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Capítulo Veintiuno

Hogwarts y Grifos




—Oh dios mio, es la escuela, ¡es la escuela! ¡Yujuuuu! —gritaba eufórico Kevin, para luego poner un rostro serio —¡Oh no! ¡Necesito cambiarme! —exclamó y al instante de un momento a otro la ropa que estaba usando que consistían en unos simples jeans y camisa holgada cambiaron, y ahora portada la vestimenta escolar de Hogwarts, con la varita a un lado y del otro la escoba, incluyendo el sombrero.

Todos quedaron realmente sorprendidos ante tal acontecimiento.

—¿De dónde sacaste la ropa? —preguntó Mia con el ceño fruncido.

—¿Y los accesorios? —completo Emily.

—Creo que en serio sí está chiflado —asumio Mike.

—Y los más sorprendente es que esta más chiflado que tu —le dijo Blake al verde haciendo que este le envíe una mirada asesina.

—Cuando eres un Potterhead forever este tipo de cosas son normales, siempre he tenido mi botiquín escondido esperando este momento sumamente importante —explico con obviedad para luego sacar una cámara y empezar a tomar innumerables fotografías. —Sigan sin mi, conozco todo de aquí así que podré cuidarme.

—No sabía que teníamos tantos fans —aseguró Potter.

—Más bien que tu tuvieras tantos fans —le señalo Ron al de lentes. —¿Qué es eso de Potterhead?

—No exageres —demostró un poco de modestia el castaño. —Ahora tenemos que llevarlos con el director Dumbledore.

—Pero ¿qué vamos a hacer con el payaso? —preguntó el pelirrojo señalando a Kevin con su mirada.

Hermonie suspiro exhaustiva. —Yo me encargaré —con rapidez y un tanto de estrés fue hacia el ranger azul y lo tomo de la oreja. —Vamos, azulito. Tenemos que irnos —y empezó a jalarlo de las orejas sin hacerle caso a sus súplicas.

—Oye, oye, oye, oye, ¡no! ¡Déjame, mis fotos!¡Mis fotos...! —exclamaba Kevin sin poder salirse de las garras de la niña.

Todos empezaron a cruzar por los pasillos del colegio recibiendo muchas miradas de atención, algunos alumnos parecían confundidos y otros sorprendidos, no entendían nada.

En eso se acerca un pálido niño rubio con zumo enojo y ganas de acusar a alguien.

—¿Quienes son ellos? ¿Saben qué está prohibido traer a simples humanos aquí? ¡Los acusare con el director Dumbledore! —exclamó decidido a realizar lo dicho.

De inmediato Ron sacó su varita haciendo que la planta a un lado de ellos creciera sus raíces tomando de las piernas al rubio dejándolo de cabeza contra el techo.

—Se supone que a eso vamos —hablo con voz burlona.

—¡Ahhh! ¡Sueltame! —exclamaba Draco mientras rebuscada entre sus ropas la varita, pero esta al instante cayó contra el suelo sin poderlo tomar.

—Caminen, chicos, no es necesario que vean a ese tonto —señaló Hermonie el camino haciendo que los rangers vayan detrás de ella.

—Tu niño, te las verás conmigo, no te metas con el gran poder que posee Harry —le dijo de forma amenazante el azul al rubio.

—Esto si es divertido —rió Antonio hablándole con una Lauren a su lado.

—Si, divertido... —susurro ella perdida en sus pensamientos.



(...)

Unos minutos despues los niños llevaron a los rangers con todos los profesorados dejándolos realmente confundidos.

—¿Qué es lo que estoy viendo? —exclamó con indignación la profesora Minerva.

—¿Qué hacen niños? ¡No pueden traer a humanos aquí! —exclamó el profesor Quirrel.

—Hay un razón —avisa Harry.

—¡Si! ¡Ellos no son normales! ¡Se transforman con armaduras de colores! —exclamó Ron.

—Hola —saludo Jayden posicionandose en el centro. —Sentimos irrumpir en su escuela pero necesitamos de su ayuda.

—¿Qué clase de ayuda? —preguntó el director Dumbledore mirándolo con incógnita.

—Necesitamos un Grifo —contesto.

—¿Por qué le vamos a dar un Grifo a unos desconocidos? —está ves hablo el profesor Snape a la defensiva.

—¿Por qué siento que es un Blake en su grupo? —susurro Mike a los demás chicos con risa.

—¡Cállate! —reclamo Emily dándole un codazo.

—Nosotros somos los Power Rangers y nuestro deber es salvar al mundo de los monstruos venidos del inframundo pero el poder Samurai que poseemos para ser lo suficientemente fuerte necesita de un Zord, los Zord son transformaciones roboticas de animales místicos —explicó Jayden.

—Nunca en toda mi vida había escuchado algo así —asumió confundida Minerva con suma elegancia.

—Yo si —asintió el director dejando a todos confundidos. —Los dejaré quedarse por el día de hoy, les daré unas habitaciones y busquen al Grifo que necesitan, no quiero que llamen la atención y no causen alboroto.

—¡Pero director! —se quejo el profesor Quirrel.

—Ya he hablado.

—Muchas gracias, haremos todo lo posible por encontrar rápido al Grifo elegido e irnos —agradeció Jayden.

En todo aquel día los rangers estuvieron con varios grifos tratando de descifrar cuál era el que tenían que llevar, obviamente ellos no podían elegirlo, el animal era el que lo hacía. No sabían, ni tenían idea de quién sería el indicado, pues de Grifos hay muchos cada uno con su propia peronalidad.

La noches había caído y todos los rangers se habían acostado a dormir en aquella singular escuela, para su mala suerte no habían conseguido nada pero tenían la esperanza de conseguirla para el día siguiente.

Entre aquella oscura noche poblada de estrellas Lauren no podía dormir, tenía aquel malestar en su corazón, aquel que le impedía descansar y pensar con claridad. No sabía lo que tenía que hacer, no sabía cómo hacer y recordando lo que Antonio le había dicho la confundida más.

¿Debería de seguir así como estoy? ¿Debería de hacerme escuchar? ¿En verdad yo soy la que cambio en todo este tiempo? ¿Por qué?” Preguntas y más preguntas se hacían en su interior, aunque esto no era de esperarse. Lauren fue criada y creció en un ambiente cerrado, con la única persona que interactuo fue su Mentor Leo, tanto era el miedo de que descubrieran su paradero que vivió encerrada toda su vida y ahora que lleva tiempo en el coexistir con muchas personas su comportamiento de líder bajo demasiado a sólo asentir con lo que dictan. ¿Tenía qué seguir siendo una muñeca? ¿Hacerle caso a todos? ¿Seguir las reglas? ¿O tratar de crear las suyas propias?. El encontrarse a si misma era una difícil tarea a la que le tenía miedo.

La pálida rubia se levantó de su cama poniéndose sus pantuflas y sale de la habitación teniendo cuidado de despertar a las demás chicas, quienes se encontraban dormidas, ella empezó a caminar por los aquellos pasillos desolados y oscuros, un tanto ciniestros pero para su suerte ella no le temía a la oscuridad, en realidad ni sí quiera sabría con exactitud si en verdad tuviera algún miedo.

En un instante se detuvo notando un gran ventanal a su lado en donde se podía admirar aquella hermosa vista al cielo, las estrellas brillantes pero ninguna se comparaba a la inigualable luna que desprendía un resplandor más delicado en el centro de la noche, era la estelar, como siempre.

Lauren se quedó un buen rato admirando aquella hermosa luna pensando, deseando y queriendo ser como ella, brillando con su propio resplandor sin importarle ser diferente y vaya que lo era. Talves, ella era diferente como la luna.

A su lado escucho unos zapatos y se giró de inmediato estando alerta pero solo se encontró con el Director Dumbledore.

—¿Sigues despierta? —le preguntó el mayor posicionandose a su lado admirando a la luna junto a ella.

—No puedo dormir —asumió ella relajandose un poco siguiendo con lo suyo, mirar el cielo.

—No creo que las camas sean tan malas aquí —rió un poco el mayor. —Es hermosa, ¿no? —preguntó refiriéndose al gran satélite.

—Creo que si... —dudo un poco.

—¿Qué tanto te preocupa? —preguntó este mientras decifraba a la joven. —Veo y me he dado cuenta de que su grupo da la apariencia de estar bien pero en realidad las tensiones están algo ocultas, aunque algunas no tanto.

Al instante ella pensó en las disputas que siempre tienen el rojo y el verde contra el negro—¿Se nota tanto que tenemos problemas?

—No se para otros pero para mi es fácil descifrar aquellos pequeños disturbios de las personas pero creo que tu estas pensando mucho, más de lo que deberías. —Aseguro apuntando su mente —, te diré algo que siempre digo, no pienses tanto, ya que terminaras perdiendote en tu mente sin saber como volver a la realidad y cuando ese momento llegue no habrá vuelta atrás. Pienso que deberías de hablar, eso no es difícil pero tu te estás prohibiendo ese privilegio, ¿por qué?

—Usted... ¿Cómo...? —preguntó Lauren estando realmente sorprendida.

—Tengo que vigilar a mis invidatos. Note los problemas y disputas que tienen los otros pero también note que solo los sigues pero no hablas —explico. —Todos somos una luna, nadie es una estrella, bueno, por lo menos en nuestro interior, cada uno brilla por su propia forma y color, y solo los estúpidos deciden ser una estrella, iguales a los demás, tus amigos son como la luna pero tu sigues siendo una pequeña estrella.

Sus palabras dejaron sorprendida a Lauren dándose cuenta de que estaba equivocada, por un momento se había sentido identificada con la Luna pero el tenía razón, ella no era más que una estrella como las demás que solo se adaptaban y se veían iguales, ninguna brillaba diferente pero talves tendrían algún tamaño diferente.

El Director Dumbledore después de dichas palabras sabias se va de ahí dejándola con una mente más abierta, pensando en sus palabras dichas. Lauren, en cambio se quedo durante una hora más meditando hasta que decidió irse a dormir.


(...)

Al día siguiente todos los rangers habían ido al comedor a desayunar junto a los jóvenes estudiantes.

—Les recomiendo estos macarrones, ¡son los mejores! —exclamó Ron apuntándole a los rangers la mesa.

—Prefiero la pasta, se ve menos asquerosa —interviene Hermonie.

Todos se sentaron a comer mientras charlaban sobre cualquier cosa.

—Y por esa razón la jalea es muy rica con galletas —terminó su larga y aburrida explicación el pelirrojo.

—Sigo diciendo que con miel es más rica —opino Antonio.

—¿Entonces ustedes destruyen a los monstruos? —preguntó Harry intrigado hacia el ranger rojo.

—Si, es nuestro deber.

—Las armas que mostraron eran muy épicas, nunca antes habíamos visto algo así —asumió Potter con entusiasmo.

—Bueno, ¿qué podemos decir? Somos los mejores —inquiere con un gran orgullo y modestia el moreno de camisa verde.

—Si, y sobre todo tu y tus estupideces que siempre arruinan nuestros planes —se burlo Blake haciendo que la gran sonrisa de Mike desapareciera por completo.




........



Mientras tanto en el otro mundo.

—¿¡Cómo es esto posible!? ¡Qué lindo es! ¿Me lo puedo quedar? ¿Si? ¡Di que sí! —exclamaba con entusiasmo Forcla viendo como en la mano de Lorclus se encontraba recalcado el Zord Qilin.

—Esto es para el amo, no para ti —demando empujando las manos de la chica para que esta no pudiera tocar lo que el tenía.

—El maestro se pondrá muy feliz, ¡eres el mejor! —felicitó Goldinius con el dedo meñique en alto.

—¿¡Qué pasa!? —Exclamó el Maestro Xandred entrando por la puerta de la sala de su trono, llegó con un mal genio por lo que el estrés estaba por las nubes. Detrás suyo venía Comendius —Espero que sea importante para interrumpir mi siesta.

—Si, maestro —asintió Lorclus. —Yo mismo fui a luchar contra los rangers y logré un animal místico.

—¿Qué? —preguntó boquiabierto y casi que se le salían los ojos pero por alguna razón no parecía nada emocionado, sino temeroso como si no hubiese querido que aquello sucediera.

—Si, aquí esta —extendió su mano Lorclus y mostró aquel pequeño Zord en sus manos inactivo, como si no tuviese vida propia.

—Fascinante, yo sabía que eras el Nixortom más fuerte pero ahora me has sorprendido —felicito Comendius dando un asentimiento con su cabeza.

—Devuelvelo —esas palabras resonaron por toda la sala dejando sorprendidos a todos los presentes y el aura se denoto totalmente silenciosa. ¿Por qué el maestro qué tanto quería aquellos animales ahora se estaba retractando?

—Maestro, usted quería esto ¿por qué debería de dárselos a los rangers? —preguntó el monstruo azul sintiendose realmente confundido y un tanto indignado.

—¿Y por qué justamente tenías que agarrar el dorado? El dorado es el más cercano a la ranger roja esa, no se metan mucho con ella.

—Lo que usted está diciendo no tiene sentido —aseguró Lorclus queriendo insistir.

—¿Y acaso todo lo que está sucediendo tiene sentido? ¡Sólo devuelve el maldito animal! —grito con enojo haciendo aparecer su gran y amenazadora espada apuntándo al cuello del azul.

Todos los demás presentes se asustaron y dieron un paso atrás, principalmente Goldinius, quien se escondió detrás de Forcla.

—Enseguida, maestro —demando dando una reverencia Lorclus no mirando a su amo a los ojos.

—Ahora vete, pero no olvides darles a los rangers algún Nixortom que juegue con ellos en esa escuelita que fueron y dale el zord y haz que de alguna forma ellos logran obtenerlo y que no se vea apropósito, odio cuando empiezan a sospechar. —Explicó y el otro solo asintió para luego retirarse de la sala.

Lorclus se estaba llenando de ira, simplemente no entendía a su amo, era tan extraño, a veces pareciera que en verdad quiere destruir a los rangers pero se la para ayudándolos ¿acaso tenía sentido? Él hacía todos los planes pero al final parecía retractarse. Algo no andaba bien con el y este azul lo iba a averiguar de alguna forma.


........


En el instituto Hogwarts...

Los rangers estaban entre varios Grifos pero todos escapan, se alejaban y ninguno parecía ser el indicado.

—¿Dónde estará esa bola de pelos? ¡Me estoy hartado! ¡Empiezo a oler a gallina! —exclamó Mike sintiéndose enojado.

—Que raro, ¿no eras un gallina ya? —soltó con sarcasmo el negro.

—Ya no peleen —se mete Jayden. Y otra ves todos empezaron a discutir por aquella dicha estupidez.

Lucy ignorando todo esto —ya que acostumbrada estaba— ve en el suelo una rama y la tomó dibujando en la tierra un corazón roto. Kevin, quien la vio se acercó arrodillandose junto a ella y borro lo "roto" del corazón para dejarlo completo.

—No pienses así, sonríe más, te veras más bonita —le dice este azul a ella con total tranquilidad aun así escuchando aquellos gritos que estaban teniendo todos sobre quién era la verdadera gallina.

—No soy bonita —susurro apenada.

—Si tu no eres bonita entonces ¿yo qué soy? —se rió un poco el.

Ellos dos parecían perdidos en su propio mundo de enamorados pero lo que se gritaba no estaba siendo de ayuda para nadie.

—Aquí tu eres el maldito inservible —le grita Mike a Blake.

—Ay mira quien lo dice, el que arruino nuestros planes en Grecia y que de paso se vistió de un ridículo marinero —se brillo el negro.

—Y aquí va otra ves... —le susurra Emily a Mía sintiéndose realmente harta de toda aquella situación.

—¿Cuándo podrán llevarse bien? —se preguntó la rosada de ojos rasgados suspirando pesadamente.

—Cuando sus orgullos bajen, Blake y Mike tienen demasiaso orgullo —explico Antonio estando junto a ellas.

—Blake, eso fue un accidente ¿cuándo entenderás que te estás comportando como un estúpido? ¿¡Cuándo dejarás de fastidiar!? —le grita Jayden al nombrado empujandolo. —Si vas a saltar puras estupideces entonces mejor no lo hagas, ni seas un estorbo en el grupo y has algo productivo por primera ves. No se... Por lo menos hacer que este mundo no sea destruido ¿será mucho pedir?

—Mira, chico —dice entredientes el pelinegro tomándolo del cuello de la camisa. —Tu no eres mi líder, no estoy aquí ni por ti ni por tu equipo, solo me da pena ver como los Nixortom les patea sus traseros.

—Chicos... Ya... —trato de hablar Lauren por fin tratando de soltar su voz pero no pudiendo y solo se callo.

Jayden no es el único ranger rojo, tu también eres uno” Pensó para si misma tratando de sacar fuerza.

Justamente en aquel momento se ve como todo empezó a ser destruido, muchos Yurkes llegaron y empezaron a romper todo con un líder, el cual era un extraño Nixortom con apariencia de Mago, cargando una gran bata y cetro en mano.

—Rangers, hoy será su destrucción, su momento de morir —dice este presentándose de forma elegante y cortes. —Yo, el amo de la magia negra, Brenidius, vengo por sus animales místicos.

—¡Ven a llevártelo si puedes! —Exclamó Blake tomando el frente, pero este le fue quitado por Mike y luego nuevamente Jayden le quito el puesto al verde. Por alguna razón se veían tan estúpidos ya que estos tres se quitaban el puesto.

—Yo soy el líder tengo que ir de frente —demando el rojo.

—Te dije que tu no eres mi líder —respondió Blake de mala manera.

—Deberíamos de cambiar aire y yo estar en el centro —esta ves hablo el verde.

—¡Chicos! —llamo Mia con enojo —Solo transformemonos de una ves.

Estos asintieron de mala manera sacando sus morhpers.

—¡Samuaizers!

—¡Vamos samurai!

—Tu hora ya a acabado —dice el ranger negro.

—Tus horas están contadas —esta ves habla el verde.

—Tu momento de aterrorizar en la tierra a acabado, prepárate para tu final —esta vez intervino el líder.

—¿No es lo mismo todo lo que dijeron? —preguntó Brenidius sintiéndose confundido con aquellas actitudes.

—¡Solo peleen chicos! —demando Kevin a los tres que cargaban un alto orgullo.

Y así la pelea se hizo presente, todos los rangers estaban peleando con los Yurkes menos Jayden, Mike y Blake, quienes se encontraban luchando contra Bernidius, aunque más bien parecía que ellos luchaban entre sí, ¡no podían ponerse de acuerdo!

—Ay dios ¿qué haremos con ellos? —se preguntaba Mía exasperada mientras luchaba y miraba como aquellos tres no dejaban de insultarse.

—Así no lograrán nada —asume Emily.

—Lauren, tu eres la hermana de Jayden ¡Dile algo! —reclamo Antonio a la nombrada.

—¿Qué le voy a decir? —preguntó obvia.

—¡Osea tu eres la mayor del grupo! Tienes mucha autoridad solo por eso —recalco el mismo pelinegro.

—¡Ya me tienen hartos ustedes y sus berrinches! —exclamó el Nixortom sintiéndose harto de los tres rangers que no dejaban de discutir.

—¡Este es mi espacio, mi línea ¿o no entienden?!, ¡mi propio espacio personal para que ninguno de ustedes toque! —exclamó Mike mirando a los otros dos ignorando la existencia del monstruo.

—¿Cómo le vas a decir eso a tu líder? Tu no—Jayden fue interrumpido por Blake, quien lo empujo.

—No hables, rojito. —Lo callo y luego miro al verde —¿En serio me estás jodiendo? Mira señor picapiedras no me importa que en tu época cavernicola se hayan comunicado a gritos y piedras, aquí vas a dejar de fastidiar y solo te vas a atinar a destruir a aquel Nixortom que envían los infiernos.

—Bueno, ¿van a luchar conmigo si o no? —preguntó Bernidius sonando obvio.

—¿Con qué derecho me estás hablando así? ¡Tu eres el extraño aquí! Deberías de darme respeto o ¿qué? ¿Será cierto que dicen "cada mundo es diferente"? Dime ¿Tarzan te enseño modales? No me extrañaría con esa lengua de serpiente. —Respondio Mike.

—¡Ustedes ya me tienen hartos! —exclamó Bernidius y con su cetro saco unas cadenas flotantes y amarro a los tres rangers apretandolos con mucha fuerza. —Y ahora de segundo sigue... —susurro acercándose a Mike y sacándole el Zord Centauro que tenía.

—¡Oye no!.

—Ustedes me fastidaron mucho, por eso los enviare con las serpientes, a ver si ahí logran conocer a Tarzan y regresar a la época cavernicola para que el señor picapiedras los salve —hablo con burla y luego con su telepatía abrió el piso dando un oyo ondo y dejando caer a esos tres rangers. —¡Adiós!

—¡Chicos! —exclamaron los demás terminando de luchar justamente con los Yurkes.

—Ya verás —susurro Kevin con enojo.

Ahora los rangers restantes empezaron a luchar contra aquel monstruo pero uno a uno están siendo amarrados y tirados a aquel gran oyo.

—Es muy poderoso —asumió Antonio hacia sus dos compañeras restantes, Emily y Lauren.

—Ahora si, lo único que falta para mi colección es la ninfa —susurro con una sonrisa malvada pues, se había llevado todos los Zords místicos que tenían los demás.

Con su cetro empezó a controlar la cadena flotante y terminó amarrado a Emily. Antonio con buen corazón se acercó y con su espada empezó a tratar de destruir aquella cuerda pero de un momento a otro termino siendo amarrado.

—¡Chicos! —Lauren trato de acercarse pero ya era tarde, habían sido tirados al gran oyo.

—Ahora sigues tu, rojita —aseguró Bernidius.

Tengo que de alguna forma quitarle el cetro. ¡Es mi oportunidad de que vean de lo que soy capaz!” Y con este pensamiento decidió luchar hasta el final.

—No, ahora sigues tu señor mago —negó ella segura de si misma y corrió hacia aquel Nixortom dando todo.

Empezó a luchar con todas sus fuerzas con una sola razón, quitarle el cetro, del cual terminaron forzejeando.

—¡No, es mio! ¡Déjalo, es mio!.

—¡Me lo darás quieras o no!

—¡Cadenas! —exclamó este y unas cadenas aparecieron yendo directamente a amarrar a la roja pero esta de inteligente abrazo al Nixortom por lo que los dos terminaron siendo amarrados y llevados al oyó del cual cayeron. —¡Nooooo!

Los dos justamente terminaron cayendo encima de dos cuerpos sólidos, ellos eran Blake y Mike.

—¿¡En serio, nosotros!? —exclamó Mike con enojo mientras escupía la tierra.

—Como si el espacio aquí fuera poco, creo que lo hicieron apropósito —esta ves hablo Blake de la misma forma que Mike, escupiendo tierra.

Bernidius con su cetro hizo que lo soltaran junto a Lauren y de inmediato empezó a flotar para salir volando.

—¡Adiós, rangers! ¡Espero que se cuiden alli abajo! —exclamó con risa malévola.

Lauren aprovechando no estar amarrada corrió hacia la pared dando un brinco en esta para tener la suficiente fuerza y saltar para terminar colgando de la cintura del Nixortom.

—Te tengo... —susurro decidida.

—¡No! ¡Sueltame, loca! ¡Sueltame! —se quejaba mientras se movía de un lado a otro aquel monstruo con capa pero le era imposible sacarse de ella.

Lauren estiro su mano y le quito el cerro con fuerza, la gravedad volvió y ellos dos cayeron directo contra el piso, y el cetro lejos de ellos dos.

—Auch... —la rubia se había golpeado fuerte la cabeza y al levantarla ve como Bernidius tomó su cetro y salió volando. —¡Oh no! ¡Necesito agarrarlo! —Justo enfrente de sus ojos un Grifo se encontraba parado, sin pensarlo corrió a él y de monto sin importarle sus sacudidas. —Mira, necesito el cetro, si por lo menos tienes algún mínimo de conciencia sobre todos tus amigos Grifos que tengas entonces ¡vuelva a por el monstruo! ¡Vamos! —y le pellizco al ave haciendo que este empiece a volar y arranque con rapidez hacia el Nixortom.

—¿¡Otra ves tu!? —exclamo el mago. —Les dejaré un regalo a ver si vuelves con los tuyos —y con su varita hizo a aparecer alrededor de cien Grifos a la escuela.

—¡Oh no, los chicos! —Lauren empezó a bajar y dejar ir al Nixortom por su preocupación pero después ve como todos los niños de aquella academia junto con los profesorado sacaron sus varitas y luchaban contra todos.

—¡Tu puedes, chica! ¡Ve por el! —le exclamó Harry desde lejos mientras con su magia destruía a todos.

—¡Nosotros nos encargaremos de estos! —esta ves dijo Hermonie.

Lauren con una sonrisa asintió y luego a toda rapidez fue hacia el Nixortom.

—¡Alto ahí payaso! —le grito de lejos.

—¡No soy un payaso! ¡Soy un mago! —exclamó este indignado mirándola de lejos.

—¡No me interesa, lo único que me interesa es destruir aquella capa que posees! ¡Ya veras! —contesto de manera amenazante y volando a toda velocidad con el hasta llegar a su lado, nuevamente forzejeando con aquel cetro. —¡Dámelo de una vez!

—¡No! ¡Nunca! ¡Mi papi me lo dio! —respondio con enojo y por la ira jalo tan fuerte el cetro que terminó haciendo que Lauren y el empezarán a caer por los cielos. —¡Ah.....! ¡Voy a morir!

Lauren miro hacia arriba y ve como el Grifo de transformó en un zord y cayó en su regazo.

¡Si! ¡Lo logré, por fin!” Exclamó con felicidad.

—Desde los poderes desterrados de las penumbras del ardiente sol ¡Grif trans! ¡Activado! ¡Ranger Red Grif! —se transformó de una manera equipa mientras caía desde los cielos y sin esperar decidió acabar a aquel monstruo en el aire —¡Ataque super Red Grif!

—¡Noooooo! ¡Papiiii....! —y así fue destruido en los aires con una gran explosión de por medio.

Lauren con rapidez soltó el Zord entre sus manos haciendo que vuelva a su forma original y montarse encima de él para no caerse. Ella a lo lejos ve como un saco (en donde estaban los demás zords) y el cerro caían en conjunto—¡Ahora vamos por eso!

El Grifo le hizo caso y viajaron con rapidez hasta que ella logró agarrar los dos materiales. Luego de esto descendieron hasta llegar al suelo y ver como todos los alumnos y profesorado acababan de luchar con los Yurkes.

—¡Eso fue genial! —exclamó Ron con diversión —¡Quiero repetirlo!.

—¡Lauren, estuviste fantástica! —felicito Mia con un abrazo de amigas.

—Gracias, di todo lo mejor de mi —asintió.

De pronto una discusión se hizo presente.

—¿Vieron? Si ustedes no me hubieran fastidiado yo sería el héroe del día —se quejo Blake con Jayden y Mike.

—¿Qué yo te fastidie? ¡Tu eres el que se metió en mi espacio personal! —esta ves exclamó Mike.

—¿No pueden tener ni un mínimo respeto a su líder? ¡Ustedes son los verdaderos payasos! —dijo Jayden exasperado.

—Ay dios... ¿Cuándo van a acabar? —se preguntó Antonio mirando hacia el cielo con dramatismo.

Lauren harta se acercó a aquellos tres chicos y con el gran cetro en mano —que obviamente verifico tocandolo para ver si era capaz de quitar una vida— los bateo a cada uno de ellos, a Mike en su "parte noble", a Jayden en sus dos piernas y a Blake en su rostro.

—¡Auch! —exclamaron estos tres desde el suelo.

—¡Ustedes tres ya me tienen harta! ¡Si vuelven a decir una palabra más terminaré de destruir lo bonito que queda de sus rostros! —les grito con una gran demanda y liderazgo.

—Wow ¿desde cuándo esta es así? —preguntó Blake realmente confundido.

—"Esta" que dices tiene nombre y es Lauren Shiba, si no te puedes aprender un simple nombre ¿para qué estás en el grupo? ¡Lárgate si quieres, vete, no te necesitamos y desaparece, ¿ah?! —gritaba esta harta de todo.

—O-Oye, Lauren, cálmate —trato de tranquilizar Antonio con temor mientras sus manos temblaban.

—¡Tu cállate! ¿Ahora qué? ¿Eres abogado? —le dijo ella apuntandolo con el cetro.

—Pero, piénsalo ¿Vas a romper ese cetro? ¿Qué haremos con el? —preguntó nuevamente este dorado mientras cubría su rostro con temor —Golpeame en cualquier parte del cuerpo, pero mi rostro no, es hermoso y divino, no puedes arruinar una creación hecha por los dioses.

Justo en aquel momento se escucho un sonido extraño junto a un olor totalmente asqueroso.

—¡Qué asco! —exclamó Hermonie —El Grifo acaba de hacer popó.

Todos miraron aquella escena frente de sus ojos para luego taparse los y no mirar lo ocurrido pero Lauren solo sonrió, sí, una sonrisa nada agradable paso por su rostro.

—¡Mía! —llamó.

—¿Si?.

—¿Todavía sigues pensando en que castigo darles a los chicos? —le pregunto curiosa.

—¿Sabes? Ni sabía que sería tan difícil crear uno bien —asumió con reproche.

—Pues tengo el castigo perfecto... —soltó con una sonrisa mientras en sus ojos brillaba una cierta malicia mirando aquel popó. Ella los haría sufrir.













...........

¿Qué es lo que exactamente les hará Lauren?
¿Qué es lo que pasa con el Maestro Xandred?
¿Lorclus descubrirá algo?


Aquí esta el episodio, disfrutenlo😘😘



















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