Epílogo
Hacía calor.
Demasiado calor.
《Mierda... 》Spreen, recostado en su cama boca arriba, maldijo en su mente mientras llevaba su brazo izquierdo hacia su frente, tallando fuerte con el dorso de su mano en un intento por quitar el sudor que ya se acumulaba ahí.
Su otra mano estaba ocupada sujetando a Roier de la cadera. Fuerte. Manteniendolo en su lugar sobre él.
El castaño parecía igualmente abrumado por el calor, aunque lo expresaba de manera diferente.
Mientras el calor hacía a Spreen gruñir y maldecir por lo bajo, lo que provocaba en Roier eran pequeños gemidos y jadeos de inconformidad, casi inaudibles, pero que sin embargo resonaban a todo volumen en los oídos del pelinegro.
¿Qué los había llevado a esta situación de todos modos?
Un pequeñisimo destello de lucidez le recordó a Spreen el orden de los sucesos. Estaba haciendolo pija en ese juego que le prestó algunos meses atrás hasta que Roier fingió molestarse y amenazó con irse, se levantó para intentar detenerlo y entonces el castaño lo tomó por sorpresa arrojandolo a su cama para hacerle cosquillas.
Forcejearon entre risas un rato, pronto Roier decidió cambiar a un ataque de besitos, llenandole el rostro de pequeños roces de sus labios. Las risas fueron reduciendose mientras poco a poco los besos se concentraban solo en su boca y se volvían más profundos, por su parte las manos del pelinegro se hicieron paso hasta las caderas del contrario, rozando con las yemas de sus dedos la piel caliente que se asomaba bajo su playera.
Otro jadeo del castaño lo hizo salir de sus pensamientos para regresar a lo realmente importante: el cuerpo de Roier sobre el suyo.
Spreen lo miraba con ojos entreabiertos, tratando de decidir que imagen de su ahora novio le gustaba más.
Roier sonriendo por cualquier cosa, era perfecto.
Roier inflando las mejillas molesto, era adorable.
Roier nervioso como el día que le declaró sus sentimientos, era encantador.
Roier hecho un desastre sobre él, jadeando mientras lo besaba e intentaba sentir más a pesar de la ropa que los separaba, le robaba el aliento.
Todas y cada una de sus facetas eran increíbles, no podría elegir solo una.
—Spreen...
Retiraba lo dicho. Acababa de elegir.
Roier, mirándolo con ojos llenos de deseo y un ligero temblor en sus labios, gimiendo su nombre. Ese Roier hizo corto circuito en su cabeza.
De un rápido movimiento rodeó con su brazo la cintura del castaño y giró sus cuerpos para quedar esta vez encima suyo, estampando sus labios otra vez mientras sus manos luchaban por subir un poco más su playera para poder sentir su piel.
Roier era suyo, pensó mientras se despojaba de su propia playera.
—Spreen...
Siempre lo había sido, continuó en su mente mientras el castaño alzaba sus brazos obedientemente para sacarle su playera.
—Spreen
Y se encargaría personalmente de que le quedara claro que siempre sería suyo.
Sus manos viajaron hacia abajo y...
—¡SPREEN!
Y despertó.
Abrió los ojos de golpe, solo para encontrarse con la mirada expectante de un sonriente Roier al lado de su cama.
—¡Hasta que despiertas! ¡Si vieras lo que me costó, estabas tieso! ¿Estuvo chido el sueño o que? —rió divertido.
Lo amaba. Dios, que si lo amaba. Pero en estos momentos quería arrancarle el cuello.
Alcanzó su celular para mirar la hora.
7 AM
Un sábado.
Si, iba a matarlo.
Se levantó a medias, apoyándose en sus codos, dejando que su torso quedara suspendido en el aire sostenido de sus brazos.
—Roier, ¿qué hacés? Es re temprano...
Al instante siguiente, su novio estaba trepando a la cama, colocó cada pierna a sus costados y se quedó ahí, Spreen suspiró algo aliviado al ver que no decidió sentarse por completo, o habría encontrado algo bastante interesante bajo sus pantalones...
—Me di cuenta de algo... —jadeó el castaño, con un sonrojo en sus mejillas y con ojos serios—, hay algo muy importante que tengo que saber, y que no puede esperar ni un segundo más...
Y Spreen tuvo un fuerte deja vú, era justo como en su sueño. Por pura inercia llevó sus propias manos a la cadera del castaño.
Si no lo conociera, pensaría que había llegado el momento de hacer eso.
El castaño lo tomó por los hombros y se acercó peligrosamente a su rostro, Spreen pudo percibir el aroma a fresas emanando de sus labios.
Pero luego lo pensó mejor: era Roier. Claramente era algo mucho más estúpido.
—¿Spreen, yo te gusto?
¿Lo ven?
La cara de Spreen era todo un poema ¿en serio se había enamorado de alguien tan estúpido? ...espera... ¿eso lo hacía estúpido a él también?
—Roier... ¿en serio me lo preguntas a estas alturas?
—¿Cómo que a estas alturas? —Roier infló las mejillas molesto— ¡Cabrón! ¡Llevamos ya como tres meses saliendo y no me lo haz dicho ni una sola vez!
—¡¿Sos pelotudo?! Claro que te lo he... —Spreen se tomó unos segundos para recapitular los últimos meses.
...
—Ah...
—¿Como que "ah"? ¡Pendejo! ¡De perdido admítelo! ¡Ni siquiera el día que me declaré! Nomás me dijiste —aclaró su garganta y comenzó a imitar el acentó de su novio— Che, capo, siento lo mismo que vos, acepto con gusto.
Tenía un punto. Spreen, el menos romántico.
—Aunque bueno, luego me besaste y--
—¡PARAAÁ! —colocó una mano en el rostro del castaño y lo alejó bruscamente mientras se llevaba las mantas hasta la cabeza— ¡No vayas por ahí recordándome eso! ¡Me voy a morir de vergüenza!
—¡HEY! ¡No te vuelvas a dormir!
Roier esta vez si que se sentó sobre él.
Antes de que Roier pudiera sentir que Spreen estaba muy emocionado por verlo, rodeó con un brazo su cintura y rodó sus cuerpos, quedándo encima suyo.
Otro deja vú.
—¡P-perate wey! —Roier dijo con una mezcla de diversión y nerviosismo— De perdido invitame un café, o algo primero, no sé.
—Ya esta —suspiró Spreen aliviado de que se hubiera salvado de esa incomoda situación—, ahora ¿querés irte a casa? Hablamos luego.
—¿No mames que en serio te vas a volver a dormir? —frunció el ceño— Ni es tan temprano, te la pasas durmiendo, ¡en serio si eres como un oso!
—Roier, anoche me dormí a las 4.
—¡¿Otra vez?! ¡¿Por qué?!
—Estudiando para los examenes de ingreso a la universidad, ¿vos no lo hacés?
Roier desvió la mirada.
Claro, pregunta estúpida.
—¡D-de todos modos! No te deberías desvelar tanto, te va a hacer mal
Típico de Roier, pensó Spreen, mirándolo hipnotizado.
Siempre tan distraído.
—Digo, claro que es importante estudiar, pero tienes que cuidar más tu salud...
Siempre tan bondadoso.
—Y verga, se que yo debería estar haciendo lo mismo, pero es que--
Spreen lo interrumpió dándole un beso rápido en la naríz
—¡Hey! ¿Y eso--
—Me gustas.
Roier se calló de inmediato. Y Spreen contuvo la risa que le dió ver como un bonito rojo se expandía desde el punto exacto de su naríz donde lo besó hasta sus orejas.
—N-n-nn-¡NO SE VALE! —llevó sus manos a su rostro intentando ocultarse de la mirada del pelinegro— ¡D-DIMELO BIEN, DE FRENTE!
—Roier, te lo acabo de decir de frent--
—¡PERO NO ASI DE LA PINCHE NADA PENDEJO! —inhaló y exhaló varias veces hasta calmar su corazón— Ya, ya estoy listo, dilo otra vez.
—Naaah, ¿vos crees que fue fácil para mi? —Spreen se levantó dejando que Roier también se incorporara, quedando ambos sentados frente a frente— Capo, tengo que reponerme, muchas emociones en un día, no es bueno para el corazón.
Roier sonrió con todos los dientes —¿Ves? Ahora entiendes por qué no fue fácil para mí tampoco, y aun así me tragué mi miedo y te confesé mi amor por tí, soy la eminencia del amor.
—Claro —giró los ojos divertido—, y el tema de las prácticas de confesión también fue parte del plan, ¿eh? ¿Eminencia?
—¡HEY! ¡Nada de burlarse de tu novio!
Roier se lanzó a los brazos de Spreen, envolviendo su cuello con ambos brazos mientras Spreen reía divertido sujetándolo por la cintura.
La verdad es que le agradecería siempre, que se armara del valor que el al parecer nunca pudo reunir.
Tanto en su primer encuentro de niños, como en su confesión.
—Pero bueno, ¿entonces qué? —Roier se separó un poco del abrazo para mirarlo a los ojos sonriendo— ¿Me voy y te duermes otro rato?
Spreen examinó la situación, aun se sorprendía de la cantidad de casualidades de su sueño con el castaño y la realidad.
—Nah... ¿querés jugar al juego ese que me prestaste? Te hago pija.
—¿Apoco sí? Andale, ponlo, a ver quién hace pija a quién.
Quizás si seguía intentando, pronto lo volvería una realidad...
FIN
°•○●○•°•○●○•°•○●○•°•○●○•°•○●○•°
Que bonito el sueño de Spreen verdad? 😃
Aaaah, se la creyeron 🫵😂 (mentiranomematen)
Ahora si este es el final final final, de nuevo MIL GRACIAS a todos los que se dieron un tiempecito para leerla 🫶
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro