Ritz le sonrió a Orión, quien actualmente estaba caminando hacia él en un traje blanco, fue realmente una lucha de Alfas convencerlo de ello, mucho lubricante y horas extenuantes de trabajo hacían eso con Orión, eso lo hizo carcajearse internamente, no quería que Cecil le regañara por comportarse indebidamente en su boda.

No era muy grande, la familia de Marcus estaba aquí, junto con la manada, bueno, si era algo grande, Trisha y Cecil se divirtieron en grande planificando la boda, Ritz en pocas ocasiones se arrepintió de ello, pero no podía quejarse, todo quedó perfecto.

Miró a Cecil, ella le sonrió desde su asiento, acordaron hacer la ceremonia humana en la casa de Glen, ya que era tan grande como un palacio, esto no tenía ningún sentido para ellos, pero Ritz lo sentía especial.

Milo a su espalda le palmeó el hombro, el chico estuvo de acuerdo en ser su padrino después de todo, Ritz aún estaba pagando por ser un hijo de puta, pero al parecer fue completamente perdonando por esta familia, incluso por Marcus que estaba en el frente esperando a su hermano como su padrino.

Orión finalmente se detuvo frente a él y Ritz le alargó la mano para ayudarlo con los escalones, él frunció el ceño, pero la tomó.

Un gruñido feliz se escuchó en todo el lugar, los hijos de Marcus y Milo miraban en su dirección con la sonrisa más grande, tenían ahora alrededor de siete meses y gorgoteaban felices.

Gracias a sus propios cachorros la boda estaba teniendo lugar luego de cinco meses, Ritz tocó su estómago, no quería más sorpresas, al menos no por mucho tiempo. El juez frente a ellos se aclaró la garganta y una gota de sudor se precipitó por su frente, la secó enseguida.

Orión ya no tenía los ojos dorados permanentes, pero su aura era fuerte, eso ligado a Ritz, bueno, ahora eran dos auras un tanto amenazantes por compartir el poder.

— Sus votos — murmuró, ambos se colocaron de frente dándole un respiro al juez, en serio parecía a punto a desmayarse.

— Hace poco más de medio año no imaginaba esto ¡Qué diablos! No voy maquillarlo, solo querías arrancarme la cabeza — algunas risas y murmullos bajos se escucharon, Ritz sonrió — Y yo no podía dejar de correr pensando que eras un monstruo.

Suspiró.

— Bueno, para mi sorpresa estuve equivocado todo el tiempo, tienes una forma de hacer las cosas que difiere completamente de las mías, pero cuando te vi cargando a tus sobrinos, pensé, quiero tener cachorros, eres cariñoso y cada vez que te veo con niños alrededor no puedo parar de enamorarme de ti — Orión le arqueó una ceja.

— ¿Sólo con niños alrededor? — la multitud gimió y Ritz le acarició la mejilla.

— No, con cada pequeña cosa que haces, menos cuando estas destrozando lobos, odio eso, me gusta que quieras protegerme, aunque no lo necesito, me encanta que seas posesivo, tener un Alfa como compañero no es nada fácil y tú lo haces más difícil cada día, no me importa, también amo los retos, por eso, yo, Ritz Storm, te quiero como esposo y padre perfecto, prometo amarte y quererte toda mi vida.

Orión asintió y cerró los ojos por un momento, cuando los abrió nuevamente eran dorados, evidentemente le gustó lo que escuchó.

— Ciertamente no tuvimos un buen comienzo — Ritz lo miró irónico, Orión carraspeó — al menos no uno normal, pero no sabes lo que haces conmigo, mi lobo daba vueltas alrededor demasiado confundido con tu aroma y yo no paraba de pensar en ti.

Gruñó.

— Dios, sólo podía acecharte y hacer las cosas mal, pero tú, tu eres alguien especial y no lo digo sólo porque seas mi compañero sino porque me hiciste pensar en cosas nuevas, me sacaste de mi ruina cuando todo se estaba haciendo añicos. No exagero al decir que sin ti estaría loco o muerto, ninguna de las dos es mejor si me lo preguntan, así que agradezco que me dieras una oportunidad y dos lindos cachorros, yo, Orión Lynn, acepto ser tu esposo — ambos miraron al juez, este se quedó en blanco viendo los ojos de Orión.

— Uhh… ¿las alianzas? — Ritz miró a Milo, este señaló las puertas y con un chiflido dos cachorros grises veteados de rojo corrieron por todo el pasillo hasta llegar a ellos.

Ritz se arrodilló frente al más gris, Mark tenía el pelo rubio y ojos grises en forma humana, tomó el anillo plateado de sus caninos y le palmeó la cabeza, él lamió su mano juguetonamente, luego se puso de pie.

Orión tomó el anillo del otro cachorro y luego de dejar un beso en su cabeza se colocó frente a él.

Los cachorros corretearon molestando a algunos invitados y mordiendo las cortinas blancas, Ritz tomó la mano de Orión y colocó el anillo, Orión hizo lo mismo también mirando a los cachorros.

Preston era casi idéntico a él, pero demasiado juguetón, su casa era prueba de ello.

— Entonces, los declaro casados, ¿marido y marido? lo que sea, sólo bésense.

Orión se carcajeó antes de agarrarlo por la parte posterior del cuello y darle un beso, sólo uno pequeño ya que Ritz terminó en el suelo con Mark encima lamiéndole la cara.

Orión bajó y corrió a tiempo para evitar que Preston saltara a la tarta que había preparado Trisha con mucha felicidad, Ritz suspiró aliviado, nunca oirían otra cosa si fastidiaban las cosas a ese nivel, ambas Omegas parecían terroríficas mientras preparaban la boda perfecta.

Ritz suspiró y dejó caer la cabeza hacia atrás viendo al pequeña Alfa morder a Orión, celebró antes de tiempo.

Preston saltó a la torta haciendo caer todo en la mesa, todos miraron asombrados el reguero de merengue y Mark salió de su regazo para ir a retozar con su hermano.

— Preston Lynn-Storm! — gritó Trisha desde el asiento corriendo hacia él, Cecil hizo lo mismo tratando de crucificar al cachorro, Preston les tiró esa mirada que había perfeccionado con ellos y ellas se detuvieron embelesadas.

La boda no fue perfecta, pero ¿su familia? Dios, esa no podía ser mejor.

Fin