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9🐺

Mark entró en la habitación de motel que acababa de alquilar, su hermano y Erwan se quedaron en otra mientras el resto lo siguió, Dian murmuró que estaba demasiado sucio y fue directo al baño.

Mark también estaba sucio ¿No podían compartir la ducha? Se rindió momentáneamente y se sentó en el suelo frente a Ritz, su padre miró a Orión y en unos segundos Orión suspiró, dejó un beso sobre la frente de Mark y su compañero, por último tocó su panza y murmuró que estaría en otra habitación, su padre lo miró.

Ritz estuvo a punto de hablar, pero se detuvo cuando Mark apoyó una mano sobre su abdomen crecido, esto en serio era algo único, Mark sabía que él y su hermano nacieron por este proceso, pero no era lo mismo verlo personalmente.

—¿Qué serán? ¿Serán todos Alfas si tú y papá son Alfas?

—Revísalo por ti mismo —Mark arrugó la frente y acarició sintiendo una patada de uno de los cachorros.

—¿Puedo saberlo así?

—Inténtalo —Mark cerró los ojos y profundizó en la conexión no muy seguro de lo que hacía, nunca había hecho algo como esto, abrió los ojos sorprendido al notar a los tres cachorros, todos se removieron provocando que Ritz jadeara.

—¿Cómo? —murmuró mirando a Ritz—. Son dos chicos Alfa y una Omega —Ritz sonrió.

—No sé cómo funciona, pero creo que depende de lo que quiera cada uno.

—Eso es muy conveniente.

—¿Verdad? —Ritz le tocó la mejilla—. ¿Estás bien?

—Físicamente lo estoy, mi cabeza no tanto.

—¿Por qué? —Mark resopló.

—Olvidemos eso, ¿qué tal con los cachorros?

—Es mejor que con ustedes.

—¿Qué? Ellos son tres, nosotros éramos sólo dos.

—Bueno, ahora tenemos experiencia, estuve un mes entero sin poder caminar gracias a ustedes.

—Creo que tendrás nuevos favoritos, te olvidarás de nosotros —dijo haciendo un puchero, Ritz besó su sien.

—¿Ahora protestas? No tengo favoritos.

—Lo sé.

—Dian estaba herido cuando llegamos, parecían marcas de colmillos, así que supongo que lo marcaste, pero algo salió mal.

—No hablemos de eso —masculló, Ritz suspiró.

—Mark, me iré más tranquilo si me hablas sobre lo que te molesta —Ritz era tan inteligente que a veces era molesto.

—¿Se irán tan rápido?

—Sí, pero puedes volver con nosotros si prefieres.

—No, debo terminar este trabajo.

—Lo supuse, por favor, tengan cuidado la próxima vez.

—Acabaremos en una semana y volveremos, no me perderé esto —dijo acariciando su barriga, Ritz colocó una mano sobre la suya y sonrió.

—Vale, ahora cuéntame.

—Dijo que no quería marcarme porque tenía miedo de que la marca no se quedara.

—Me imagino que te enojaste.

—Sí, por eso lo mordí, pero la conexión no es lo que esperaba, es temporal —murmuró, Ritz arrugó la frente.

—Bueno, es cierto que un Alfa no mantiene la mordida de otro por mucho tiempo, pero como ves hay casos… —Mark negó.

—Ustedes son especiales.

—No somos tan especiales, ustedes lo son más que nosotros, tu padre y yo no somos compañeros Alfas, desde un principio se suponía que debía haber una Omega con nosotros, sin embargo, Dian y tu son compañeros Alfas, ¿no son más especiales que nosotros?

Mark abrió los ojos con sorpresa.

—¿Lo dices en serio?

—Por supuesto que sí, cachorro.

—¿Entonces por qué no se quedó?

—Ya que me lo preguntas, creo que Dian inconscientemente rechazó tu marca al pensar que no podían marcarse.

—Todo es mental entonces —Ritz asintió.

—Mark, debes tener un poco de paciencia con tu compañero, cada día de su vida es difícil, puede que nunca esté bien del todo.

—No me importa eso, lo amo.

—Lo sé, iré a buscar a tu padre, está muriendo de ansiedad tan lejos de mí —dijo poniéndose de pie.

—¿Los veré más tarde?

—Sí, nos iremos mañana al mediodía, Preston está enojado porque no sabía sobre tu compañero.

—¿Aún?

—Hu-hum.

—Iré más tarde y hablaré con él, ahora necesito un baño urgentemente.

—Nos vemos.

Ritz le besó la mejilla y se retiró, Mark miró hacia el baño mordiéndose el labio inferior, aún se escuchaba el sonido de la ducha por lo que era posible que Dian no hubiese escuchado una palabra de lo que se dijo.

Mark se quitó toda la ropa y caminó hacia allí, la vista era muy buena teniendo en cuenta que Dian le daba la espalda, los músculos de su espalda estaban fuertemente apretados hasta llegar a…

—¿Seguirás mirando desde tan lejos? —Mark sonrió y se colocó detrás, Dian se tensó por unos segundos, pero se fue relajando poco a poco, eso los dejaba a ambos bajo el agua.

Mark le dio una pequeña mordida a la parte posterior del cuello arrancándole un jadeo.

—¿No estás ya lo suficientemente limpio?

—Les daba un poco de privacidad —dijo, Mark estiró una mano hacia su erección y acarició sacándole un gemido ronco.

—Te lo agradezco, pero ten la seguridad de que puedes escuchar cualquier cosa que hable con mi familia, después de todo también son tu familia.

—Te amo, Mark —Mark detuvo su mano y respiró profundamente antes de decirlo.

—También te amo, Dian, y por favor, no me alejes de nuevo, no importa que problemas existan, lo resolveremos juntos, nada de alejarte por protegerme, sé defenderme.

—Mark…

—No, promételo Dian, no importa que pase no intentarás alejarte —Dian se quedó callado por lo que parecieron horas y finalmente habló.

— … lo prometo.

Mark lo recompensó acariciando su polla una vez más, Dian apoyó las manos sobre la pared y dejó salir un pequeño gruñido. Mark lo acarició más rápido y empujó sus caderas contra él, Dian se puso tenso nuevamente al sentir su erección rozando su trasero.

—Tranquilo, no haré nada que no quieras hacer —Dian suspiró y volvió a concentrarse en sus caricias.

Mark le dio placer hasta que lo hizo correrse, Dian luego ayudó con su pequeño problema y por último fueron a dormir. Era necesario un descanso antes de atrapar a cierto mago hijo de puta.

……

Dian quería rendirse cada día de su vida, acababa de salir de uno de esos estados extraños en los que entraba, parecía ser un cachorro otra vez, uno que no tenía idea de cómo controlar su cambio.

Se sentó sobre el tronco de un árbol caído y dejó caer la cabeza sobre sus manos, era un desastre, por eso se alejó de su familia, de su manada y vivía solo, no quería hacerle daño a nadie.

Dian vivía con el miedo de hacerle daño a sus sobrinos, así que decidió irse a pesar de que todos estuviesen en contra, ir con Orión y su familia tampoco era una opción.

Dian no negaba que se sentía bien junto a su pequeño compañero, por supuesto que lo hacía, sólo ver la radiante sonrisa del cachorro lo sacaba de su estado de pesadumbre, pero lo aterraba.

Dian no se lo perdonaría si algún día le hiciera daño a Mark.

¿Qué haces? —Dian miró con sorpresa al chico en el que no hacía más de dos segundos estaba pensando.

El pequeño Mark de cinco años ladeó la cabeza dejando caer el pelo rubio sobre su hombro, sus ojos eran el vivo reflejo de la curiosidad.

¿Cómo llegaste aquí?

No sé, seguí tu olor —dijo con una sonrisa, Dian suspiró, necesitaba llevar al chico con sus padres, probablemente estaban histéricos.

Te llevaré de vuelta —Mark negó y subió a sus piernas, el chico colocó la espalda contra su pecho y miró hacia el lago.

No quiero ir.

Tus padres deben estar preocupadosMark se encogió de hombros haciendo un puchero.

Y tú estás triste.

¿Qué?Mark lo miró con los ojos húmedos.

No quiero que estés triste.

Mark, no estoy triste.

Papá me enseñó que las mentiras no están bien —gruñó dejando salir dos pequeños y adorables caninos.

Dian suspiró rindiéndose, esto no era un buen presagio de su futuro si su compañero lograba derrotarlo con tan poco.

Eres tan inteligente, estaba triste, pero ya te vi y no lo estoy más.

Si mi compañero está triste yo tambiénDian se congeló.

¿Qué dijiste? Pequeño, soy tu tío.

No, eres mío.

Eres muy pequeño para hablar sobre eso.

¿Esperarás que sea grande como ? —preguntó girándose para poder abrazarlo.

Sí.

Te quiero —dijo dándole un beso en la mejilla, Dian sonrió—. Ahora que no estás triste podemos volver.

Dian dejó un beso sobre su frente antes de ponerse en pie y caminar a través del bosque con Mark entre sus brazos, el pequeño hablaba de cosas sin sentido, a veces de su hermano y sus padres, hasta que la conversación se detuvo abruptamente y Dian miró hacia sus brazos.

Mark no estaba, de echo estaba aprisionado por sus muñecas y tobillos, no era plata, pero tampoco era algo fácil de romper desde su posición o su estado. 

Dian forcejeó.

¿Dónde estaba Mark y porque estaba aquí otra vez? ¿estas personas tenían a su compañero?

No, eso no podía ser.

Dian miró al hombre que acababa de entrar y gruñó. El hombre sonrió y colocó una mano sobre su abdomen, Dian rompió lo que le mantenía preso, el individuo jadeó y trató de alejarse, Dian no se lo permitió, con una mano lo tomó del cuello.

Sintió como tragaba con nerviosismo, las manos del humano se apretaron sobre su muñeca, el hombre gruñó y con sus garras lo arañó.

Espera ¿garras? Dian fue encarcelado por humanos, ninguno tenía garras, parpadeó y dejó de ver al humano, sin embargo, sus manos seguían alrededor del cuello de alguien.

Desgraciadamente ese alguien era su compañero.

Mark gruñó y le dio un rodillazo, Dian se alejó gracias al impacto y al miedo.

—Mark, lo siento, Dios, lo siento mucho —murmuró poniéndose de pie.

Dian vio sus brazos llenos de arañazos, el cuello de Mark con las marcas de su mano, las garras hicieron unas cuantas heridas.

Era el peor cambia-formas de la historia. ¡Había intentado matar a su compañero!

Mark se puso de pie y Dian retrocedió.

—Dian, estoy bien, mírame, estoy bien, sé defenderme, ¿recuerdas? Me lo prometiste.

—Te hice daño —murmuró chocando contra la pared, Mark se encogió de hombros y habló lentamente como si estuviese evitando que llegara un ataque de pánico.

—Sabíamos que esto podía pasar.

—Mark, lo siento —lloriqueó dejándose caer al suelo, Mark lo miró.

—Sé que lo sientes, ¿me dejas acercarme?

—¡No! —gruñó lleno de pánico, Mark levantó las manos rindiéndose con su cometido.

—Está bien, me sentaré aquí —Dian lo vio recostarse en la cama —, ¿quieres decirme lo que soñabas?

—Soñaba contigo.

—¿Conmigo? ¿Sobre qué? —Dian sonrió.

—Un día en el que mi depresión me consumía, pero llegaste tú de repente para cambiar lo mal que me sentía —Mark lo miró con extrañeza, probablemente no recordaba que algo así hubiese pasado, después de todo no es un recuerdo muy significativo para un cachorro.

—¿Qué edad tenía cuando sucedió eso?

—Cinco, me preguntaste si esperaría por ti —las mejillas de su compañero enrojecieron de vergüenza, Dian se carcajeó.

—¿En serio? No lo recuerdo.

—Está bien, yo puedo recordarlo por los dos.

—¿Y luego? —Dian gruñó.

—Que estaba en ese maldito lugar, soñé que te tenían, que te harían lo mismo…

—Estoy bien — murmuró Mark, el chico gateó lentamente hacia él y tomó su rostro, Dian lloriqueó.

—Casi te mato yo mismo.

—Dian, estoy bien, no pasó nada y si sucede otra vez sé cómo defenderme, no vas a matarme, no dejaré que algo como eso pase.

—Lo siento.

Dian se vio envuelto por los brazos de su compañero, inevitablemente algunas lágrimas se escaparon de sus ojos, no podía estar más avergonzado, pero no importa qué, su compañero no dejó de murmurarle todas las cosas que quería oír.

Mark prometió que estaba y estaría bien, que nunca dejaría de amarlo y que nada de lo que había pasado era su culpa, que ahora estaban juntos y saldrían adelante de la misma forma.

Dian no podía estar más feliz junto a su compañero, sin darse cuenta se quedó dormido entre sus brazos.


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