Los años han pasado y los Protectores siguen trabajando para proteger a las personas de los Shadows, los cuales, desde que Mitzuki se disolvió trabajan en sus pequeños grupos, aunque, formar parte de un grupo no significa que no puedan actuar en solitario. Por su parte, los Protectores independientemente de la rama en la que estén también han cogido ese mismo sistema para poder combatir a los Shadows con más facilidad. Además, de que oficialmente se es un Protector desde que se entra al Rose no después de los estudios allí como era antes.

Cierto pelinegro acaba de resolver un caso como detective, se trataba de un robo en la que la culpable resultó ser la una de las criadas de la casa que usaba su poder para simular que las joyas estaban ahí por eso Leyne no llamaba, la otra criada al ver que todo estaba basado en un poder, sospecho que era una Shadow y llamó a Akira para que investigará el caso, finalmente, se descubrió que vendía esas joyas para que su equipo tuviera dinero, todo para ejecutar sus planes malignos.

Esta esperando en la puerta de la base de los Protectores, Dante ha podido tomarse lo que queda del día libre, al estar en la rama policial el horario es fijo, le puede tocar tanto turnos de tarde como de mañana. Mientras que, el horario de detective es variado puede pasar días en los que tenga más de un caso pero, días en los que no tenga ninguno. Finalmente, Dante sale por la puerta acompañado de Joan, el pelinaranja también se dedica a eso.

-Hey Akira, ¿qué tal el caso de hoy?-pregunta Joan.

-Era un robo, no era muy complicado-.

-Siempre dices lo mismo-.

-¿Acaso estas dudando de el, ha resuelto todos los casos que se le han puesto por delante?-.

-Puedo cometer errores Dan-.

La pareja se despide de Joan y se montan en el coche, el ojiazul hace de conductor y el pelinegro se sienta en el asiento a su lado. Hoy van al orfanato, tras hablarlo han decidido adoptar un hijo.

-¿Nervioso?-.

-No estoy nervioso-dice firmemente y con su habitual gesto de cruzar los brazos.

-Deja de pensar que te hace débil mostrar los sentimientos-.

-Quizás si este algo nervioso , es decir, tener un hijo es una responsabilidad muy grande, ¿Y si no lo hacemos bien?-.

-Seguro que lo hacemos bien, cada uno podemos aportarle nuestro punto de vista, puedes enseñarle a ser un gran estratega-.

-Tienes razón-.

Akira aparta la vista apoya su cabeza en el asiento y cierra los ojos quedándose dormido, últimamente a atendido muchos casos, Dante le ha dicho más de una vez que tome un descanso, como detective puede rechazar algunos casos para despejar su mente de tantos casos. Despierta cuando siente una mano en su hombro, acaban de llegar al orfanato, salen del coche y entran con las manos entrelazadas. Se reúnen con la chica que lleva el orfanato cuyo nombre es Alice, quien les guía por él.

Desde hace unos minutos, Akira ha sentido la sensación de que le están espiando, por lo que, al doblar una esquina él se frena para retroceder, es en ese momento, cuando se encuentra a un niño de cinco años con el pelo negro y los ojos ámbar.

-¿Como te llamas?-le pregunta Akira.

-Daiki, ¿y tú?-.

-Akira-.

-¿No estas enfadado?-.

-No, de hecho, deja que te de un pequeño consejo, la próxima vez que quieras espiar a alguien se más silencioso, tus pasos se oían demasiado-.

-¿Otra vez haciendo de las tuyas?-pregunta Alice.

El niño niega con la cabeza pero, no es la primera vez que se dedica a espiar por lo que Alice no le cree.

-Diría que ya has elegido-dice Dante.

-Tampoco quiero ser yo el único que elija, tu también vas a ser el padre del niño que adoptemos-.

-Me parece bien que le adoptemos a él-.

-En ese caso, acompañadme a firmar los papeles de adopción *a Daiki* ve a preparar tus cosas, ¿vale?-.

Cuando habla a Daiki se agacha a su altura y le habla con una sonrisa, como si de una madre se tratase. Luego, se levanta y guía a la pareja a su despacho. Tardan un rato, en firmar todos los papeles, después van al cuarto de Daiki, el niño acaba de preparar su maleta, es pequeña y todas las cosas que tienen son las que el orfanato le han proporcionado, ya que, llego siendo un bebe. La nueva familia se monta en el coche y abandona el orfanato.

-¿Que te gusta hacer?-pregunta Dante.

-Me gusta jugar con mi consola y la música-.

-Eso suena muy divertido-dice el castaño.

Llegan a la casa, Dante y Akira ya habían preparado un dormitorio con lo esencial, una estantería blanca, un armario del mismo color, una pequeña mesa de escritorio de madera, al igual, que una silla también pequeña, la cama tiene el cabecero marrón claro y las sabanas en diferentes tonos de azul.

-Espero que te guste tu cuarto, nos ha costado prepararlo-comenta Akira.

-Siii, es bonito-.

Nada más dejar su maleta el niño sale de la habitación y se pone a correr por la casa, investigando todo lo que hay a su alrededor, Akira no ha perdido el tiempo en ir detrás de él, tiene la sensación de que el chico será bastante rebelde. Durante su carrera, está a punto de tirar algo, Akira esta muy lejos para cogerlo al vuelo y se dispone a usar la telequinesis, pero unos hilos de color dorados se le adelantan y lo colocan en la estantería, Dante llega al salón cuando los hilos siguen invocados, estos desparecen poco después.

-¿Eso lo has hecho tú?-.

-Es mi poder *sonríe*, ¿vosotros tenéis?-.

Dante hace aparecer sus alas, empezando a volar después y Akira muestra su telequinesis tanto levitando cosas como levitándose a si mismo, por su parte, el niño les observa entusiasmado, sentado en el sofá y con una sonrisa de oreja a oreja, pensando que tiene unos nuevos padres realmente increíbles.

-Quiero ser tan poderoso como vosotros-.

-Algún día lo conseguirás, solo sigue practicando-dice Dante.

-Esos hilos pueden tener un gran provecho en combate y con una buena estrategia pueden ser realmente letales-.

-¿He?-pregunta el niño torciendo levemente la cabeza ante el comentario de Akira.

-Le hable demasiado tecnico, si lo haces bien y no vas demasiado rápido, esos hilos serán increíbles-.

-Haaa-.

Después el niño bosteza, Dante le coge en brazos y se lo lleva a su habitación y lo acuesta en la cama y se queda allí hasta que se duerme, después vuelve al salón donde esta Akira leyendo un libro.

-¿Ya se durmió?-.

-Sí *le pasa el brazo por encima* tú también deberías dormir un poco-.

-¿Por que dices eso?-.

-Te quedaste dormido en el coche-.

-Vale, quizás si necesite dormir algo-.

El pelinegro deja el libro a un lado y apoya su cabeza en el hombro de Dante, de manera instantánea Dante hace aparecer sus alas para taparle con ellas. Akira se siente más seguro de esa manera, aunque, no lo dice en voz alta, sus ojos se van cerrando poco a poco hasta acabar totalmente dormido.

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Holii Powers, os dejo el segundo especial espero que os haya gustado. Todavía quedan más especiales en curso.

Miri-Chan