Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Fase 2

Fecha: 22 de junio del año 2134 tiempo Tierra | 42 de marzo del año 2131 tiempo Marte.

Ubicación: Acorazado Anomalocaris, en boca del agujero de gusano del Sistema Vega.

Status: Preparación para el hipersalto al Sistema Eden.

Tras un encuentro cercano con la historia, Jeremy había caído profundamente dormido. Estuvo despierto tanto como pudo, observando el contenido del stick que Hans le había entregado. Su profunda contemplación le había absorbido por completo. Al término de las seis horas de descanso reglamentario, Jeremy despertó con un tremendo dolor de cabeza por la falta de sueño. De todo el tiempo disponible que tenía, el joven cadete había invertido casi la mitad en mirar la asombrosa historia de los Días sin Luz.

Somnoliento y agotado, Jeremy comenzó la parte del trabajo asignado. Estaba encargado de brindar mantenimiento a las turbinas de plasma. Su compañero en el trabajo era un Cabo con bastante experiencia en turbinas y motores, Santos Brandao. Era un recluta de las colonias brasileras de New World: mulato, alto y bastante malhumorado; le enseñaba a Jeremy todo lo que debía hacer.

—Fletcher, ¡Fletcher! —gritó Brandao.

Jeremy parpadeó un poco como respuesta. Pero al final dijo apresuradamente:

—Sí, sí, dime.

—Maldita sea, Fletcher, presta atención.

—Lo siento, es que no dormí bien.

—Ese no es mi maldito problema, ahora necesito que me alcances el cable de la consola —bostezando, Jeremy se metió bajo el panel y sacó la extensión del cable para pasársela. Brandao agregó—: Mira bien, el cable poder del generador debe ir siempre en el slot lila, si por error lo conectas en otro slot, harás que las turbinas se sobrecarguen.

—Sí, entendido —Jeremy no podía dejar de pensar en la historia que desde la noche anterior había capturado sus sentidos.

—Oye, Brandao.

—¿Ahora qué pasa, Fletcher?

—¿En la Academia de New World les hablaron de la operación Días sin Luz?

—Claro, como a todos los reclutas.

—Los primeros híbridos aparecieron luego de la Guerra Solar, antes del final de los Días sin Luz, ¿lo recuerdas?

—No muy bien. Ahora que lo dices, Fletcher, jamás ponía atención a las clases de Historia... —el rostro de Brandao se oscureció un poco cuando lo arrugó en una mueca de esfuerzo.

—Un camarada me dio un stick con información importante, se trata sobre los híbridos y la operación de los Días sin Luz.

Brandao dejó caer el destornillador que estaba en su mano derecha, cuando escuchó las palabras de Fletcher.

—Hay muchas versiones de la historia, Fletcher, muchas; y ninguna me interesa...

—El Teniente Antonov es el "híbrido aleph", ¿cierto?

—Oí esos rumores, —dijo Brandao, un poco hosco, parecía a punto de explotar. Se frotó la visera del casco con el dorso de la mano cerrada—, ¿y qué con eso?

—No lo sé, si es cierto, el Teniente sería como una leyenda viviente, ¿verdad?

—Al igual que la Capitana Repina, ¿y qué con ello? —Brandao suspiró y miró el destornillador caído—. Ahora deja de decir pendejadas y ayúdame.

—Oye Brandao, ¿crees que los seres de las naves no-humanas sean los mismos que Repina enfrentó en Marte?

Brandao estaba inclinado, a punto de recoger el destornillador caído, pero se paró en seco y dijo, casi gritando:

—¡Escucha Fletcher, lo único que sé es que si no terminamos de organizar esta enredadera de cables, el Sargento Chang nos romperá el culo a ambos! Si tan interesado estás por qué no le preguntas a la Capitana sobre los Días sin Luz y todo eso.

Ninguno de los dos habló más durante el resto del trabajo.

Las horas se consumían y el Anomalocaris se preparaba para la fase del salto Hyperbolisch-Raum. La mente de Jeremy no podía dejar de pensar en todos los acontecimientos históricos que llevaron a la humanidad fuera de las fronteras del Sol, no podía alejar sus pensamientos del nuevo enemigo alienígena, ni de los primeros encuentros en Marte, ni de la historia del atormentado soldado Praetorian. Sin poder más con su curiosidad, tomó la decisión de averiguar más acerca del asunto.

Faltaban siete horas para el salto y Jeremy estaba frente a la oficina de la Capitana. Dudó unos minutos, pero entró. Repina le clavó una mirada de disgusto con su único ojo.

—¿Se le ofrece algo, Cadete? —preguntó la Capitana con displicencia. Jeremy tragó saliva.

—Ca... Cadete de Quinto Rango Jeremy Fletcher, mi Capitana —la voz se le resquebrajaba, estar frente a la Capitana Repina le ponía muy nervioso—. Permiso para hablar, mi Capitana.

—Descanse, Cadete, tome asiento —ofreció Repina, señalando uno de los asientos frente al escritorio—. Dígame qué lo trae a mi oficina.

—Verá, Capitana, yo..., yo... —Jeremy estaba tan nervioso que ni siquiera podía hablar con claridad. Cerró los ojos un momento, suspiró y prosiguió—...he estado revisando algunos datos históricos, eventos importantes, usted sabe, y me entró una gran curiosidad sobre la operación de los Días sin Luz y...

—Entiendo —interrumpió Repina—. Usted no es el primero que acude a mi oficina con dudas sobre los Días sin Luz, Fletcher —decía la Capitana con un cierto tono de hastío—. Le voy a decir lo mismo que le digo a todos los idiotas que preguntan: Primero, yo no soy una maldita profesora de Historia. Segundo, sí, el enemigo que enfrentamos es el mismo que yo combatí en Marte. Y tercero, no, no pretendo discutir ningún otro asunto militar o privado con nadie, mucho menos con usted. ¿Quedó claro?

—Sí, señora —Jeremy estaba decepcionado—. Permiso para retirarme.

—Retírese —Jeremy se puso de pie para irse, pero la Capitana dijo con rapidez—: Fletcher, espere —Jeremy volteó—. ¿Ha leído usted El Arco de Artemisa?

—No. No lo creo, Capitana —respondió, un tanto confundido.

—Era el libro favorito de un gran soldado que combatió conmigo en las trincheras y que murió de forma heroica; uno muy relacionado a los Días sin Luz —la curiosidad del cadete se abrió como una presa rota—. También es mi preferido —la Capitana se puso de pie y perdió su mirada en el espacio centellante—. ¿Cree en Dios, Cadete?

—Creo que sí, Capitana.

—¿Sabía usted que Dios es un engendro bastante feo? —Jeremy frunció el ceño—. Hubo un solo humano en este universo que pudo mirar a Dios cara a cara, escupió su rostro y luego le vació un cargador de pistola en la cabeza, pero como el hijo de puta no es una sola criatura, pues henos aquí, a punto de iniciar otra maldita Guerra Santa contra el mismo bastardo. ¿Entiende, Fletcher?

—Supongo que sí, Capitana.

—No se obsesione, Cadete, o acabará muerto antes de que pueda matar a algún alienígena.

—No lo haré, Capitana.

Repina miró al soldado y a su entrepierna. Esbozó una sonrisa lobuna antes de agregar:

—Bien, ahora, largo de mi vista.

—Sí, Capitana —respondió Jeremy, cuadrándose y dando el saludo militar.

Apenas llegó al camarote, Jeremy tomó su hológrafo y cargó el stick. Una vez más, se internó en la historia de los Días sin Luz, del Praetorian y la niña.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro