Capítulo 10.
— ¿Qué demonios hace? — le pregunto a la doctora en cuanto la audiencia termina. Con las pruebas que le mostró al juez de todos los análisis de Melanie y su aparente condición mental, decidió trasladarla a un instituto mental por un largo tiempo. — ¿Qué cree que hace con esto? — la presiono.
Mira sospechosamente a nuestro alrededor y nos movemos a una zona más privada.
—Era la única forma en la que no iría a prisión. Al menos en un centro de salud mental estará mejor y a nuestro alcance.
—Pero sigue creyendo en eso del trastorno de identidad, ¿no es así?
—Así es. Quizás me precipité un poco con los diagnósticos pero cabe la gran posibilidad de que sí lo padezca de verdad. — intento calmarme. — Era esto o la cárcel. Hasta que no completen las pistas que faltan no dejaré que Melanie pise la prisión. Mucho menos cuando sabemos...que es inocente. — ahí sí estamos de acuerdo.
—¿Y qué se supone que pasará ahora con ella?
—Seguiré estudiándola. La llevarán al viejo centro psiquiátrico de Walter y la mantendré vigilada.
—¿Centro psiquiátrico de Walter? ¿No lo habían cerrado?
—Sí, hace muchos años después de lo sucedido con Martha Cross. Pero lo reabrieron 2 años después. Desde entonces sigue funcionando, solo que con nuevo personal, dentro de ellos: yo. Soy la nueva administradora.
—¿Cómo sabe lo de Martha Cross? — frunzo el ceño.
—Es un caso que muchas personas conocen, sobre todo los que estamos dentro del área de salud mental. — la noto un tanto nerviosa y esto no me gusta.
—Pero pensé que era un caso clasificado, incluso para mí y todo mi equipo fue difícil dar con la información. — cruzo los brazos.
—De todos modos es mejor estar informada, ¿no es así, agente Connor? — la fulmino con la mirada. Hay algo que no me convence de ella.
—Espero que todo lo que está diciendo sea cierto, por su bien. Porque de lo contrario... ya sabe lo que le espera. — me resulta mal amenazarla pero por cuidar de Melanie soy más que capaz.
— ¡Jack! — Eric nos alcanza. — Melanie tiene un rastreador. No podrá salir de casa hasta que la trasladen mañana. Quería avisarte antes de que su hermano se la lleve y no te deje verla. — sigo mirando a la doctora con mucha tensión.
—Gracias Eric. — le doy una palmada en el brazo. — Nos mantendremos en contacto, doctora. — me despido.
Mientras voy por los corredores, veo a Melanie salir de uno de los baños. Se ve diferente. Su cabello no tiene el mismo volumen y su ropa es más ligera. Se apoya de la pared y por el movimiento de su espalda, noto que le cuesta respirar.
— ¿Melanie? — me acerco y me observa con mucho pánico. — ¿Estás bien? ¿Necesitas un doctor? — me mira de arriba abajo. Está temblando. ¿Qué le sucede? Se nota que ha estado llorando mucho por el rímel que se escurre bajo sus ojos. — ¿Qué sucede? —intento sostenerla del brazo pero se aparta.
—Tengo que irme, lo siento. — dice sin más y corre hasta perderse de mi vista. ¿Qué le pasa? ¿Por qué actúa así?
Sigo caminando hasta encontrarme a Junior. En cuanto me ve pone los ojos en blanco.
— ¿Y Melanie? — le pregunto directamente.
—Dios, dame mucha paciencia. — murmura pero pude escucharlo.
— ¿Qué dijiste? — finjo sordez.
—Nada. ¿Qué quieres? — no entiendo ni quiero saber la razón por la que es tan pesado conmigo.
—Melanie, ¿dónde está?
—Fue al baño, déjala en paz.
—Acaba de pasar por tus narices y ¿dices que está en el baño?
— ¿Qué? — frunzo el ceño.
—La vi salir del baño hace segundos y ¿ahora simplemente desaparece? — señalo detrás de mí.
— ¿Qué? Melanie no ha ido por esos lados. Ha ido justo... — miramos al frente y ahí está ella, saliendo de otro baño. Todo lo opuesto a la dirección de dónde vengo. Lleva una ropa diferente (la misma de la audiencia), su pelo se ve radiante y limpio. Es como si hace minutos hubiera visto a una persona completamente diferente pero, era ella. Es su rostro.
¿Me estoy volviendo loco también? ¿Tendrá esto que ver con el trastorno que tanto menciona la doctora?
—Creo que necesitas unas vacaciones. — se burla.
—Tú no vas a decirme lo que necesito. Y te dejaré algo muy claro. — hago que me mire de frente. — Lo que pase entre tu hermana y yo, nunca será tu problema. No entiendo por qué te comportas así, pero si de verdad la quieres proteger, tendrás que estar de mi lado.
— ¿De verdad piensas que tu familia es la única que tiene gente loca capaz de hacer cosas terribles?
—Con Martha, me queda claro que no. Pero ¿a qué viene eso?
—Dime algo. — miro a Melanie y el oficial Cowen está hablando con ella. — Tengo entendido que dabas a tu hermano por muerto. No querías saber nada de él. ¿Cuál fue la razón por la que no lo mataste al regresar? — su pregunta se me hace muy extraña.
— ¿Para qué quieres saber eso? — y antes de que pueda responderme, Melanie nos alcanza.
— ¿Podemos irnos ya? Quiero dormir. — le dice.
— ¿Qué te estaba diciendo el oficial Cowen? — indago.
—Tengo que volver mañana dos veces a firmar algunas cosas. Por mi...mal estado mental, cederán todas mis pertenencias a otras personas.
—Déjame adivinar a quién: a Junior, ¿no es así?
—Yo no elegí esto. — se defiende de inmediato.
—Por favor, no resistiré otra discusión más. Demasiado tengo con ser una asesina y una loca. Por favor. — Melanie está muy agotada, lo veo en sus ojos.
—Ven aquí. — la abrazo fuertemente. — Estos tiempos difíciles pasarán, te lo prometo.
—Tenemos que irnos. La patrulla que nos llevará nos está esperando. — interviene Junior.
Romper este abrazo ha sido lo más duro de todos estos años. Quisiera huir con ella y mantenerla en un lugar seguro pero sé perfectamente que eso no le ayudaría. Sobre todo si la doctora tiene razón.
Melanie Cross.
Ni las duchas, ni la ropa limpia, ni la buena comida me quitarán lo que se siente ser culpable de algo que no recuerdo. De todo lo que la gente habla de ti y creen que eres. De que tengo mucha gente a mí alrededor pero al mismo tiempo me sienta tan sola. De que simplemente mi vida parezca no tener ningún tipo de sentido. Estoy cansada. Me siento muy agotada.
Hay dos patrullas rodeando nuestra casa y no podría sentirse más fatigoso. Siento que lo estoy perdiendo todo. Dormir esta noche será imposible.
Algo golpea mi ventana suavemente pero no le presto atención. Ha de ser algún pájaro o algo que arrastra el viento. Me acomodo en mi cama y trato de calmar mi ansiedad. Todo estará bien. Todo estará bien. Me repito a mí misma.
En medio de la tranquilidad, ver a alguien entrar por mi ventana, me espanta. Me echo para atrás, sentada en la cama con mucho miedo.
—Hey, hey, tranquila. Soy yo, Jack. — se quita la gorra que llevaba puesta. Va vestido como si fuera un delincuente. Pero un delincuente muy guapo.
— ¿Qué haces aquí? ¿Quieres matarme del susto? — trato de tranquilizarme.
—Lo siento. No tenía más opciones y necesitaba verte. — se acomoda en la cama conmigo.
— ¿Qué haces?
—Acostándome.
— ¿Con el permiso de quién?
—El mío. — una risa sarcástica sale naturalmente de mí.
— ¿No crees que deberías estar con ella? ¿Con Sarah?
—No tengo nada con ella. No significa nada para mí, entiéndelo.
—Se veía molesta de verme contigo. Es evidente que siente cosas por ti.
—Lo que ella sienta no me importa, lo que tú sientas sí. Aparte del trabajo, el amor que siento por ti me han mantenido a salvo.
—¿A salvo de quién?
—De mí mismo. Tuve una situación infernal contra mi padre que ya después recordarás.
—Entiendo.
—Tú has sido mi único amor real. Nunca viví y dudo que pueda vivir con alguien más todo lo que he vivido contigo. Siempre que te alejabas, te llevabas una parte de mí contigo. Pero aun así, respeté todas tus decisiones y dejé que fueras libre. Aunque muchas de esas veces pensé que nunca regresarías. — nos miramos a los ojos por largos segundos.
—Parece que las tragedias siempre terminarán reuniéndonos de nuevo. — sonreímos. Las luces azules y rojas de las patrullas iluminan por segundos la habitación a través de la ventana.
—Si no hay caos a nuestro alrededor, no somos Jack y Melanie. — volvemos a reír.
—Estoy empezando a creer que esto me pasa porque quizás nunca aprendo de mis errores. Tomo malas decisiones constantemente y... por eso siempre me pasan estas cosas. Si no pude valorar el gran hombre que eres antes, es porque fui muy idiota.
—No, no es así. Eres muy impulsiva, sí. Pero muchas de las veces que te alejabas de mí era por una buena razón y nada de lo que pasa es tu culpa. Es culpa de la gente que te rodea. — acaricia y besa mis manos.
— ¿Y cómo fue ese primer día? ¿Cuándo fue el momento justo en que te enamoraste de mí? — tengo curiosidad.
—Cuando Laura terminó de hacerte las preguntas. No podías vernos pero estaba ahí, detrás del espejo. Cuando cruzaste por mi lado y no pude abrazarte, algo comenzó a cambiar dentro mí. — lo recuerdo. Gracias a Dios que al menos eso lo puedo recordar.
—Cualquiera después de escuchar una historia como la mía querría abrazarme. —sonrío.
—Sí, pero yo...no me gustaban los abrazos. ¿Entiendes eso? — esta conversación está siendo muy bonita para ser real. ¿Estoy alucinando otra vez?
— ¿Estaré bien en ese lugar? ¿De verdad crees que lo que dijo la doctora es cierto? — el miedo vuelve a apoderarse de mí.
—Estarás bien. Pensándolo bien, es mejor que estés ahí y no en prisión. Y no, no creo que tengas la misma enfermedad de tu madre, pero sí es cierto que hay algo extraño en ti. Dejaré que la doctora me ayude con eso.
— ¿A qué te refieres?
—Algunas enfermeras, incluso Jasper, han dicho que te han visto de una manera diferente en la misma zona donde te encuentras. Como si te cambiaras rápido de ropa y te conviertes en una persona completamente distinta. No lo creía hasta que yo mismo lo vi.
— ¿Qué viste?
—A ti, saliendo de otro de los baños en una dirección opuesta de la que saliste cuando nos alcanzaste.
— ¿Qué? ¿Crees que me teletransporto o qué?
—No, nada de eso. Lo que creo es que corriste lo suficientemente rápido para llegar hasta el otro baño y volver a ser tú: Melanie. — nada de esto tiene sentido para mí pero tampoco puedo probar lo contrario.
— ¿Crees que Melodie sea otra identidad en mi cabeza? — el simple hecho de que pase por lo mismo que pasa mi madre me aterra.
—Sí. Y tengo mucho miedo de que te haga daño. — aprieta mis manos sobre las sábanas.
— ¿Y qué puedo hacer?
—No lo sé. Si es cierto, trata de luchar. No dejes que te convierta en alguien que no eres.
—De acuerdo. — asiento seguidamente con la cabeza.
—También iré a verte muy a menudo, tranquila. — besa mi frente y me recuesto sobre su torso hasta quedarme completamente dormida.
Jack Connor.
No dejo de darle vueltas al pequeño planeta que tengo en mi escritorio. ¿Qué más puedo hacer para buscarle otra solución a todo esto? El tema de los Miller cerró. Aún quedan algunos cabos sueltos para terminar de reconstruir la escena del crimen en esa casa de campo y así poder saber quién es el verdadero culpable aquí. Quisiera decir con seguridad: Melanie no es. Pero con su condición ni siquiera de eso estoy seguro.
¿Cómo podré ayudarle a recuperar la memoria en ese lugar y con la orden de arresto que tiene? Esto, es una gran parte, lo vuelve todo más difícil. Falta algo, estoy seguro pero ¿qué?
Martha. Ella sería la respuesta a todo esto y ahora está desaparecida.
— ¿Sr. Connor? — Paul se asoma.
—Pasa, dime.
—Me acaban de llegar dos grabaciones más de los nuevos interrogatorios de Melanie esta mañana. Dicen que los adjunte con la demás pruebas para cerrar el caso. ¿Quiere verlos primero?
— ¿Ya los viste tú?
—Sí. Nada raro, todo muy normal.
—Entonces solo añádelos y haz lo que te piden.
— ¿De verdad cerrarán el caso ya? — lo noto confuso.
—El juez y los demás ya encontraron a alguien a quien culpar. Es todo lo que necesitan para dar un caso como terminado. ¿Por qué lo preguntas?
—Porque creo que pienso igual que usted. Nos falta información. ¿Y qué hacemos con los datos inconclusos? La camioneta que vimos en la única cámara de seguridad que funciona es la misma que Junior vio cuando se alejó para fumar. La mujer que supuestamente vio salir, el extraño cambio de posición de Martha y ahora su aparente desaparición. — y no podría estar más de acuerdo.
—Lo sé. Menos mal que no parezco ser el único que tiene sentido común en este caso. — esboza una media sonrisa de orgullo. — Sácales una copia a todas las pruebas, ya sean videos, huellas, análisis y demás discretamente ¿de acuerdo? Y ordena una búsqueda para Martha Cross. De por sí es una sospechosa y su ausencia de ayer la deja peor. Dispón las patrullas y detectives que sean necesarios ¿de acuerdo?
—Claro señor, cuente con ello.
—Solo llámame Jack. Y felicidades, estás haciendo un gran trabajo.
—Muchísimas gracias se...Jack. Es un placer trabajar para gente como usted.
—Muy bien, entonces ve a hacer lo tuyo. Cualquier novedad me informas. — le doy leves palmadas en el hombro y sale de la oficina. No hay nada más importante que hacer en este edificio, así que mejor recojo mis cosas para irme.
Mientras voy de salida, mi celular suena.
Es mi madre.
— ¿Madre? — contesto mientras camino al estacionamiento.
—Hijo...te tengo malas noticias. — su voz suena mal.
— ¿Qué sucede mamá? ¿Estás bien? — todo comienza a temblar dentro de mí.
—Estoy bien hijo, estoy bien pero tu abuela no. Acaba de fallecer hace unas horas en la clínica. — siento como todo se me desploma por dentro.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro