10 | Todo esta decidido
-¡Chichiue, por favor, escuchame!
Loa pasos sel joven príncipe de la esperazanza se escuchaban por todo el pasillo. Siguiendo a su padre, el rey, con urgencia en su voz y angustia en su mirada. Sin importarle que algún sirviente pudiera escuchar su exhibicion no propia de un príncipe heredero.
La importancia de que su padre lo escuchara dependia milllones de vidas. Tal vez más.
Mundos enteros.
-Chichiue por favor. Debe haber una razón por la que las Precure hicieron esto. Ellas no son nuestras enemigas. Solo tenemos que-
-No Kanata -el Rey Feanor corto la exclamacion del principe sin mirarlo y sin dejar de caminar- Las Precure han dejaro en claro cuales sus intenciones, y como rey no puedo dejarlas impunes, esto es por el bien del reino. Ahora deja de insistir. Tengo asuntos importantes que atender.
Kanata se detuvo apenas su padre termino la declaración. Sabiendo a este punto que no importaba cuanto lo intentara, su padre jamas lo escucharia.
Miró con impotencia como su padre seguia su camino hasta llegar a una puerta al final del pasillo, lo vio abrirla y cerrarla.
El sonido de la puerta cerrandose se sintio como una piedra chocando contra su corazón. El sonido del fracaso.
Kanata apreto los puños y miro hacia abajo.
-Esto esta mal...Haruka...¿Que esta pasando?
Le dolio jamas tener una respuesta.
....
Habia pasado exactamente una semana desde la declaración de guerra de las Precure. Una semana entera en la que todos se llenaron de miedo e incertidumbre por el siguiente movimiento que tomarian las guerreras legendarias.
Una declaracion de guerra nunca se tomaba a la ligera, pero una declaración de guerra de las mismisimas Precure, las guerrerras legendarias desde tiempos antiguo....Debia tomarse con todo el escrutinio y seriedad como ameritaba. Eso era algo con los que todos estaban de acuerdo.
Por eso, ahora misno, todos los reyes que estuvieron presentes en aquella fiesta y vieron la declaración de guerra, decidieron juntarse en un lugar para decidir que acciones tomarian para responder a la declaración de las Precure.
Pero la respuesta que tomarian era obvia.
Y no habia nada en el poder de Kanata para detenerlo.
-Madre esto es serio, Chichiu va lanzar una guerra contra la Tierra y eso no puede suceder -Kanata estaba caminando de un lado a otro en su habitacion, la angustia en su voz y no paraba de mover las manos intentando pensar en formas de detener la guerra que se avecinaba-
-Entiendo tu preocupación hijo. Pero esto va mas alla de lo cualquiera de nosotros puede hacer -Elentari, sentada en un sillon hablo con tristeza mientras balanceaba un una pluma en su mano-
Ambos, madre e hijo se habian juntardo en la habitacion del joven principe para intentar pensar en formas de detener el plan del rey. La guerra que queria causar. Para ambos se encontraron frustrados cuando casa idea que se les ocurria terminaba en nada o los pocos intentos por razonar fracasaban.
Feanor, el Rey de Hope Kingdom, ya parecia haber hecho su eleccion y no parecia querer cambiarla.
-No entiendes madre, la Tierra puede no tener magia pero tiene armas mas alla de nuertro conocimiento. Armas capaces de destruir ciudades con facilidad -Kanata se llevo una mano a la cabeza, moviendo se cabello por el estres-
Su tiempo en la Tierra, el tiempo en el que estuvo amnesico con Nishikido-san, le sirvio para aprender muchas cosas que en ese entonces no sabia de a Tierra.
Las armas, las pistolas, las bombas y quien sabe cuantas armas más. Todas cosas increíbles hechas sin magia y tan poderosas como cualquier hechizo.
Kanata no sabia como explicarle a su madre la existencia de la bomba de Hiroshima porque ni el mismo tenia la informacion exacta para explicarlo. Apenas lo entendia el mismo.
-Realmente no entiendo lo que quieres decir, pero tambie se que desconozco mucho de la Tierra y sus formas de ver la guerra pueden ser muy diferentes de las de nosotros -Elentari dijo sin dejar de mirar como se equilibraba la pluma en su dedo-
-Lo son, vi fotos y todavia revuerdo las historias que me conto Nishikido-san de la guerra.
-¿Oh? ¿Te cuidador estuvo en una guerra? -Elentari levanto su mirada levemente y levanto una ceja interesada-
-Si, el me lo conto y me mostro fotos de su tiempo en ella. El solo era un enfermero pero las cosas que vio y los compañeros que perdio...Siguen ahi.
Kanata todavia recordaba la mirada triste de Nishikido-san cuando le conto eso. Como le dijo lo aliviados que estaban todos de que la guerra había acabado y como deseaban que jamas volviera a ocurrir otra.
Y tal parece que ese deseo no se concederia.
¿A quien deberia culpar?
-Madre, no quiero una guerra contra las Precure, pero tampco quiero que involucremos a la Tierra con esto. Estoy deguro de que las Precure piensan lo msimo.
-Estoy de acuerdo en eso. Por desgracia, la Tierra es el unico lugar seguro donde se sabe que estan las Precure en este momento, por lo tanto, nos guste o no, el campo de batalla para esta guerra sera la Tierra -Elentari declaró seriamente mientras agarraba boligrafo con su puño-
Un silencio solemne lleno la habitación del principe heredero de Hope Kingdon. Sabiendo que lo que ocurriria dentro de poco, solo seria sangre y lagrimas.
....
-Esto no puede ser -Coco tenia su cabeza
apoyada contra el escritorio, sus brazos cuzados sobre su cabeza- No entiendo lo que esta pasando. Ni siquiera pude hablar con Dream.
-Y claramente no querian hablar tampoco -Natts concordo desde su asiento-
Ambos estaban en sus formas humanas, por la presion y preocupación que los carcoia. Para lidiar con el estres usaron estas formas que eran mas faciles para lidiar con tales fuertes sentimientos.
Pero aun asi no estaba funcionando, ya que todavia podian sentir como la presion de la situación los hacian sentir pequeños, como si todavia fueran hadas pequeñaa.
-El Rey Dona ha declarado su ayuda para lidiar con esta situación -Natss comento-
-O mas bien hacerse cargo en totalidad de la situación -Coco hablo con frustración, levantando su cabeza de la mesa- Parece no poder confiar en mi para lidiar con la declaración de guerras de las Precure....y tiene razon. No se que hacer en esta situación. Para empezar, no entiendo porque las Precure estan haciendo esto.
-Yo tampoco lo comprendo. Todo lo que sabemos es que tiene algo que ver con los items, pero pidieron los devolvieramos. Pero eso no tiene sentido ya que siempre han sido de los reinos magicos. -Natss se llevo una mano al menon, pensativo- De lo que puedo estar seguro es que no todas lo sabian. Parece que es algo que solo planearon las rosas .
Coco, que habia abierto la boca para decir algo, la cerro luego de escuchar la segunda declaración de Natss.
Reposo la fiesta en su cabeza e hizo una mueca cuando entendio que si, no todas las Precure estavan involucradas.
Pero eso todavia no decia porque la rosas hicieron lo que hicieron.
Y eso lo dejaba mas inquieto que nunca.
- El rey Dona estuvo todo el tiempo con los reyes, fue el único que vinco con nosotros de todos los invitados. -Coco cambio su posicion en la mesa- Tambien fue mparye del grupo de reyes que pasaron todo el tiempo juntos en el baile. ¿No es extraño?
-No tanto si tenemos en cuenta que fue el Rey Dona quien atendia nuestroa asuntos antes de que nos convirtieramos en reyes. Aun hay mucho qué debemos aprender como tales.
Coco apreto los dientes detras de sus labios. Su inexpreriencia como rey se mostraba mas que nunca. Pero una guerra era lo menos en lo que queria meterse.
-...Todavia creo que debemos hablar con las Precure. Comunicarnos con ellas no es imposible. Solo tenemos que preguntareles.
Natss abrió la boca para decir algo, pero no pudo ser escuchado cuando unos gritos se escucharon debajo de ellos.
Amboa se miraron alarmados por un momento, sus corazones oprimiendose ante las imagenes que venian en sus cabezas. Rápidamente, se levantaron y corrieron para salir de la sala.
Mientras corrian hacia abajo, muchas guardias que tomaron forma humana corrieron junto a ellos. Todos siguiendo los gritos debajo del piso.
-¡Oh dios mio!
-¡No puede ser! ¡¿Es una ilusion?!
Gritos, que ahora que estaban mas cerca, sonaban mas extasiados que asustados, de los sirvientes se escuchaban por todo el lugar. Tal vez incluso todo el castillo. Coco y Natss vieron como varios sirvientes y guardiaa tambien corrian hacia la misma dirección que ellos.
Cuando finalmente llegaron a la sala donde se originaban los gritos, rapidamente todos se detuvieron un segundo para prepararse. Natss y Coco intercambiaron una mirada y asintieron. Loa guardias a sus costados prepararon sus espadas para la posible amenaza.
Una vez hecho, abrieron las puertas rapidamente para observar el origen de la conmoción.
Y todos abrieron la boca hasta suelo de la sorpresa. Algunos incluso dejaron caer sus armas por la sorpresa. El sonido metalico de las espadas cayendo realmente no rompio la sorpresa de lo que estaban viendo.
No podia ser. Era imposible...¿Como era posible?
Coco no podía quitar la mirada de lo que veia. Natss estaba en la misma situacion, ninguno podia quitar la mirada de la imagen que dejo sus corazones congelados de la impresion.
Los ojos de aquella ilusion (porque no podia ser otra cosa) los miraron y les lanzaron una sonrisa que tenia recuerdos del pasado.
-O,i Coco, Natss, veo que ha credcido.
Después de unos momentos de silencio, finalmente, fue Coco quien pudo articular palabra.
-...¿Padre?
...
En una sala condecarada, estaban todos los reyes reunidos, sentados en una gran mesa rectangular. En uno de los extremosvde esa mesa se encontraba la Reina de la luz.
-Cada quien ya ha dado sus propios numeros para juntar este sagrado ejercito. Los mejores soldados, magos y hechizeros dentro de el. Con esto tenemos un ejercito de mas de 20 mil hombres para esta batalla. Quien dirigira el ataque sera un general del Jardin de la luz . ¿Todos de acuerdo?
Todos los reyes dentro de la sala asintieron. Sus declaraciones ya fueron dichas y los procedimientos y calculos terminados. Solo quedaba empezar a ejecutarlos.
-Entonces esta hecho, con la información que hemos recopilado entre todos nosotros, el destino de la primera batalla fmalmente se ha decidido. -la voz de la reina se escuchaba por toda la sala, sin mover un solo labio aquella mujer extendió su influencia en toda la sala-
Los reyes, nuevamente, asintieron con miradas serias, mirando a la reina más antigua entre ellos. Todos dirigieron su mirada a un mapa magico del reino humano que estaba sobre la mesa. Una ubicacion específica brillaba sobre la pequeña isla llamada Japon.
El destino de la primera batalla finalmente ha sido acordado.
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