Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1🍃

Preston llegó al último escalón de la mansión y se encaminó por el pasillo principal, sus pasos resonaban por todo el lugar haciéndolo un poco sombrío.

¡Maldita sea! El lugar era lúgubre sin importar lo que hicieras, como lo pintaras o decoraras. Odiaba la casa del concejo.

Prefería la pequeña cabaña de sus padres y hasta la mansión de su abuelo, este lugar le recordaba la masacre que presenció de cachorro.

Aún recordaba claramente la sangre en el suelo de los antiguos miembros del concejo y los enemigos que no pudieron hacer nada contra su padre.

Estúpidos seres que creyeron que podían derrotar a Orión. Su padre lo aplazó durante años, pero al final tuvo que ceder y empezar a vivir en este lugar, a veces temía por sus padres, luego recordaba lo ridículamente fuerte que eran y se relajaba.

—Preston —murmuró Ritz con una sonrisa.

Su padre se veía como el primer día, pelo rojo desaliñado que heredó y ojos grises. Preston lo abrazó y escondió la nariz en su cuello, el aroma de su padre siempre lograba calmarlo no importaba qué.

—¿Pasó algo?

Ritz se escuchó preocupado y comenzó a buscar alguna señal de herida, Preston se rió dejando salir sus caninos, aún se sorprendía de lo sobreprotectores que podían ser.

Tener dos padres Alfas no era muy divertido.

— Estoy bien, Pá — dijo aún contra su cuello, Ritz se relajó y acarició su espalda —. Sólo estoy tomando un poco de suerte.

—¿La necesitas?

—Voy a ver a papá ¿Qué crees? —Ritz suspiró sonoramente.

—No pudiste hacerlo.

Preston se encogió, él no era como su hermano, no podía ser un asesino sin importar el terrible pecado cometido por el cambia-formas al que rastreaba. Al final Mark siempre terminaba limpiando su desastre y estaba cansado de eso, sólo quería ser normal, lo que sea que implicase para un cambia-formas puro.

—Está bien, no importa, no es lo único que puedes hacer.

—Díselo a mi padre.

—Tu padre es un idiota a veces —Ritz se separó y torció los ojos, Preston arqueó una ceja.

—Pá.

—Iremos juntos —dijo con una sonrisa, Preston no estaba muy seguro de ello, no quería que sus padres pelearan por algo tan absurdo como esto.

—Espera... —Ritz se encogió de hombros.

—¿Qué es lo peor que puede pasar?

—¿Que peleen?

—Tengo varios métodos de reconciliación, no te preocupes por eso —confesó subiendo las cejas coquetamente—. ¿Cómo crees que lo convencí de que caminara hacia mí en nuestra boda?

—Qué asco —gruñó, Ritz le dio un golpe en el hombro antes de entrar en la sala principal de la mansión donde se suponía que estaría su padre.

—Nenaza, no seas delicado.

Orión los miró desde la esquina de la larga mesa donde estaba sentado y al instante sonrió, su cabello era tan rubio como el de su hermano y los ojos azules igual que los suyos. Ambos eran una mezcla de sus padres, pero Preston se parecía en actitud a Ritz.

Orión se levantó y lo abrazó, Preston se puso rígido entre sus brazos y su padre suspiró captando lo que había en su cabeza.

Tener un padre con exceso de poder no te dejaba muchas opciones, Orión siempre sabía lo que había en tu cabeza a no ser que te protegieras contra ello. Ritz y Mark aprendieron, ¿él? No tanto.

—Papá —Orión se alejó, apoyó la cadera en la mesa y miró a Ritz con una ceja arqueada.

Preston sospechaba que con el pasar de los años podían hablar telepáticamente entre ellos, pero nadie lo había verbalizado, así que quedó como un secreto.

—¿Y estás de acuerdo con eso? —gruñó Orión, Preston tragó cuando sus ojos centellaron de dorado, Ritz se cruzó de brazos sin dejarse intimidar.

—Si no quiere no podemos obligarlo, alguien puede hacer su trabajo.

—Eso no es lo que me preocupa —dijo frunciendo el ceño, Ritz se giró hacia él y tocó su hombro.

—¿Qué quieres hacer? —Preston se quedó en blanco, la pregunta lo tomó por sorpresa y sólo balbuceos salieron de su boca.

—Yo... uh... no lo sé.

—¿Ya ves? Eso es lo que me preocupa —gruñó Orión señalándolo, Ritz suspiró sin dejar el toque en su hombro y eso lo confortó bastante.

—Sólo tenemos que darle un poco de tiempo.

—Está bien —aceptó, Ritz y Preston preguntaron a la misma vez haciendo que Orión bufara divertido.

—¿Qué?

—Dije que está bien ¿Qué creían, que haría un berrinche? No lo haré, sólo tienes que hacer un último trabajo.

—¿Qué tipo de trabajo? —Preston ni siquiera quería preguntarlo por miedo a lo que implicara.

Orión sonrió.

—No tienes que deshacerte de nadie, sólo traerlo aquí y asegurarte de que no lo maten en el camino.

—¿Quién es?

—Eso quiero saber, el concejo le tenía terror, mencionan algunas cosas, lo principal es que en algún punto se aliaron con el concejo mágico para ejecutarlo.

Su padre a estas alturas aún estaba limpiando algunos desastres del concejo. Al parecer ellos asesinado a su familia con excepción de su tío Marcus y a partir de ahí la relación no fue  muy buena hasta se hizo parte del concejo junto a Marcus.

Algunos lobos desertores atacaron hace unos años y los únicos sobrevivientes fueron Marcus, Orión y Ritz, Preston terminó viéndolo todo por accidente. Luego de la masacre, su padre, el Rey por naturaleza tomó el cargo y Marcus le ayudaba casi todo el tiempo.

—¿Qué quieres hacerle? —Orión se encogió de hombros.

—Sólo hablar, dile que le daré asilo, o lo que sea, tengo curiosidad, lo describen como un mago excepcional.

—¿Mago? —todos sus vellos se erizaron con la mención, los magos no les tenían muy buena estima a los cambiantes—. ¿Cómo crees que me acercaré a alguien así?

—Preston, eso tendrás que descubrirlo solo —dijo su padre enseñando los colmillos con emoción, Preston suspiró.

—¿Al menos sabes dónde está?

—No, pero puedo darte un aproximado.

......

Erwan se desperezó entre las sábanas de su cama y le sonrió a su compañía, la bonita pelinegra que ligot la noche anterior estaba profundamente dormida. Tocó la curvatura de su espalda y deslizó su dedo hasta el empezar de sus nalgas, ella sonrió y abrió los ojos marrones.

Erwan bajó de la cama y se desplazó al baño, no sin antes despedirse de la chica, ella dejó un beso en sus labios y comenzó a vestirse.

El baño era más de lo mismo, estaba acostumbrado a saltar cada cierto tiempo, de hecho, últimamente lo hacía cada dos días y hoy era el último. Se apoyó en el lavamanos y miró su reflejo, estaba cansado, muy cansado, llevaba haciendo esto demasiado tiempo y su aspecto decía exactamente lo mismo, tenía la mirada de un hombre muerto.

La misma mirada que le molestó siempre, ojos marrones, el cabello no estaba tan sedoso como siempre, lo que probablemente se debía a su descuido, pelo rubio y mechones en rojo, azul, castaño y verde se esparcían por todos lados.

Era un puto desastre.

Suspiró y comenzó a quitarse todas las vendas que cubrían los brazos y terminaban en sus nudillos, los tatuajes que demostraban su poder saltaron a la vista, también quitó las de las piernas y se metió bajo el agua.

Tenía que ser rápido, si se quedaba mucho más tiempo cualquier ser poderoso podría sentir su poder y era lo que menos quería. El concejo mágico era un dolor en el culo, eso sin contar los cambia-formas que enviaban a por él, aunque ya no había muchos de esos a su alrededor.

Se tomó el tiempo para poner las vendas en su lugar y vestirse con algo cómodo, le esperaba un camino largo hasta su próximo destino.

Tomó la mochila y luego de ponerse una camisa negra y jean salió de la habitación rentada.

Un mago frente a él lo hizo pestañear, luego se agachó esquivando el hechizo que dio de pleno sobre la madera de la puerta haciéndola astillas. Se suponía que un mago no debía utilizar su poder donde podría dañar a un humano, ese era el acuerdo que se firmó años después de que los humanos descubrieran la existencia de lo sobrenatural.

Por lo que veía, cualquier mago tenía carta blanca para ejecutarlo no importaba el lugar donde estuviese.

Erwan utilizó el descuido del mago inexperto para correr. El chiquillo sorprendido de lo que estaba haciendo se quedó ahí unos cuantos segundos dándole ventaja y Erwan la aprovechó corriendo lo más rápido que podían sus piernas, todo hubiese sido más fácil con sus poderes, pero usarlos atraería a más magos y probablemente de un rango muy superior al que estaba corriendo en su dirección como todo un tonto.

Los magos no eran de esfuerzos físicos y eso le daba una buena ventaja.

—Joder, deja de perseguirme, esto es patético —murmuró mirando atrás, el chico sostenía su abdomen y corría a cámara lenta.

No tenía oportunidad.

Entonces el patético fue él cuando sus pies tropezaron y lo hicieron caer.

Erwan se maldijo, era muy poderoso, pero a veces su suerte era un asco.

El mago llegó jadeando y estiró un brazo hacia él, su palma quedó apuntándole y sabía exactamente lo que quería decir ese gesto, estaba perdido. Erwan se puso de pie y sacudió su pantalón, sólo tenía que ir con el chico un rato y al menor descuido se iría.

El mago cayó al suelo con un lobo gris y rojo encima, este era más grande que la media y Erwan dudó por un momento si debía ayudar al pobre mago.

Decidió ayudarse a sí mismo y corrió, entre un mago y un cambia-formas... realmente no prefería a ninguno.

El gruñido del lobo se escuchó alto y claro, Erwan hizo un esfuerzo sobrehumano para no girarse. No hizo falta voltear cuando el gigantesco lobo que pesaba como una tonelada le cayó encima, gimió cuando su mejilla se raspó contra el asfalto de la calle y con sólo un movimiento de su mano lo mandó a volar, el lobo gimoteó a su espalda, pero no lo verificó.

¡Maldita sea! Probablemente estaba ileso, por eso los cambia-formas eran tan problemáticos, al menos un mago tardaba más en sanarse con la magia de curación.

Erwan corrió mucho más rápido y evitó a las autoridades frente a él, miró de reojo, el lobo se sacudió y empezó a correr en su dirección.

¿Qué rayos estaba pasando? Estuvo los últimos años escapando sin ningún percance y en cuestiones de minutos se las arregló para encontrarse con un mago y un maldito lobo. Tenía un sello mágico sobre sí mismo, era imposible que le encontraran con tanta facilidad, mucho menos a la vez.

Quizás era una casualidad. O no. ¿Quién sabe? No lo averiguaría pensando mientras corría, sus piernas no necesitaban más escusas para fallar.

El lobo se puso a correr a su lado esta vez, no intentó arrojarlo al suelo o algo parecido como si fuese algo normal.

El lobo lo empujó con la cabeza cuando el mago lanzó otro hechizo, este rozó su hombro, pero no hubo daño.

¿El cambia-formas lo estaba ayudando? El mundo se fue a pique en los años que estuvo aislado, porque no había manera en el infierno de que esto ocurriera en su mundo.

Ambos se detuvieron y el lobo aprovechó para volver a su forma humana, un hombre de su tamaño apareció frente a él, pelo rojo y ojos azul profundo con solo una cadena estilo militar en su cuello.

Erwan lo repasó con la mirada, hacía mucho tiempo no tenía a un hombre en su cama y este espécimen sería perfecto si no fuese por el pequeño problemita de su mitad lobo.

Sacudió la cabeza como regaño.

Ni de broma.

—Necesitamos hablar —Erwan no estaba tan seguro de ello, levantó su mano y el lobo retrocedió.

—Lo siento chico —murmuró tocando su frente.

El cambia-formas se desmayó y Erwan aprovechó el momento para leer la placa en su pecho, las habían utilizado desde el final de la guerra para identificar a los cambia-formas, el nombre de Preston Lynn-Storm estaba grabado ahí junto con algunos otros datos.

Erwan tocó su mejilla y delineó sus labios antes de marcharse.

Un hechizo de protección debería funcionar el tiempo que estuviese inconsciente.

******

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro