20 | La fé de los reinos
Las burbujas elevándose el agua. El sentimiento de que una parte de ells se quebró.
Dividida. Separada. Incompleta. La sensación de soledad.
Y luego, oscuridad.
Por tanto tiempo, tanto frio....
De repente, uns sensación cálida, amable.
El viento cubriendo su ser. Frío. Un frío amable.
Unos brazos la agarraron. Cálidos. Amables. Gentilez.
Y ya no se sentía tan sola.
...
Sintió unos golpecitos en su mejillas. Aguri abrió los ojos con pereza. Una figura borrosa estaba frente a ella, una amarilla y Ross, parpadeo un par de veces para aclarar su vision.
- ¡Ai Ai!
- Buenos días Ai-chan -Aguri saludo con algo de cansancio a la bebe mágica -
La pequeña bebe se rio y siguió dando golpecitos a las mejillas de Aguri con su pequeñas y regordetas manos.
La niña mayor soltó un suspiro, y extendió las manos para agarrar a Ai. Se sento y puso con cuidado a Ai a su lado.
Estaba cansada y era muy temprano para esto.
Aguri soltó un bostezo y se estiró. Se dio la vuelta para salir de su futón.
Ella pronto cayo de lleno en el suelo.
El golpe la despertó por completo y miro alterada al rededor.
Ella se cayó, eso no debería ser posible. ¡Ella dormia en un futón!
Su mente se puso en alerta máxima. ¿Dónde estaba? ¿La habían secuestrado? ¿Y su abuela? ¿Estaba bien?
- ¿Ai? - escucho a la bebe mágica balbucear curiosa por sus acciones-
Aguri miro fijamente la habitación en la que estaba. Una habitación grande, espaciosa, con muebles finos y decorados fantásticos. La cama desde dónde había caído tenía un dosel y los símbolos tallados en las piedras del techo le eran muy....
Oh.
Aguri de repente recordó donde estaba y sintio que una quietud lleno su corazon.
Ella no estaba en su casa. Ni siquiera estaba en la Tierra.
Ella estaba en el Reino de las Cartas.
Su abuela no estaba aqui.
Desde hace semanas que no lo hacia.
- ¿Ai? -la bebe mágico miro confundida a su compañera y voló hacía ella preocupada- ¿Ai ai?
-Estoy bien, no te preocupes -Aguri levanto la mano para acariciar la cabeza de la bebe- Simplemente olvide que...Ya no estamos en la casa de la abuela.
Ai la miro preocupada, sus ojos tristes, a pesar de su edad podía entender la tristeza de su compañera y rápidamente le dio un abrazo, buscando consolarla.
Aguri acaricio la espalda del hada, sonriendo un poco al ver que intentaba animarla, pero no pudo mantener su sonrisa por mucho tiempo.
No había muchas razones para sonreir.
...
- ¡Aguri! ¡Buenos dias! -una voz familiar sono por las pasillos del castillo de la cartas -
Aguri se dio la vuelta, junto con Ai, para ver una chica de cabello morado dirigirse hacia ellas.
-Makoto, buenas dias -Aguri dio una ligera reverencia a su compañera-
-Te estuve buscando por todos lados. Me sorprendió no verte en el desayuno -Makoto la miro preocupada -
-Estoy bien. Simplemente tenía ganas de desayunar en mi habitación está vez.
-.... Entiendo que es difícil. Pero no te preocupes, pronto todo se solucionará. Estoy segura -Makoto le sonrió a Aguri, intentando transmitir confianza-
Aguri le sonrió a Makoto, pero esa sonrisa transmitía un sentimiento de duda.
Ella no confiaba del todo en las palabras de Makoto.
Desde que volvieron de golpe de la fiesta. desde que la grieta entre mundos se cerro. Desde que las Precure cerraron la Tierra.
Desde que se separo de su abuela.
Ya no entendía nada de lo que estaba pasando.
- Cuando nos encontremos con Mana estoy segura que entenderemos todo.
- Suponiendo que quiera hablarnos -Aguri respondió con algo de rencor-
-Yo... -Makoto abrió la boca pero no pudo decir nada, la peli morado miro hacia abajo con duda pero luego levanto la mirada - Nos volveremos a ver. Confía en eso.
Aguri estaba segura de que se volverían a ver. De eso no tenía duda.
Pero no estaría hablando tranquilamente con Mana. Oh no, señor. Le exigiría explicaciones a su supuesta líder le gustará o no.
En una situación como esta, la confianza simplemente ya era tan facil de lograr.
Confiar en Mana ahora parecía una tontería.
-La próxima vez que la vea.... -Aguri pensó con rencor, imaginando los escenarios dónde volvía a ver a Mana-
En muchos de ellos le daba una paliza.
Antes de que algunas de ellas pudiera seguir hablando, una voz llamo la atención de ambas chicas, y la bebé mágica. Aunque solo una de ellas la reconoció.
-Makoto, que bueno verte. ¿No has crecido desde la ultima vez que vi?
Ambas chicas y la bebé, voltearon a ver la fuente de la voz. Aguri específicamente tuvo que parpadear para ver a la persona que estaba frente a ella.
La mujer que venia a paso calmado hacia ellas, vestía una tunica blanca con un sombrero alto con detalles finos de color plateado. La mujer parecía de unos treinta años, con cabello azul índigo y ojos del mismo color. Un cetro largo que llegaba por encima de la linea de su frente, con un corazón de plata en el extremo.
Aguri le recordo a una monja. Una monja de un mundo de fantasia mágica.
-Hermana Meride -Makoto sonrio y le dio una reverencia a la mujer- Es un placer verla nuevamente. Discúlpeme, no he tenido tiempo para visitar la iglesia últimamente.
-No te preocupes, me alegra que estes en buena salud y tan radiante de orgulloso como siempre -la mujer le sonrio calidamente a Makoto y luego miro a Aguri- Y quien podría ser tu acompañante.
- Ella es una de mis amigas, Madoka Aguri -Makoto le sonrió a Aguri- Y una compañera Precure
Aguri se sobresaltó un poco ante la forma tan casual en que Makoto revelo su identidad, pero tenía que recordarse que en el Reino de las Cartas todos sabían las identidades de las Precure.
Aunque personalmente a ella no le gustaba eso.
-Una Precure... -la mirada de la mujer cambió, paso de verse cortez a genuinamente fascinada por Aguri, luego, dio uns profunda reverencia hacia ella- Es un honor conocerla, Lady Aguri.
Aguri miro nerviosa a la mujer frentes ella. Confundida por su repentino trato tan....Reverente.
-Es...Un placer también.... conocerla ¿Meride-san?
-Solo Meride esta bien -la señora se levantó de su reverencia y le sonrió a Aguri-
-De acuerd... -Aguri se vio interrumpida por unos tirones de su falda y bajo la vista para ver Ai- Oh, discúlpame, Ai-chan. - tomó a la pelirosa entre sus brazos y se la presentó a la mujer frente a ella - Esta es mi hada compañera, Ai.
- ¡Ai Ai! -la bebe saludo alegremente-
-Oh, es muy dulce -la mujer arrullo a la bebe- Y con esas alas eres la personificación perfecta de un angel. Sin duda apropiado para una Precure.
Nuevamente, Aguri sintió que su corazón se apretaba incomodamente. La forma en que Meride la miraba la ponia tensa de una manera muy extraña.
No sabia como nombrar a esta sensación.
-Si puedo preguntar, Hermana Meride ¿Que esta haciendo aquí? -Makoto pregunto con curiosidad-
-Vine hablar con el Nuevo Presidente y el Ex Rey. Pidieron mi ayuda para la situación que esta pasando con el resto de sus compañeras Precure.
El aire alrededor de las chicas se agrio nuevamente al recordar la situación en la que estaban.
-Si....Es...Desafortunado que tengas que ver a mis compañeras en este estado -Makoto se disculpo con la señora-
-Oh no, no, querida Makoto. Esta situación no es tu culpa. ¿Como podría serlo? Cuando eres tan fuerte y amable. -la señora rápidamente intento tranquilizar el corazon de la joven ante ella- Esta es una situación difícil para las Precure, sin duda. Pero no es tu culpa. Tus amigas se salvaran, no te preocupes, todos estamos haciendo lo mejor que podemos psra rescatarlas.
Aguri hizo una mueca al recordar lo que les dijeron a la gente del reino.
Habían hecho un anuncio hablando de la situación de las Precure, pero en vez de declararlas traidoras como hizo el Jardín de la Lus y otros reinos. Ellos habían declarado que las Precure estaban siendo controladas por una fuerza malvada, que estaban luchando para salvarlas de su influencia.
Esto, era más una teoría que otra cosa. Nadie podia negar o confirmar que las Precure estuvieran controladas. No había nada extraño en la fiesta, excepto tal vez la falta de las líderes y el hecho de que durante la fiesta algunas Precure eran llamadas por los espíritus a algún lugar donde no volvieron después de irse.
Y también era una forma de convencerse a sí mismos de que realmente no los traicionaron.
- Gracias Hermana Meride, yo también lo espero -Makoto le sonríe débilmente a la mujer, quien la miro preocupados pero luego suspiro-
- Siempre rezo por tu seguridad Makoto. Y desde que comenzó esta situación, solo rezo porque puedas volver a tus compañeras y ellas a ti. Estoy segura de que ese deseo se hará realidad, solo necesitas tener fé.
Makoto le sonrió suavemente a la mujer y le agradeció nuevamente. Mientras tanto, Aguri se quedó callada mirando la interacción entre las mujeres, intentando averiguar por si misma que tipo de relación tenían.
Si mal no recordaba, Makoto le conto que no tenia padres, por lo que esta mujer probablemente fue alguien que la cuido o crio.
Aunque estaba algo confundida porque fuera una monja.
- Tengo que retirarme ahora, pero espero que podemos reunirnos otro día para ponernos al día, Makoto. Quiero saber las aventuras que tuviste en el mundo de los humanos.
-Lo hare, Hermana Meride. Por favor que tenga un buen día.
La señora asintió y volteo a mirar a Aguri.
- También me gustaría escuchar sus historias, Lady Aguri. Estoy segura que serán tan impresionantes como las de Makoto.
Aguri asintió lentamente.
-Si, lo hare, Meride-san.
La mujer se vio triste por el uso del honorífico, pero rápidamente borro esa expresión y se despidió por última vez de las niñas.
Aguri se quedo mirando como la mujer caminaba hasta la puerta al final del pasillo y entrando en ella. Haciendo que Makoto y Aguri se quedaran solas nuevamente.
Ella suspiro aliviada.
-Makoto, ¿Quien era esa dama? Parecía muy cercana a ti -Aguri dijo mientras acunaba a Ai, quien pedía algunos mimos de su parte -
-Es la Hermana Meride, ella era una de las principales cuidadoras del orfanato en el que me crie -Makoto sonrió con nostalgia al recordar su infancia- A menudo jugaba con los niños y transmitía las enseñanzas.
- ¿Es ella un tipo de monja?
- ¿Monja....? -Makoto miro confundida el termino-
-Quiero decir, parte de una iglesia. Quienes siguen a dios, o dioses, siguen y transmiten sus enseñanzas.
- ¡Oh si! Por supuesto -Makoto asintió resuelta - La Hermana Meride es la Clérigo de la ciudad capital. De la Iglesia del Sagrado Corazón.
- Iglesia del Sagrado Corazón...-Aguri murmura- Parecen muy importantes, pero es la primera vez que escucho de ellos.
- Probablemente porque ustedes nunca se han quedado mucho tiempo en el Reino de las Cartas y nunca se pudo armar un horario para presentarles a la Iglesia. -Makoto pensó profundamente- Y ahora menos posibilidades hay de que las conozcan...
Aguri por una vez no se sintió tan deprimida por de la situación por la que estaban pasando actualmente, sino que su mente esta enganchada por la información que tenía.
Una Iglesia que parecía atenta a las Precure...
- ¿Puedo preguntar qué tipo de deidad siguen en la Iglesia del Sagrado Corazón? -Aguri intento no sonar acusatoria, por la actitud de la Hermana Meride podía asumir que lo mas probable es que fuera una buena deidad, pero aun asi la forma en que la miro con adoración la preocupada y quería estar informada de ello-
- ¿Deidad? -Makoto miro confundida a Aguri- La Iglesia del Sagrado Corazón sigue las enseñas de las Precure.
Aguri sintió que un hielo invisible congelaba su cuerpo, mientras miraba con los ojos en blanco a Makoto.
Sintiendo el cambio de su compañera, Ai miro com confusion a Aguri.
- ¿Ai? -la bebe agarro el vestido de Aguri con preocupación, intentado despertarla del shock en el que estaba- ¿A-gu-Ri?
-Lo siento -Aguri agarró mas firmemente a Ai, pero no dejo de mirar a Makoto a los ojos- ¿Pero dijiste a las Precure? ¿Ellos alaban a las Precure?
-Asi es -Makoto asintió, todavía confundida por la reacción de Aguri- Las han seguido desde hace diez mil años, desde la existencia de Cure Empress y las demas Precure.
-Es...Eso es... -Aguri abrió la boca y la cerro, lo hizo un par de veces mas pero no podia articular las palabras. Luego tomo un respiro hondo y lo soltó, abrazando a Ai más fuerte- Eso significan que nos ven como...¿Diosas?
-Algo asi -Makoto asintió tranquilamente- ¿Aunque porque reaccionas asi?
- ¿Como que porqué? -Aguri muro escandalizada a Makoto- ¡Nos ven como diosas! ¡Nos alaban como dioses! ¡Creen que podemos hacer milagros y demas cosas! ¡Ponen su fe en nosotras!
-Si, ¿Y eso es un problema por....?
- ¡Es ....Es ...! -Aguri miro confundida a Makoto por no entender sus emociones- ¿Por que estas tan calmada al respecto? ¿No es extraño?
- ¿No? Ciertamente las Precure somos capaces de crear milagros si nos esforzamos, lo viste con Mana.
-Yo....- Aguri quería discutir pero al recordar las acciones de Mana, sus milagros, no podía discutir que eso fuera un hecho- Pero alabarnos como dioses es exagerado.
-No veo cual es el problema. Si eso es les da paz y seguridad, no debería serlo.
-Pero es que... -Aguri intento pensar en una respuesta pero no salia nada de eso, y en medio de ese caos de su cabeza se dio cuenta de algo - Tu...Has sigo Precure mas tiempo que nosotras.
- ¿Si...?
-Eso quiere decir que tú...¿Has sido alabada por ellos?
-Me he presentado varias veces en la iglesia para animar a la gente y cantarles canciones. Mi voz siempre los anima lo que me hace muy feliz -Makoto puso una mano en su pecho y sonrio-
-.... Entiendo.
-Sé que puede ser vergonzoso el principio, pero te acostumbrarás con el tiempo. Una vez que veas su sonrisas lo haras
-....No no creo que lo hare -Aguri dijo tan bajo que sabía que Makoto no sería capaz de escucharla pero no le importó-
Desde que se enteró de la situación de Makoto, siempre había tenido una duda.
Makoto era una habitante de un mundo mágico medieval, que nunca había visto nada de los idols y sus fanáticos, de ser esto asi.... ¿Porque Makoto estaba tan tranquila con sus fanáticos? Al principio pensó que fingía ante ellos pero en privado estaba preocupada o incluso asustada por ellos, después de todo, debía ser espeluznante para ella.
Pero incluso en privado Makoto no parecía tomarle importancia, excepto cuando sus fanáticos se pasaban un poco de la raya, pero fuera de eso nada realmente parecía perturbarla.
Y ahora sabía la respuesta.
Makoto no estaba sorprendida porque ella ya estaba acostumbrada a que la alabarán, y no solo alabanza normal. Alabanza del tipo de cuando adoras a un dios.
Estaba acostumbrada a ser tratada como un dios o mensajera de los dioses, que creaba milagros a los mortales y les daba bendiciones.
Esta era la normalidad de Makoto.
Pero Aguri, siendo desde joven una ciudadana normal de Tierra, no estaba acostumbrada a ser tratada como una figura religiosa ni nada por el estilo.
Diablos, ni siquiera esperaba ser tratada como la Princesa Marie Ange.
Una cosa era ser admirada por una o dos personas, pero ..¿De todo un maldito reino? ¿Como una diosa?
Ella no estaba preparada para ello.
Y jamas lo estaría.
...
-Su majestad, los documentos que me dio son...Esclarecedores, pero usted debería echarles un vistazo también -Joe dijo con preocupación -
-Soy demasiado viejo para leer todo eso, además puedo confiar en ti para tomar la decisión correcta.
Actualmente, el Presidente del Reino de las Cartas y el Ex Rey estaban en la oficina real hablando sobre la anterior reunión entre lo reyes.
A pesar de que quien gobernaba actualmente era el Presidente Jonathan, el Ex Rey dejo en claro que los otros reyes no entenderían el titulo el cual ostentaba el presidente, asi que se decidió que el iría a las reuniones para saber lo que estaba pasando y Jonathan tomarían las decisiones tras bambalinas.
Hasta ahora, ese plan iba perfecto.
- Mientras vivía en la Tierra aprendí algunos de estos conceptos - explicó Joe mientras miraba los documentos en frente de el- Pero también se menciona información que no conocía .
-Es debido a que tienes mas flexibilidad con este tema que puedes abordarlo y comprenderlo de una mejor manera. Confio en ti para comprender esta información y tomar las decisiones adecuadas para ello.
-Yo... entiendo su majestad -Joe acepto las palabras de su superior y apretó los labios - Aun tenemos los libros e información que recopilamos de la Tierra antes de la desaparición de la grieta y el posterior cierre. Seguramente debe haber mas información sobre lo que mencionan aquí -dijo, haciendo un gesto a los documentos - Una vez terminado haré un boceto de nuestras recursos y trazaré un plan en base a ellos. Por supuesto, lo consultaré fin usted antes llevarlo a cabo.
El Ex Rey asintió de acuerdo a su declaración y ambos se quedaron mirando fijamente el documento.
-El cualquier momento debería llegar... -el Ex Rey murmuro mientras miraba la mesa-
Antes de que Joe pudiera responder, unos golpes se escucharon en la puerta.
El Ex Rey se enderezó en su silla y Joe hizo lo mismo, antes de avisar que se podía entrar.
-Mis disculpas por la demora, su majestad, Presiente -la hermana Meride entro por la puerta y dio una reverencia -
-No se preocupe, Hermana Metida. Llego justo a tiempo -Joe le dio la bienvenida a la clérigo y la invito a sentarse -
La clérigo cerro la puerta y camino hacia el escritorio donde estaban sentados los dos hombres, agarro la silla al lado del Ex Rey y se sentó elegantemente sobre ella, agarrando su cetro firmemente en su mano.
-Antes de comenzar esta reunion, y discúlpeme por interrunpir -la hermana miró con disculpa al presidente quien la despidió - Tuve el honor de conocer a una las nuevas Precure que salvó nuestro reino: Lady Aguri. Veo que es una chica encantadora. Aunque su... hada...Es un poco extraña.
-Ah, se refiere Ai-chan, no hay necesidad de preocuparse, le aseguro que es como cualquier otro ser magico -Joe le sonrió a la hermana-
Todos estuvieron de acuerdo en guardar el secreto de lo que le paso realmente al cuerpo de la Princesa Marie Ange, de lo contrario, podría haber una escándalo por esa situación.
Aún estaban investigando como el cuerpo de la princesa se transformo en Ai-chan y obtuvo su propia conciencia separada de la princesa.
A diferencia de Regina y Aguri, quienes nacieron una Psique dividida y tenía cierta lógica que cobraran coincidencia individual gradualmente.
Ai-chan todavía era un misterio.
La clérigo asintió, aunque Joe no pudo ver si creyó la mentira.
-Ya veo. Todavía tengo que conocerla mas profundamente, pero mi primera impresión a sigo positiva. Parece una joven amable -la hermana sonrisa suavemente - Ojala pudiera haber conocido al resto de las Precure antes de esta situación..
Joe y el Ex Rey miraron con tristeza comprensiva a la hermana.
-A nosotros también nos hubiera encantado, estoy seguro de que se llevarían maravillosamente -el actual presidente dijo con pesar-
- Ciertamente -la hermana asintió con tristeza- Pero no hay tiempo para deprimirse, debemos movernos para salvar a nuestras lavadoras..
-Por supuesto -el actual presidente asintió con determinación- Nosotros y los otros reinos estamos haciendo todo lo posible para recuperar a nuestras amigas y salvadoras. Pero todos estuvimos de acuerdo en que la iglesia podría ser de gran ayuda con la basta información que tienen de las Precure.
-Por supuesto -la hermana puso una mano en su pecho y asintio- Nuestra biblioteca esta a su disposición. Para nuestra alegría, ha habido casos en donde algunas Precure cayeron en manos enemigos, pero gracias a sus amorosos aliados pudieron salvarse. Pero está vez, pareciera que atrapó a la gran mayoría y solo unas pocas pudieron salvarse -la hermana miro con dolor hacia adelante- Nunca había ocurrido tal desgracia en la historia de las Precure. Al menos, de las Precure de nuestro reino. No se como sera para las otras iglesias.
-De eso nos encargaremos nosotros -Joe declaró con seguridad - Todos los reinos aliados están trabajando en conjunto con sus respectivas iglesias para obtener informaciónes relevante para salvar a nuestras amigas. Pero al ser el archivo tan basto...Nos tomara un tiempo obtenerla y resumirla toda.
La hermana asintió de acuerdo.
- Pondremos todo de nosotros para esta tarea. Por el bien de las Precure.
El Ex Rey y el actual Presidente asintieron a la hermana y respondieron al unisono.
-Por el bien de las Precure.
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