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Capítulo Treinta y Uno [3/4]

“La elección de Mia: Parte 3”


















Los Yurkes se asustaron al ver como Lorclus parecía perdido en otro mundo, soltando furiosos gritos a la nada, poderoso y ensombrecedor. Una vez mas calmado da grandes bocanadas de aire tratando de recobrar la respiración.

De reojo mira a aquel rubio, el que lo hizo perderse en sus recuerdos por aquel grito. Por un momento, solo por un mili-segundo vio otro rostro y no el de Jayden, era un chico más pálido con ojos negros como la noche y un largo cabello azabache hasta los hombros.

Lorclus agitó su cabeza con confusión y vuelve a mirar al ranger rojo esta vez sin alusionaciones de por medio.

—Dejen a la chica —habló con una voz inestable, un tanto rota.

Los Yurkes lo miraron son sorpresa y haciéndole caso a su superior soltaron a Mia, quien cayó despavorida contra el suelo aún débil.

—Ahora, vámonos... —murmuró adentrándose al portal sin mirar atrás.

Su vida hubiera cambiado completamente si Relme abría sentido piedad _la misma que el siente en ese momento— si hubiera escuchado sus súplicas, si solo... los hubiera dejado y ya.


Al final, era cierto lo que todos los Nixortom's chismeaban sobre él. Era un monstruo por fuera, tan aterrador, serio y el mas poderoso Nixortom entre todos, un guerrero leal hacia su maestro pero en realidad era alguien que merecía mucha lástima, tan monstruoso con sus palabras pero a la hora de actuar totalmente diferente, tan poderoso e inigualable pero sin tener la habilidad de matar, tan leal a su Maestro pero solo porque hay dos vidas de por medio que lo atan, aunque podrían ser tres. La de él mismo también valía, ¿No?











(...)











—Vuelvo a repetirlo por milésima vez, ese tipo es muy raro —mencionó Mike sentándose al sofá a la par con algo de incomodidad por las heridas de la batalla.

—El desde siempre ha sido muy raro —asiente Blake. —Pero en mi mundo nunca descubrimos por qué o qué, solo sabemos de que tiene una maldición que lleva milenios que además no lo permite matar.

—¿En serio no puede matar? ¿Y qué si lo hace? —preguntó Antonio frunciendo el ceño.

—Él muere, así de simple.

—Ah, Blake —llamó Michael acercándose al nombrado y al equipo. —Había algo que se me ha olvidado comentarles.

—¿En serio? ¿Qué es?

El rubio se sentó en el sofá seguido de todos los rangers y el Mentor Ji curiosos.

—Como saben duré casi siete meses en el otro mundo, descubrí y me enteré de algunas cosas no muy... ¿Agradables? ¿Bonitas? —apretó sus labios por un momento. —¿Saben que Lorclus tiene una novia?

Justo en ese momento Antonio estaba tomando agua y lo escupe al instante quedando con los ojos bien abiertos.

—¿Qué? ¿En serio? —Jayden lo miró con sorpresa.

—Wow, no pierde el tiempo —ríe el ranger negro.

—Veo que hasta los Nixortom's se enamoran —asume Lauren.

—No creo, ¿en serio? —dudó Lucy mirando al rubio del otro mundo.

—Y parece ser Forcla.

—¡Wow!

—¿Hablas de la rosadita que parece loca? —preguntó Kevin recordando a aquella Nixortom extraña.

—Sí.

—¿Forcla y Lorclus? ¿Me estas tomando el pelo? —Blake no parecía creerse lo. —¡Son completamente diferentes! ¡Si me dices con Goldinius tal vez me lo crea pero ¿con él?! Es como una piedra andante, sin expresión.

—Bueno, son rumores. Nunca pude lograr descubrir si es la verdad o si es mentira pero he hablando con unos cuantos Nixortom's sobre ello, todos sienten lástima por Lorclus, dicen algo de un pasado con un brujo y creo que es ese brujo que se encontraron hoy, él es un desterrado. Ningún mounstro lo quiere —explicó Michael soltando toda la información que tenía, tal vez era mucha pero a la vez era tan poca y confusa.

—Siento que mi cabeza va a explotar, no entiendo nada —se rascó la nuca Mike.

—Ese brujo... Fue el que nos salvó aquel día —habló Lauren llamando la atención de todos. —Cuando Antonio y yo desaparecimos, el día en donde el centro comercial cayó encima de nosotros. Él nos salvó la vida.

—Ah, sí. Fue raro la verdad, hasta nos indicó la dirección de cómo volver —asiente Antonio.

—Es muy raro todo esto, pero no es de nuestra incumbencia. Es mejor solo destruirlos en vez de profundizar en algo que tal vez, no vaya a dar. Pasado malo o bueno, siguen siendo seres despiadados que buscan nuestra destrucción —habló el Mentor Ji dando su punto de vista. Los rangers asintieron.

Mia se disculpó un momento excusándose con querer ir al baño y se va de la sala.

—Ahora si —palmeó sus manos Emily mirando a los chicos decidida logrando llamar la atención del equipo. —Hay algo que quiero hablar con todos ustedes y específicamente con Jayden y Blake. Es sobre Mia y la cita del sábado.

—¿Qué cita? — preguntó Mike, quien estaba sentado a su lado la miró con cierta confusión.

—¿Te contó la cita? —Jayden y Blake preguntaron al unísono. Ambos se miraron con una mirada no tan agradable. —¿Tu sabes de la cita? Deja de copiarme, ¡no, tu deja de copiarme!

Frustración se veían en ambos rostros. Últimamente parecían conectados, hablando y haciendo lo mismo todo el tiempo.

—Ambos —habló Emily con voz fuerte y clara para lograr tener la atención de esos dos chicos. —Le pidieron una cita a Mia ayer, para el mismo día y la misma hora. Sábado a las cuatro, si me equivoco diganmelo.

—No, está bien —asiente Blake.

—Es ese día —también afirma Jayden.

Ambos chicos se miraron. La verdad no sabían qué hacer, ninguno quería declinar su cita por el otro pero tampoco deseaban crear una discusión.

—A esta hora empieza la novela que estoy viendo con Lauren pero creo que esto esta mas bueno de ver —soltó Antonio levantándose del sofá. —Esperen un momento, voy por la palomitas —y así mismo aquel dorado salió corriendo directo a la cocina.

—Por esa razón nunca me han gustado los romances y las parejas en el equipo —asume soltando un suspiro cansador el Mentor Ji cruzándose de brazos.

—¿Y Mia aceptó las dos citas? —preguntó perpleja Lauren.

—En realidad, no. Ellas los va a rechazar a los dos —recalcó señalando a ambos chicos.

—Ciertamente, es lo mejor —asiente de acuerdo el Mentor ganándose una mirada asesina de parte de los dos chicos.

—La verdad pensé que se tirarían bardo e insultos pero veo que están muy calladitos —ladeo la cabeza el verde mirándolos.

—Yo solo... —trató de hablar Jayden pero dejo las palabras al aire.

—No quiero pelear —dijo con honestidad Blake, este estaba de brazos cruzados con una pierna subiendo y bajando con rápidez, algo claramente que demostró cierta incomodidad.

—Yo tampoco —concordó Jayden.

—Bueno entonces... ¿Problema resuelto? No habrá ninguna cita —confirmó no tan segura la roja viendo si alguien tendría alguna objeción.

—No estoy hablando a espaldas de Mia para avisarles de esto, ella claramente va a venir y los rechazará pero Mia merece la felicidad, me gustaría que pueda salir con el chico que le guste, que disfrute y tenga una pareja. Tal vez sea una mala amiga por decir esto pero —agarró una gran bocanada de aire preparándose para lo próximo que soltaría. —Sin ofender Jayden pero eres un estúpido y lento, Mia esta enamorada de ti desde hace cuatro años, te ha esperado por tanto tiempo y ha llorado por ti. Ahora que viene Blake a darle otro tipo de amor, otro aire, estaba logrando... Como gustarle, si se podría decir así, y ahí es cuando de pronto te pones las pilas. Es como dice el refrán "No te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes". Ahora que sientes que puedes perderla es cuando estas actuando, confundiéndola mas todavía. No quiere recharzarte pero tampoco a Blake. Llegaron al mismo tiempo los dos y ahora...

—Emily, calmate —interrumpió el moreno tomando a su novia de los hombros agitándola. Se inspiró tanto hablando que ya perdió la noción. —Ya, esta bien. Los chicos entienden, no tienes que decir tanto.

—Ah... Lo siento —sonrió avergonzada.

—No, tienes razón, es mi culpa —apresuró a decir el líder. —Fui muy lento, la aparición de Blake tal vez hizo que... Me diera cuenta.

—No, en realidad es mi culpa —negó el pelinegro. —A mi me llamó ella la atención, como cualquier hombre, me acerqué y quise crear contacto, un vínculo pero tarde me di cuenta que era el estorbo.

—Wow, declaraciones que nunca olvidaré —soltó Mike con sorpresa y humor junto recibiendo de parte de Emily un codazo. —¡Auch, eso dolió!

—Pues si eso es lo único que vas a decir mejor callate —lo regaño.

—Tu novia esta bien molesta, Tranquilizala tigre —vino Antonio llenándose la boca con palomitas.

—Lo sé pero es mejor dejar que se tranquilice sola.

—Bueno pero ¿qué quieres que hagamos Emily? —la miró a la defensiva Lauren sin hallar otra solución además de la ya dada.

—Solo quería decir esto para que entendieran, pero sí, tal vez esto es lo mejor —pucheretea un poco decepcionada.

—Yo... —intervino Blake. —¿Qué tal si tu sabes con Mia el sábado?

—No, claro que no puedo —negó Jayden con rapidez. —Es mejor así.

—Pero ella te quiere.

—Y a ti tambien.

—Así todos vamos a salir perdiendo, la verdad no me importa que sea contigo —insistió Blake.

—Pero yo creo que tal vez es mejor que sea contigo.

—Ay no, ahí viene la modestia —burlo Mike logrando otro codazo de parte de su novia.

—¿Y no creen que es mejor que las dos citas vayan en pie y que Mia es la que eliga a cual quiere? Dos personas felices y uno con el corazón roto, pero no importa ya que yo me encargaré de conseguirle otra pareja, yo conozco muchas chicas realmente hermosas, amables y super inteligentes —Opinó Antonio mientras comía palomitas. Todos lo miraron subjetivamente. —¿Qué? En la novela que estoy viendo los protagonistas hicieron eso, por lo menos hará que menos personas salgan lastimadas.

—¿Dijiste que conoces muchas chicas hermosas, amables y super inteligentes? —Lauren alzó una ceja y se cruzó de brazos enviándole una mirada que decía mas de mil palanras.

—No te apresures, son solo amigas, simples amigas.

—Si, claro "Amigas" —dijo con sarcasmo Mike.

—¿Y qué has hecho con esas "Amigas"? —esta vez preguntó Kevin mirando al dorado, quien quería que la tierra lo tragara ahí mismo.

—Lauren, esos imbéciles solo quieren hacerme ver mal. Ellas son solo amigas, cualquier cosa te las presento a todas, si quieres borró sus contactos —apresuro a decir un tanto desesperado dejando el bol de palomitas para así tomar las manos de la chica.

—¿Quién esta diciendo algo? Soy solo tu amiga, exagerado —ella le dio un zape y se zafó de aquel agarre.

Antonio cachó a Lucy riéndose a escondidas y la señalo indignado. —¿Por qué te ríes, ah?

—Porque eres estúpido —soltó con honestidad sorprendiendo al mencionado y a algunos.

—Ah... Bueno, lo sé p-pero no tienes que decir lo de esa forma, ¿entiendes? Solo porque eres tu no te digo nada, bueno a las chicas no les puedo decir nada. Hay que ser respetuoso y caballeroso.

—Si, así para agrandar las conquistas —culmino a decir el moreno logrando una mirada asesina de parte del dorado.

—Callate, ¿quieres?

—No quiero.

—Ay, chicos. Estamos hablando aquí por este problema del triángulo amoroso —dijo Michael. —Solo decidan qué hacer y ya.

—Listo, habló el Sr. Extraño. Haganle caso —señalo el verde sonriendo un poco victorioso del cambio de tema antes de que lo jodan por hablador.

—¿En serio quieren hacer lo que dijo el estúpido de Antonio? —preguntó la roja hacia los dos chicos.

—Sí, es lo mejor. Hagamoslo —asiente apresuradamente Blake. La verdad es que él ya sabía que Mia se quedaría con Jayden, era mas que obvio y no quería que por su culpa, por ser un tercio innecesario del triángulo se arruinará aquella relación. Es mejor que ellos dos estén juntos y que no ocurra más drama.

—Bueno... —Jayden ladeó la cabeza inseguro. No le aparecía mucho ver todos los días a Blake y Mia como pareja, si fuese egoísta se negaría antes aquella petición pero fue suficiente pensar en la sonrisa de Mia lo que hizo que logrará aceptar. Si ella es feliz, él tambien lo es. Además Blake es alguien lleno de cicatrices, tal vez la compañía de Mia lo ayude por mas que le duela y le lastime. —Esta bien, hagamoslo así. Mia elegirá.








••••••









—Entonces al final si queda algo de humanidad en ti, eh —no era una pregunta si no una afirmación de parte de la voz malévola del Maestro Xendral.

Lorclus no dijo nada y siguió sentando en el escritorio de aquella gran biblioteca con un final perdido entre la neblina.

El Maestro se fue acercando a un estante y saca un libro específico el cual tenía como título "La maldición de la familia Wembley". El ojea un poco el libro por dentro y pasa una curiosa mirada alrededor de toda la carátula.

—Veo que lo has leído mucho, es el único libro que no tiene polvo en esta biblioteca —asume con cierto humor tosco. Se acercó lentamente y coloca el libro en el escritorio enfrente del monstruo azul. —Dime, ¿cuántas veces lo has leído?

—La veces suficientes como para atormentarme todos los días y destruirme más de lo que ya estoy —contestó seco mientras no alejaba la mirada de aquel libro.

—¿Por qué sigues aferrándote a algo que ya se fue? —preguntó irónico Xendral mientras se sienta en la silla frente a frente de su discípulo, solo con un escritorio interrumpiendo.

—Si no me aferrará no estaría aquí con usted siendo su más fiel seguidor luchando. ¿Será que se aburrió de mi? ¿Ya no me quiere?

Ambas miradas se encontraron. Una inexpresiva llena de un gran abismo negro infinito sin final, y la otra tenía la pizca maligna la cual en una pequeña, muy pequeña parte había solo un poco de compasión y lástima —ojo, muy pequeña—.

—Me alegro que no hayas decidido matar a Relme, ¿eso significa que todavía te quiero a mi lado? —aquellas palabras, un tanto extrañas para el Maestro expresarlas. Aun no entendía muy bien aquello que sentía en su interior pero la verdad, algo muy dentro de el, no quería que Lorclus se fuera, no todavía.

—Hace tres milenios cuando me salvó dijo que lo hacia sólo para su beneficio, para que yo lo ayudará pero en todo este tiempo siento que no he hecho nada en lo que lo pueda ayudar, solo lo he seguido a todos lados —asume un tanto confundido.

El maestro recargo sus hombros encima de la sonora madera vieja y une sus dedos entrelazandolo soltando un falso suspiro.

—Lo creas o no, me has ayudado mucho y todavía necesito de ti por eso te diré la verdad, solo a ti y si me llego a enterar que se lo cuentas a alguien, mal de ti —amenazó al final enviando una mirada nada agradable. Lorclus no respondió, asintió a la espera. —El Cetro en dónde metí a Forcla, la puedo sacar si me da la gana. El sacrificio era para probarte.

El Nixortom azul pareció sorprendido por unos segundos y al reaccionar inmediatamente se levantó, rodeo el escritorio hasta llegar a su Maestro y cayó de rodillas ante él.

—Por favor, hágalo.

—Mmm... —fingió pensar colocando una mano en su barbilla. —Bueno, tengo sueño ¿Qué...

—¿Quiere dormir? ¿Le preparamos su cama? ¿O tal vez quiere hecharse de un baño caliente? Puedo pedirle a los Yurkes lo que usted quiera, en serio —diji apresurado mientras toma las manos de su Maestro, quien con una mueca de asco las aleja.

—Lo decía solo de juego, no me toques. Sacaré a Forcla de ahí —al decir lo último Lorclus pareció querer hablar pero el superior no lo dejo interrumpiendolo ya sabiendo lo que diría. —No. Me. Agradezcas. Me da asco y escalofríos, es horrible así que no lo digas.

—Esta bien —asintió con rapidez mientras intento levantarse, algo que no pudo ya que el Maestro tiró de el cayendo otra vez contra el suelo.

—No creas que te la dejaré fácil —enarcó una sonrisa de lado.

—Digame qué desea.

—Te prohíbo matar a Relme.

—¿Que? ¿Por qué? —lo miró sorprendido. No matarlo era como pedirle que no respirara, que no viviera ¿Cómo podría pedirle algo así?

—Él y yo tenemos cuentas pendientes —afirmó mirando hacia un punto específico perdido entre la neblina. —Relme es un mentiroso, me ha estado viendo la cara de estúpido por tantos años y yo ni enterado. Ya verás, lo mataré con mis propias manos, me deshare de él y haré que se arrepienta de todo.

Lorclus notó un pequeño fuego oscuro en el reflejo de los ojos de su Maestro. Había ira, odio, rencor y ganas de Venganza. Por un segundo, era como ver su reflejo.











••••••











—¿En serio te iras? —preguntó Emily con ojos de cachorrito abandonado mirando a la pelinegra delante de si cargando un bolso.

—No es para siempre, solo serán unos días —sonrie Mia abrazando a su amiga del alma. —Te escribiré todos los días.

Al separarse la rosada mira al mentor.

—Gracias por dejarme ir unos días con mi hermano —agradece honestamente.

—Es lo mejor, necesitas pensar y ordenar tus pensamientos. La situación es complicada —contestó compasivo. —Solo ten cuidado, cualquier cosa sospechosa nos llamas.

Mia asiente y se va de la casa tomando un taxi.

Emily soltó un suspiro cansador viendo como el taxi se aleja.

—Ya la extraño —asume con puchero mirando el reloj de su muñeca con impaciencia.

—Solo pasaron unos cuantos segundos, Emily —le dice el mayor.

—¿Cuántos días faltan para que llegue el sábado?

—Estamos a miércoles.










Mientras tanto, Mia se montó en el taxi, le da la dirección del departamento de su hemano y espera a llegar.

Se pierde en sus pensamientos mientras ve las casas y el paisaje pasar de forma rápida por la ventana del auto. Su mente y corazón se sentían un lío, además de que se sentía avergonzada. Tal vez era muy cobarde de su parte haber pedido irse por 3 días sólo para pensar cual cita aceptar. Emily le contó la charla que tuvo con los chicos y ella decidió que lo mejor era irse, no podría verle la cara todos los días a los dos muchachos, se sentiría muy incómodo. Lo mejor era alejarse y pensar, eso es todo, pensar y pensar pero en otro ambiente.

Por suerte el departamento de su hermano no estaba muy lejos, no ha podido visitarlo desde hace siete meses que empezó todo.

Al llegar al edificio le paga al taxi, toma su bolso y baja despidiéndose cortésmente. Entra al lobby y presiona el botón del ascensor esperando. Saca su teléfono celular marcando al número de su hermano y avisarle de que ya llegó. Hace dos horas habló con él de que iría hoy pero extrañamente esta vez no estaba contestando.

Con el ceño levemente fruncido entra al ascensor y sigue marcando el número. Llega al piso y se para delante de la puerta tocando el timbre no recibiendo respuesta.

Después de media hora. ¡Si! Media hora llamándolo y tocando la puerta fue cuando Terry se digno a abrir la puerta.



—¡Oh, hermana! —exclamó sorprendido. Este cargaba una pillama arrugada, ojos hinchados, cabello desordenado y saliva seca rodeando su boca, todo esto indicó una sola cosa, había estado durmiendo. —Lo siento mucho.

Abre la puerta en su totalidad dando pase a Mia, quién entró dándole típicos regaños de hermana mayor y él solo asentía avergonzado.

—Cambiando de tema, ¿Cómo te está yendo en los estudios? —le preguntó con el humor un poco mejor. Esta analizo la casa y asintió levemente al no encontrarla tan desordenada como pensaba que estaría. Se sentó en el sofá.

—¿Bien? La verdad es muy difícil, ya quiero salir de ese infierno —ríe nervioso mientras se sienta en otro mueble rascándose la nuca. —La verdad es que tengo mucho que hacer, apenas he dormido en estos días. No hay tiempo para nada.

—Entonces ¿Qué esperas? Ve y estudia, no te molestaré —apresuro a decir un poco preocupada.

—Pero antes, sigo sin entender algo. ¿Por qué viniste? No digo que no te quiera en mi casa pero ¿No se supone que no puedes estar en otra casa además de la Shiba en estos tiempos? —preguntó dudoso.

—Es complicado —miró a través de la ventana por un momento. —Hay algo que tengo que resolver pero para hacerlo es mejor estar lejos de los chicos.

—Mmm... ¿Y qué es?

—No seas chismoso y ve a estudiar, las notas no vienen solas —resoplo a la defensiva.

—Ay, discúlpame. Ya me voy —se levantó del sofá y trota a su habitación. Antes de entrar le da una rápida mirada a su hermana mayor. —Yo ceno a las ocho, procura hacerme una comida bien rica y limpiar la casa, eh.

—Tonto —insulto ella lanzandole una almohada algo que el asiático no recibió ya que entró a la habitación con rapidez.












(...)









Los días pasaron en un abrir y cerrar de ojos. La tarde del sábado llegó aterrando a la pelinegra quien indecisa tomó una decisión. Sí, ella no saldría con ninguno de los chicos. Era lo mejor. No quería armar problema o algún drama, no deseaba romperle el corazón a nadie y de igual forma confundirse más. Ninguno era la mejor opción.

Se sentó en el sofá y mira a través del gran ventanal de la sala, el cual en su décimo piso se veía un muy buen paisaje de la ciudad.

La verdad le dolía pero era lo mejor. Tal vez ya sabía a quién elegiría entre Jayden y Blake pero las tensiones futuras, eso quería evitar. Todos son un equipo y están luchando contra el mal, problemas terceros que involucraban su mal de amores era mejor evitarlo.




3:30 pm.




Miró la hora de su reloj ansiosa.

De pronto su celular empieza a sonar. Era Emily llamándola. Con rapidez atiende.

—Hola.

—Hola, Mía ¿Te estás preparando? ¿Quieres que te ayude a elegir que vestir? —la emoción se denotaba en la voz de la rubia del otro lado de la línea.

—No.

—¿Qué?

—Decidí que no iré a ninguna de las citas, es mejor así, Emily. No quiero causar muchos problemas, conflictos o tensiones. Es mejor así.

—Ay, Dios. ¿Ahora te vas a poner como ellos al principio? —ya Mía imaginaba a su amiga rodando los ojos.

—Bueno pero ¿Qué quieres que haga? No puedo simplemente elegir a uno, no es tan fácil.

—¿Por lo menos ya sabes a quien quieres?

—Tal vez —apreto los labios pensativa.

—¡Bueno! ¿Entonces qué esperas?

—Emily, por favor, no entiendes.

—Mia, por favor. Jayden y Blake hablaron de esto, demasiadas veces en estos días aunque no lo creas. Ellos son maduros y entendieron que lo mejor es que tú seas feliz no importa con quien estés. Prometieron no causar conflicto y Antonio ya tiene una lista de chicas para presentarle al que quede solo. Ellos quieren que elijas a uno —fue explicando la rubia.

—Pero no puedo hacerlo.

—Si no lo haces quedaremos en las mismas que antes. Confusiones, celos y con ellos tratando de llamar tu atención. Es mejor acabar con esto ahora, Mía, en ves de dar círculos una y otra vez sobre la misma situación. Somos rangers, lo sé, pero por ello somos adultos maduros que entendemos. No somos unos adolescentes inmaduros que están pasando por la pubertad que generan mucho drama y problemas por esto.

—¿Ellos quieren esto?

—Si pero aquí la pregunta es si tú quieres esto, quieres la cita.

—Tal vez... Sí.

—Entonces mueve ese trasero y apúrate, te quedan veinte minutos. ¿Quieres que vaya a ayudarte?

—No importa, gracias. Yo puedo sola.

Ambas mujeres se despidieron y Mía suelta un suspiro a la vez mientras se levantó del sofá.




«Esto es lo mejor» intento convencerse a sí misma.




Fue con rapidez, se bañó y al salir con una toalla enrollada en que cuerpo empieza a rebuscar en su bolso. Se maldijo internamente por no haber traído consigo algo bonito.

—¿Qué pasa? —apareció Terry por el marco de la puerta.

—Voy a salir y tengo que usar algo bonito pero no tengo nada, no traje nada —se rasco el cabello soltando un bufido.

—Ah... —asiente y de pronto su rostro se ilumina. —Espera un momento, hermana.

El joven salió corriendo por el pasillo y vuelve con un hermoso vestido rosado.

—¿Te gusta? Si quieres úsalo pero tienes que pagarlo —se lo extendió.

Mía lo tomó fascinada con la prenda frente sus ojos para luego mirar con ojos recriminarios a su hermano.

—¿Por qué tienes un vestido de mujer en casa, eh?

—Es que... —se sonrojó y evitó el contacto visual.

—¿Tienes novia?

—¿Tal vez...?

—¿¡Qué!? ¿Y por qué no me lo dijiste?

—Si sigues hablando llegarás tarde, escuché que tú cita es a las cuatro y ya son las 3:50 —apresuró a decir tratando de evadir el tema.

—Esta bien, pero cuando vuelva no te escaparas de mi —lo señaló y luego lo empujó hasta sacarlo de su habitación.

Se vistió, arregló y maquilló. Se sintió hermosa al verse en el espejo.

Sale apresurada del apartamento y corre hasta el ascensor. Al salir del edificio pide un taxi, algo que tardó unos diez minutos en llegar.

Ya iba unos quince minutos atrasada. Cuándo el taxista le preguntó la dirección en ese momento su corazón dudo. ¿Estaría eligiendo la decisión correcta?

Le dio una dirección más cercana de ambos chicos. Bajó, pagó y se quedó mirando ambos caminos.



¿Izquierda o derecha? ¿Blake o Jayden?
¿Por qué dudaba si ya había elegido uno? ¿O todavía no completamente?


Sin evitarlo, volvió a pensar en ambos, en lo que le provocaba a su interior y lo que pasaron juntos.

Jayden es una muy buena persona que merece ser feliz, alguien muy recto, bueno, amable, justiciero y pasivo, obvio, con su carácter. Estar con él implicaba muchos revoloteos en su corazón, una sensación de mucha paz y felicidad, tiernas sonrisas y lindas miradas. Es alguien que conoció hace cuatro años, más confianza y mejor, ¿No? Mientras Blake es alguien más fuerte, decidido, muy hablador, súper honesto y sarcástico. Es alguien que merece pero sobre todo necesita ser feliz, con una gran herida que curar, tan arrepentido viéndose tan humano. Estar con el implica a más charlas profundas, sonrisas más coquetas y la adrenalina surgiendo en su sangre.

Blake es mucho más atrevido que Jayden.
Pero Jayden es más tierno que Blake.

Si elige a Jayden ella sería feliz.
Si elige a Blake, él por fin sería feliz.


Pero.... ¿Jayden tardó cuatro años en darse cuenta de que la amaba? ¿En serio es amor o lo está confundiendo? Él es más inseguro mientras Blake se ve más decidido, desde el comienzo no oculto sus sentimientos.

Mia siguió los pasos de su corazón el cual la hizo caminar hacia el lado izquierdo.







«Sí, este es el camino correcto.

Él si me quiere, él no es indeciso»









Pasaron los minutos hasta parar a una distancia de unos cuatro metros de aquel Ranger masculino, quién parecía mirando a los lados hasta que la captó.

Sus miradas se encontraron y ambos sonrieron. El chico se levantó del banco y camino hasta llegar enfrente de la chica.


—Hola, Mía —saludo Blake.















••••••





CHAN CHAN CHAAAAANN.....









Próxima actualización:
En unos días.








Como yo soy una persona cruel que le encanta hacer sufrir a la gente y ocasionar drama la siguiente parte la actualizaré en unos días. Los quiero hacer esperar impacientes y que sufran 😈😈








👠Esto es lo que Mia tiene puesto👠































🌟Agradecimientos y dedicatorias🌟




🔸ElenaYaez21

🔸CarlosBurrowsGoodall

🔸SairiJe05

🔸Seeverse1809

🔸YamilethSolorzano

🔸AlexandriaArce








Gracias por aquel voto, comentario y vista que le han regalado a esta muy linda historia. Se los gradezco de todo corazón ❤️































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