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8🐺

Mark estornudó por lo que era la décima vez en treinta minutos, Dian lo miró, su compañero estaba enojado. No había duda de eso.

Dian suspiró y miró a la nada, de todas formas, la neblina no dejaba mucho que ver, Mark comenzaba a enojarse, él no era el culpable, fue víctima de las circunstancias.

—¿Seguirás enojado? —Dian lo miró con desgano.

—¿Cuánto tiempo crees que tenemos que seguir aquí? Ya pasó un día entero y el espesor de la neblina no adelgaza.

Mark olfateó.

—Probablemente dos días más.

—Mark —gruñó Dian mirándolo con reproche, Mark sonrió.

—Deberías estar feliz de poder pasar tiempo con tu compañero.

—No me digas —murmuró con ironía—. La idea que tenía de pasar tiempo con mi compañero no incluía ser prisionero en una neblina mágica y estar a tres metros de distancia.

—Entonces acércate.

—Si me acerco no podré detenerme en un beso.

—Está bien —Dian se acercó gateando hasta quedar a sólo centímetros, su compañero lo tomó de la mejilla.

—¿Estás dispuesto a dejar que te…? —Mark cubrió su boca y dijo lo que pensaba respecto a eso.

—Yo te lo haré a ti.

—¿Qué? —murmuró Dian sentándose, Mark se encogió de hombros.

—No dejaré que me folles.

—¿Y yo sí puedo dejar que tú me lo hagas a mí? —gruñó Dian achicando los ojos.

—¿Por qué no?

—Olvídalo, no llegaremos a ningún lado si seguimos aquí — dijo intentando alejarse, Mark lo tomó de la muñeca.

—Solucionemos este pequeño problema y sigamos.

—¿Pequeño? Somos Alfas, quien ceda primero será el dominante en esta relación y eso no pasará, ambos somos testarudos.

Mark lo besó suavemente.

—No tiene que funcionar así, podemos hacerlo los dos.

—¿Y quién sería el primero?

—¿No puedes ser tú? —Dian se mordió el labio con un poco de miedo, Mark fue el primero en ceder—. Vale, iré yo esta vez —Dian lo vio sorprendido.

—¿Estás seguro?

—No hagas que me arrepienta.

Dian lo besó profundamente y lo hizo acostarse sobre el suelo, la tierra estaba medio húmeda, pero no lo suficiente como para ser incómoda. Dian le besó el cuello, pequeños besos fueron dejados sobre su piel hasta la clavícula, luego regresó a su boca y lo besó.

—Te amo —Mark se mordió el labio, desde pequeño soñó que esas simples palabras salieran de la boca de su compañero y ahora las estaba escuchando, no podía describir lo que sentía en palabras, así que decidió besarlo intentando transmitirle lo que sentía.

Dian gimió frotándose contra él, sus manos le agarraron el trasero y Mark no se sintió tan perturbado como pensaba que se sentiría, un gemido salió de su boca cuando ambas erecciones se encontraron.

Mark parecía ser más sensible de lo normal, quizás era así como debía sentirse desde un principio, como debías sentirte con tu compañero.

Dian levantó su camiseta y no se molestó en quitarle nada, su boca fue directamente a estimular sus pezones excitados y duros, moría por su toque, su compañero arremolinó la lengua alrededor sacándole un gruñido de placer, Dian probó tentativamente con una mordida y Mark no pudo evitar excitarse aún más.

Mark quitó la liga de su cabello dejándolo libre, Dian levantó la cabeza y lo miró con profundos ojos dorados, su cabello largo enmarcó completamente su belleza, lamió sus labios antes de atacar su otro pezón, Mark se retorció.

Dian siguió dejando besos sobre la piel a su paso, besó los duros pectorales, abdominales y mordió suavemente alrededor de su ombligo haciéndolo jadear, luego se puso de pie y se quitó toda la ropa, Mark admiró cada rincón de su cuerpo, por mucho que lo veía no se cansaba nunca de la vista y esperaba no hacerlo nunca.

Su compañero se arrodilló entre sus piernas y tocó el broche de su pantalón, Mark tragó antes de darle un asentimiento, Dian le quitó el pantalón junto con el bóxer y mordió su labio inferior.

—Dime que estás seguro de esto —murmuró Dian besando el hueso de su cadera, Mark suspiró deseando que se moviera un poco más cerca de su erección.

—Hazlo, no me arrepentiré.

—Entonces colócate de rodillas —dijo Dian palmeando suavemente sus muslos, Mark entró en pánico.

—¿Qué?

—Gírate, necesito prepararte.

—Somos cambia-formas —gruñó recogiendo las piernas.

—No quiero que sea una experiencia amarga.

—No —Dian lo tomó de la mejilla y habló muy cerca de sus labios, eso definitivamente era hacer trampa.

—Mark, si no lo hago dolerá y no quiero eso, quiero darte todo el placer que pueda —Mark suspiró su derrota y no muy seguro todavía se colocó sobre sus rodillas, Dian se acercó demasiado y todo su cuerpo se tensó.

Dian besó el final de su espalda y tocó la chaqueta.

—Deberíamos deshacernos de toda la ropa antes —Mark gruñó, pero de todas formas lo hizo.

—Deja de decirme que hacer y has lo tuyo de un… —Mark gimió.

Mark aun no podía creer que un sonido tan extraño viniera de su garganta, tampoco podían culparlo mientras su compañero utilizaba las manos para exponerlo completamente y su lengua rozaba un lugar sensible.

Quiso alejarse enseguida, estaba resultando ser más bochornoso de lo que pensaba, pero su compañero lo agarró con fuerza. Dian usó su lengua para acariciar alrededor, sus gemidos fueron inevitables y empeoraron una vez la experta lengua se abrió paso en su interior con ayuda de un dedo.

Dian se alejó y lo penetró con un largo dedo, Mark se contrajo y con mucho esfuerzo evitó correrse ahí mismo, estaba seguro de que más adelante le esperaría algo más placentero. Dian volvió a humedecerlo con su lengua y esta vez dos dedos se abrieron paso, Mark gimió y apretó los dedos en su interior que lo estimulaban directamente.

—Joder, lo siento mucho, pero no puedo esperar más —siendo sinceros, tampoco Mark podía.

Dian hizo que se girara y acostara sobre su espalda, Mark apretó los labios y apoyó las plantas de sus pies en el suelo, los colmillos de Dian se alargaron por la excitación. Dian lo tomó de la cintura y lo alzó ligeramente antes de empezar a deslizarse en su interior.

Mark cerró los ojos sin poder creer que se sintiera tan bien y abrazó su espalda con las piernas también arañó sus hombros, Dian se movió tentativamente y lo hizo poner los ojos en blanco.

—¿Estás bien?

—Muévete.

Dian hizo exactamente eso durante mucho tiempo.

……

Dian le besó la mejilla a su compañero y sonrió de medio lado, ambos estaban desnudos, sólo sus chaquetas les cubrían el pudor. Un día más entre esta neblina y Dian no sabía si considerarse el más feliz del mundo o el más desafortunado, por un lado, estaba la ventaja de que había tenido sexo con su compañero al menos unas cinco o seis veces sin embargo aun seguían perdidos en el bosque dentro de esta neblina mágica.

—No pienses tanto, eres ruidoso.

—No puedes escucharme pensar —murmuró poniéndose de pie, la chaqueta cayó al suelo dejándolo expuesto, Mark también comenzó a vestirse.

—Gracias a Dios no. ¿Qué pensabas? —preguntó abrochando su pantalón, Dian gruñó tomando su camiseta.

—Pensaba en lo que le haré a ese mago una vez salga de aquí.

—Creo que no fue tan malo ¿verdad? —Mark bajó la voz una octava más de lo normal dando como resultado un susurro sexy. Dian sonrió y lo tomó de la cintura.

—Lo único bueno es esto entre tú y yo.

Mark sonrió, pero enseguida su cara cambió notando algo importante.

—¿Por qué no me mordiste? Estaba dispuesto , pero ni siquiera lo intentaste, es como si no nos hubiésemos apareado y lo sabes.

—No te enojes antes de escucharme —Mark entrecerró los ojos mirándolo, estos comenzaban a ponerse de un dorado oscuro.

—¿Te avergüenzas de mí? ¿Por qué soy un Alfa? Aún después de que te dejé fo… —Dian dejó un pequeño beso sobre sus labios, Mark pestañeó viéndose interrumpido.

—Tranquilízate.

— …

Dian mordió su labio inferior y luego besó su sien.

—Eres una de las personas más orgullosas que he conocido, pero a mi lado eres muy inseguro.

—¡Tú me hiciste así! —gruñó apuntándolo.

—Lo sé, y lo siento —dijo tomándolo de la mejilla, Mark se frotó contra ella.

—Entonces ¿Por qué…?

—Tengo miedo de que mi marca no se quede.

Mark se alejó de su toque mirándolo con enojo.

—¿Qué?

—Somos Alfas, sabes lo que sucede cuando muerdes a otro Alfa, la marca desaparece a los cuatro días y la conexión no es muy fuerte.

—Somos compañeros —gruñó, Dian suspiró.

—¿Y qué? Seguimos siendo Alfas, no estamos capacitados para llevar la mordida de un Alfa, nuestras hormonas no lo permiten.

—Mis padres están marcados.

—Ya te dije que tus padres son especiales.

Mark se enojó aún más, Dian ya no sabía que decir para apaciguarlo.

—¡Nosotros también!

—Mark.

—Muérdeme o lo haré yo —Dian negó.

—Eso no es una buena idea.

—No quieres hacerlo de todas formas, bien —gruñó Mark atrayéndolo hacia él, Dian quedó encerrado entre sus brazos.

—Mark, espera...

Mark no hizo caso a sus advertencias y con una mano ladeó su cabeza, Dian cerró los ojos y dejó que lo hiciera. El roce de los dientes de su compañero bien pudo ser erótico, pero Mark estaba demasiado alterado para ir lento, encajó sus caninos haciéndolo gemir de dolor, Dian dejó salir sus garras inconscientemente y las encajó en su espalda.

Mark sacó sus colmillos de la piel desgarrada y lamió la herida con parsimonia, estos eran los cuidados que se le debían dar a la herida normalmente, al ser lobos esta se cerraría casi a los segundos, eso, si se convertía en una marca.

—No cierra —murmuró Mark en shock dando tres pasos atrás, Dian se mordió la lengua para evitar decirle algo extraño como un te lo dije, a Mark no le hacía falta—. Esto no debería ocurrir cuando somos compañeros, mis padres…

—¡Mark, tus padres son distintos! Orión es el maldito Rey lobo, ¿crees que algo tan simple como una marca sería un problema para él? —sin querer su tono de voz se elevó más de lo normal, Dian arrancó la camiseta de su cuerpo quedándose sólo con la chaqueta, utilizó la tela para cubrir la herida.

—No debería existir tanta diferencia —Dian lo ignoró y miró alrededor, sus ojos se achicaron.

—La neblina disminuye —Mark lamió sus labios limpiando la poca sangre que tenían y Dian alejó su mirada permitiéndose estar un poco más de tiempo enojado.

—Alguien rompió el hechizo —Dian arrojó la camiseta encharcada de sangre, su herida no había cerrado aún y Mark se acercó para ayudarlo, Dian lo rechazó—. Déjame ayudarte, después de todo fue mi culpa.

—No, estoy bien.

Mark rebuscó en la mochila que traía y le tendió una de sus camisas limpias.

—Al menos toma esto —Dian la tomó y comprimió la herida—. Lo siento, fui demasiado precipitado y no te escuché, supongo que esto quiere decir que no somos tan compatibles como pensé.

Dian lo tomó por la parte posterior de la cabeza y unió sus bocas en un beso intenso olvidándose de su enojo.

—Ese no es el significado, somos compañeros, no necesitamos una marca para probar eso.

Mark estuvo a punto de besarlo cuando giró la cabeza hacia un lado, Dian se fijó en quienes venían, los padres de Mark, su hermano y Erwan, el único mago de la familia, lo más probable es que él fuese quien había roto el hechizo.

—Es extraño que vinieran por nosotros —Ritz abrazó a su hijo sin previo aviso.

Dian vio su vientre hinchado con sorpresa, si no calculaba mal, parecía tener un mes y medio, Mark miró a Dian confundido, él parecía tener el mismo hilo de pensamiento.

—No es extraño que los busquemos si llevan casi un mes desaparecidos, estaba aterrado de que estuvieran a manos de ese mago —Mark se despegó de Ritz y lo miró perplejo.

—¿Cuánto tiempo?

—Estaban bajo un hechizo temporal, lo que sintieron como días fueron tres semanas —explicó Erwan mirando entre ellos, probablemente no se veían bien, pero bueno, llevaban días en el medio del bosque, lo que ahora parecían ser semanas.

Dian necesitaba respirar.

—¿Tres semanas? —Preston asintió y luego preguntó mirando hacia su cuello, la camisa se había empapado nuevamente, pero la herida ya estaba medio cerrada, había una marca, pero la conexión era débil, nada como una marca entre compañeros.

—¿Están heridos? — Dian desechó la camisa.

—Estamos bien, pero juro que me divertiré torciéndole el maldito cuello a ese mago.

Mark también estaba lo suficientemente enojado como para seguirle la corriente, ese mago ruin les hizo malgastar tres semanas en sólo días, eso iba a pagárselos de alguna forma.

Mientras esperaba el momento tenía que encontrar una solución para el problema que acontecía.

Mark lo quería marcado, él también quería marcarlo, así que debían solucionarlo más temprano que tarde.

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