7🍃
Preston no veía a su compañero desde el encuentro en su cuarto. Erwan no volvió a la mansión, pero sabía que estaba cerca gracias a los eventos mágicos a su alrededor. En los últimos tres días el tiempo varió de un extremo a otro, en el momento en que se fue la lluvia azotó todo el lugar, algunos truenos repiquetearon durante todo lo que quedaba de tarde y noche.
Preston se preocupó, pero decidió darle tiempo. El segundo día nevó, por suerte los cambia-formas eran bastante invulnerables a él, Preston lo buscó por cada rincón existente, sin embargo, Erwan no se dejó ver.
Hoy al menos había una ligera llovizna, el cielo estaba completamente negro a pesar de ser por la mañana y Preston rezaba porque los cambios de tiempo no fuesen debido al humor de su compañero ya que ninguno parecía ser algo bueno.
Preston estiró una mano por la ventana y la empapó en el agua fresca.
—Deberías venir a verme —murmuró esperando que le escuchara.
—¿Qué pasa con el tiempo?
Preston se giró para ver a su hermano con las cejas fruncidas.
—Erwan, eso está pasando —murmuró con un bufido, su hermano acababa de llegar de la manada luego de irse hace tres días.
—¿Fue así los últimos días?
—Más o menos. ¿Qué hay de la manada?
—Todo bien, los tíos vienen luego con los primos —Preston frunció el ceño.
—¿Qué hay de Dian?
—No lo sé, no lo vi —Preston no se perdió la forma en que su hermano apretó la mandíbula.
Ellos se criaron en la manada, amaban a cada uno de sus tíos y primos, pero Mark siempre tuvo una relación más especial con Dian, el hermano del compañero de Marcus. Ahora no entendía porqué su hermano se negó a dirigirle la palabra por los últimos diez años.
—¿Qué pasa con ustedes dos?
—¿Por qué no buscas a tu mago? Este clima es deprimente —Preston notó el cambio de tema tan radical, pero lo dejó pasar.
—No quiere verme.
—¿Por qué?
—Me tocó con su magia —Mark lo miró con pánico.
—¿Qué?
—Estuvimos en mi cuarto un tiempo y de pronto colocó una mano sobre mí y fue como si un maldito hierro caliente me tocara la piel —gruñó, lo peor no fue la quemadura, la mirada de Erwan al saber que le hizo daño acabó con él.
—¿Te quemó?
—Sí, pero ya está curado, no fue para tanto.
—Ese mago está acostumbrado a destruir, Preston, y si no tienes cuidado podría acabar contigo —Orión habló como si fuese parte de la conversación y se sentó en el sofá, Preston sintió la necesidad de defender a su compañero.
—Papá, eso fue un accidente.
—Estoy seguro de ello, pero ese mago está quebrado, fue utilizado y no de la mejor manera, está en ti enseñarle que puede salir del vacío emocional donde está metido.
—¿Cómo? —Orión sonrió.
—Yo que sé, no soy muy buen ejemplo en las relaciones, intenté matar a Ritz antes de hacerlo mi compañero —Preston torció los ojos, él era el culpable por preguntar.
—Sólo Mark tiene la esperanza de un apareamiento normal aún —Mark miró hacia otro lado y tragó, su padre no se lo perdió.
—¿Tienes algo que decir, hijo?
—No, aún no.
……
Erwan abrazó sus rodillas y suspiró mirando el horizonte, la lluvia caía sobre el columpio en el que se estaba meciendo empapándolo por completo. Tembló un poco por el frío y escuchó las palabras que le dedicó su compañero, su voz se escuchó como si estuviese ahí mismo con él, Erwan lo ignoró y miró la mano que lo había lastimado.
Se suponía que debía estar conociendo a su cachorro en estos días, en cambio, estaba ahí bajo la lluvia, con el frío calándolo hasta los huesos.
—¿Seguirás revolcándote en tu miseria? —preguntó Ritz sentándose a su lado, Erwan se mordió el labio y miró a otra parte—. Huir no hace que el problema desaparezca.
—Huir hace que tu cachorro se mantenga con vida —Ritz negó.
—Preston es más fuerte que eso.
—Si supieras lo que hice no estarías aquí —el pelirrojo sonrió ladinamente.
—No es un secreto, Preston no sabe proteger su mente, sé lo que pasó, le hiciste daño ¿y qué? ¿seguirás aquí haciendo que llueva? —esa era una buena pregunta en este momento, Erwan miró al cielo.
—Es una buena terapia.
Ritz suspiró.
—Orión intentó matarme cuando apenas nos conocíamos, era tan odioso y aún así siempre quería estar cerca de mí, me acechaba, juro que lo negué con todas mis fuerzas, pero finalmente cedí, no puedes negar un vínculo entre compañeros —Erwan lo miró, Orión era ridículamente poderoso y ahora ese ser compartía su poder con él.
Ni siquiera podía imaginar lo que habían pasado esos dos.
—¿No le temías?
—Por supuesto, le temía con locura, pero Orión, es especial, hizo que lo viera a él, no a su poder —Erwan bufó.
—No tengo el mismo problema, si estoy cerca le haré daño a tu hijo.
—Ya le haces daño estando lejos, los accidentes pasan.
—Uno de esos puede matarlo —Ritz se puso de pie y lo fulminó con la mirada, su cabello rojo estaba completamente aplacado por el agua.
—Soluciónalo y vuelve con tu compañero, si tu sufres, imagina lo que está sintiendo Preston al percibir el vínculo con más intensidad.
—¿Ese es tu gran consejo? —preguntó irónicamente cuando lo vio darle la espalda.
Ritz se giró con los colmillos alargados y ojos dorados, su boca se rizó con un gruñido haciéndolo parecerse muchísimo a su hijo.
—No vine a darte consejos, vine a decir que odio la maldita lluvia —y con eso se marchó.
Erwan lo pensó, ciertamente por mucho que escapara de Preston seguía siendo su compañero, el cachorro seguiría esperando por él no importa qué.
Miró la espalda de Ritz bajo la lluvia y tuvo que admitirlo, los cambia-formas eran criaturas realmente extrañas.
……
Preston vio la oscuridad del cielo ceder ante un imponente sol, las nubes desaparecieron de una vez como si nunca hubiesen estado, luego su padre entró completamente mojado y con el ceño fruncido.
Ritz caminó empapando todo el suelo e ignorándolo por completo, se dijo que probablemente estuviese de muy mal humor como para hablar. La respiración de Preston se cortó al ver a Erwan entrar en el mismo estado de su padre. Esta vez corrió hacia él y lo abrazó.
—Siento lo que hice —dijo contra su cuello, Preston lo asió más cerca y suspiró con alivio.
—Está bien, sé que fue un accidente —Erwan agarró su camisa con fuerza y lo alejó.
—Un accidente que podría repetirse en cualquier momento.
—Lo solucionaremos. Ahora vamos a mi habitación.
Preston tomó su mano y lo jaló hacia su cuarto, su compañero apareció justo después de su padre y no pensaba que fuese una casualidad. Ritz seguía velando por él, aunque ya no era un cachorro. Eso le hizo sonreír.
—¿Por qué no me temes? Todo sería más fácil si lo hicieras —Preston dejó un suave beso sobre sus labios fríos.
—Sé que no me harás daño a propósito, no sientes la conexión como yo, pero la sientes —Erwan levantó una mano, dispuesto a colocarla a la altura de su corazón, pero se detuvo a tiempo y comenzó a alejarla.
Preston la tomó y la colocó en su pecho.
—Necesito que me temas, cachorro —gimió Erwan arrugando la punta de sus dedos y encajando levemente las uñas. Preston se mantuvo.
—No.
—¿Por qué rayos eres tan testarudo? —gruñó viéndose ridículamente sexy, pelo húmedo y una camisa que ya no hacía nada por esconder su cuerpo.
Preston sonrió ladinamente y comenzó a sacarle la ropa.
—Salí a mi padre.
—¿A cuál de los dos?
—A los dos —bufó sacándole la camisa por la cabeza, Erwan se la dejó quitar extendiendo los brazos.
—Yo…
—¿No hay nada que puedas hacer para evitar cosas así?
—Las hay, pero un sólo descuido y… —Preston lo tomó de la mejilla e hizo que lo mirara, Erwan levantó la mirada llena de temor.
—Eh, no tienen que existir descuidos, harás que funcione.
Erwan negó y luego de quitarse la ropa restante desapareció en el baño, no sin antes decirle exactamente lo que pensaba.
—No confíes tanto en mí, apenas nos conocemos y no tengo buenas referencias.
Preston se tiró en la cama con un suspiro, ese mago estaba hecho un desastre, no sabía lo acontecido en la guerra puesto que él era un cachorro, pero escuchó historias, sus padres estuvieron, y a sus ojos no fue nada que desearían experimentar otra vez.
Ni siquiera podía imaginar lo que sentía su compañero al ser usado por el concejo, pero eso pasó hace ya muchos años y no dejaría que afectara la relación con su mago.
……
Erwan salió del baño sólo con la toalla envuelta alrededor de la cintura, su cachorro seguía ahí esperando por él y en el fondo se alegró de ello. Quería estar con este chico, pero sentía que no lo merecía.
Preston se sentó mirándolo con atención, le gustaba sentir la mirada del chico sobre él, eso lo hacía sentir al menos un poco especial.
El chico estiró su mano y le acarició el ombligo en círculos, luego rozó la toalla, Erwan se sonrojó cuando su estómago decidió que ya era suficiente ayuno.
El cachorro se rió y sus ojos brillaron con un leve dorado.
—Creo que debo alimentarte, tengo ropa en el armario —Erwan se colocó un jean y una camisa blanca bajo la mirada de su compañero.
Preston se veía hambriento, pero no hizo ningún movimiento que le delatara.
—¿Vamos?
Preston tomó su mano y lo guió a la cocina, también le gustaba que el chiquillo tomara su mano y se comportara de lo más natural con él. La vida era algo injusta por darle tan poca cosa como él al pequeño lobo.
Preston lo hizo sentarse en la mesa y comenzó a servir un plato extremadamente grande de comida, no era que Erwan se quejara, moría de hambre.
—¿Por qué siempre me llamas cachorro? ¿Qué edad tienes? —preguntó en cuanto puso el plato frente a él junto con un vaso de agua, Erwan tomó una cucharada y gimió, no comer los últimos días estuvo terriblemente mal.
—Sabes que los magos somos como ustedes, la magia extiende nuestra vida —Preston arrugó la frente y se sentó a su lado un tanto confundido, él aprovechó para llevarse otra cucharada a la boca.
—Entonces, tienes… —Erwan tragó y le sonrió.
—Soy mayor que tú, cachorro.
—¿Cuántos?
—Ciento tres.
—Joder
—No los aparento, ¿verdad?
—¿Es una broma? Por supuesto que no —luego de eso Preston esperó pacientemente a que terminara y justo cuando terminó su vaso de agua se atrevió a preguntarle — Uh…entonces ¿has… ya sabes… tuviste muchos amantes?
Erwan suspiró y le tocó la mejilla.
—No mentiré, son más de los que puedo decir, pero sólo sexo, Preston.
Preston tragó antes de preguntar.
—¿Y nosotros?
—Bueno, no hemos llegado al final aún, es un avance, mucho más de lo que otros tuvieron. Sólo fueron un revolcón, una forma de desconectar de mi realidad —el cachorro lo agarró del pelo y acercó la boca a la suya.
—Quiero que tengas sexo conmigo, pero no por el mismo motivo, no quiero que desconectes, quiero que te ancles a la tierra con más fuerza que nunca —murmuró antes de dejar un beso implacable sobre su boca, Erwan le sonrió cuando se separaron.
—Creo que sé porque eres mi compañero, eres exactamente lo que le hace falta a alguien como yo, por eso tengo miedo de hacerte daño.
Preston gruñó.
—No soy de cristal, soy un cambia-formas, hijo de dos Alfas, soy más fuerte de lo normal, no me trates con cuidado —Erwan le asintió.
—No lo prometo, sigues siendo un cachorro.
—Idiota —refunfuñó dándole un tirón en el pelo, Erwan dejó un pico sobre sus labios.
— Me gustas, cachorro.
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