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Capítulo 5

𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 5:
・❥・𝚁𝚎𝚌𝚑𝚊𝚣𝚘・❥・

El cachorro entró corriendo a la casa, sus piecitos moviéndose con entusiasmo sobre el suelo pulido, mientras sus grandes ojos oscuros exploraban maravillados cada rincón. La luz suave de la mañana se filtraba a través de las cortinas haciéndole compañía a la fresca brisa, creando un ambiente acogedor y familiar. El aroma fresco a vainilla impregnaba el aire, cortesía de la vela que Jungkook había encendido para recibir a su familia en su nuevo hogar.

Su esposo se había esforzado en redecorar la casa y dejarla como nueva, poniendo atención a cada detalle, que era un reflejo de la personalidad y el estilo de vida de su amoroso omega. El resultado era una combinación armoniosa de colores suaves y muebles acogedores que invitaban al descanso y la tranquilidad.

El bolsillo de Taehyung aún sufría estragos por los gastos, pero ¿quién era él para negarle algo a su bonito omega? Eso le resultaba imposible, sobre todo cuando lo veía con esos ojitos de cervatillo y un puchero adorable que derretía su corazón sin remedio.

La casa parecía otra en comparación con la que limpiaron una semana antes. Sonrió ampliamente al ver a su hijo, cuya emoción era palpable en cada gesto y expresión. Jae parecía estar entusiasmado con su nuevo hogar, sus pequeños pasos resonando por el pasillo mientras exploraba cada rincón con curiosidad.

Hace solo unos días, Taehyung le había explicado a Jaehyun que ya no volverían a China; incluso le informó había comenzado los trámites para el traslado de escuela. Al principio, su hijo se mostró triste al pensar que ya no vería a sus amigos de la escuela, pero cuando cayó en cuenta de que ahora no tendría que esperar las vacaciones para poder ver a su tío Jimin y a sus abuelos, su tristeza se transformó en pura felicidad, saltando emocionado por la noticia.

—Vamos a ver tu nueva habitación —anunció Taehyung con una sonrisa cálida.

El niño asintió enérgicamente, corriendo escaleras arriba y abriendo cada puerta con emoción hasta que finalmente dio con la suya. Taehyung tampoco había visto las habitaciones. Cuando fue a ver los cambios, Jungkook no le había permitido subir al segundo piso, queriendo que fuera una sorpresa.

Al asomarse en la habitación de su hijo Taehyung abrió la boca sorprendido. Le había mencionado a Jungkook que a Jae le encantaba "Toy Story", imaginando que tal vez colocaría unas cuantas pegatinas en la pared. Sin embargo, quedó atónito al descubrir estantes repletos de peluches de la película y mantas decoradas con los adorables personajes.

—¡Me encanta, papá! ¡Muchas gracias! —exclamó Jae, corriendo a abrazarlo por la cintura.

El sonido de la puerta abriéndose llamó su atención, por lo que bajó a pasos rápidos, viendo a Jungkook entrar con varias bolsas de compras en una mano y un pastel temático de "Toy Story" en la otra. El pelinegro rodó los ojos ante eso, acercándose para ayudarle con las bolsas.

  —No era necesario que compraras tantas cosas —comentó, caminando hacia la cocina siendo seguido por su esposo, dejando las bolsas sobre la encimera para luego voltearse a mirarlo con la ceja alzada.

—Solo son un par de cosas para la cena —se encogió de hombros, acercándose para dejar un besito en sus labios. Trató de transmitir tranquilidad con su gesto, pero sus ojos revelaban un atisbo de inseguridad. 

El sonido de rápidos pasitos se escuchó, y poco después Jaehyun hizo aparición, frunciendo el ceño al ver a Jeon allí. Su enojo aumentó aún más al verlo tan pegado a su padre, así que se cruzó de brazos, mirando a ambos adultos con molestia. Los ojos del niño destellaban una mezcla de confusión y frustración mientras observaba la escena frente a él. 

—¡Aléjate de él! —gritó Jaehyun con voz temblorosa, sus ojos brillando con determinación y desconfianza hacia Jeon.

  El castaño alzó las cejas sorprendido, separándose un poco de Tae para que su hijo dejara de mirarlo como si fuera un insecto. Eso lastimó tanto a su lobo como a él, y el alfa lo notó a la perfección. Una sensación de dolor y rechazo se apoderó de Jeon mientras observaba la reacción de su hijo. 

—No le hables así a tu padre, Kim Jaehyun —lo regañó Tae con mirada severa, pero el niño solo miró para otro lado haciéndose el desentendido.

—¡Él no es mi papá! —gritó Jaehyun con voz entrecortada, sus palabras cargadas de negación. 

—Está bien, Tete, no lo reprendas —sonrió un poco Kook, buscando un cuchillo para picar un pedazo de pastel y ponerlo en un platillo. Trató de ocultar su preocupación tras una sonrisa forzada mientras intentaba mantener la calma frente a la situación tensa.  Caminó hasta el niño, agachándose un poco para estar a su altura. Le extendió el pedazo de pastel, pero contrario a lo que imaginó, el infante le dio un manotazo causando que el platillo cayera al suelo y se rompiera en pedazos.

—¡Jaehyun! —gritó el pelinegro, y al instante el mencionado corrió hacia su nueva habitación huyendo de la ira de su padre.

La sensación de impotencia y tristeza invadió la habitación tras la partida del niño.  Jungkook sollozó observando el pastel en el suelo, poniéndose a recoger los pedazos de vidrio para que nadie se lastimara. No sabía qué hacer para que el pequeño dejara de verlo como una amenaza y lo aceptara en su vida. Tenía razón cuando le dijo al alfa que vivir juntos era demasiado apresurado.

—Jungkook, no llores —el mayor habló, no siendo severo, pero tampoco con la voz dulce con la que solía dirigirse a su persona—. Tienes treinta y cuatro años, no puedes llorar cada vez que Jaehyunie te haga un desplante. Y tampoco puedes mimarlo tanto.

—S-solo quería a-agradarle —pasó una de sus manos por su rostro, retirando las lágrimas. La sensación de vergüenza se apoderó de él mientras intentaba explicarse entre sollozos. 

—Lo sé, amor mío, pero tratándolo así no te va a ver como una figura de autoridad —se agachó para ayudarlo a limpiar el desastre que había ocasionado el cachorro—. Iré a hablar con él.

—Solo...no seas tan duro ¿sí?

—Mi omega es la persona más bondadosa de este mundo —dijo Tae con una sonrisa, acercándose para dejar un beso en el puchero del omega.

[...]

La noche cayó más rápido de lo esperado. La cena transcurrió tranquila, aunque al principio Jaehyunie se negaba a comer porque la había preparado Jungkook, pero ante la amenaza de un severo castigo tuvo que ceder, no queriendo perder sus horas de televisión diaria. En ese momento, el niño estaba concentrado viendo una película animada mientras Taehyung y Jungkook estaban sentados pacíficamente en el sofá. Sin embargo, al escuchar unas risitas, se volteó y observó cómo su padre besaba varias veces el rostro del omega.

Soltó un gruñidito y se puso de pie, caminando hasta ellos para hacerse espacio a base de empujones y sentarse justo en medio. Ambos mayores se miraron reteniendo las carcajadas ante la acción del infante, pero no mencionaron nada más y terminaron viendo la película con él.

Cuando llegó la hora de dormir de Jae, Taehyung fue el encargado de arroparlo y contarle un cuento. Jungkook también se retiró a la habitación que compartía con su esposo y pronto quedó dormido por el cansancio acumulado del día. A pesar de haber pasado un tiempo desde que despertó del coma, su cuerpo todavía no era el mismo; le costaba hacer actividades que requerían mucho esfuerzo y se cansaba fácilmente, pero suponía que con el tiempo recuperaría su antigua fuerza.

Un par de horas después, Jungkook se despertó por el sonido de pasos en el pasillo. Frunció el ceño, levantándose con cuidado para no despertar a Taehyung, y tomó un bate antes de salir cautelosamente de la habitación. Escuchó otro ruido en el primer piso, así que se dirigió hacia allí, rogando para que solo fuera algún animal que se había colado en la casa.

Siguiendo el sonido llegó hasta la cocina, reconociendo una pequeña silueta de pie frente a la encimera. Entrecerró los ojos intentando ver mejor, pero la oscuridad del lugar no ayudaba, así que a paso lento se acercó al interruptor y encendió la luz un segundo después.

Resultó ser que ningún animal se había colado, y tampoco era ningún ladrón. Jaehyun lo miró con los ojos exageradamente abiertos al ser descubierto comiendo del dulce que en la mañana había rechazado, teniendo sus manos embarradas de crema del pedazo de pastel que estaba comiendo.

—¿Está rico? —preguntó mordiendo su labio inferior para no reír. Lo último que quería hacer era molestar al cachorro.

El castañito apartó el pastel, cruzándose de brazos y mirando hacia el lado contrario. Jungkook lo miró, enternecido por lo adorable que se veía con toda la boca embarrada y la carita enfurruñada. Tomó un paño limpio y lo pasó por la boca del menor, quitando los restos de pastel, igual hizo después con sus manos escuchándolo quejarse. Luego de ordenarle que se enjuagara la boca le ordenó volver a su habitación, prometiéndole que no le contaría a Taehyung lo sucedido.

—¿Dónde estabas? —le preguntó el alfa cuando se acomodó nuevamente a su lado, adueñándose de su cintura.

—Solo fui a tomar un poco de agua —mintió, abrazándose al cuerpo grande y cálido de su esposo con una sonrisa—. Ten dulces sueños, Tete.

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