Capítulo Treinta y dos
“Sueños y Anhelos”
—¡Ya estoy harto! —resonó el grito de Antonio por toda la sala junto a un bufido de frustración llamando la atención de todos los presentes.
Blake confundido le puso pausa a la película y mira al otro pelinegro.
Hace una semana exactamente Jayden y Mia se volvieron novios, y desde ese momento se volvieron tan románticos y empalagosos que al principio nuestro singular dorado aplaudía y moría de amor pero al día de hoy está absolutamente harto. Harto de sus palabras de amor, su dulce comportar y las miradas acarameladas que se cargan durante todo el día. Quiere vomitar.
Se levantó del sofá y se acercó la pareja enfrente suyo en donde se hayan dándose de comer, riendo como tontos enamorados y pequeños besitos. Además de que la idea de ver una película romántica con dos parejas dándose mucho amor ya no le parece divertido.
—¡Yo soy pobre, ¿Entienden?! ¡No tengo amor, no tengo novia, no tengo nada! —exclamó el dorado. Tomó a Kevin del brazo y lo arrastró sentándolo entre Jayden y Mía rompiendo así, su momento romántico. Y luego se dirigió hacia la otra pareja en donde el moreno no le dejaba de dar besitos en toda la cara a la rubia, Antonio no espero y los separó sentándose entre los dos. —¡Ahora sí! Podemos seguir viendo la película en paz.
—¿Eres estúpido o qué? —cuestionó Mike un poco enojado pellizcando con fuerza la mejilla del pelinegro —Fuera.
—¡Auch! —se frotó el cachete con su mano haciendo un puchero.
—No es mi culpa que sigas soltero —soltó Jayden encogiéndose de hombros y sin espera empuja a Kevin tumbándolo al suelo para luego acercarse nuevamente a Mia y abrazarla por los hombros.
—¡Mi trasero! —se quejó el azul adolorido levantándose del suelo y frotando el lugar adolorido. —¿Sabes qué podías decirme que me levantará?
—¿No ves que desde que Jayden por fin consiguió una novia todo cambio? —sentenció Antonio señalando con reproche al nombrado.
—Tu eras el que más quería que yo consiguiera novia, ¿y ahora te quejas?
—Es que no es justo, no sabía que ibas a tirar tu amor por cada rincón de esta pequeña casita, ¿verdad chicos? —se dirigió a los solteros del grupo.
—Bueno, un poco sí pero así comienzan las relaciones, mucho amor —contestó Blake pensativo.
—Igual me tienes a mi para evitar que vomites —rió Michael pasando su brazo alrededor de los hombros del pelinegro. Ambos se miraron con una chispa en los ojos y luego estallaron a carcajadas.
—Nunca pensé ver un bromance enfrente de mis ojos —sentencio Kevin tapándose los ojos.
—Nosotros somos un bromance —intervino Mike señalando al azul y a si mismo. Agitó sus cejas enviándole una peligrosa mirada al afroamericano.
—Por alguna razón me siento expuesto —se abrazo a si mismo con algo de incomodidad y se vuelve a sentar junto a Lucy.
—¿Pueden dejar de hablar? Quiero terminar de ver la película —se quejó Emily levantándose del sofá y quitándole el control remoto al dorado.
—Si, no es nuestra culpa que ninguna chica quiera estar con ustedes —señalo Mia a la defensiva.
—Primero cambia ese carácter de Playboy —recrimino Lauren cruzándose de brazos.
—¿Antonio es PlayBoy? —fruncio el ceño Lucy sorprendida ante aquella información.
—¿Yo? ¡Yo no soy ningún Playboy, soy solo yo!
—¿Saben quién siempre se excusa con la misma oración? ¡Bam! ¡Mike! —exclamó Kevin obvio logrando que Antonio se sacará su zapato y se lo tirará, gracias a su rapidez logró esquivarlo de suerte. —Wow, eso estuvo cerca.
—¿Qué yo qué? —hablo amenazante el moreno mirando feo al azul.
—Bueno pero él cambió —defendió Emily a su novio y el sonrió satisfecho dándole un sonoro beso en la mejilla. —Creo.
—¡Oh, vamos!
—Ah, ya veo... —soltó de pronto Blake riendo un poco, parecía haber recordado algo y todos lo miraron con confusión.
—¿Qué sucede? —le preguntó Mia curiosa.
—Se suponía que Antonio tenía que presentarme a sus amigas pero al final nunca pasó y ya veo porque —afirma cruzándose de brazos.
—¡No quiero más parejas por aquí hasta que yo consiga una! —exclamó el pelinegro decidido. —Caso cerrado.
—Pero...
—¡Caso Cerrado he dicho, badboy!
...........
El Maestro Xendral venía entrando a la sala real tarareando una canción y chasqueando al ritmo. Se veía más enérgico y un poco... ¿Feliz?
—Bienvenido, Maestro —dijeron sus tres discípulos al instante al verlo entrar. El trío se inclinaron y su superior los miró con relajo.
—Si, si, si. Levántense —sentenció y se sentó en su asiento Real dejando ciertamente confundido a aquel trío, quienes se pararon al lado de él esperando cualquier orden, algo que no escucharon durante varios minutos.
—¡Maestro, diga algo que me estoy volviendo loco! —exclamó Goldinius harto de aquel silencio tirándose al suelo por la desesperación. —¡Lleva días haciendo lo mismo, esto no es normal!
—¿No es normal que este de humor? Cuando ando de malas se quejan —se cruzó de brazos y levantó una ceja curiosa mirando al amarillo tirado en el piso.
—Bueno, tiene razón... —se rascó la nuca teniendo un debate mental.
—Ya, levántate estúpido —adelantó a decir Forcla tomando al amarillo y levantándolo a la par.
—Maestro, tengo una duda —hablo Lorclus llamando la atención de todos por su tono un tanto formal y serio. —¿Cuándo piensa en atacar a la tierra? Hace tiempo no lo hace.
—¿Y quién dice que no mandé a alguien ya? —cuestionó con sarcasmo dejando un tanto confundido a los presentes.
—Pero usted no ha mandado a ningún... —las palabras del azul quedaron al aire al darse cuenta de que su Maestro nuevamente había enviado a un Mutante. —Señor, con todo respeto pienso que esto no está bien.
—No me cuestiones nada de lo que hago, Lorclus. Tú solo estás para obedecerme —lo señaló un poco indignado. —Y yo se lo que hago.
—Estoy preocupado por usted y por todos, eso es todo, Maestro.
—Pues no lo pareces, ya me estoy empezando a hartar de los jueguitos. Los Nixortom's que tengo, ninguno es suficiente, quiero algo más, intentar ver si esos monstruos inmundos llegan a mi espectativa —explicó recordando haber tenido una charla hace unos minutos con un Mutante.
—¿Cómo hace para encontrarlos? ¿O más bien para que le hagan caso?
—No es tan difícil, solo tienes que sobornarlos con algo, ellos no tienen un rey supremo como yo, solo vagan —asume a la ligera.
—Realmente no estoy entendiendo de lo que están hablando —inquirió Goldinius.
—Yo tampoco —concordó la contraria.
—Puedo hablar de todo enfrente de ustedes y aún así en sus estúpidas mentes no se queda nada —se burló Xendral dándole un zape al amarillo.
Justo en ese momento llegó Comendius tocando la puerta y pasando a la sala sin olvidar un sofisticado "Con permiso". Este entró con una carta entre sus manos dirigiéndose directamente hacia su maestro.
—¿Qué quieres?
—Le llegó una carta específicamente para usted —le extendió el sobre y el Maestro lo tomó con cierta desconfianza.
—¿De quién es?
—No lo sé pero cuando la vinieron a traer me dijeron que nadie más aparte de usted la debe de leer y es de suma importancia. Yo tengo cosas que hacer, así que con su permiso me retiro, Maestro —dio una reverencia nuevamente y salió de la sala.
—Ustedes también larguense, voy a ver qué tiene esto —los mandó para afuera técnicamente hechando a todos de la sala.
—Esta bien, vámonos.
Cuando ellos tres se fueron el Maestro curioso abre el sobre. Al leer el contenido y saber quién es el que le envío dicha carta una chispa de rabia se hace presente en sus ojos. Crea un puño y ejerce presión entre sus manos empezando a sentir una extraña rabia surgir por todas sus venas.
Y por fin decidió ir y terminar lo que había prometido tiempo atrás.
«Te acabaré, ten lo por seguro»
........
El sensor de fisuras resonó por toda la mansión Shiba y los chicos tuvieron que correr hacia el lugar en peligro.
—¡Alto ahí! —exclamó Mike señalando al nuevo enemigo que se haya atormentando la ciudad.
—Es un Mutante —asume Antonio con sorpresa.
—Sí, lo soy —contestó aquel ser de apariencia mixta. Una mujer de piel azul con apariencia similar a la de un Pavo real. Sostiene un abanico de aquel color singular que posee el animal volador. A pesar de su extraña apariencia, de alguna manera era hermosa y cautivadora. —Me pueden llamar Perine, mis Rangers.
Da una reverencia y abre su abanico moviendolo un poco con cierta elegancia.
—Oh, ¿bien educada? —alzo una ceja Mike un poco sorprendido.
—Andando —apresura Kevin sin más.
Los Rangers corrieron hacia aquella Mutante y empezaron una distintiva batalla.
—Oh, es realmente rápida —asume Emily.
—Cada vez vienen más poderosos —comenta Blake. Él trata de darle con su espada a aquella Mutante pero de pronto Perine abanico su arma haciendo que cayeran cierto polvo brillante, el cual llegó al pelinegro.
El Ranger Negro de pronto se detuvo y sin evitarlo cae desmayado o más bien dormido contra el suelo.
—¿Qué? ¿Blake, estás bien? —Lucy siendo la más cercana se acerca al pelinegro arrodillándose.
Perine sigue moviendo su abanico enviando el polvo a los distintos Rangers. Mia, Emily, Jayden, Mike, Kevin y Lucy. Todos fueron cayendo uno a uno destranformandose contra el suelo dando una gran siesta.
—¿Qué esta pasando? ¿Qué es lo fue haces? —soltó a la defensiva Antonio una vez que se acercó a Lauren, siendo los dos, los únicos Rangers faltantes para caer en aquel sueño.
—Estan soñando. No traten de despertarlos que están en su mundo ideal, solo ellos deciden despertar a menos que me destruyan pero eso es imposible. Ahora siguen ustedes, apuesto a que tienen tantos deseos por cumplir, prometo ayudarlos, Rangers —explicó ella acercándose con pasos lentos hacia los héroes, quienes retrocedían a la par.
—Emm...
—Antonio, corre —exclamó Lauren tomando de la mano al dorado y asi ambos corrieron despavoridos de ahí.
—Pueden correr pero nunca esconderse de mi —rió con cierta malicia el monstruo y corre detrás de los Rangers.
Después de una buena carrera Lauren y Antonio lograron esconderse en un callejón detrás del basurero. Se destranformaron y cayeron al suelo con respiraciones cansadas.
—Fue rápido, nos está acabando muy rápido —Antonio simplemente no se lo podía creer. Esa Mutante no les dió nisiquiera el tiempo de sacar su Super Poder Ancestral. ¿Cómo podrían ellos dos si con nueve no pudieron?
—Tenemos que quitarle el abanico pero llegar a el será casi imposible —Lauren coloca una mano en su barbilla y la otra la cruza pensativa.
Sus samuraizers suenan y contestan con rapidez al ver que venía de la casa.
—Mentor, se los llevaron a todos en un parpadeo —dramatizo el dorado.
—Sí, lo sé, lo hemos visto —contestó desde el otro lado de la línea.
—¿Qué haremos? —preguntó Lauren.
—Michael parece conocer un poco del tema, dejaré que les hable.
—Miren chicos. No sé mucho pero en mi estadía en el otro mundo he escuchado de Perine, es un Mutante de los sueños y su arma principal es su abanico, tienen que lograr quitárselo de alguna forma. Ella se encarga de llevarte a tu mundo ideal logrando que por decisión propia uno no desee despertar, lo más reciente que hayas querido hacer si puedes hacerlo ahora mejor háganlo. Si su deseo se ha cumplido se vuelven inmunes —explicó cautelosamente el rubio desde el otro lado de la línea.
—¿Deseo? ¡Por favor tengo tantos deseos y cosas que quiero hacer que es imposible completarlo en un solo día! —exclamó Antonio pensando en todo lo que ha querido hacer en su vida.
—Sale mejor usar de una ves el poder ancestral e ir con ella para acabarla —reflexiono Lauren sacando a la par su zord Grifo.
—Si van es como caminar en una cuerda floja con los ojos tapados, caerán.
—¿Entonces que quieres que haga, Michael? Me siento frustrada por no poder cumplir mis sueños y deseos. Todo vendrá después cuando acabemos al Maestro Xendral pero mientras tengo que seguir en las mismas.
Antonio de pronto suspira llamando la atención de su compañera.
—¿Qué sucede?
—Nada.
«Solo que mi más grande deseo eres tú» Quiso decir pero al final se tuvo que tragar aquellas palabras que seguían hiriendo su interior. Ya habló con Jayden y éste le permitió intentar algo sentimental con su hermana entonces ¿Por qué aún no ha cogido valentía y le ha dicho lo que siente? Siempre supo que la parte más difícil era tener la aceptación de su mejor amigo pero ahora se da cuenta de que no.
Todo iba bien al principio, hasta que sus amigos lo parecieron tildar de un PlayBoy el cual conoce y a salido con un montón de chicas. Osea, él si tiene muchas amigas así como tiene muchos amigos. ¿Qué problema tienen de que hable hasta con la tortuga del vecino de la casa de su abuela sobre cómo está el día? Solo le gusta hablar y divertirse, ya, eso es todo. Pero ahora de pronto junto a aquella rubia muchacha su voz parece desaparecer.
—L-Lauren, O-Oye...
—No se diga más, andando Antonio —le interrumpió la chica sin darse cuenta de que el muchacho tenía algo que decir.
—¿Qué?
—¿No me escuchaste? Vamos a usar el poder ancestral. Tú la distraes y yo trato de tomar el abanico —explicó con obviedad mientras se levanta y limpia su pantalón.
—Ah, si, si —asiente con rapidez también levantándose.
.......
Relme se encontraba tranquilamente en su cabaña hechando dentro de una gran olla negra de bruja varios líquidos extraños. Cantaba una canción con una voz tan aguda y dulce pero que por alguna razón sonaba tan ciniestro.
La paz seso en el instante en que la puerta de su casa fue abierta con brusquedad rompiéndose y cayendo contra el suelo a pedazos, en ella entro el Maestro Xendral viendo con odio puro a aquel ser.
—¡Confíe en ti! —gritó a todo pavor Xendral mandando a volar todos los muebles destrozándolo con su sola presencia sin siquiera mover un solo dedo.
—Wow, entonces es cierto que te has vuelto más poderoso que el Maestro Xandred —asume el brujo sonriendo con cierto morbo sin preocuparse ni un poco de sus pertenencias rotas. Se giró a ver al Maestro analizando su hogar destruido. —¿No te enseñaron tocar la puerta?
El superior no le hizo caso y corre hacia el acorralándolo contra la pared. Lo toma del cuello con fuerza mirándole con mucha rabia y rencor.
—¿Y a ti no te enseñaron a no meterte en donde no debes? —cuestionó con un tono realmente extraño, sentía muchas emociones en aquel momento pero sobre todo el de querer hacer una maldad.
—Sabía que el Maestro Xandred en algún momento te lo diría, lleva tiempo enviándote regalos a media noche —asume moviendo la cabeza en forma de asentimiento pensativo.
—¿Acaso no tienes miedo? Te ves tan tranquilo, ¿no temes morir? —escupió aquellas palabras con recelo y cuando el contrario pareció querer responder le interrumpe. —Ah, que digo, los monstruos como tú nisiquiera entienden el sentimiento de quererse a si mismos.
—Ningún monstruo debe de tener sentimientos —corrigió Relme. —El tenerlos te vuelve débil, estúpido y un gran blanco para todos. Has caído muy bajo. Te elegí a ti por sobre tu hermano ¿para que termines de esta forma? ¿Encariñandote con tus exclavos, en serio?
—Él no es mi hermano, nunca lo fue. ¡No lo es! —gritó lo último con tanta fiereza que rompió las paredes de la casa mandando a volar todos los muebles y cosas. Lo único que no salió volando fue la gran olla negra, la cual parecía estar pegada al piso.
Xendral tomó con más fuerza el cuello contrario levantándolo al aire. La sangre empezó a salir por la boca de Relme quién parecía un poco desesperado.
—Te mataré en este instante, así como mataste mi vida, la de mi familia y la de Lorclus —soltó entre dientes con tanto odio ejerciendo mucha presión en sus manos.
—E-Eres un tonto —dice con dificultad el brujo empezando a quedarse sin aire. —¿En serio crees que tus exclavos te quieren? Por si no recuerdas tu tienes controlado a Goldinius y Forcla, no son más que unos muñequitos hechos por ti, hechos gracias a tu propia debilidad. ¿Y qué hay de Lorclus? Lo destruí y tú estás tratando de reconstruirlo, piensas que el te quiere pero en realidad solo está atado a ti por Forcla. ¿En serio crees que él te sigue a todos lados porque de verdad te es fiel? ¡Vamos, si quieres voy y la vuelvo a la normalidad para ver que sucede! ¡Eres un tonto, Xendral! ¡Siempre lo has sido! ¡Te encariñas con personas que no debes, por eso es que tus padres nunca te quisieron y Xandred te dió la espalda!
—¡Tú lo hiciste! ¡Tú hiciste que ellos no me quisieran y que Xendrad me haya t-traicionado! —sin evitarlo lágrimas de frustración empezaron a adornar su rostro. Se sentía muy angustiado y furioso odiando el solo recordar su procedencia.
Cierra con fuerza sus ojos queriendo hacer desaparecer aquellos recuerdos que vienen a atormentarlo en las noches. Él es el Maestro Xendral, un monstruo sin corazón, un depredador invencible en aquel mundo. Alguien que no debe nunca llorar.
—N-No, y-yo solo te di un empujón a la realidad. S-Sabes que yo no puedo cambiar los sentimientos de los seres vivos, s-solo cambios los eventos. Amo ver cuándo lo h-hago porque demuestra la verdadera cara escondida de todos —habla con dificultad debido a la falta de aire. Poco a poco iba perdiendo las fuerzas.
Sin darse cuenta el Maestro fue soltando de apoco el cuello del brujo sintiéndose impotente. Él tenía razón, al final nadie nunca lo quiso en el pasado pero ahora en el presente si tenía. Lorclus, Goldinius y Forcla, ellos definitivamente lo querían.
—Haya sido tu culpa o no igual debo de matarte, arruinaste a Lorclus —sentenció reafirmando su fuerza de apoco.
—Desde siempre Lorclus me ha buscado y tú has sabido de mi paradero, has venido, hemos hablado ¿Y ahora es que me vienes a matar?
—Abrí los ojos y me di cuenta que no necesito escorias como tú rondando.
—¿Y Lorclus? ¿Seguro que no te va a traicionar? —cuestionó con voz baja, como un ligero susurro quedando como un extraño eco en la mente del Maestro. —He visto cosas muy feas, pronto morirás y Lorclus no te salvará, él te traicionará.
—¿De qué estás hablando?
—De esto —levantó su mano al aire creando una bola de cristal en la cual se veían ciertos sucesos. —Si no te deshaces de Lorclus, él lo hará contigo. Has hecho mal al confiar en alguien que está obligado a escucharte, en algún momento él se hartará y ese momento es ahora. Matalo, tienes que matarlo.
—¿Matarlo? ¿Cómo?
Relme esbozó una sonrisa para nada agradable y estiró su brazo señalando la gran olla que tenía una extraña mezcla. El Maestro vio aquel objeto negro con cierta desconfianza y confusión.
—En este lado del mundo la amistad y la familia no existen, el respeto no se crea a través de la amabilidad sino del miedo. Le has dado muchas libertades a tus súbditos y es hora de enseñarles una lección, de demostrarles quién manda realmente. Mostrarle a Xandred de que tú eres más fuerte.
—¿A... Xandred...? —el Maestro soltó al brujo confundido. Sintiendo algo extraño agobiar su interior.
No entendía nada. Toda esta situación lo estaba volviendo loco. Xandred vivo en algún lado del mundo, enviándole regalos para atormentarlo en las noches. Lorclus al borde de la traición hacia su persona. Sus planes para destruir aquel nuevo mundo a la deriva decayendo. Sus poderes creciendo de forma voraz por alguna razón que no entendía.
Todo esto tenía que ser una puta broma, algún sueño absurdo. Realmente él deseaba que todo esto sea uno de sus tantas pesadillas que lo hacían despertar de niño, añorando aquellos recuerdos de su madre consolando lo después de cada despertar a media noche.
Trató de... Confiar.
Y nuevamente le han apuñalado en la espalda. ¿Cuándo será la hora de que aprenda a ser un monstruo completo? No destruyó tres planetas por nada. Los dos primeros lo hizo para obtener un alago de parte de su familia, de Xandred quien siempre le recordaba irrefutablemente su "débil corazón". Y el tercero lo destruyó por la rabia que sentía, necesitaba ser mejor que Xandred, que todos vieran que él de verdad es malo, que fue incapaz de sentir misericordia cuando mató a aquella cantidad de personas.
"¿De verdad nunca sintió nada al matar a tanta gente?" Todos siempre se hacían la misma pregunta y él solo contesta con una sonrisa y comentario sarcástico.
—Sabia que vendrías —asume Relme aclarando se la garganta y arreglando sus ropas. —Por eso preparé la poción por adelantado porque también sabía que destrozarías mi casa. El punto es que planee una perfecta muerte para la pareja del siglo, algo digno para los grandes Wembley.
El Maestro frunce el ceño al notar como aquel brujo esboza una sonrisa para nada agradable de ver.
—Wembley... —murmura aquel apellido recordando el pasado de aquel súbdito que él mismo trajo y creo con el tiempo. —Acabemos de una vez con su historia.
........
—Desde los poderes desterrados de las penumbras del ardiente sol, ¡Grif Trans! ¡Activado! ¡Ranger Red Grif!
—Desde los poderes de la antigüedad de la luz ¡Qyl Trans! ¡Activado! ¡Ranger Gold Qyl!
Ambos Rangers luego de transformarse salieron de su escondite. La roja más decidida que el dorado, quién seguía sus pasos no muy seguro.
A penas salieron del escondite y se encontraron con un montón de personas tiradas en el piso soñando y muriendo lentamente.
—Lauren, creo que...
—Oh, veo que aquí están mis pequeños Rangers —la voz de Perine los interrumpió. Ambos se giraron con rapidez. —Pensé que no los volvería a encontrar. ¿Tanto miedo tienen de mi?
—Solo estamos a gusto con nuestra vida —inquiere Antonio con cierto temblor, no tan seguro de sus palabras.
—Eso veremos.
Ella corre hacia ellos y así empezaron una batalla. Varios Yurkes se unieron en dicha pelea.
—¿Listos para soñar? —cuestiono con sarcasmo.
—Mmm... —Lauren finge pensar por un segundo —No lo creo, Antonio, ¡Ahora!
El dorado asiente y con la velocidad de la luz empieza a luchar contra Perine sin dejarle tomar un respiro usando todo de si.
—¡Ataque Súper Red Grif! —exclamo ella usando toda su fuerza en aquel ancestral ataque. Apunto su cetro a la Mutante y una gran bola de poder se encamino hacia ella.
Perine no pareció inmutarse ni un poco, solo movió su abanico y dejo que los destellos cayeran encima de la bola de poder, el cual desapareció al instante.
—¿Qué? ¿Cómo es posible? —Lauren se nota shokeada.
—¿En serio crees que solo puedo meter a personas en el mundo de los sueños? —asume con ironía para luego esbozar una malévola sonrisa. —En realidad también puedo hacer otras cosas, como... Uhm... ¡Esto!
Abanico su arma con rapidez y un portal se abre trayendo consigo nuevamente el ataque de Lauren pero esta vez en dirección de su creadora.
—¡Lau! —Antonio exclamó con susto. Corre con rapidez hacia su chica pero para su mala suerte no estaba lo suficientemente cerca. No pudo evitar cerrar sus ojos con fuerza no queriendo ver los peor.
Pero justo, en el último segundo en el que se daba todo por vencido el relincho de un caballo resonó y la imagen de un hermoso corsé se posiciona enfrente de Lauren protegiéndola, con sus almas se forma el escudo y logra vencer el ataque.
—¿C-Cómo es...?
De pronto un fénix de fuego desciende con estilo cerca a ellos con dos seres, dos singulares Rangers.
—Siento la tardanza —comenta el Pegaso con elegancia.
—¿Jayden? ¿Mía? ¿Cómo es posible? —Antonio luce impresionado.
—¡Ustedes deberían estar durmiendo! ¿Qué hacen aquí? —Perine se ve además de sorprendida muy molesta e indignada por esa situación.
—No solo ellos están despiertos —llega esbozando una sonrisa la Yellow Ranger junto al Green Ranger montados en un Centauro, el cual se detuvo y ambos bajaron.
—Hemos llegado a la parada —asume el Zord mientras que los Rangers encima se bajaban.
—N-No puedo creerlo, ¡Esto es totalmente indignante! ¿Cómo es posible?
—Facil, hace cuatro años nos topamos con un Nighlock similar a ti, ¿Crees que no aprendimos con eso? —asume con cierto humor Mike viéndose un poco orgulloso de si mismo.
—Ademas actualmente somos lo suficientemente felices, la realidad y la ilusión eran lo mismo, por eso despertamos —comentó Mia con seguridad.
—Somos los Rangers no solo porque estamos capacitados para soportar sus ataques tambien nuestra mente es poderosa —culmina diciendo Jayden mientras se apuntó la cabeza.
—Creo que es hora de acabarte, ¿Qué dicen chicos? —Mike saca su zord Centauro. Todos se miraron y sonrieron a la par.
—¡Vamos!
—Desde el poder de los bosques y árboles ¡Velds Trans! ¡Activado! ¡Ranger Green Velds!
—Desde el poder del lejano horizonte ¡Peegs Trans! ¡Activado! ¡Ranger Pink Peegs!
—Desde los poderes de la sanación impertinente ¡Nings Trans! ¡Activado! ¡Ranger Yellow Nings!
—Desde el poder de los volcanes y el ardiente fuego ¡Nix Trans! ¡Activado! ¡Ranger Red Nix!
Perine al ver la alucinante transformación de los Rangers, más sus cetros y lo absolutamente poderosos que se ven da un paso atrás un poco temerosa.
—Esta vez, te acabaremos —aseguro Jayden señalando la con su arma. —¡Vamos chicos!
Los seis chicos corren hacia ella y empiezan una batalla en donde esta vez iban ganando. Perine llamo a más de una docena de Yurkes pero de igual forma todos eran derivados uno a uno con tanta facilidad que llegaba a sorprender. Los Rangers con su poder ancestral eran absolutamente poderosos.
Perine se hayaba inmersa en su lucha con el rojo y verde, un poco frustrada porque ya su abanico no sirve de nada contra ellos, no pudiéndose los llevar de nuevo al mundo de los sueños. De pronto detrás suyo llegó Antonio tomando su abanico.
—¡Oye!
—¿Sabes que hacemos en la tierra con objetos que ya no sirven? —inquirio con sarcasmo. Ella trato de acercarse y arrebatarle lo suyo pero este con rapidez rompe el arma y lo tira al piso pisoteandolo.
Perine al ver su objeto romperse sus ojos se vuelven oscuros. Cae despavorida al suelo y su mirada se endurece.
—Lo rompiste, ¡Rompiste mi abanico! —su respiración se hace inestable y parece estar teniendo un ataque de... ¿Ansiedad? logrando la confusión de los Rangers.
—¿Qué hacemos? —se preguntó Mia.
—Dejame ver —Jayden sacó su samuraizers llamando a la casa.
—Dime, ¿Qué sucede? ¿Por qué no la destruyen? —inquiere el mentor Ji desde el otro lado de la línea un poco confundido.
—Es que... —cuando Jayden iba a hablar su samuraizer es arrebatado por el moreno.
—Mentor, esa Mutante parece loca, creo que está teniendo un ataque, un tic nervioso extraño por un simple abanico —solto sin pelos en la lengua.
—Es porque está enojada, acaban de destruir su razón para ser un Mutante, es mejor que se deshagan de ella ahora o podría ser peor —apresuro a decir Michael.
—Esta bien —asiente el Ranger Rojo y cuelga.
—Bueno creo que...
Las palabras de Emily fueron interrumpidas por el feroz grito agudo de Perine, quién se levantó y mira con un profundo odio al dorado. Su cuerpo se volvió más oscuro y sombrío, garras puntiagudas crecen de sus uñas. Sin espera corre y se tira encima del pelinegro cayendo ambos al suelo.
—¡Ahhh, quitenme esa loca! ¡Ayuda! ¡Desquiciada! —fue gritando sin saber que hacer con ella encima arañandolo, mordiéndole y destruyendo su traje de apoco.
Los demás chicos se acercan con rapidez y tratan de halarla con mucha dificultad.
Jayden logra tomarla de un brazo y Mike de otro alejándola de los demás miembros.
—Usen el poder, acabenla de una vez —apresura a decir Jayden.
—Pero y si —Mia quiso oponerse pero es interrumpida por su líder.
—Lo esquivaremos, la soltaremos una vez que lancen el ataque, háganlo ahora.
Ellas asienten no muy seguras.
—Vamos a hacerlo —Mia mira a la amarilla, quién asiente y juntas deciden acabar con la amenaza.
—¡Ataque Súper Pink Peegs!
—¡Ataque Súper Yellow Nings!
En ese momento Antonio ve una extraña visión quedando totalmente mareado.
❝Padme. Una mujer que desde pequeña acostumbra a soñar viviendo y valiéndose de la imaginación. Acostumbrada a vivir con sus padres adoptivos quienes la golpeaban, abusaban de ella y la obligaban a hacer cosas que no le gistaban. Por ello poco a poco fue siendo consumida por su mente, olvidando el orden de la realidad y del pensar racional. Ya no era normal, su imaginación no era lo mismo. Sangre y dolor ajeno era lo que predominaban en su ser. Hasta que un día logró hacer realidad sus grandes aspiraciones, mató a sus padres y le gustó. Tanto así que el infierno la llamo y se encargó en convertirse en el Mutante de los sueños, porque al final eso era lo único que ella tenía❞
—Antonio, ¿estás bien? —pregunto Lauren agitando al nombrado, quién pareció perderse por un segundo en su mente.
—¿Qué? Si, si, solo... Vi una extraña visión, creo que ver tantas novelas me ha dejado estúpido —asume rascándose la nuca con confusión.
—Yo te lo dije pero tú no hiciste caso —remarco Mike encogiéndose de hombros con obviedad.
.........
—Como que el Maestro se ha tardado mucho, ¿no? —preguntó Goldinius un poco preocupado mientras se haya sentado balanceando sus piernas.
—Tal vez —ladea la cabeza Forcla teniendo una muñeca abrazada contra su pecho.
—Él dijo que llegará pronto, estemos atentos —asume Lorclus caminando en círculos un tanto pensativo.
Desde que el Maestro leyó aquella carta que le trajeron ocurrió un cambio radical en su comportar. El Xendral de hace unos cien años volvió a aparecer. Esa mirada, era la misma que ponía cuando se trataba de Xandred.
Desde hace tiempo algo raro ha estado pasando y Lorclus no puede evitar pensar en aquel monstruo "difunto". ¿Aunque de verdad lo estaba?
—Ya vuelvo, esperen por mi.
El Nixortom azul no espera ni un segundo más para salir de la sala Real para caminar con rapidez por los pasillos oscuros del pasillo. Xendral conocía su más grande secreto entonces ¿Por qué él no puede conocer los suyos? Sabe que es arriesgado pero no importa. Tiene que hacerlo, tiene que descubrir con totalidad qué es lo que ha perturbado a su Maestro durante tantos siglos, incluso mucho tiempo antes de que él llegara a servirle.
Llega a la habitación Real sabiendo que es un área netamente prohibida del castillo y que además el que entra nunca más vuelve a salir. Pero el Maestro no esta, es mejor entrar y salir rápido.
Toma la manilla de la gran puerta y la abre adentrándose a aquella oscura y ciniestra habitación. No pierde ni un segundo y empieza a buscar entre los grandes cajones de madera polvorientos. Uno a uno sin éxito.
Busca debajo de la cama, en el estante de libros y en el armario pero no encuentra nada. Se sienta en la cama por un momento algo frustrado hasta que una bombilla de pronto se enciende en su cabeza.
«Debe de haber alguna puerta secreta»
Empieza a mover los libros y jarrones sin éxito. No sabe porque su mirada se queda estancada en el gran cuadro en donde aparece el Maestro Xendral con toda su familia. Si los aborrece tanto como dice porque sigue teniendo el retrato familiar en su habitación. ¿Para atormentarse? Pero ¿Atormentarse de qué? Siempre ha sentido una gran curiosidad por aquello.
Se acerca al retrato y lo mueve un poco abriéndose un pasadizo secreto a un lado.
Lorclus nunca imagino lo que se encontraría ahí dentro. Nunca espero descubrir la debilidad más grande que su Maestro ha intentado ocultar por siglos, tampoco como pasó su vida en el mismo techo de sus padres cuando era niño, realmente nunca pensó terminar sintiendo lo que está sintiendo en ese momento.
Se enteró de varias cosas ahí adentro y uno de lo más resaltante son los continuos regalos que su Maestro recibe de parte de su hermano mayor, quién trata de atormentar por completo a su Amo, recordándole con sus obsequios quien es el que verdaderamente manda.
Ahora ya sabe el porqué de las técnicas tan extrañas de su Maestro para destruir los mundos. Cada uno de una forma totalmente diferente pero todos con un mismo toque.
Lento y doloroso.
Así como lo destruyó su familia, así es como está destruyendo al mundo de apoco.
Lorclus sale de aquella habitación secreta cerrando las puertas para dirigirse nuevamente junto a los demás súbditos.
Nunca imagino que podría lograr sentir pena por alguien como su Maestro.
••••••
¿Cuáles son todos esos secretos que los están volviendo locas, eh?
Muy pronto, muy muy pronto, específicamente en los próximos dos capítulos pasarán muchas cosas😏
Espero que les haya gustado este capítulo, la verdad no me siento satisfecha con lo que escribí pero tenía que publicar algo ya. Me he retrasado mucho :(
🌟Derivaciones y Agradecimientos🌟
Gracias a todos ustedes por haberse pasado en esta alucinante historia. Se los agradezco de todo corazón y espero no haberlos decepcionado, en cambio, sorprenderlos con cada capítulo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro