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Capítulo 9.

Melanie Cross.

Otra sesión de hipnosis en la que me pierdo en el vacío de mi mente. Solo que esta vez, no veo nada. Solamente oscuridad.

— En la sesión anterior creo que tuvimos un avance. — se acomoda en el sillón de enfrente. — Y alguien me dijo que conociste una tal...Melodie. ¿Podrías hablarme de ella?

—Espere... ¿usted cómo sabe eso?

—Eres mi paciente. Debo saberlo todo. — ¿se lo habrá contado Jack? — Y bien, cuéntame de ella.

— ¿Por qué le preocupa más un producto de mi cabeza que lo que pueda recordar? — abro los ojos.

—Me temo que mientras no resolvamos el puzle que hay en tu mente tu completa información genética no regresará.

— ¿Y cuál se supone que es el puzle?

—Ok, creo que será mejor que te hable con honestidad. — se acomoda. — Todos los análisis y pruebas que te hemos hecho varios especialistas y yo nos llevan a la conclusión de que padeces de un trastorno de identidad. Hablé con tu psicóloga anterior y aunque no pudo contarme mucho por cuestión de ética, entendí que estabas mejorando. Al punto de dejar las citas. ¿Cuándo crees que fue el punto donde sentiste que todos los muros que construiste para protegerte se derrumbaron?.

— ¿Cómo quiere que le responda eso si ni siquiera puedo recordar la mitad de mi vida? Y no tengo un trastorno de identidad, mi madre sí. Solo soy yo. Melanie Cross. Lo que siempre he sido.

—Entonces ¿quién es Melodie y por qué dices que la viste? ¿Por qué en tus hipnosis cantas las canciones que le tarareaban a ella y no a ti? ¿Cómo puedes recordar algo que nunca has vivido? — lo único que hacen sus preguntas es darme más dolores de cabeza.

— ¿Está diciéndome que aparte de mí hay otro ser en mi cabeza que me manipula? — su cara de seguridad me incomoda. — ¿Sabe qué? Necesito tomar un poco de aire. No, mejor dicho, necesito ir al baño a tratar de controlar mis ganas de vomitar. En eso no me estaría manipulando...Melodie, ¿o sí? — uso mi horrible lado sarcástico.

No dice nada y simplemente me deja salir.

— ¡Hey! ¿Ya terminaron? ¿Podemos irnos? — me pregunta Junior.

—Sí, pero necesito ir al baño. Me siento fatal.

—Aprovecha que estamos en el hospital y diles que te den algo.

—No, no, estoy bien. Se me pasará. ¿Nos vamos ya? — no tengo ganas de continuar con la sesión hoy.

—Claro. — caminamos hasta la salida.

— ¿Melanie? — me dice otro chico al salir, lo reconozco solo por las fotos.

— ¿Jasper? ¿Qué haces aquí? — le pregunta Junior.

—Terminaron de interrogarnos. Jack y Eric nos dieron algunos consejos para hablar en el tribunal, así que creo que estamos listos. — contesta pero me sigue mirando de forma extraña. — Oye, ¿cuándo te cortaste el pelo? ¿Tienes alguna habilidad para cambiarte tan rápido de ropa? — me dice.

— ¿Qué? — no entiendo su pregunta.

—Acabo de verte cerca de la cafetería de la esquina. Te veías algo...asustada. — se ve muy confundido.

— ¿Qué? Pero si no he salido de aquí hasta ahora. Seguramente me confundiste.

—No, sí eras tú. Me dijiste que solo ibas por un café. Pero tienes, bueno, tenías el cabello largo y otra ropa hace apenas unos minutos, por eso lo pregunto.

—Es imposible. — sonrío ante lo absurdo que suena. — Además, no te hablaría sin poder reconocerte aún. Creo que te estás confundiendo mucho, lo siento. — miro a Junior, quien tiene la vista perdida en un espacio vacío del hospital. Jasper sigue con cara de no poder comprender lo que está pasando y yo intento no atormentarme con sus actitudes.

—Será mejor irnos. Nos están esperando. — Junior cambia de tema y es la mejor opción.

Jack Connor.

La audiencia ha comenzado. Lisa, Jasper, Junior, Melanie, Eric, el oficial Cowen, muchos abogados, testigos del caso y demás, están aquí.

El juez se acomoda y en minutos, comenzamos.

Melanie está sentada en la mesa principal cerca del juez y no puedo apartar mis ojos de ella. Cuánto me gustaría poder recompensarle todo el mal que le está pasando pero ahora que sé que nunca podremos estar juntos y felices completamente, la realidad lo vuelve más difícil.

—Muy bien, comencemos con el caso. — comienza el juez. — Tengo entendido, por los informes, testimonios y pruebas que en la fiesta de cumpleaños de la señorita Melanie Cross, resultaron dos personas muertas: Robert Miller y Javier (Javi) Mendoza y dos heridas, que en este caso son: Martha Cross y usted. — la señala. — ¿Están todos los testigos aquí? — vuelve a preguntar y los testigos levantan sus manos. — ¿Pueden dar su testimonio nuevamente ante todos nosotros para poder llegar a una conclusión?

Lisa se levanta y sube al podio.

Se ve nerviosa y busca la mirada de Eric como consolación.

— ¿Jura hablar con la verdad y solo la verdad?

—Lo juro. — levanta su mano derecha.

—Muy bien, la escuchamos. — traga hondo.

—Me gustan muchos las fiestas. Por eso, siempre me he empeñado en celebrarle los cumpleaños a mi mejor amiga. Lastimosamente la mayoría de las veces terminan en tragedia y esa noche no fue la excepción. — comienza. — Yo la organicé, yo escogí esa casa, pero no tuve nada que ver con lo que le pasó. Jamás le haría algo así y ella lo sabe. — la mira.

— ¿Por qué escogiste esa casa? Sin señal, sin celulares a la mano. Todo parece haber quedado perfectamente planeado. — indaga el juez.

—Queríamos privacidad y una zona donde nadie nos llamara a la policía por el ruido. La regla de "no celulares" es muy común en un grupo de personas que quieren pasarla bien sin nada de tecnología de por medio. Jamás pensé que pasaría esto.

—Pero es bueno estar alertas, ¿no? A veces no es muy bueno ser tan extremistas en cuanto a "divertirse" se refiere. — añade el juez. — ¿Dónde estabas en el momento de los disparos?

—En el baño. Me embarré de cerveza y cuando los escuché, me agaché. Intenté salir pero me atasqué por largos segundos y luego, solo había humo. Solo buscaba la puerta y cuando la encontré...simplemente huí. Estaba muy asustada. Pensé que todos se habían ido ya. Estaba muy silencioso.

— ¿Humo? ¿Qué clase de humo? ¿Tenía algún color en específico? ¿Algún olor? —pregunta otro de los abogados.

—No lo sé. Nublaba toda mi visión pero no tenía ningún olor.

—Solo fue para evitar que vieran. — digo en voz baja. Solo Eric puede escucharme, ya que está sentado justo a mi lado.

—Lo siento. — le dice a Melanie mientras suelta lágrimas. Se ve confundida. Sé que todavía no la puede recordar.

—Muchas gracias, señorita Jones. ¡Siguiente testigo! — ordena el juez.

Jasper.

—Todo fue muy extraño. El señor Miller llegó y Martha lo presentó como su pareja. Yo sabía quién era pero al parecer ellas no. Cuando le conté, entró como loca a la casa. Esperé unos segundos antes de preocuparme y salir tras ella y ahí estaba, en la fiesta. Se veía muy relajada aunque con un vestido y peinado diferente. Le pregunté si todo estaba bien y me lo afirmó. Deduje que no tenía de qué preocuparme así que volví a salir por aire fresco. — confiesa.

— ¿Se cambió de ropa tan rápido? ¿Qué tiene? ¿Superpoderes? — todos se ríen. Apenas recuerdo que también hay un irritante abogado de parte de la poderosa familia Miller y por lo que veo, también algunos de sus allegados.

— ¡Silencio! — ordena el juez. — Continúe. ¿Dónde estaba a la hora de los disparos?

—Afuera. La gente comenzó a correr como loca así que se me dificultó entrar. Algunas chicas se cayeron y no pude evitar ayudarlas. Fue entonces cuando vi a Javi y me dijo que él se encargaría de ir por Melanie, así que creí que todo estaría bien. No me moví de ahí hasta que supe que algo andaba mal. Cuando entré y los vi tirados con tanta sangre debajo que me quedé inmóvil, pero llamé a la policía de inmediato. — Jasper continúa.

— ¿Puede corroborar que estaban en esta misma posición cuando los encontró? —muestran una fotografía en la pantalla grande del fondo.

—Sí. — la observa. — ¡No, esperen! Martha no estaba así cuando llegué. Estaba girada hacia el otro lado. — todos nos miramos entre sí.

— ¿Y dónde está la señora Martha Cross ahora?

—No la localizamos, señor juez. — responde nuestro representante.

— ¡Qué casualidad! — el juez comienza a sospechar. — ¡Siguiente testigo!

Junior.

Este se ve más nervioso de lo normal y no me sorprende. Sé perfectamente que si alguien está ocultando algo, es él. Nunca suelo equivocarme.

— ¿Dónde estabas al escuchar los disparos?

—Yo...yo... — tartamudea. — Salí a la parte trasera para poder fumar. — alzo las cejas. — El ambiente me hizo estar a punto de decaer nuevamente, pero vi una camioneta negra estacionarse a unos metros y me detuve.

— ¿Camioneta? ¿De casualidad será alguna parecida a esta? — muestran las mismas imágenes que Paul nos enseñó.

—Sí, esa es. ¿A quién pertenece?

—Según los informes, a alguien que posiblemente estaba esperando la señal del señor Miller para intervenir.

—Si me disculpa, debo decir que es una tontería dar por hecho que Robert Miller tenía a alguien como cómplice para verificar su muerte, su señoría. Él fue la principal víctima aquí. Esa mujer, Martha Cross, lo llevó a ese lugar para vengarse de lo que su hijo le había hecho a su hija hace años con lo único que sabe hacer: seducir a los hombres adinerados. ¿No le parece extraño que ni siquiera esté aquí ahora? — habla el abogado de la familia Miller.

— ¿Qué más puede testificar, señor Cross? ¿Qué más vio? — Junior se queda en silencio por varios segundos mientras todos esperamos a que hable.

—Cuando escuché los disparos y entré para revisar, alguien corría. La seguí y...

—"La" seguiste...entonces, ¿era mujer?

—Sí.

— ¿Pudiste ver su rostro? — la manera frenética en que se queda viendo a Melanie antes de responder me da escalofríos.

—No. Lo sé porque su largo cabello sobresalía del abrigo acolchado que llevaba puesto. — bueno, al menos esto es un avance, pero aun así, sé que está ocultando más información.

El juez escribe algo y le ordena sentarse.

— ¿Y usted señorita Cross? ¿Tiene algo importante qué decirnos?

—Ella aún no puede recordar. Hemos hecho todos los procedimientos y terapias posibles, pero al parecer esto puede tardar algo más. — interviene la doctora.

Casi se me olvida que también está aquí.

—Lamento mucho su condición, pero entienda que todas las pruebas contra ella son las más fuertes aquí. Aparentemente los únicos que pueden explicarnos qué fue lo que pasó ahí dentro con los detalles exactos, ya no están y ella no recuerda. El estudio de las balas indicó que salieron del arma que tenía en manos y solo encontraron sus huellas. —explica el juez.

—No pudo haber sido ella. — intervengo, aunque no debería. — El disparo fue muy justo, no pudo haberlo hecho ella. Fue demasiado preciso.

— ¡Disculpe! Pero no veo su carnet de abogado en ninguna parte para que pueda aportar en este caso. ¿Quién es este? — interviene el abogadillo de los Miller.

—Soy alguien que podría arruinarte la maldita vida con una llamada. — lo veo y cuando se da cuenta de quién soy, percibo el pánico en su rostro.

—De hecho, como su doctora y la única persona que se ha encargado de su salud, estoy casi segura de que ella lo hizo. Pero no Melanie, sino Melodie. La identidad que se ha desarrollado dentro de ella durante todos estos años. Solo que esa noche, pudo salir a la luz, y es la razón por la que no puede recordar la mayoría de las cosas que hace durante el día. — objeta la doctora repentinamente.

¿Qué demonios?

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