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Presionó el botón nuevamente, activando el tiempo y haciéndolo correr en ese preciso momento, preparándose así mismo para comenzar a saltar de rama a rama sin perder el equilibrio o partir las mismas, teniendo en cuenta la fragilidad de ellas y su peso disminuido.
Había aumentado su velocidad, también logró entrenar su telequinesis, se fascinó al poder respirar bajo el agua, aplaudió de emoción al cambiar por completo varios árboles sin sangre saliendo de su nariz, se enorgullecía al poder tener ácido de sus dedos voluntad propia y sin duda alguna celebró con Palatto el lanzar rayos de la misma forma. Poco a poco, tomaba la tienda de sus poderes.
Sabia que tenía muchos, no podía simplemente dejar de probar, pues descubría uno tras otro sin parar y con entusiasmo los comenzó a anotar, brindandose el tiempo de entrenar y así no parar hasta llegar a su menta final, donde su alegría solo se lograría desbordar.
Mordiendo un pedazo de madera, centro sus azulados ojos en su objetivo, aterrizando en una perfecta rama que no se quebrara con su peso, pegó su espalda al mismo y todo su cuerpo desapareció en un perfecto camuflaje contra el tronco.
─¡Listo o no, allá voy! ─gritó con fuerza Palatto desde algún lugar, haciendo reír al menor y obligándose a aguantar o lo descubriría.
Sus alas salieron de la espalda de Palatto, convirtiéndose en un perfecto complemento para la ropa que había creado sencillamente por su causa de entrenar con el menor. Deslizándose entre los árboles con suaves aleteos mientras buscaba sin parar.
─Estoy sorprendido de que hayas comprado un temporizador y no un celular, podríamos tener celulares y tú sigues insistiendo en ahorrar para cosas más importantes ─comenzó a hablar ─. La última vez te encontré fue porque no ocultaste tu pierna. La anterior a esa, fue porque no parabas de reírte y antes de eso lanzaste un rayo sin quererlo, has aumentado en velocidad y estabilidad sobre las ramas, súper genial. Pero, si te encuentro vamos a comprar celulares.
"¿Para qué quieres uno?, no hay red telefónica aquí en el bosque."
Palatto sonrió al tener la voz del rubio en su cabeza, sabiendo que así evitaría hablar para ser encontrado. Una buena técnica que no logró distraerlo de su búsqueda.
"Tampoco es que tengamos electricidad, ¿como los cargariamos?"
─Eres más listo que ésto. Estás por cumplir tus veinte años y sé que sabes porque quiero un celular.
"Realmente no lo sé, se me hace un gasto innecesario."
─¿Con todas las funciones que tiene un celular?, ¡es más practico que llevar tu mochila con cuadernos, la radio, los woky tokis y esas cosas a todos lados!
"Me gusta lo físico, el celular cansa la vista."
─Baaah, patrañas.
Jungkook rodó los ojos desde donde estaba, escuchando como el mayor se acercaba poco a poco, sin poder encontrarlo.
"¿Por qué tan empeñado en tener un celular?"
─¿Por qué tan empeñado en no tener uno?
Palatto se sentó en una rama cercana, Jungkook podía verlo desde donde estaba, el mayor deslizando sus pies mientras sus alas estaban uniéndose a su cuerpo poco a poco, recargandose en el tronco sin preocupación, pareciendo engreído. Sabia que había ganado esa actitud desde que supo sacar sus alas en el menor tiempo posible y adentrarlas de igual forma aunque le gustaba hacerlo lento.
"Ya te dije, se me hace innecesario."
─Pues a mi no, podrías tener tus notas ahí, escuchar música, el temporizador, alarmas, muchas cosas así, un montón de aplicaciones.
"Sé como funciona un celular, idiota."
Palatto se burló, teniendo en cuenta la edad de Jungkook y que posiblemente había vivido menos a la intemperie que él.
"Igual podrías comprar uno para ti, no necesariamente tengo que tener uno."
─Me niego a ser el único con tecnología.
"¿Por qué?"
─¿Por qué solo yo tendré un celular?"
"Porque yo no quiero uno."
"¿Por qué discutimos por algo tan tonto?"
Jungkook no comprendía las intenciones de su mayor, aún tratando de leer su mente se percató de lo sabio que se había vuelto, entrenándose a si mismo después de robar algunos diarios de Jungkook para que el mismo no leyera sus pensamientos. ¡Autotraición!
─No importa. Si te encuentro compraremos celulares.
"Como digas, esta vez perfeccioné sin duda mi invisibilidad"
Palatto comenzó a reírse con ello, mirando desde donde estaba a Royer dando vueltas por la tierra, intentando atrapar una ardilla. Lo que le hizo sonreír con calma, estaba tranquilo y sabia que Jungkook también.
Los días pasaban con trabajo duro del que se habían acostumbrado, clientes que conocían y adoraban, dinero que era utilizado para su comida y remodelaciones en casa, una casa digna, construida por ambos, aunque más por el menor.
Era grato tener dolor físico y llegar a casa para disfrutar de un baño caliente en la bañera que fue necesaria para ambos, con velas alumbrando junto con los quinque, para después disfrutar de un café frente a la fogata, con conversaciones largas de planes del futuro o recuerdos del pasado, vagas historias que contaban de repente.
¿Cómo eran las cosas antes de ser mutante?, pero más importante, ¿cómo eran para el otro siendo de distintos mundos de alguna manera?, Palatto siendo de una familia adinerada y Jungkook viviendo en clase media.
Era interesante, porque Palatto siempre tuvo educación en casa, planeado que al tener la mayoría de edad entrara a la mejor universidad con el objetivo de manejar el negocio familiar junto con sus hermanos mayores. Hasta que pasó lo e la lluvia.
Conocer el como jugaba, estudiaba y andaba Jungkook por un pequeño pueblo cerca de Seúl lo hizo sentirse cómodo e intrigado. Curioso, quería saber más.
Per Jungkook era egoísta con sus recurdos, soltando solo un poco cada tanto tiempo. Podía hablar animandamente como eran las cosas, pero al ser su novio el mejor amigo de Jungkook y estar siempre juntos, limitaba las cosas que podía decir, ya que en algún momento soltaba "y luego ji-" para bajar la mirada o desviarla a otro lado, impidendose decir su nombre por más emocionado que estuviera.
Hasta ahora, sabía que Ghoust tenía por primer nombre "Ji", ¿cual era el complemento?, ¿el apellido?, estaba demasiado intrigado.
Ser alguien que obtienia lo que quería es algo difícil cuando no sucede así.
Aún después de haber vivido tanto tiempo con el menor y concierne su forma de actuar y pensar, seguía queriendo conocer más.
─Descubrí que no es invisibilidad como me querías hacer crecer. Te vi romper un trozo de madera antes de saltar y aunque no entendía porque lo hacías, después lo vi en tu boca. Y tus diarios me ayudaron, muerdes un pedazo se madera, activando el poder al mismo tiempo, así obtienes el aspecto de donde te vas a quedar. Como un camaleón y no sueltas ese pedazo de madera de tu boca hasta que estás listo. ¿Por qué lo haces?
"No he aprendido a relacionarme con mi entorno, entonces tener parte de él en mi boca mientras estoy cerca de lo que se supone que es mi escondite me ayuda a ocultarme más rápido."
─¡Entiendo!, no lo tienes en tus manos porque con ellas junto con tus pies te sostienes de donde estás. Debes preocuparte por mantenerte oculto, cada parte de tu cuerpo y al mismo tiempo no caer de donde has subido.
Jungkook estaba orgulloso de cómo Palatto se había aventurado a aprender más de los poderes aunque ya sabía manejar el suyo. Hacia más fácil el entrenamiento si las dos partes sabían de lo que se trataba, el menor descubriendolo primero y el mayor pidiéndole que no revelara nada para descubrirlo él, aunque ciertamente no servía mucho ya que hacía trampa leyendo sus cuadernos. Se excusan diciendo, "¿sabes lo difícil que es leer tu letra y entender tus notas revueltas?"
Al principio el menor se había ofendido, pero después entendió que tenía razón de cierta manera, lo que era un perfecto sistema de organización de datos para él, era un revoltijo para el otro. Escribia en dos, tres, hasta cuatro columnas, las cortaba a la mitad y luego agregaba más notas encima o alrededor para no ocupar tantas hojas. Algo que no se podría hacer en un celular.
Eso lo distrajo, no percatándose de que Palatto se había levantado, sus alas salían de su espalda y las movía juntas hacia arriba creando un impulso en el aire que subió hasta las hojas de los árboles, obligando a las viejas sorprenderse y caer. Varias de ellas, cayeron sobre Jungkook, descubriendo sus bordes y Palatto lo señaló con entusiasmo.
─¡Te encontré!, ¡vamos a comprar los celulares!
Jungkook rodó los ojos soltando la madera y volviendo a ser visible, saltó de su rama a la de su amigo y lo empujó para irse, haciendo reír al mayor en cuanto recuperó el equilibrio y uniéndose con el para regresar a casa.
[...]
A pesar de que Palatto y Jungkook querían una camioneta para que fuera más fácil, no podían permitirse tal lujo aún. Ya que su meta era conseguir un local del pueblo para poder rentar.
El pueblo no era pequeño, lo que era la avenida principal llena de negocios, se extendía hasta llegar a las casas donde habitaban aquellos conocidos.
En el tiempo en el que estuvieron, varios decidieron mudarse a otra zona, por la repentina noticia de los mutantes que comenzaba a llegar al pueblo, no de las lluvias, de esas ya estaban enterados para protegerse. Era la noticia de un clan de mutantes, varios reuniéndose para saquear y cometer actos atroces a quien estuviera en su camino.
Jungkook al escuchar eso, se sintió intranquilo, primero porque no se permitiría huir y que aquellos causaran daño a las personas del pueblo que sorpresivamente él quería y ellos a él también. Lo segundo, porque tras los rumores supo que parte de ellos murieron contra otro mutante y a su cabeza llegó cuando perdió a sus padres.
El tiempo sanó sus heridas, pero seguían ahí, los extrañaba y dolía, pero ya no se sentía morir por no tenerlos.
Y en Jimin ya no pensaba mucho.
El hecho de que varias personas abandonaran el pueblo, abrió oportunidad para los chicos el encontrar varios negocios que cerraban y otros que se mantenían aún apesar de vivir lejos. El mayor con el menor detrás, se mantuvieron tratando de negociar con los locales chicos para poder rentar algunos de ellos.
Era difícil, porque algunos no estaban, otros no querían rentarlos aún, algunos pedían una cantidad muy alta, pocos cumplían con el espacio que necesitaban. Sin embargo, no se rendían, ya que era un paso para que fuera más fácil y crecer mejor, no podían pasarse los años con una mesa, una lona y la camioneta de la abuela.
─Oh, vamos, Billy ─esa era ella llegando a la escena, con sus trenzados cabellos grises y una sonrisa carismática ─. Puedes llegar totalmente al precio de los chicos, podrías subirle la renta despued cuando ya tengan las suficientes inversiones, no seas tan pesado. ¡Si son los hermanos Jeon!, tú sabes cuanto se han esforzado.
Ambos chicos, pusieron cara de cachorrito, subiendo sus manos cerca de su pecho y uniendolas en un puño.
El señor, sin poder decir nada más, asintió ante la oferta de los chicos, dándoles las llaves del lugar después de haber recogido la última caja de mercancía.
─Solo no vayan a destruir el lugar, si van a pintar que sea de un color claro para que la iluminación siga y cuídense de las pestes que son difíciles de eliminar. Vendré cada mes y medio por la renta, ¿de acuerdo?, traeré el contrato antes de irme.
Ambos chicos sonrieron, comenzando a asentir, para terminar abrazados mientras gritaban, ¡lo hicimos!, abrazando a la abuela también con entusiasmo y el fornido Jackson llegando para abrazarlos también y gritar con ellos sin entender lo que sucedía.
─¿Que hicimos? ─preguntó por fin.
─Tenemos el local para el negocio, ahora podemos ahorrar para la camioneta. Así no ocuparemos la suya más.
La abuela y su nieto se miraron, sonriendo y negando ante lo que el menor decía.
─Jackson quiere comprarse una más reciente, estaba pensando en regalarles la camioneta. ¿La quieren o nos van a rechazar?
─¡La queremos! ─dijo Palatto.
─Pero se la pagaremos, no puede simplemente darnosla, abuela.
─Claro que puedo ─dejó caer las llaves en su mano ─. Uy, ya lo hice.
Evan: se viene más interacción con las personas del pueblo.
Y caos.
E
van, fuera.
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