MAGIA Y SUEÑOS.
En el exterior se escuchaba disparos y fuertes explosiones, los llantos desconsolados de muchas personas siendo ahogados por el sonido de las armas de fuego. Dejaron a una pequeña pelirroja asustada acurrucada en los edredones de su cama, como si fueran sus protectores, bajo ello se aferró a un pequeño colgante de esmeralda que tenía en sus pequeñas manos. Fue el collar de su padre, quiere que esté con ella y la proteja, que solo sea una pesadilla.
Volvió a cerrar los ojos imaginándose estar en el místico reino de Hiperbórea, el campo rosa de las hadas del norte, que tuviera magia y podría protegerlos a todos. Pero tan solo es una pequeña niña de seis años, ir a la academia de magia cuando se grande y tener muchos amigos. Lo único que puede hacer es llorar de miedo aferrándose al brazo de una joven más grande, que era su hermana mayor, Alexandrine.
— Eglantine vamos a escondernos en mi habitación es la más alejada del lugar, nuestros padres y hermanos están saliendo por otro pasillo secreto, nos reuniremos en el puerto, todo estará seguro cuando estemos en el barco destino a Zafeíri, se que te gusta estar en Akakor pero Zafeíri es un lugar encantador, con mucha arena azul, calles de agua, arboles caducifolios —le consuela aquella gentil joven de relucientes ojos color selva.
La joven le puso un elegante abrigo blanco, bajo un lujoso camisón de dormir con un abrigo encima, en uno de sus brazos tiene a un bebe. Llevó a rastras a la niña por medio del caos que se desarrollaba en los pasillos.
Los gruñidos de los orcos y otras criaturas infernales del caos hacían ecos desde los pasillos del palacio junto con gritos desesperados de las víctimas que eran atacadas. Un grupo de guardias con armaduras negras comenzaron a perseguir a los tres, la chica aceleró el paso y llegaron a una habitación. La castaña bloqueó la entrada con una lampara, y nerviosa abrió una entrada secreta en su habitación, finalmente entrega al bebe a la pequeña pelirroja.
—Eglantine este es un pasadizo secreto ve a la derecha, pero no nos olvides lucha por nuestra familia, libera a nuestra gente, lo que tienes ahí, no es un simple collar, por el contrario es llave que nos lleva a Prasinus, te pido que seas fuerte y lo encuentres por tu pueblo, Gran Princesa de Akakor — pide entre sollozos.
En sus mejillas resbalaban lágrimas y da reconfortante abrazo después de cerrar la pequeña puerta y desde su habitación se escuchaba golpes y gruñidos provenientes de los guardias junto con los gritos de la joven. La pequeña pelirroja brota lágrimas mientras corre en la oscuridad.
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