Capítulo 26.
—¡Chicos, acabo de ver a uno de ellos! Está dentro y creo que viene hacia mí. — dice Lisa antes de que pueda reaccionar. Sigo igual de mosqueada. Jacob me mira con rabia, toma su arma y vuelve a la furgoneta.
—Actúa con normalidad. No te conocen. — Eric le instruye.
Entro a la furgoneta nuevamente.
—Mantengan la calma y sigan el plan. Hay agentes encubierto en todas partes, están a salvo. — les dice Jacob. Sigo muy nerviosa y preocupada por lo que debe de pensar Jack en este momento. ¿Estará enojado conmigo? ¿Nuestra relación acaba de irse a la mierda? Estoy temblando.
—¿Me da una copa, señorita? — creo que le dice uno de los terroristas a Lisa.
—Por supuesto. — suena el líquido rellenando la copa.
—¿Cómo es que una cara tan bonita trabaja en estos lugares?
—Me pagan bien y tengo que asegurar la comida de mi familia.
—Entonces...te tengo una oferta. Me di cuenta que el presidente es uno de los invitados especiales. ¿Sabes por qué está aquí exactamente? — está intentando sacarle información.
—Dile que fue algo imprevisto para el personal. — Jacob le ayuda.
—Ni siquiera el personal lo sabía. Es información que no se nos proporciona.
—Entiendo... ¿llevas mucho tiempo trabajando aquí?
—¿Por qué hace tantas preguntas? No me gusta hablar tanto con desconocidos. Mi trabajo es servirles a los invitados. ¿Usted lo es?
Escuchamos las risas del terrorista.
—Eso también es cierto. Una disculpa.
—Acabo de ver a otro en las afueras, se están mezclando con los civiles. — nos notifica Eric.
—Se han aparcado nuevas furgonetas en el estacionamiento. Son ellos. — dice Paul.
—Sigan el juego. Las cosas van bien.
—Y dime, aparte de ser mesera... ¿ofreces otros servicios? — sigue preguntándole a Lisa.
—No pero también trabajo en un lugar donde encontrarás lo que buscas. Un bar.
—¿Un bar?
—Bar de día, prostíbulo de noche.
—Oh. Eso suena muy interesante.
—Sí, pero no sé si estoy haciendo lo correcto al decirte esto.
—¿Por qué?
—Porque pareces un chico malo. — Lisa sabe manejar la situación muy bien.
—Puede que lo sea. — silencio. — ¿Sabes? Me caes bien. Así que me siento en la necesidad de pedirte que salgas de este lugar en menos de 15 minutos.
—¿Y se puede saber por qué?
—Muchas cosas explotarán. — ¿qué quiere decir con eso?
—Paul, ¿nos traduces? — no responde. — ¿Paul? — Jacob insiste.
—Aquí estoy, disculpen. — se le oye extraño y sigo pensando en Jack.
—¿Existe la posibilidad de que hayan puesto explosivos dentro?
—Hasta ahora no veo nada inusual. El lugar está protegido. Al menos mi sistema no detecta nada extraño.
—Eso no me convence, Paul. — Jacob está más nervioso de lo normal.
—Lo que me dijo da a entender que sí. Estoy en el baño y estoy muy nerviosa. — dice Lisa.
—Tranquila, nena. — Eric le dice.
—¡Ay no! Alguien se está acercando a mi dirección. ¿Es alguno de ustedes? — dice Lisa nuevamente.
Paso las manos por mi cabello. Todo parece estar yéndose a la mierda esta noche.
—Melodie, es hora de hacer una pequeña distracción. — Jacob le da la señal.
—¡Oh! Disculpe. — dice Melodie tras toparse con uno de ellos al entrar a la galería (creo). — Por su cara sé que me reconoció. Más bien, reconoció a Melanie.
—Sí, lo veo llamando a alguien. Quizás para avisarle que estás aquí. — Eric dice.
—¿Junior? ¿Qué haces aquí? Tenemos que irnos. — Melodie comienza a hacer su parte del show y como lo acordado, los guardias del presidente intentan controlar la situación.
—¿Lisa, estás bien? — pregunto, tras recordar lo último que había dicho pero no responde.
—Esto no me gusta nada. Voy a entrar. — Eric se desespera.
—Algo anda mal.
—Junior y yo salimos. Nadie nos sigue. — informa Melodie.
—¿Lisa? — pregunta Eric. — ¡A la mierda! Entraré a buscarla.
—Oh, oh. Acaban de llegar dos camionetas más. Deben ser el resto. — notifica Paul.
—Saquen al presidente de ahí ya. Nuestros invitados especiales ya llegaron. — Jacob les informa a los que supongo que son los demás agentes y militares que están encubierta.
Carga su arma y sale de la furgoneta sin decirme una sola palabra.
—¿Paul? ¿Jack sigue contigo? — aprovecho el momento para salir de dudas.
—No, salió hace unos minutos para allá. Está muy enojado y me amenazó para que no les dijera nada. Lo siento. — ¡no puede ser! Debí suponer que algo así haría, es demasiado testarudo. No puedo dejar que venga aquí herido, enojado y con tanto peligro a nuestro alrededor. No quiero que le pase nada más.
Recuerdo el arma que me dejó en las medias de encaje, la tomo y le desbloqueo el seguro en caso de que tenga que disparar.
Salgo.
—¿Melodie, Junior? ¿Dónde están? — les pregunto mientras me voy acercando por la parte trasera.
—Estamos caminando hacia ti. — los veo. Me alivia que estén bien.
—Ustedes vayan a la furgoneta, yo tengo que buscar a Jack.
—¿Buscar a Jack?
—Paul me dijo que en cuanto escuchó nuestra incómoda conversación, salió para acá. Está muy herido todavía, tengo que asegurarme de que no corra peligro. — explico.
—Ok, pero no vayas sola. Iremos contigo.
—No, quédense ustedes en la furgoneta. Cuando lo encuentre regresaré para largarnos de aquí. — sigo el camino. Hay demasiada gente por todos lados y no me dejan ver casi nada. Me detengo en medio de la multitud y marco el número de Jack.
Contesta, por favor, contesta.
No responde, lo que aumenta más mi miedo. Voy caminando hasta llegar al estacionamiento mientras sigo marcándole pero no contesta.
—Tenemos un enorme problema. — dice Eric a través de los auriculares.
—¿Qué sucede? — pregunta Jacob.
—Le pusieron la bomba a Lisa. Ese hijo de perra sabía quien era desde el inicio. Nos tendió una trampa. ¡Lisa tiene la bomba y explotará en 10 minutos si no llega el maldito escuadrón! — escuchar a Eric así, me desgarra el alma. ¡No, no, no, no! ¡No puedes ser! ¡Lisa no!
—El escuadrón de antiexplosivos van encamino. — notifica Paul y sin poder aliviar la tensión, múltiples disparos suenan desde el frente del local. Comenzó la guerra. ¿Por qué siempre nos prestamos a esto?
La policía y los militares también salen a protegernos. Sobre todo al presidente, al cual, se llevan en una furgoneta blindada que quedaba cerca de la nuestra. Aparentemente, como lo predijo Jacob, intentaron asesinarlo y no les salió, por ende, abrieron fuego. Intento entrar pero al ver a dos tipos de los malos caminar hacia mí, hace que retroceda y corra lejos de ellos. Intento escabullirme entre la gente pero es muy difícil. Sin darme cuenta, entro en un callejón sin salida y antes de que pueda defenderme, uno de ellos me cubre fuertemente la boca para que no grite después de haberme golpeado el brazo para que la pistola cayera al suelo.
—Tranquila chiquita. No nos obligues a hacerte daño. — me dice uno de ellos mientras aprieta con sus asquerosas manos mi mandíbula fuertemente. Al menos tengo suerte de que los demás estén escuchando esto. — ¿Qué? ¿Estás tranquila por esto? — muestra mis auriculares en sus manos. ¿En qué momento me los quitó?
—Dime cuántos de tus amigos hay.
—Ni en tus sueños. — me pega bruscamente a la pared del callejón.
—No te conviene salvarlos. Sabemos que nunca serás parte de ellos. — me quedo en silencio. Otra persona se acerca a nosotros y se queda viéndome fijamente. Por su apariencia, creo que es el líder de todos ellos.
—Tu y yo nos conocemos. Eres la hija de Richard Johnson. — que mencione a mi padre me deja helada. — Melodie, ¿cierto? — frunzo el ceño. Parece que parte del plan está funcionando.
—¿Cómo sabe de mi padre?
—Trabajé para su enemigo durante muchos años. Bilson. Supongo que has oído de él. — camina de aquí para allá a mi alrededor mientras sus hombres hacen guardia.
—Sí y nada bueno, evidentemente.
—Por un momento pensé que jamás saldrías de ese manicomio. Tu madre y él parecían tenerlo todo muy controlado para ese entonces. Pero me temo que Jack Connor les arruinó los planes cuando empezó a interesarse en tu hermana. No contaban con que tuviera la protección de uno de los mejores agentes federales en la ciudad. — realmente se refiere a mí pero tengo que fingir que soy Melodie.
—¿Bilson...sabía sobre mí?
—¿Quién crees que le ayudó a cubrir todos sus rastros para que nadie jamás supiera de tu existencia? Él. Mientras Martha lidiaba con su asquerosa vida, Bilson se encargaba de asegurarse de que tú siguieras en el mismo lugar.
—¿Y por qué haría eso? ¿Qué ganaba?
—Venganza. Quería usarte para dañar a Richard pero nada les salió cómo esperaban gracias a un hombre del que todos sabemos. — a Jack, sé que se refiere a él. — Lo peor es que Martha siempre estuvo de acuerdo en jugar con ambos a su favor. Usaba a Richard cuando necesitaba de su poder pero cuando estaba en aprietos siempre buscaba a Bilson. Lamentablemente hoy ninguno de los dos están aquí. — ahora entiendo esa parte vacía por la que no entendía la extraña situación entre Bilson y mi madre. Algo me dice que a pesar de que Venere siempre estuvo enamorada de él, Perséfone también estuvo controlando todos sus pasos y usándolos a ambos para su espantoso plan.
—Antes de matar a Bilson en ese yate, él nos había pedido que nos fuéramos. Algo me decía que presentía lo que pasaría pero no lo hicimos y poco después la policía nos atrapó. No sé quién pagó nuestra fianza pero ya estamos aquí y no perderíamos la oportunidad de cumplir nuestro objetivo. Es lo que Bilson habría hecho si estuviera vivo. — se ríe desquiciadamente.
— No me gustaría matarte pero...no hay más opción. Es una pena que estés del lado de los primeros responsables de que no tengas la vida que Martha y Bilson siempre quisieron para ti. — apesta a cigarrillo. — Mátenla. — es lo último que dice y se aleja.
Uno de ellos me tumba al suelo, haciéndome caer de rodillas. Cierro los ojos para convencerme de que nada de esto es real. Lo único que puedo ver, son todos los momentos lindos que he tenido con Jack y el futuro que nunca pudimos tener.
Escucho tres disparos seguidos pero no han sido a mí.
Al abrir los ojos, veo a un hombre que sé que conozco pero no puedo recordar de dónde. ¡Ay, Dios! Es Peter. Una de las viejas manos derechas de mi padre que se encargaba de protegerme mientras estuvo vivo. ¿Vendrá a matarme también o qué?
—¿Peter? — estoy confundida. Pensé que estaba en prisión.
—Le hice una promesa a tu padre de protegerte incluso después de la muerte y la cumpliré. Soy un hombre de palabra. — me extiende su mano para levantarme y aunque lo pienso algunos segundos, coloco la mía sobre la suya.
—¿Cómo me reconociste?
—Por Dios, cualquiera que te conoce bien sabría que tú no eres la desquiciada de tu gemela. — eso me alivia un poco. — Ninguno de nosotros lo sabía, Richard nunca lo supo. Nunca se enteró de que realmente tuvo gemelas. Dos niñas.
—¿Y qué haces aquí ahora?
—Hasta hace poco estaba de su lado pero cuando supe que ustedes, que tú estabas por aquí creo que cambié de bando. — puedo comprender.
—Tus amigos le pusieron una bomba a Lisa. ¿Puedes hacer algo para detenerla?
—Si no ha estallado todavía, es porque los antiexplosivos pudieron desactivarla. — eso me deja más tranquila.
—¿De verdad estás de mi lado? — no confío.
—De saber que estabas en esto desde un principio no les habría ayudado. Solo le avisaban a un grupo pequeño de todos los planes. Obviamente no estaba en todos ellos. Sabía que trabajé alguna vez para Richard. — es increíble que después de tantos años, siga sintiéndome bien de verlo aquí y de mi lado. Recalcando que acaba de salvarme la vida. ¿Qué más puedo pedir para confiar? Además, no es alguien que conozco desde ahora.
—Ven conmigo, te llevaré a un lugar seguro.
—¡No! Necesito que me ayudes a detener a los tuyos para que no lastimen a mis amigos. — le pido.
—Muy bien, vamos. — sabe que no tiene de otra.
Corremos hasta reintegrarnos con los demás pero llegamos tarde. El tiroteo se ha acabado y por lo que veo, ganamos. Eric está abrazando a Lisa en una ambulancia. Melodie y Junior corren hasta a mí en cuanto me ven y Jacob está hablando con algunos de los agentes.
—¿Quién es él? — preguntan al ver Peter.
—Es un viejo amigo. Me salvó la vida. Su nombre es Peter, era la mano derecha de Richard. — miro Melodie. — No es una amenaza.
—¿Quién no es una amenaza? — Jacob se acerca, mirando a Peter. — ¿No eres uno de los que ahora debería estar en prisión?
—Me salvó la vida. Está de nuestro lado. Podrá ayudarles con la información que sabe.
—¿Y después qué pasará? ¿Aceptarás volver a prisión tan fácil?
—No lo sé, quizás puedas ayudarme un poco con eso.
—Me encantaría pero el policía es Jack, no yo. Así que no podré hacer mucho que digamos.
—No lo atormenten más con esto, aún sigue en recuperación. Debe estar lo más tranquilo posible. — que de hecho, salí a buscarlo pero no lo encontré. Aún debe seguir por aquí cerca.
—Parece que últimamente te has vuelto experta en ocultarle cosas a mi hermano ¿no?
—Siempre con lo mismo, me estás cansando, Jacob. — estoy harta de su actitud.
—Sí, tú también a mí.
—Cuida tu tono de voz con mi hermana. No te lo voy a permitir. — Junior intercede y Jacob solo lo mira con una descarada sonrisa.
—¿Pueden dejarnos a solas un momento, por favor? — les pido. Lo entienden y se acercan a Eric junto con Peter para que dé su declaración.
—¿De verdad piensas empeorar esto?
—Lo empeoraste tú.
—¿Yo? ¿Me vas a decir que no sabías que nos estaban escuchando?
—Por supuesto que no sabía. Si hay alguien aquí al que no le conviene que Jack escuchara, soy yo. — noto el miedo en su rostro, por eso le creo.
—Pues entonces vete escondiendo porque Paul me dijo que salió hace rato para acá.
—¿Qué? — y antes de que diga algo más, una bala cruza cerca de mí e impacta en uno de sus brazos. ¿Qué? ¿Qué acaba de pasar? ¿Quién acaba de disparar? Antes de poder socorrerlo, miro hacia atrás y me quedo estupefacta al ver a Jack acercándose mientras nos apunta.
Ni siquiera me mira, va directo hacia Jacob.
—¡Jack! ¿Qué haces? — intervengo antes de que siga disparándole. Solo puedo escuchar los quejidos de Jacob sosteniéndose el brazo herido.
—Apártate. — su voz es muy fría.
—¡No! Esto se puede resolver de otra manera.
—¿Ahora lo defenderás?
—No defiendo a nadie, solo evito que actúes sin pensar. — se queda viéndome con mucha rabia.
—¿Y qué gano con eso? ¿Te parece bien mentirle y ocultarle cosas a la persona que dices amar?
—Solo dame la oportunidad de explicarte. Yo...me sentía muy avergonzada de decirte las cosas en ese momento. Después, ya no le vi caso contarte algo que había superado. Lo de Jacob...fue su error. Estaba ebrio. Me pidió disculpas y ya es un tema cerrado. —le explico con mucha tranquilidad para que se calme.
—¡Ah! ¿Un tema cerrado, no? ¿Y dónde quedo yo en todo esto? — me quedo en silencio. Ni siquiera puedo mirarlo a los ojos. — ¡Y tú! — se acerca a Jacob. — No quiero volver a verte ni en mi casa, ni en mi vida, ni cerca de Melanie, ¿te queda claro? Si vuelvo a verte otra vez, no tendré tanta piedad como ahora. Recuérdalo. — le amenaza. — Y tú ven conmigo. — me toma fuertemente del brazo y me lleva con él hasta su Cherokee, ignorando a todos los demás, incluyendo a Eric. Es como si no quisiera hablar con nadie en este momento.
Me abre la puerta del vehículo, me subo y la cierra bruscamente. Da la vuelta y sube también. Me pongo el cinturón. Lo más probable es que conduzca muy rápido pero mientras más vamos avanzando, no es así. Va a velocidad normal. Me quedo viéndolo varias veces por algunos segundos para saber cuál es su estado de humor. Solo conduce con una mano mientras con la otra se acaricia la barbilla una y otra vez. Es algo que hace cuando intenta pensar y calmar su rabia.
Vuelvo mi vista al camino.
¿A dónde me lleva? No reconozco estos caminos pero tampoco me atrevo a preguntar. Algunos minutos después, se detiene. Está muy oscuro y frío. ¿En dónde estamos? Mientras más nos acercamos, respondo mi pregunta. Me ha traído a ese puente. Al puente del que intenté lanzarme para acabar con todo mi sufrimiento de una buena vez.
Mi pecho se estremece y controlo mis ganas de llorar.
—Aquí fue, ¿no? ¿Por qué Melanie? ¿Por qué intentas acabar con tu vida? — coloca la mano sobre su herida. Parece que le duele y me estoy preocupando.
—Fue hace más de un año, no importa ya. Ya no pienso igual.
—¿Y quién me asegura eso? ¿Qué puede asegurarme que una mañana después de que nos casemos no te encontraré muerta en la bañera? ¿Qué me asegura que cosas como estas no volverán a pasar? — más que estar enojado, creo que tiene miedo.
—El amor que siento por ti. Las ganas de casarme contigo y formar una familia. Eso es suficiente para seguir con vida. — me acerco y acaricio su rostro. — Era una parte que ya no existe en mí. Sabes perfectamente que confío ciegamente en ti. Incluso cuando no te recordaba, sabía que eras el único que me protegería a pesar de todo. — quita mis manos de su cara.
—Muy bien. — se aleja y cuando veo que sube a la barandilla del puente, mi corazón se dispara.
—¡Jack! ¿Qué haces? ¡Baja! — le pido con mucha desesperación.
—¿Cómo se siente? — fatal. Se siente fatal que la persona que ames pueda desaparecer no solo de tu vida, sino de este mundo. Mi pecho no puede con tanta presión.
—Baja, por favor. Por favor... — cierro los ojos para no verlo mientras intento sostener mi pecho con las manos. Las piernas me tiemblan. El viento aquí es muy frío y siento que me congelo.
Pocos segundos después, siento el calor de sus manos al tocar mis brazos y sostener mi cabeza en su pecho. Así que lo abrazo con todas mis fuerzas para que sepa cuánto lo amo.
—Vámonos a casa. — oigo su voz mientras besa mi cabello y regresamos al coche.
2am.
—De todos los terroristas que atacaron la galería de arte en la que el presidente se encontraba, solo quedaron dos vivos: el líder de toda esta organización, quien ha sido condenado 45 años más de prisión y otro que dice ser llamado: Peter, implicado desde hace muchos años con el caso del mafioso más buscado: Richard Johnson. El gobierno agradeció a todos los que se ofrecieron para ayudar, los cuales, pidieron no ser reconocidos públicamente por temas de privacidad. El presidente pagará todos los daños originados tanto en el lugar de los hechos como en los daños colaterales y asegura que finalmente, todos los ciudadanos podrán circular por las calles con mucha tranquilidad tras una nueva medida de reforzamiento de seguridad. — dice la periodista a través de la noticias del televisor.
—Un problema menos. — tengo la cabeza recostada en el pecho de Jack. Hemos regresado a mi casa después de ese intenso momento en el puente. Tengo entendido que Eric y Melodie llevaron a Jacob al hospital para atender el disparo que recibió y los demás, intentan seguir con normalidad.
Agradezco inmensamente la madurez de Jack, de no ser así, no estuviéramos juntos ahora. Supo escucharme (como siempre) y comprenderme nuevamente. Sé que aun tengo muchas cosas que mejorar y lo haré. Por él, por mí y por nuestro futuro juntos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro