Jungkook nunca le habló de exclusividad, nunca le pintó flores y corazones donde no los había. Desde el primer momento fue claro con Jimin y es ahí donde radica el problema principal:

Jimin no lo entendía. Su cabeza no lograba comprender como es que dos personas podían compartir intimidad, pasar tiempo juntas y conocerse sin involucrar los sentimientos. Y no solo eso, sino que nunca había vivido algo tan intenso con nadie.

Sus problemas de autoestima eran severos, por eso seguía ahí. Buscando atención, buscando afecto... Buscando amor.

Algo que Jungkook jamas le ofreció.

El día transcurrió y el rubio no salió de la habitación otra vez. Jeon tampoco se acercó para hablar, sin embargo la chica del servicio le llevó un plato de comida. El cual no comió.

Jimin recogió sus cosas con intensión de irse y al ver que el menor no regresaba, decidió salir a buscarlo.

Varias antorchas estaban encendidas en las esquinas superiores de algunas vigas de carga, dando un ambiente cálido. A la distancia, pudo ver a su objetivo conversando con las mujeres que anteriormente había visto por el día y en la mesa yacían algunos cuencos con bebidas.

  Respiró profundamente y dió un paso adelante, con la frente en alto, acercándose a ellos.

— Lamento mucho interrumpir la fiesta pero necesito que le digas a tu chófer que me lleve al aeropuerto.

Jungkook lo miró de manera indescifrable. Tenía los ojos brillantes y las mejillas rojas — ¿Entonces te vas a ir?

— ¿Pretendes que me quede?

— Solo te hice una pregunta — se puso de pie — ya vuelvo — les dijo y caminó delante del mayor para buscar al chófer pero no estaba por ningún lado — creo que ya se retiró a descansar. Tendrás que esperar hasta mañana.

— No te preocupes. Buscaré la manera de irme, cómo sea.

— ¿Esperas que te ruegue para que no te vayas? — estaba definitivamente ebrio.

— No espero absolutamente nada de ti y hoy lo comprendí.

— Al fin...

— Eres un idiota.

— Eso ya lo sé — sonrió torpemente — ¿Algo más que quieras anexar?

— Sí. No quiero que me vuelvas a buscar.

— No tenía ninguna intención de hacerlo.

Jimin exhaló y se dirigió a la habitación para tomar su bolso y bajar hasta donde pasaban autobuses.

— ¿Si viste qué hora es?

— Las siete, aún me da tiempo de abordar un tren o un bus — no lo miró, solo se dispuso a recoger lo que le faltaba.

— ¿Por qué todo es tan complicado contigo? — se dejó caer en la cama, cerrando los ojos — no es más que pasar un buen rato y ya. ¿Por qué quieres que nos casemos y seamos felices para siempre? Esa mierda es basura.

Cada palabra calaba más profundo — No somos iguales — esta vez sí lo miró — no puedo simplemente entregarte todo y que para ti no lo valga. No soy esa clase de chico. Yo sí quiero a alguien que me quiera y no solo por placer.

— Tú aceptaste esto...

— Lo sé — asintió — y así como lo acepté, decido que ya no lo quiero.

— Eso lo he oído antes...

— Dime algo ¿Por qué le tienes tanto miedo al compromiso?

Jungkook tragó saliva pero no respondió.

— Vale, está bien. No me digas nada... Gracias por todo — se enganchó la mochila y salió de la habitación.

El pelinegro se sentó y exhaló, para luego ponerse de pie y seguirlo desde una distancia prudente hasta que había bajado la colina, llegando a la estación de trenes.

Por alguna razón se sentía mal y no quería que se fuera, aún en su estado de ebriedad.

Jimin estuvo parado frente a los rieles esperando el vagón y Jeon decidió acercarse. Sin embargo, no pudo hacerlo.

Mientras el tren llegaba y abría sus puertas, un montón de gente se había dado cuenta de su presencia. Aglomerándose al alrededor para pedirle fotos. Jungkook intentó ir detrás del rubio pero este ya se había ido cuando pudo volver a mirar.

                                ~

La fría noche envolvió su cuerpo a medida que salía del taxi hacia su departamento. La mochila en su hombro era liviana comparada con las cargas que llevaba su mente y corazón.

Había salido con una sonrisa y regresó con ojos irritados y cansados.

Odiaba todo, odiaba ser tan débil, odiaba sentir de forma tan intensa, odiaba sus pensamientos intrusivos, odiaba no saber cómo actuar ante situaciones desconocidas.

Nuevamente Jungkook lo había dejado ir solo y no movió ni un dedo para que se quedara.

Jimin se quitó la ropa y la dejó en la lavadora, tomó una ducha y se metió entre sus sábanas. A pesar de que tenía ganas de llorar, ni una sola lágrima salía...

Tomó la laptop y abrió la última página del libro, buscando tal vez una distracción.

—— "A pesar de sus intentos, nada había sido suficiente. El amor que Jhon decía sentir por él parecía haberse desvanecido y ahora la carta de renuncia yacía sobre el escritorio. - Entonces no quieres seguir aquí - Marcus tomó aire a punto de llorar y asintió - Está bien - Jhon firmó y lo miró - Te deseo buena suerte - dijo poniéndose de pie para salir de la oficina, dejando al menor ahogado. Marcus lloró como nunca, sabiendo que no volvería ver a su jefe jamás por culpa de sus acciones. Pero ya no aguantaba más seguir siendo su amante. Se había enamorado profundamente de él. Sostuvo la manilla, miró por última vez ese lugar en el que habían compartido tantas cosas y cerró. Yéndose definitivamente. - Te amo, Jhon - decía un papelito que dejó como despedida debajo de su portátil"

  Esta vez, Jimin si lloró. Todo parecía confabularse para hacerlo sentir miserable y el libro que tantas noches apasionantes le había regalado, se convertía en el detonante de su llanto.

Su teléfono comenzó a sonar como loco y lo tomó pensando que podía ser él pero no. Eran miles de mensajes en todas su redes, preguntando si era verdad que estaba saliendo con Jungkook. El corazón le empezó a latir rápido.

- "Jimin, ¿es cierto que tienes un amorío con Jeon Jungkook?" - le preguntó otro compañero de trabajo.

Tecleó rápidamente - "¿Quién te dijo eso?"

La persona le mandó un link de una publicación de facebook en dónde había una foto que decía "Comenta lo más random de tu mes" y el comentario de Taemin tenía cientos de me gusta.

"Lo más random de mi mes es saber que mi mejor amigo Jimin se está comiendo al rey del octágono, Jeon Jungkook"

Los latidos de su corazón hacían eco en su cabeza. Se levantó rápidamente de la cama, sintiéndose mareado. Calzó sus pies; tomó las llaves del carro y bajó.

La furia que sentía no era sana.

Cerró la puerta de golpe y encendió el motor, conduciendo rumbo a la casa de Taemin. El portero ya lo conocía, así que lo dejó subir sin preguntar. Jimin golpeó repetidas veces hasta que el pelinegro le abrió, recibiendo un empujón.

— ¿Qué cojo...

— ¿Qué cojones te pasa a ti?

— Jimin, cálmate...

— Te dije que no dijeras nada. No tenías ningún maldito derecho de poner eso en las redes. Era mi intimidad.

Taemin palideció entendiendo a lo que se refería — N-no pensé que me fueran a creer... Lo dije porque estaba orgulloso de con quién estabas.

— ¡Me importa un carajo! Yo no quería que esto se supiera y menos ahora que hemos terminado — las lágrimas de ira corrían por sus mejillas — pero te jodiste conmigo, Taemin. No sabes guardar un maldito secreto. Tú y Yoongi siempre se están metiendo en mi vida y actúan como si todo fuese una maldita broma, ya me cansé.

— Jimin... Perdóname. Diré que todo fue mentira, no te pongas así.

— Ya es tarde — mostró la pantalla de su teléfono recibiendo mensajes y seguidores por montón — no me hables nunca más.

Salió dando un portazo y subió de vuelta al carro. Queriendo mandar a la mierda todo. Incluso su vida.

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