VIII. LAS INSEGURIDADES AUMENTAN
CAPÍTULO OCHO:
LAS INSEGURIDADES AUMENTAN.
Excepto por Pansy Parkinson, Draco Malfoy era la última persona que Nova quería ver en cuanto bajaba las escaleras en la mañana hacia la Sala Común.
Antes que se fuera a dormir la noche anterior, horas después de pasar un rato en las cocinas con los hermanos Weasley y proteger a su hermano del frío con una manta, Nova se sentó en su escritorio y se aseguró de escribir una carta de disculpas para Lucius Malfoy. La razón por la que debía disculparse realmente la desconocía, pero vivió toda su vida con su Padre y ya había aprendido que lo mejor era no discutir. Entonces, mordió su labio fuertemente y observó la pluma en su mano mientras escribía sobre el pergamino.
Cuando vio a Malfoy esperándola al pie de las escaleras, descubrió que su padre ya había recibido y leído su carta.
—Así que visitaste a mi Padre anoche—, comenzó Malfoy. Nova se sorprendió que él no estuviera con Parkinson. Seguro notó su confusión, porque le envió una sonrisa torcida que no era cómica en lo absoluto y le dejó saber que él estaba tan molesto con su compañía como ella —. Le dije a Pansy que necesitaba hablarte a solas.
—Me imagino que no lo tomó bien.
—No particularmente—, respondió, y Nova le dio una pequeña sonrisa y rodó los ojos —. Padre dijo que mencionaste algo sobre--.
—Malfoy—, interrumpió Nova, la sensación de pesadez regresó a su estómago. No tenía muchos amigos en el mundo. Theo era su mayoría. Pero sí respetaba a Malfoy y odiaba que tuviera que rechazarlo. Él no había cometido ningún error, simplemente ella estaba defectuosa. Como una varita que no funcionaba correctamente —. Creí que ya habíamos discutido esto.
—Oh, yo lo discutí—, replicó Malfoy, dándole una mirada —. Pero tú, nunca—, mientras Nova observaba el suelo, Draco soltó un suspiro —. Mira, no soy estúpido, Nova. Sé que probablemente escribiste esa carta porque tu Padre te lo ordenó. Pero también sé lo testaruda que eres, y creo que no habrías escrito esa carta si no creyeras en lo que escribiste.
Nova abrió su boca antes de volver a cerrarla. Ninguna explicación sería suficiente para Malfoy, lo sabía. Seguiría preguntando y preguntando hasta que comprendiera qué había hecho mal y pudiera arreglarlo. Ese era el tipo de persona que Malfoy era. Se preocupaba por lo que las personas creyeran de él y por los errores que cometía que no tenían una solución.
De todas maneras, el problema en este caso no era su culpa en lo absoluto. Nuevamente, ella sabía que la culpa descansaba sobre sus hombros.
—Malfoy--.
—Chicos, ¿vieron el nuevo decreto educacional de Umbridge?—, inquirió Blaise Zabini, apareciendo aparentemente de la nada. Mientras Nova normalmente no le gustaba ser interrumpida, estaba demasiado contenta con dejar que Zabini continuara hablando en esta ocasión. Se giró hacia el chico más alto y sacudió la cabeza en respuesta a su pregunta —. Deberían venir a verlo. Lo colocó en la tabla de noticias de Slytherin.
Los tres caminaron en dirección a la tabla de noticias. Mientras usualmente estaba repleto con los horarios de las prácticas de Quidditch y recordatorios útiles sobre tareas, un largo pedazo de pergamino colgaba de la pizarra, cubriendo el recordatorio que Nova debía entregar un ensayo para Aritmancia. Nova escaneó las palabras, su ceño frunciéndose más y más a medida que leía cada palabra.
- Por orden de -
la Alta Inquisidora de Hogwarts
Todas las organizaciones estudiantiles, sociedades, equipos, grupos y clubes están disueltos.
Una organización estudiantil, sociedad, equipo, grupo y club está definido como una reunión regular entre tres o más estudiantes.
Permiso para volver a formarlo será dado por la Alta Inquisidora (la profesora Umbridge).
Ninguna organización estudiantil, sociedad, equipo, grupo o club podrá existir sin el conocimiento y la aprobación de la Alta Inquisidora.
Cualquier estudiante que haya formado o sea parte de una organización, sociedad, equipo, grupo o club que no recibió la aprobación de la Alta Inquisidora será expulsado.
Lo superior yace de acuerdo al decreto educacional número veinticuatro.
Al pie de la página estaba la firma de Umbridge y un sello de aprobación del Ministerio. Nova sintió su labio superior curvarse en molestia. Alguien de la estúpida reunión había dicho algo. Esa tenía que ser la razón por la que Umbridge había colgado ese estúpido pergamino. Nova sabía que no podía ser una coincidencia. Cruzó sus brazos sobre su pecho y escuchó a Malfoy gemir.
— ¿Esto incluye Quidditch?
—Seguramente—, asintió Zabini con un suspiro —. Ésta mujer.
Los tres bajaron al Gran Comedor para desayunar. Al entrar, ella notó a algunos Hufflepuffs y Ravenclaws mirándole, probablemente asumiendo que la Slytherin había hablado. No estaba segura de por qué le importaba tanto, pero se encontró aliviada cuando miró en dirección a Potter, Granger y Weasley, y los tres le enviaron unas sonrisas simuladas. Nada similar a las miradas maliciosas que le dirigían las otras casas.
Theo estaba sentado con Greengrass, riendo tranquila e íntimamente, cuando Nova se sentó en una forma que podía ser considerada poco femenina. Theo saltó ligeramente, pero le sonrió a su melliza —. Buenos días. ¿Cómo te sientes?
Esa era su forma de preguntarle cómo se sentía después de su reunión con su Padre la noche anterior, ella se encogió —. Bien—, contestó. Comenzó a cargar su plato con comida y entonces notó la barbilla de Theo, señalando en dirección a su novia. Nova tragó el jugo de calabaza en su boca —. Uhm... buenos días, Greengrass—, murmuró.
Greengrass la miró y sonrió —. Buenos días, Nova. ¿Cómo estuvo tu noche? ¿Dormiste bien?
Nova asintió lentamente, insegura de responder —. Dormí bien, gracias.
—Bien—, respondió la chica que brillaba como el sol, dándole otra sonrisa —. Oh, y siéntete libre de llamarme Daphne si lo prefieres.
No lo prefería, pero la mirada en el rostro de Theo le hizo saber que no tenía opción —. Cierto. Daphne. Lo siento.
Cuando terminaron con el desayuno, Nova caminó un par de pasos detrás de Greengrass y su hermano, dejando que tuvieran su espacio. Parkinson ya había encontrado a Malfoy, y estaba aferrada a su brazo como si su vida dependiera de eso. Malfoy lucía menos que complacido, Nova no estaba segura si se debía a la interrupción de su conversación o porque Parkinson lo estaba persiguiendo.
Nova ocupó su lugar en el salón del profesor Binns, sacando los materiales necesarios para terminar con su tarea para Aritmancia. Aunque sabía que probablemente debería escuchar al profesor fantasma dar la clase sobre historia de la magia, su lección era absolutamente aburrida y ella necesitaba concentrarse en su ensayo para el profesor Vector. Mientras su voz monótona se arrastraba, Nova comenzó a escribir su ensayo, utilizando las notas que había tomado en clase para asegurarse que estuviera escribiendo la información correcta.
Nunca me dijiste qué te dijo Padre.
La nota salió de la nada, casi golpeándola en la cabeza. Cuando levantó la mirada, él le brindó una sonrisa de disculpas. Le había preguntado cuando se despertaron esa mañana para hundirse en las profundidades de la reciente decepción que su Padre había le causado, pero ella se rehusó a responder cualquier pregunta de Theo.
Eso había cambiado en solo una hora y media.
No es importante. Concéntrate en la lección de Binn.
Theo rodó los ojos, probablemente encontrándolo irónico que lo estuviera regañando por no escuchar cuando ella claramente estaba trabajando en otra materia. Pero no respondió a su nota, sino que le envió una sonrisa cálida a Greengrass antes de entrelazar sus dedos y recostarse en su asiento, escuchando a Binns.
Mientras Nova escribía otro par de líneas, levantó su cabeza al escuchar el suave pulular de una lechuza. Potter estaba al otro lado de la habitación, Hedwig sobre su hombro. Desde su lugar, notó que Hedwig estaba herido y resistió la urgencia de levantarse e inspeccionarla. Sabía información limitada de cómo cuidar lechuzas heridas, por lo que no sería de mucha ayuda.
—Profesor Binns—, llamó Potter, ganando la atención de toda la clase —. No me siento bien.
El fantasma se giró para ver a Harry, observándolo sorprendido, como si nunca hubiera mirado más allá de las notas que estaba leyendo —. ¿No te sientes bien?—, preguntó, su voz sonaba nubosa.
—Ni un poco—, se levantó Potter, escondiendo a Hedwig detrás de su espalda —. Así que, creo que necesito ir al Hospital.
—Sí—, respondió el profesor Binns, su voz aún confundida —. Sí... sí, el hospital... bueno, ve entonces, Perkins...
Potter casi salió corriendo de la habitación, sus dos amigos observándole con la preocupación evidente en sus rostros. Cuando Weasley se giró para mirarla, ella frunció el ceño y le dedicó una mirada confusa. Él simplemente se encogió de hombros en respuesta antes de estirarse hacia Granger para hablar sobre qué le había sucedido a la lechuza de su mejor amigo.
Aritmancia ahora completamente olvidada, Nova simplemente ignoró el resto de la clase del profesor Binns, rápidamente tomando sus cosas y desapareciendo fuera del salón. No se molestó en esperar a Theo, sabiendo que probablemente solo caminaría con Greengrass hasta su próxima clase. Mientras caminaba por el corredor, de repente fue chocada con fuerza por nadie más ni nadie menos que la chica pelirroja de Ravenclaw de la reunión de dos días anteriores.
—Sé que no te interesan las cosas como protección personal porque tienes un pase garantizado de que nada te pasará—, habló una chica antes que Nova pudiera girarse —. Pero decirle a Umbridge fue algo horrible, incluso para una Slytherin.
La sangre de Nova se enfrió. Todo lo que recorría su mente era: ¿cómo se atrevía? ¿Cómo se atrevía esta chica a acercársele y hablarle como si supiera qué estaba pasando en su vida? ¿Cómo se atrevía a hacer asunciones basadas en el color de la corbata que estaba usando y el hecho de que el emblema de su casa fuera una serpiente? Quién sea que fuera, tenía agallas.
(Pero no las suficientes. Ella tembló cuando Nova se giró para mirarla. Una mirada tan fría que sus dedos se estaban congelando.)
— ¿Cómo te atreves, tú pequeña--?
—Sugiero que te vayas. Nova no le dijo a Umbridge, y obviamente tienes algo en su contra si fuiste tan rápida para culparla—, irrumpió la voz de Granger, evitando que Nova continuara y probablemente soltara un insulto que dejaría a la Ravenclaw llorando.
—Ustedes están ciegos—, siseó la Ravenclaw —. Quieren creer tanto que no es ella, pero déjenme decirles algo. Ellos siempre serán las personas que te insultarán por tu sangre y pensarán que son mejores que tú porque sus familias tienen dinero.
—No creo que sea mejor que tú porque tengo dinero, niña insolente y petulante—, aclaró Nova, su voz mortal —. Sé que soy mejor que tú porque no culpo a alguien de algo basándome en mis inseguridades. Ahora, piérdete. Y, si yo fuera tú, no volvería hasta formar un poco de sentido común.
La Ravenclaw abrió su boca estúpidamente para responder, pero Weasley se adelantó —. Déjalo, Marietta—, soltó un suspiro molesto. Ella le miró antes de marcharse y Weasley rodó los ojos —. Es un poco melodramática.
Nova le envió una mirada antes de marchar lejos, sus pies sonando fuerte contra el suelo. Escuchó a ambos intentar acercársele, confundidos ante su repentino enojo.
— ¡Oye, Nott!—, llamó Weasley, su respiración escapando con exasperación —. ¿Por qué diablos estás enojada? Acabo de defenderte.
—Todos los alumnos de esa reunión creen que fui yo la que le dijo a Umbridge—, los labios de Nova sisearon cuando mencionó su nombre —. Solo porque soy una Slytherin. Esto fue estúpido, no tendría que haber creído que realmente podía hacer una diferencia.
—De-deja de... caminar... tan rá-rápido—, soltó Weasley y Nova sintió su brazo aferrarse a su muñeca. Sus palmas estaban sudorosas, y ella se encogió bajo su toque.
—Suéltame, Weasley.
—Cuando recuperes el juicio... lo haré—, respondió.
—Lo que Ron quiere decir—, Hermione retomó la palabra, enviándole una mirada al pelirrojo —. Es que no todos creen que fuiste tú. Ningún Gryffindor lo cree. Bueno, tal vez Angelina Johnson, pero ella solo cree que lo hiciste porque quieres darle una ventaja al equipo de Quidditch de Slytherin. Cho te defendió, incluso cuando Marietta intentó convencerla de lo contrario.
Cuando Weasley notó que Nova ya no estaba molesta, soltó su muñeca. Ella le envió una mirada sucia antes de acariciar su muñeca entre sus dedos, intentando quitarse el sudor que había provenido de la palma de Weasley.
—Nova—, dijo Granger —. Lo que estás haciendo es... brillante. Incluso aunque no creas en la causa y solo estés aquí para aprender a proteger a tu hermano, sigues estando aquí. Sigues haciendo algo, lo que es más de lo que cualquiera puede decir.
—Lo sé—, contestó Nova. Weasley le dio una mirada que dijo que había cruzado la línea cuando Granger lució ligeramente horrorizada y Nova tomó una bocanada de aire —. Eso no fue necesario. Yo...
— ¿Lo sientes?—, terminó Weasley por ella, y Nova le envío un asentimiento a regañadientes.
—Nova—, llamó Granger suavemente, lo que quiso hacer a Nova gritar —. Sé que no lo crees, pero te considero una buena persona. Simplemente eres una buena persona con mala suerte. Lo lamento por tu familia, pero no te desquites con nosotros. Eso no va a ayudarte.
—Lo sé—, replicó Nova, pero ésta vez no dolió hacerlo —. Vuelvo a disculparme. Ahora, si me disculpan, no quiero llegar tarde a Pociones y probablemente ustedes quieren saber qué le pasó a Hedwig.
—Te veremos luego—, saludó Granger, dándole a Nova una sonrisa vacilante. La chica Nott asintió antes de girarse sobre sus pies. Antes de que desapareciera por completo de su campo de visión, se volvió a girar a los dos con una mueca.
—Intenten tener en cuenta que fui criada de una forma diferente a ustedes dos—, dijo, su voz monótona, como si estuviera prohibido mostrar emociones —. Y que algunas de mis reacciones reflejan eso. No fui criada con--.
— ¿Criada con qué?—, interrumpió Weasley, su labio superior se deslizó ligeramente. Fue entonces cuando Nova se percató que él estaba esperando que fuera irrespetuosa con su familia, y el enojo la perturbó.
Ron Weasley era increíblemente obtuso. ¿No podía ver la envidia que le tenía?
—Amor—, replicó, dándole una mirada —. No fui criada con amor.
Cuando Konstantinova Nott se alejó, Hermione no pudo evitar notar que debajo de la dura mirada que le dirigió a Ron, había una clase de tristeza, aquella que alguien que no la haya experimentado no podría definirla.
Y lo sabía porque, cuando miró a Nova Nott, Hermione Granger supo que nunca podría definir la tristeza que ella cargaba en sus ojos. Mientras su padre creía que personas como Hermione eran inferiores a él, la chica de Slytherin ponía a Hermione y a su familia en un pedestal.
Simplemente porque Hermione sabía por un hecho que sus padres la amaban.
—Está un poco malhumorada, ¿no?—, inquirió Ron después de un momento. Debido a su tono de voz, ella levantó la cabeza para mirarlo. Él estaba observando el pasillo por donde Nova Nott había desaparecido.
—Me sorprende que lo hayas notado. Eres increíblemente estúpido cuando se trata de identificar emociones.
Ron bajó la cabeza para mirar a Hermione y se encogió de hombros —. Es un poco difícil no notar cómo se siente Nott. Creo que nunca vi a alguien lucir tan enojada—, pensó por un momento y suspiró —. Y triste. Nunca vi a nadie lucir tan triste—, una vez que terminó de hablar, miró alarmado a Hermione —. Por favor, no le cuentes a Fred y George que dije eso.
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—Sí, Umbridge le dio permiso al equipo de Quidditch de Slytherin para seguir jugando de inmediato, fui a preguntarle en la mañana. Bueno, fue casi automático. Quiero decir, ella conoce a mi Padre muy bien. Él siempre visita el Ministerio... será interesante ver si Gryffindor seguirá jugando, ¿no?
—Malfoy—, mencionó Nova en un tono tenso —. ¿Cuántas veces tengo que decirte que no me importa?
Pero era obvio que él no estaba hablando solo porque porque le gustaba el sonido de su voz, como era la razón tras la mayoría de sus discursos. Potter y Weasley estaban entrando a los calabozos mientras Malfoy mostraba el pergamino en mano que le dejaba saber que Slytherin podía jugar.
—Digo—, continuó Malfoy, su voz alzándose mientras sus ojos se desviaban a los dos chicos —, si depende de influencia con el Ministerio, no creo que tengan oportunidad. En base a lo que dice mi Padre, han estado buscando una excusa para echar a Arthur Weasley por años—, Nova resistió el deseo que tenía de golpearle —. Y sobre Potter... mi Padre dice que es cuestión de tiempo para que el Ministerio lo lleve a San Mungo. Aparentemente, tienen un ala especial para las personas cuyos cerebros fueron dañados por la magia.
— ¡Malfoy, cierra la boca!—, explotó Nova. Causó que los Slytherins dejaran de reír antes que un ruido sordo llevara la atención de Nova a Neville Longbottom, que Potter y Weasley estaban sosteniendo para que no se lanzara a pelear.
Nova sintió que su boca se secó. Ella había estado en esa sección en particular de San Mungo más veces de las que podía contar, y sabía perfectamente bien por qué el comentario de Malfoy provocaría de esa forma a Neville Longbottom.
— ¿Por qué lo defiendes, Nova?—, cuestionó Malfoy mientras Snape ladraba que los tres Gryffindors habían causado que su casa perdiera puntos —. ¿Por qué sigues defendiendo a Potter?
—No estoy defendiendo a Potter—, ladró Nova. Los ojos de Malfoy se abrieron en shock ante la mirada fulminante que le dedicó antes de abandonar su asiento y dirigirse al lado contrario del salón.
De todos modos, antes que ella estuviera lo suficientemente lejos como para no escucharlos, escuchó a Zabini —. Amigo—, susurró a Draco —. ¿No recuerdas que su madre estuvo en esa sección de San Mungo?
Nova estaba tan enojada con Malfoy que ni siquiera notó a la profesora Umbridge sentada en una esquina de la habitación, sus ojos clavados en cada estudiante. Ya que Nova sabía que no tenía la energía para discutir con Umbridge (o la energía para recibir otro castigo), se aseguró de mantener su boca cerrada firmemente.
—Notarán que tenemos una invitada con nosotros el día de hoy—, comenzó Snape en su caracterísco tono de voz —. Continuaremos con nuestras pociones de fortalecimiento el día de hoy. Encontrarán sus mezclas exactamente cómo las dejaron en la clase anterior. En caso que la hayan hecho correctamente, deberían haber madurado perfectamente durante el fin de semana. Las instrucciones—, movió su varita en dirección a la pizarra —, en la pizarra. Sigan.
Nova intentó concentrarse en su poción, pero su mente estaba ocupada repitiendo una y otra vez las palabras de Malfoy.
Aparentemente, tienen un ala especial para las personas cuyos cerebros fueron dañados por la magia.
Deseó que Theo no estuviera sentado con Daphne Greengrass al otro lado del salón, riendo ligeramente mientras pretendían hacer sus pociones correctamente. Deseó que Theo estuviera justo a su lado, donde siempre lo había estado, asegurándose que ella estuviera bien. Deseó poder hablar con él.
—Ella no luce como mamá, Nova. Parece una desconocida. Cuando entremos, debes ser silenciosa. Hay otros pacientes allí como mamá, y los Sanadores no quieren que los molestemos. Pero no te preocupes cuando ella no luzca como mamá, ¿sí?
—Esa no es mi mujer. Es un cadáver que sigue respirando. Llévesela. No quiero ver a esta impostora. Theodore, Konstantinova, traigan sus cosas. Nos vamos.
—Edgar, hay algo--.
—Nova—, una Slytherin de cuarto año la llamó a su derecha, su voz tenue. Cuando Nova la miró, la chica chilló —. Estás a punto de echar acónito en lugar de sangre de salamandra.
La Slytherin mayor se corrigió, deteniendo su mano de arrojar los destellos púrpuras de la planta de acónito dentro del caldero. Nova le dio un pequeño asentimiento a la estudiante de cuarto año como agradecimiento y se estiró para tomar la sangre de salamandra. Mientras continuó trabajando en su poción, sintió una sombra cubrir su piel.
La profesora Umbridge le envió una sonrisa falsa —. Señorita Nott—, comenzó, escribiendo algo en su anotador —. ¿Podría preguntarle cuán confiada está respecto a su conocimiento en la materia de Pociones?
Nova sintió las miradas de todos sobre ella, preguntándose qué iba a hacer. Ella asintió a la profesora Umbridge, mordiendo su lengua para evitar decir algo malo —. Muy confiada, profesora.
—Alta Inquisidora—, corrigió el sapo rosado y Nova entrecerró los ojos.
—Cierto. Alta Inquisidora.
La chica Nott se relajó cuando Pociones terminó, recogiendo sus cosas y marchándose del salón antes que alguien más se le acercara. Sabía que Malfoy estaría murmurando disculpa tras disculpa para cuándo llegara la hora de la cena, y por el momento no quería lidiar con eso. Caminó en silencio por los pasillos, sus pies arrastrándose sobre el suelo cuando escuchó un murmullo furioso provenir de las escaleras. Cuando siguió el sonido, se encontró con Neville Longbottom escribiendo cosas en su libro de herbología completamente molesto.
La cabeza de Longbottom se levantó inmediatamente cuando escuchó los pasos —. Por favor, no ahora—, susurró para sí mismo, pero continuó —. No puedo lidiar con esto ahora.
—No vine a insultarte, Longbottom—, aseguró Nova, rodando los ojos. Se paró en silencio a su lado —. ¿Cómo... cómo te... está... yendo?
Él volvió a mirarla, sus cejas alzadas en sorpresa —. ¿Me estás preguntando cómo estoy?
Nova simplemente asintió.
— ¿Por qué?
Ella se encogió de hombros —. Escuché lo que dijo Malfoy. Vi cómo reaccionaste—, cuando él volvió a bajar su mirada al libro, ella pudo sentir la tristeza palpable —. Mira, sé sobre tus padres. Los vi en el ala.
— ¿Viniste a burlarte de mí?
—No soy Malfoy—, replicó Nova con desprecio. Se sentó en la escalera al lado de Neville mientras acariciaba su cabello con sus dedos, encontrando pequeños nudos que le recordaron que no se lo había cepillado esa mañana —. Sé cómo se siente tener allí a alguien que amas.
—Lo sé. Te vi un par de veces.
— ¿Y nunca dijiste nada?
Nova negó —. Sé que cuando estoy allí, no quiero que nadie me hable. Supuse que te sentías igual.
Longbottom asintió —. Sí. Lo entiendo.
Se sentaron en silencio por un par de minutos más. Longbottom miraba abajo y comenzó a escribir nuevamente. Nova quería decir algo. Lamento que alguien le haya hecho esto a ti y a tu familia. Sé cómo te sientes porque mi madre está muerta. Prometo que comparto tu sentimiento.
Pero ninguna de esas palabras salieron.
En su lugar, se levantó, dando por acabada la conversación, y se alejó. Podía sentir la mirada de Longbottom sobre ella, pero se dirigió a la Sala Común de Slytherin, donde esperaría a que la clase de Umbridge comenzara. Antes de irse para asistir a la clase del sapo, reconoció a la lechuza familiar de los Nott dejar dos cartas para ella. Una era de su Padre, mientras que la otra podía ser identificada por el sello de la familia Malfoy presionada en la parte trasera del sobre.
Gracias por tus amables palabras, Konstantinova. No es necesaria ninguna preocupación por la cena. No creí que fueras nada menos que respetable. Espero que tu curso se vuelva más sencillo para que podamos terminar nuestra discusión. Lucius envía sus saludos.
- Narcissa Malfoy.
La carta de su Padre era una simple oración. Fue sabio cumplir con mis palabras, Konstantinova. Ningún "te amo", aunque eso no era una sorpresa.
Cuando se las arregló para dirigirse al salón de Umbridge, se sentó sin emociones en su lugar. Theo estaba a su lado, dándole la sonrisa cálida y familiar que ella había necesitado horas atrás. No le brindó tanto confort como le hubiera dado si la hubiera recibido antes. Solo otro recordatorio doloroso que Theo se estaba convirtiendo en su propia persona mientras ella seguía siendo horriblemente dependiente de él.
— ¿Lista para una clase con Umbridge?
— ¿No lo estoy siempre?—, respondió ella, pero su voz era nubosa.
Su mente estaba a kilómetros de allí. Una cama en San Mungo, un libro de herbología, y una madre pelirroja que siempre se aseguraba de recordarle a sus hijos lo mucho que los amaba.
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