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37

Lean el mensaje del final, por favor.

...

Estaba más que entusiasmado, pero al mismo tiempo estresado, pues había una razón para cada emoción.

Había pasado una semana y media desde que su negocio de naranjas inició, era lo único que vendía con la excusa de que precisamente era lo poco que podía cargar aunque de sobra sabía que para él no era nada con tremendo poder. Sin embargo, necesitaba más semillas para cosechar, ya que naranjas producía en gran cantidad. Siendo lo único que vendía, lo único que comía y lo que más le duraría.

No estaba preocupado por ello, había obtenido mucho dinero, aquel que iba ahorrando poco a poco y gastando en lo necesario para poder arreglar su casa. Lo primero que planeaba tener era una cama o al menos un colchón, era demasiada incómoda la bolsa de dormir desgastada en la que dormía. Y cuando intentó ponerle ramas o algo por el estilo, encontró bichos y arañas tratando de comerlo vivo, al menos eso pensaba él.

Desde que la señora Wang le prestó la camioneta como mesa para colocar las naranjas era más visible, la gente comenzaba a conocerlo más y lo ubicaba fácilmente, encontraba nuevos clientes y comenzaba a preservar algunos.

Ya que, un delicioso jugo de naranja en el desayuno era genial.

Constantemente le hacían preguntas sobre su vida, ¿cómo te llamas?, ¿dónde están tus padres?, ¿dónde vives?, ¿por qué trabajas tú solo?, entre otro tipo de largas dudas que la gente tenía sobre él. Y respondiendo escasamente, se libró de seguir siendo cuestionado, aunque no podría evadir por siempre, en algún momento tendría que aclarar o la gente podría sospechar.

Hasta ahora, lo único que había respondido era que su apellido era Jeon, tal vez debía inventar un nombre, pero su apellido lo tendría siempre presente. También había dicho que sus padres no estaban con él, lo que era cierto pero nadie preguntaba si estaban de viaje o muertos puesto que era algo incómodo. Lo leyó muchas veces en las mentes de las personas. Lo siguiente que reveló, fue que vivía en el bosque, cerca del pueblo, lo que era un tanto cierto, pues vivía en el bosque pero no tan cerca.

Debía comenzar a crearse una historia para ser contada, necesitaba la confianza de la gente.

En un pueblo pequeño donde todos se conocían, no podía llegar chico extraño de aspecto deplorable a vender naranjas. Sin nombre, sin historia que contar, con la única imagen de salir a delante.

Tenía demasiada historia que contar, pero no planeaba hacerlo, no quería hacerlo. Posiblemente, nunca la revelaría a nadie, hasta el último de sus días en esa tierra, donde sus huesudas manos crearían la última planta de su cosecha y se desharía en un ultimó suspiro de una larga y tranquila vida viviendo en medio del bosque cerca de un pueblo donde se convirtió en el anciano misterioso que vendía fruta.

No era una mala vida, no como la que quería, no podía llegar a tener ese sueño nuevamente, donde sería un importante protector y defensor de los derechos de los mutantes, donde su palabra pesaría y la nueva raza contaría como parte de la sociedad. No como monstruos a los que debería temerse, de eso estaba absolutamente seguro. No podía seguir soñando con un futuro donde tenía un buen trabajo, un hermoso esposo, padres amorosos y un bello hijo que adorara su perro viejito.

un suspiro escapó de sus labios, moviendo sus pies sobre el agua del río que corría de prisa y sin medida. Su mirada recorrió las piedras, llegando hasta la tierra del otro lado del río, rodando sus ojos y negando con su cabeza. Ahí iba la razón de su estrés.

Cada día desde que comenzó a volar de nuevo, se tomaba el tiempo de unirse a las nubes y descargar un poco de todo el sentimiento que mantenía guardado dentro de si mismo, manteniendo en forma su cuerpo y en equilibrio sus poderes. Sin embargo, no había podido estar solo como habría querido, pues constantemente encontraba en si la sensación de que era observado o seguido. Y, efectivamente, había encontrado al causante de esa incomoda sensación rodeandole con frecuencia, permaneciendo cerca.

Al principio lo ignoraba, siguiendo su vida como si nada y tomándose el tiempo necesario para que el otro se fuera y así poder perderlo para irse a casa. Después, comenzó a sentirse incomodo porque el susodicho se comenzaba a acostumbrar a la rutina del chico y tardaba más en irse. Lo siguiente fue, que al sentir que Jungkook no se daba cuenta de su presencia, se acercaba más.

Sencillamente, Jungkook no podía soportarlo más.

 ─Eres demasiado molesto ─gruñó Jungkook, uniendo sus dientes después, abriendo su boca lentamente y alojando su lengua contra la mejilla ─.  Al menos trata de ser menos descarado ─pronunció y leyó en la mente del susodicho "¿hablará con el perro?" ─. No le habló a Royer, sal de detrás de los jodidos árboles o reventaré tu culo con ácido.

El chico dio un salto, apareciendo del otro lado del río, con las manos hacia arriba mostrando sus palmas en señal de rendición, su cara mostraba total vergüenza y un poco de miedo, pero para Jugkook eso no era impedimento. No iba a bajar la guardia y tampoco a sentirse mal, se mantendría así.

─¡¿Qué carajos?! ─añadió el de largas alas.

Demasiado había sufrido ya.

─¿Por qué es que sigues cerca de mi?

─Quiero aprender como ocultas tus alas y tal vez ser tu amigo ─respondió el otro con total sinceridad.

─¿Por qué?

─Eres el único mutante que he visto en años, bueno, el único que parece bueno aunque me amenaces con destrozarme el culo con ácido.

Jungkook tomó eso en cuenta, mordiendo su labio y separando sus cejas, más porque era cansado mantener un rostro afligido que porque las palabras del chico le hayan cambiado de idea.  Peinó sus cabellos rubios hacia atrás,mirando con detalle al chico frente a él.

─Soy mayor que tú, lo suficiente para saber que estás solo y has pasado por mucho ─pronunció el chico ─. No tengo ningún poder que pueda causarte daño y estoy seguro de que sabes eso. Eres la única esperanza que tengo de poder volver a ver a mi familia. Mis padres, mis hermanos, no he sabido nada de ellos en años. Por favor.

─¿Hace cuánto estás en este bosque? ─preguntó Jungkook.

─Llevo un par de años. Antes de eso me estuve moviendo constantemente.

─¿Cómo es que te has mantenido?

─Cazo mi comida y por la noche suelo robar al pueblo cerca de aquí.

Jungkook le miró cerrando un poco sus ojos, mostrando desaprobación ante ello, aunque, si su padre no hubiera impuesto la idea de mantener sus valores, también lo habría hecho. También si no tuviera el poder que tiene sobre las plantas. No podría juzgar al tipo.

─¿Dónde es que duermes?

─En una cueva, he sabido adaptarme...

─¿Y cómo es que vistes ropa tan lujosa?

Esa vez, el chico poseía un traje completo, era en un tono marrón, con una camisa vino y uno mocasines cafés. Lucía demasiado bien, al igual que su cabello, no parecía estar durmiendo en una cueva, sino en una mansión.

El tipo miró su atuendo y sonrió, pronto la tela comenzó a perder su forma y color, adquiriendo una nueva, además de un color distinto. Jungkook pudo notar todo el cambió presentado, incluso más allá de lo que seguramente el chico conocía de su poder. Debido, a que, tal vez, Jungkook había estudiado demasiados poderes en conjunto, los suyos propios y los de Jimin.

Su nombre seguía doliendo en su cabeza. Y sus labios no lo habían pronunciado desde hace mucho tiempo.

Al terminar su cambio, el hombre vestía igual que como estaba Jungkook, con la diferencia de que el contrario si tenía algo arriba, imitando la sudadera desgastada del menor. 

─Antes de ser mutante, vivía en una de las más lujosas casas. Mis padres tienen dinero, mucho dinero y yo era fanático de vestir bien. En una lluvia, yo estaba con mi mascota, una preciosa águila American Bald Eagle, yo quise meterme para presenciar lo que sucedía y... Muté. Mi familia me envío a un lugar donde descubrirían como sacarme las alas sin lastimarme o entrenarme. No volví a hablar con ellos después de un par de meses y al salir no pude ir a ellos por mis enormes alas.

No mostró la impresión que tuvo, la historia que suponía estaba totalmente resumida a lo esencial que Jungkook tenía que conocer para tener confianza sobre el extraño, eso es lo que suponía que el tipo quería hacer; siguió manteniéndose con la misma expresión de estar cansado del otro. Lo que era totalmente contrario a como actuaba en el pueblo.

La diferencia era, que los del pueblo no sabían quien era y el otro menos, pero el contrario era mutante y sabía de su verdad también, además de que estaba más cerca de su casa, de saber lo que tenía.

─¿Cuál es tu nombre?

─Me dicen Palatto ─Jungkook estiró una sonrisa sancarrona ─. Bueno, me decían.

─¿Alguna vez has matado o herido a una persona?

─¡¿Qué?!, ¡Diablos, no! ─expresó horrorizado ─ ¿Tú lo has hecho?

─A nadie inocente. Creo.

─Definitivamente me das miedo. Si no te necesitara tanto, habría salido corriendo de aquí. Aunque, no me has hecho nada... No eres mala persona.

─Que no te haya hecho nada no dice que soy buena persona. Tal vez quiero ahorrarme el acabar con algo tan insignificante.

─Auch.

Jungkook volvió a suspirar, levantándose de la piedra para sentir el pasto sobre sus pies, mordió su labio mientras pensaba, desviando su mirada sobre su canino. ¿Debía ayudarlo?, ¿estaba bien arriesgar todo lo que había conseguido por un chico extraño?, ¿valía la pena el realizar algo así por él?

Entonces, una ola de momentos vino a su cabeza, todo el sufrimiento que había pasado solo, todas las bellas cosas que había vivido junto con Jimin y la clara frase de "tú no eres ésto" atacándole constantemente.  Porque estaba siendo todo lo contrario a lo que había sido desde pequeño. 

Si no podía ayudar a mutantes, lo haría con este solo.

─Yo no puedo prometerte que va a funcionar, que controlaras el aparecer tus alas cuando las precises. Sin embargo, podemos intentarlo, estudiar ambos rasgos en ti y encontrar una solución. Nos vemos mañana como siempre. Igual, ya tienes medido el tiempo en el que llego a venir acá.

El contrario juntó sus labios en una fina linea, avergonzado pero feliz, parecía estar tratando de contener toda la emoción que estaba sintiendo. Sin poder ocultarlo ante la capacidad de Jungkook sobre leer los pensamientos. 

─Hasta mañana ─sentenció Jungkook, abriendo sus alas fuera de su espalda y subiendo con el cielo para tomar dirección contraría a donde estaba su casa.

Iba a ayudarlo, pero no confiaría en él.

Definitivamente no.

. . .

Hay algo que he hecho durante mucho tiempo y se llama "Pack wonder".

El Pack wonder contiene nada más y nada menos que una serie de cosas preparadas tanto por mi como por ustedes.

Dibujos, memes, páginas del bullet Journal, un montón de cosas que lo explico en el libro 03:33, vayan justo a la página de Pack Wonder.

Si ustedes quieren hacer algo para este contenido, mandenlo a mi correo:

[email protected]

Estaré esperando lo que sea que quieran hacer para el final de esta historia que está cerca.

Evan, fuera.

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