Un mes después...

Me siento muy orgullosa de que finalmente Jack pudiera inaugurar su colegio después de un mes perfeccionando el diseño oficial que hice para los uniformes. A todo el consejo le encantó y con muchas horas de trabajo, pudimos producirlos rápidamente. Verlo cortar el lazo y que todos lo vean con tanta admiración (incluyéndome) me hace sentir la novia más afortunada del mundo.

—Muchas felicidades, señor Connor. — chocamos nuestras copas.

—Muchas gracias, señorita Cross. — damos un sorbo.

—Tenemos que irnos o Lisa y Eric nos matarán. — miro el reloj. ¡Ay, por Dios! Somos los padrinos y casi llegamos tarde. Dejamos las copas en una mesa y nos retiramos de la fiesta. Él en su Cherokee y yo en la mía.

Minutos después.

—¡Uff! Casi pienso que no llegarías. — me dice Lisa en cuanto entro a su habitación.

—¿Cómo puedes pensar eso de mí? Aquí tengo tu velo. — le he diseñado uno muy precioso y algo original. Se ve muy hermosa vestida de novia. Su pelo rubio resplandece con la luz del sol. Está radiante.

—Estoy muy nerviosa. Pensé que este día sería más sencillo. De hecho, pensé que jamás llegaría. — da un trago a su copa y se la quito de inmediato. No quiero que llegue borracha.

—Despacio. No quiero que te emborraches antes de decir que sí en el altar.

—Ay que chistosa. No me ayudas.

—Solo cálmate. No te estás casando con un extraño, te casas con Eric Anderson. El chico más agradable del mundo. — termino de arreglarle el vestido.

—¿Y si todo esto no es real? ¿Y si estoy soñando o estoy en coma? — está entrando en pánico.

—¿En coma? ¿Entonces estaríamos en coma todos juntos? — no evito que las risas salgan.

—No lo sé. Ya ni sé lo que digo.

—Escucha, sé que con tantas desgracias parecía imposible que este día llegara pero aquí está. Finalmente pasarás a ser la señora Anderson y tendrás un compañero de vida a tu lado. Respira profundo y piensa en el gran amor que se tienen. — intento tranquilizarla.

—Parece que alguien se está arrepintiendo de casarse. Todavía estás a tiempo. Ofrezco mi camioneta como vía de escape. — dice Melodie detrás de nosotras, sentada en el sofá. Lleva un bonito vestido negro con botas negras que le sientan muy bien.

—No ayudes, Melodie. — le advierto.

—Chicas, es hora de irnos. — se asoma Junior y nos vamos.

Llegamos.

Es en una zona al aire libre, hermosamente decorado con muchas flores rosáceas y blancas. Las damas de honor (otras que trabajan con ella en el bar) entran primero y se colocan en los laterales hasta que Jack la entregue al altar. Es triste que no tenga ningún familiar que hiciera esto pero que considerara a Jack, los amigos incluso antes de que yo apareciera para entregarla, es lo más hermoso de todo esto.

Eric no para de llorar al ver a la mujer que ama llegar a sus brazos. Su emoción me contagia y solo puedo imaginar el momento en que sea yo quien esté caminando hacia los brazos de Jack. Genuinamente mis ojos lo buscan y ahí está, mirándome perdidamente. No puedo verme pero seguramente estoy muy ruborizada. Es su efecto en mí.

El sacerdote da sus palabras, aceptan ser esposos del otro y sellan su matrimonio con un sentimental beso. Todos aplauden y les tiramos pétalos de rosas mientras salen.

—¡Muy bien! ¡Es hora de la fiesta! — grita Eric y de un momento a otro, la noche cae y todos estamos bailando. Jacob también ha venido a la fiesta con su cabestrillo en el brazo en el que Jack le disparó. Siguen igual de alejados pero al menos esto lo hizo acercarse más a Lía y pasar más tiempo con ella.

—Lisa. — se acerca Melodie. — Es hora del baile. — la hala del brazo y se ponen en posición. Ellas y las damas de honor que trabajan en el bar.

La música suena y empiezan.

Jack y yo vemos cómo Eric disfruta del baile de su ya esposa y no podemos sentirnos más felices de verlos disfrutar de su fiesta. Junior y Derek están juntos aunque todavía se muestran algo nerviosos de actuar ante la gente como pareja. Tuve una breve y justa conversación con él para advertirle que no juegue con los sentimientos de mi hermano aunque me sorprenda que también sea homosexual. Hasta casi podría pensar que mientras estaba en ese lugar, estaba interesado en mí.

Una vez que tengo todo claro, solo queda alegrarme de lo contentos que se ven juntos. Sé que todo es cuestión de tiempo para que no les importe la opinión de los demás.

—¿Bailamos? — me pregunta Jack cuando suena una música suave. Miro su mano y sonrío. Coloco mi mano sobre la suya y entramos a la pista. Nos fundimos con la melodía y recuesto mi cabeza en su hombro, hasta que los novios se van de luna de miel y la fiesta termina.

Una semana después.

Por los múltiples éxitos de mi empresa, nos han invitado a un evento de fundadores, socios importantes y personas poderosas. Jack, Jacob, Eric y Lisa también están. Estamos detrás de los portones esperando nuestra señal para entrar.

—También tenemos a tres hermanos que no han tenido una vida muy fácil pero a pesar de ello, han sabido seguir adelante y convertirse en los principales creadores de productos y servicios más populares de la ciudad. Es un honor saber que, sin importar los obstáculos, nos han demostrado lo que es el valor de la perseverancia. Ellos son: los hermanos Cross. — dice el presentador. Esta es nuestra señal, así que en cuanto los portones se abren, entramos.

Melodie también viene con nosotros. Aunque no es socia directa de la empresa, también es nuestra hermana y merece tener el reconocimiento y el respeto como uno de nosotros. Vamos vestidas iguales, con el mismo vestido blanco holgado con escote de corazón y mangas en forma de lazos. Ya que somos gemelas, tenemos que vestirnos como tal, al menos para ocasiones como estas.

Todos los invitados nos aplauden y damos las gracias.

—Te ves hermosa. — Jack me alaga.

—Gracias, tú también.

—El ingeniero me llamó esta mañana. Nuestra nueva casa está lista. — esto sí que es una gran noticia.

—No puedo esperar a verla. No puedo esperar más para casarnos. — estoy muy ansiosa.

—Yo tampoco pero quiero hacer de nuestra boda algo inolvidable, por lo que llevará algunos meses más. Y con Frederick al mando, tengo altas expectativas.

—Yo también. Ya hemos planificado todo, solo falta que se ejecute.

—Así será. Además, también necesitas recuperarte totalmente de la operación. — parece que ya lo tenemos todo listo.

—No ha llegado el día y estoy muy nerviosa.

—¿Te estás arrepintiendo de haberme pedido matrimonio?

—¡No, claro que no! Son nervios de novia. — suelta una risa burlona. — Espero que llores. Quiero verte llorar cuando camine hasta a ti, como Eric con Lisa.

—¿Y qué pasa si no lo hago?

—Me regresaré. — se ríe con ganas. Es la primera vez que lo veo reírse así.

—Todo estará bien, ¿okey? Finalmente formaremos una vida juntos sin interrupciones. — sostiene mis mejillas en sus manos.

—Tengo fe de que realmente será así. Tengo fe. — intento convencerme a mí misma. Comienzan a sonar los fuegos artificiales afuera y salimos para verlos mejor.

Son hermosos.

Nos alejamos de los demás para compartir entre los que ya nos conocemos. Eric y Lisa se ven tan felices. Realmente siempre lo han sido y ahora ya están casados.

—Lamento ser la oveja negra no deseada en la fiesta pero...necesito a Melodie por un par de horas. — se nos acerca Jacob.

—¿A mí? ¿Para qué? — Melodie pregunta. Jacob le susurra algo al oído y ella sonríe. ¿Qué le ha dicho?

—Okey. Si me disculpan, tengo que irme. — parece haberla convencido muy fácil.

—¿Y a dónde vas? ¿Qué harán? — nada bueno puede ser.

—Tranquila, cuñadita. No me la comeré. Además, el que debería tenerle miedo, soy yo. Es muy agresiva. Por eso me cae bien. — responde Jacob, se montan en su moto, se colocan los cascos y arranca. ¿Y ahora que estarán tramando estos dos? De igual forma, no es nuestro problema. ¿O sí?

—¿Todavía no se hablan? — Eric le pregunta a Jack.

—De hablarnos, sí pero seguimos enfadados. Es algo...normal entre nosotros ya.

—A mí también me dan ganas de patearle el trasero muchas veces, pero recuerdo que es muy guapo y se me pasa. — dice Lisa.

—¿Acabas de decir que el hermano de mi mejor amigo es muy guapo delante de mí? ¿Cómo debería tomarme eso? — Eric se queja.

—¿Estás celoso?

—¿Debería estarlo?

—Tranquilo, ya estoy casada contigo mi amor. — lo besa. Suficiente para arreglar la situación.

Día siguiente.

He querido traerles flores a las tumbas de mis padres y a Javi. Le he pedido a Jack que venga conmigo. Con mi madre fue breve, ya le he llorado más de lo que merece. Pero con mi padre, tardo un poco más. Desearía haber tenido más tiempo con él pero lamentablemente la vida nunca ha sido justa conmigo y ya me resigné.

—Señor Richard Johnson. Quién diría que podría ganarme el amor de su hija. Sé que no tenía fe en mí al principio pero supo que siempre cuidaría de ella. Lamento si he fallado en algún momento pero...he dado lo mejor de mí. Incluso más de lo que yo mismo me propuse. — se me hace tierno oírlo decir esas cosas. — Por eso aprovecharé este momento para pedir la mano de su hija, formalmente. — lo miro con sorpresa. — Quiero que me dé su aprobación para consumarla en matrimonio y hacer de ella la mujer más feliz del mundo...a mi lado. — mis ojos se llenan de lágrimas. — ¿Qué dijo? ¿Que acepta? Muchísimas gracias. — bromea y me río.

Seco mis lágrimas.

Cuando lo veo de nuevo, está de rodillas con un hermoso anillo en sus manos.

—Entonces... ¿también quieres casarte conmigo? — no podría sentirme más nostálgica que ahora. No paro de sonreír.

—Claro que sí, acepto. — sonríe y me coloca el anillo. Se levanta y lo beso apasionadamente. No cambiaría la felicidad de este momento por nada en el mundo.

—Si sabes que este es el peor lugar para pedirme matrimonio, ¿verdad? — recuerdo que estamos en el cementerio.

—¡Mierda! Creo que omití ese detalle. — se burla de sí mismo.

—No importa. Mientras seas tú, todo está bien. — sonreímos y volvemos a besarnos.

Me termino de despedir de mis difuntos y salimos agarrados de manos. Asimilando la idea de que acaba de pedirme matrimonio cuando nunca pensé que lo haría también y de que acepté. La Melanie anterior jamás creería que este momento llegaría. Jamás pensé que diría que sí ante la idea de casarme con un hombre con la vida que llevaba. La manera en que Martha me hizo ver el mundo. Tengo muchas cosas de las que podría quejarme pero son muchas más por las que tengo que agradecer.

Y este, ha sido el mejor "sí" de mi vida.