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Capítulo 4

𝙿𝚊𝚛𝚝𝚎 4
・❥・𝙽𝚘𝚜𝚝𝚊𝚕𝚐𝚒𝚊・❥・

Empujaron la puerta, causando un chirrido que los hizo apretar los dientes. Observaron el lugar completamente polvoriento y lleno de suciedad. Jungkook frunció el ceño al ver la escena, mientras una nube de polvo se alzaba en el aire, haciendo que sus fosas nasales se inundaran con el olor a abandono. Miró hacia un lado, viendo como Taehyung le daba una sonrisa apenada por las condiciones en las que se encontraba lo que antiguamente había sido su hogar.

La verdad era que desde que se mudaron a China, la casa había quedado completamente sola. A pesar de haberle pedido a Jimin que contratara a alguien para limpiarla de vez en cuando, este se había olvidado de su encomienda desde que consiguió pareja dos años atrás.

—Necesita una buena limpieza —murmuró el omega, llevando una mano a su nariz para intentar filtrar el aire pesado y con aroma mohoso.

—Voy a buscar unas cubetas y fregonas¹.

Mientras el alfa se dirigía al ático en busca de los utensilios de limpieza, él se encargó de abrir todas las ventanas para dejar entrar un poco de luz solar. El brillo del sol inundó la estancia, revelando la verdadera magnitud del desorden. Llevó ambas manos a su cintura soltando un suspiro; limpiar la casa les llevaría todo el día. Por suerte, Jaehyun se había quedado bajo el cuidado de Jimin y su pareja, por lo que no tenían que preocuparse.

El niño seguía un poco renuente a su presencia a pesar de que habían pasado ya un par de días. Aunque Taehyung le había explicado que no le habló sobre él al cachorro porque no quería que pasara por el mismo dolor que él había experimentado, aún seguía un poco enojado. Ahora el pequeño parecía sentir solo rencor por quitarle tiempo con su padre.

—Estoy de vuelta —anunció el pelinegro con dos cubetas en la mano y una fregona en la otra.

Se sumergieron en la tarea, transformando la casa en un caos acuático mientras empapaban cada rincón, sacudían muebles y estanterías, y descartaban objetos superfluos o desgastados por el tiempo. Jungkook, a medida que avanzaban, hacía una lista mental de los elementos que necesitarían reemplazar: sábanas nuevas, vajilla y una cama para Jae, cuya habitación decorada por ambos ocho años atrás albergaba una cuna que ya no cumplía su propósito.

A medida que el sol se aproximaba al horizonte, el agotamiento se apoderaba de ellos. Finalmente, exhaustos, se dejaron caer en el sofá de la sala de estar, inhalando profundamente ahora que el olor a polvo y moho había desaparecido. La casa relucía, reminiscente² de sus días pasados, lo que provocó una oleada de nostalgia en la pareja.

Acurrucados juntos, Taehyung acariciaba con ternura la marca en el cuello de Jungkook, que a pesar del tiempo transcurrido seguía intacta en su blanca piel. Pasó una mano por la propia, casi imperceptible ya por lo débil que se encontraba el lobito de su omega. La verdad es que el castañito había estado a punto de perder a su lobo cuando entró en coma; este entró también en una especie de "estado de hibernación", que hizo mermar su aroma al punto de ser imperceptible para las otras personas.

Si bien ahora se estaba recuperando con su compañía —señal clara de ello era que ahora si podía inhalar su suave aroma a sándalo y canela—, el rechazo de su cachorro no le permitía sanar del todo; había un lazo roto que probablemente nunca se iba a reparar.

—Tete, vamos a fingir que estos ocho años no pasaron —el silencio cómodo y ligero en el que se habían inmerso fue roto por las palabras de Jungkook.

—¿A qué te refieres, Koo? —preguntó con confusión, observando sus ojos negros brillar como si en vez de su rostro, estuviera admirando el firmamento lleno de estrellas.

—Hagamos de cuenta que ese accidente nunca ocurrió, que pude ser capaz de ver crecer a nuestro bebé, que viajamos en familia para conocer otras culturas, que hicimos el amor miles de veces tratando de ser silenciosos para no perturbar el sueño de nuestro cachorro —sus ojos se cristalizaron cuando el alfa acarició su rostro con una sonrisa dulce pero triste a la vez.

» Que lloramos juntos cuando lo dejamos el primer día en la guardería, que salimos a un montón de citas solos los dos...que Jaehyunie me quiere tanto como yo a él.

Sintió los brazos fuertes del alfa rodear su anatomía, cubriendo su cuerpo casi por completo. Taehyung acariciaba su espalda con cariño, dejando varios besitos por su cuello y oreja.

—No digas eso, amor mío, puede que ahora Jae tenga una actitud renuente contigo, pero ustedes formaron un lazo tan fuerte, que ni siquiera un accidente y ocho años de coma pudo deshacer.

—¿En serio lo crees? —la esperanza en su voz lo hizo sonreír entusiasmado. Asintió en respuesta, dejando un beso en los labios del menor—. Te amo mucho, Tete.

El castaño cruzó sus brazos por detrás del cuello del alfa, sonriendo grande antes de acercarse a dejar un beso en sus finos labios, restregando sus narices con mimo y sintiéndose flotar en el delicioso aroma a vino y jazmín.
Kim soltó una risita por lo bonito que se veía su omega. Kook aún mantenía su rostro aniñado e inocente, parecía como si el coma hubiera detenido su proceso de envejecimiento, sin embargo, él ya había notado como le empezaban a salir las primeras canas.

¡Sí! ¡Con treinta y cinco años ya tenía un par de canas, que aún podían ser escondidas por sus mechones negros, pero eso no quitaba que allí estuvieran!

Sintió los besitos del omega deslizarse por su mandíbula y bajar a su cuello, pegándose más a él para sentir mejor su aroma. Sujetó sus caderas, creyendo saber a donde quería llegar su esposo con todo ello, pero el pinchazo que sintió en su cuello cuando los finos colmillos del contrario se enterraron en su piel lo hizo quejarse en voz alta.

—¡Koo! —exclamó a modo de regaño, observando al menor separarse un poco para mirarlo con una sonrisita inocente.

—La marquita se estaba borrando —dijo con un mohín. Tae negó, llevando su pulgar a su labio inferior para retirar un pequeño rastro de sangre, dejando después un beso en el lunar que se encontraba un poco más abajo.

—Extrañé tanto tu actitud tan descarada —murmuró, sintiendo las manos del contrario dejar caricias suaves en su nuca—. En cuanto tengamos todo listo podremos venir los tres juntos para acá. Solo Jaehyunie, tú y yo.

—¿No piensas que es un poco forzado? No creo que Jae se sienta cómodo con eso...umh, yo puedo seguir en la casa de mis padres...

—No, no, no, de ninguna manera, Koo, no pienso separarme de ti otra vez —se negó de inmediato, sujetando su cintura con fuerza—. Ya estuve mucho tiempo lejos de ti.

—Pero Tete-

—Que no, Jungkook —cortó de forma seria—. También eres su padre, tiene que acostumbrarse a tu presencia.

El castaño asintió, no queriendo discutir con su esposo por ello. Continuaron besándose apasiblemente, deseando pronto poder vivir juntos nuevamente, como debió haber sido ocho años atrás.





Fregonas¹: trapeadores, mopas.
Reminiscente²: que evoca o recuerda a alguien o algo anterior en el tiempo.

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