparación al verlo, pero Milo la tomó.
—Igual.
Mikhail tuvo un mal presentimiento al ver a los dos cambiantes que se acercaban, eran demasiado parecidos a viejos enemigos. Ambos sostenían a un bebé en brazos.
—Preston, Mark —saludó Kyle con una sonrisa.
El próximo fue inevitablemente quien esperaba. Ritz Storm, su sonrisa se desvaneció al verlo directamente, lo malo de la situación es que el pelirrojo casi nunca estaba solo, el gruñido preveniente de su espalda lo hizo subir la guardia.
—Mikhail Trevino —Mikhail maldijo ante el sonido de su nombre en una voz muy conocida, el lobo se transformó en cuestiones de segundos y corrió hacia él.
Fue demasiado rápido, pero él ya estaba acostumbrado a ellos, Mikhail se protegió lo mejor que pudo de sus colmillos, rodó con el gigantesco lobo y tomó un cuchillo de plata que guardaba en su pantalón, gracias a su paranoia no solía estar desarmado cuando salía, mucho más cuando visitaría una mansión repleta de cambiantes.
Mikhail sonrió, había quedado con la espalda sobre la hierba húmeda y un lobo monumental sobre él, colocó el filo del cuchillo en la garganta del lobo gris, el contrario enseñó los dientes como amenaza.
—Orión Lynn, que sorpresa tan desagradable.
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