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Maratón dedicado a:
@blackandwhite759
Agradezcan a ella que este maratón sea posible y por favor, denle mucho amor que es una wonder que lo merece y necesita.
Estoy aquí, baby. Tu manada está aquí.
. . .
Su garganta estaba seca y ardía cuando salió corriendo por los pasillos de la escuela, le habían descubierto y él necesitaba huir, a pesar de que su profesor iba detrás de él y algunas personas más que no se lastimaron, él extendió sus alas dominando no romper su ropa cuando éstas se revelaran. No atendiendo eso, cortó el aire impulsándose hacia arriba de un salto y uniéndose a las aves que iban de paso, ocultándose entre las nubes.
Respiraba por la boca, sus labios partidos, el aire escuchándose con fuerza al golpear sus orejas, despeinando sus cabellos y moviendo sus ropas, la humedad de las nubes cubriendo todo su cuerpo, buscando con desesperación su casa desde las alturas. Cayendo en picada cuando la encontró y aterrizando con una experiencia torpe a causa de su histeria. No aguantó más al estar dentro de su casa, desde la puerta de la entrada comenzó a gritar.
─¡Mamá, papá, tenemos que irnos! ─indicó ─ ¡lo han descubierto, me han descubierto!
Su madre, saliendo de la cocina y caminando unos cuantos pasos, observó a su hijo mientras se limpiaba las manos. Su rostro se llenó de horror, enfocando su atención en lo que su hijo había dicho. Miró a su marido recargado en el sillón con la cabeza hacia atrás y el brazo sobre el respaldo, el control remoto colgaba de sus dedos.
Después de unos segundos comenzaron a correr tomando cosas, las mochilas que habían preparado en algún momento meses atrás fueron tomadas por sus padres y el menor que no dejaba de gritar avisándoles del asunto seguía de pie en el mismo lugar. Las cálidas manos de su padre tomaron sus mejillas.
─Mi amor, necesitas calmarte. Lo sabemos, toma esta mochila y sube al auto de la abuela. Iremos allá.
Su madre desde algún lugar se escuchó que decía "están vendidas", moviéndose después nuevamente por la casa mientras él tomaba la maleta que su padre le otorgaba. Aturdido, obedeció a su padre moviéndose hacia afuera junto con Royer, su mirada en todos lados, corrió hasta el auto de la abuela, abriendo las puertas con una señal de su mente, se adentró en la parte trasera mientras Royer saltaba a él. Pronto sus padres llegaron, su madre ocupando el asiento de piloto y su padre haciendo algo en la parte trasera, luego lo vio correr hasta estar en el de copiloto y mover la placa del auto hacia donde estaba Jungkook.
─Ya puse otra placa ─su madre encendió el auto, su padre le miró ─. Cariño, ¿recuerdas eso que practicamos de hacer una manzana roja a una pera verde?, sé que apenas fue esta semana, pero necesito que cambies el color y modelo del auto en el túnel.
─Pero, papá, estamos todos adentro... Puedo hacerles daño como la última vez.
Sus ojos azules descendieron hasta estar posados en sus manos, sujetando con fuerza sus rodillas, sabía de sobre el peligro que sus padres corrían diariamente al practicar sus poderes. Incontables veces había hecho flotar objetos que podrían lastimarles, varias veces causó grietas en la casa, otras tantas los rayos chocaron contra lugares de la casa sin que él pudiera impedirlo, varias cicatrices decoraban el cuerpo de sus padres causadas por él.
Sunmi llamó su atención, mirándole por el retrovisor, sus ojos castaños estuvieron sobre los azules de su hijo.
─No vas a lastimarnos porque eres un jodido cabrón, tienes poderes geniales y vas a jodidas controlarlos. Ahora, transforma esta maldita y estupenda carcacha de la abuela por un auto mucho mejor, de color rojo de preferencia.
─Cariño ─llamó su padre de una forma sorprendida, la sonrisa que se posó en los labios de ambos hizo que Jungkook sonriera también ─. Luces fuera, Jungkook.
El menor asintió, quebrando cada foco que iluminaba el túnel, las luces del auto se encendieron viendo al fondo los colores cálidos del atardecer, su padré recitó "ahora, Jungkook" y su mentee se centró en imaginar cada detalle del auto. Cerrando sus ojos se concentró en el color y figura del vehículo, justo como había hecho con la manzana. La espantosa camioneta se convertía rápidamente en un Mazda CX-3 con su brillante color rojo, los vidrios estaban polarizados y los halagos de su padre se escucharon rápidamente.
─Había querido tanto una de estas, ¡eres tan brillante!
Salieron con el naranja rodeándolos, uniéndose entre los otros coches, la tensión de los cuerpos de sus padres se iban al acomodarse de mejor manera en los asientos nuevos, aunque las cosas adentro seguían de la misma manera. Jungkook suspiró con dolor de cabeza, recargó la misma en el asiento mientras encendía el estereo.
"Se informa la aparición de un mutante entre nosotros, el individuo conocido como Jeon Jungkook, de la escuela preparatoria Chen Jing en Busan. Tal parece, este tenía contacto con el adolescente, Park Jimin, acusado de homicidio hacia su abuela. Se han reportado veinticinco estudiantes heridos con gravedad y diez con daños menores, por los relatos de estudiantes y maestros, el muchacho actuó con total agresividad hacia los alumnos, mientras que estos querían ayudarle, el mutante se mostró hostil y los atacó lanzándolos contra las paredes. Hasta ahora, el informe que se tiene de él es que posee telequinesis y alas como un ave, cuanta con rasgos..."
Su padre apagó la radio, mirando por la ventana y diciendo " Tan amarillistas. Demasiado estrés por hoy, duerme, debes de estar cansado".
Jungkook atinó cerrando sus ojos lentamente mientras escurría por los asientos y abrazaba a su suave Royer. Su padre tenía razón, todo el asunto que pareció ser una eternidad le había cansado de sobremanera.
Solo tenía dieciocho, era demasiado para él.
[...]
La dulce voz de su madre le hizo removerse hasta posar la mirada en su cálida sonrisa, sus cabellos brillaban por una farola amarilla que había frente al auto, observó algo borroso hacia la derecha, donde una gran casa hogareña era iluminada por un letrero que decía "Hostal sweet dreams".
De dónde estaba podía apreciar el camino rocoso que dirigía hacia los arbustos, dando paso a la entrada de lo que parecía ser un hotel, el lugar relucía en paredes de ladrillo rojo y madera, teniendo un aspecto que le daba tranquilidad de alguna manera. Justamente cuando debería sentirse intranquilo porque lo habían descubierto junto con su familia, aú así su madre estaba ahí; brindándole una perfecta y hermosa sonrisa.
─Es mejor cenar algo dentro y luego ir a dormir, que el auto no es muy cómodo.
Aún con las palabras de su madre recitadas con total calma, se permitió girar a todos lados tratando de ubicarse en el mapa qué forma en su cabeza, no sabía cuánto tiempo habían durado conduciendo pero ya era de noche y sin saber la hora se sintió perdido. Su madre no le permitió seguir con la dureza de sus pensamientos, tocando su mejilla y animandole a mirarle.
─Estamos bien, Jungkook. Estamos seguros.
Su visión periférica le permitió observar a su padre acercándose al auto, abriendo la puerta le sonrió de igual forma que como su madre lo hacía. Se permitió pellizcarse a si mismo para verificar que no era un sueño y todo era completa y absolutamente real.
─Es seguro, no hay televisión, no hay internet. El dueño es un anciano de ochenta y tres años que detesta a los millennials y sus aparatos del demonio que matan neuronas. Tiene una tocadiscos y eso es lo que usa para animar a la gente en el restaurante.
─Fue bueno que tuvieras una lista de estos lugares ─contestó la madre de Jungkook, mirando a su esposo ─. Es mucho mejor estar prevenidos, que dilema, pensé que tendríamos más tiempo.
Con un suspiró salió del auto, Jungkook miró a su papá, escuchando como su madre sacaba las mochilas de la cajuela y comenzaba a caminar hacia el hotel.
─Vamos, campeón, seguro estás hambriento.
Jungkook asintió, acariciando el pelaje de Royer que permanecía con la lengua afuera de su hocico, su fiel amigo tenía sed. Tomándolo del tronco lo apartó de encima de él para poder bajar del auto, tomó su mochila y la animó al can a bajar del auto palmeando su cadera.
Al estar dentro, su padre los guió con simpleza y una conversación amena sobre la decoración del lugar hasta donde sería su habitación. Según los pensamientos de su padre, que no revelaban más que información de interiores, era que estarían más seguros durmiendo todos juntos y con las mochilas a la mano que durmiendo separados y con las mochilas en el auto. Todo era supervivencia.
Jugkook al entrar a la habitación, lo primero que hizo fue sacarse la ropa y correr al baño, sin importar de las protestas de su madre por la ropa en el suelo y que ella quería el primer baño, adentrándose a la ducha, busco la llave del agua limpia y la abrió mientras esperaba.
Fuera del baño, Sunmi abría su mochila para sacar los tintes y el decolorante, mientras cerca del telefono clavado en la pared Dehyun pedía servicio a la habitación con una sencilla petición de cuatro platos de costillas y tres refrescos. Se deslizó por la habitación botando sus zapatos para sentir la alfombra bajo de sus pies y subió a la cama para observar a su esposa.
─Bueno, es cierto que no hay televisión ─soltó mirándola ─. Adiós partido de fútbol.
Sunmi le miró mal, no causándole gracia el comentario de su esposo, preparando las cosas del tinte de cabello, se centró en su tarea aunque su marido insistía en llamar su atención. Una vez había terminado, tomó su cabello para comenzar a separarlo en mechones que lleno del liquido espeso para sacar el color oscuro de sus hebras, el papel plateado estaba en su cabeza cuando decidió hacer lo mismo con el cabello de su marido. Las quejas de él no fueron atendidas en ningún momento.
La mochila del menor se abrió en algún momento, sus padres se enfocaron en los objetos sin vida moviéndose como si la tuvieran. Las prendas de ropa salían en perfectos cuadrados doblados rumbo a la habitación de baño, la puerta se abría y estas se deslizaban hacia adentro.
─Me recuerda a las madrinas de la bella durmiente y al mago de la pelicula de la espada en la piedra. ¿Cómo se llamaba esa?
─La espada en la piedra ─dijo su esposa, revisando debajo del papel para notar la decoloración en el cabello de su marido.
─Eso dije, pero la película, ¿cómo se llama?
─La espada en la piedra.
─No repitas lo que yo dije, dime el nombre.
─Amor, la pelicula se llama la espada en la piedra y el mago se llama Merlín.
─Pues vale, Jungkook es nuestra hada madrina merlín matilda.
Jungkook salió del baño con una carcajada naciendo en sus labios, sus padres le siguieron y cuando el menor dejó de sonreír corrió hasta donde ellos.
─¿Pero qué pasa con sus cabezas?, ¿creen en esas teorías conspiratorias del gobierno?
Su madre negó mientras su padre reía y comenzaba a hacer comentarios al respecto con Jungkook. De tal palo tal astilla.
─Estamos haciendo un cambio de look, han dado nuestra descripción, así pasaremos más desapercibidos ─Jungkook asintió ─. Mi cabello será rojo mientras que el de tu padre rubio cobrizo y queremos darte a escoger el color de tu cabello.
─Lo quiero rojo igual, ¡uno muy intenso!, quiero tener cabeza de cereza.
[...]
Los días habían pasado con tranquilidad, conversaciones que se centraban en algo fuera de que eran perseguidos, moviéndose constantemente de un lugar a otro y estando más dentro del auto que fuera de él. Hasta que este sencillamente quedó sin gasolina y tuvieron que comenzar a caminar.
Jungkook podría hacer muchas cosas, pero crear gasolina o hacer que el auto se condujera solo durante mucho tiempo no le era posible, cuando estuvo tan agotado que la sangre azulina salió, su padre dijo "basta".
El menor había insinuado el robar un auto, diciendo que no serían descubiertos porque había manejado el cambio. Sin embargo, su padre había descartado totalmente la idea, permaneciendo fiel a la idea de que "podrían ser buscados por todos pero nunca serían ladrones", aunque esperaba que no siguiera teniendo esa idea cuando el dinero se acabara.
No había preguntado en ningún momento sobre los planes que sus padres tenían, tampoco que es lo que harían después, sólo estaba centrado en vivir al día de la forma más agradable posible junto a las sonrisas y comentarios felices que sus padres le brindaban. Exactamente aquellos "todo estará bien" que le brindaban cada que se perdía en sus pensamientos, lo que era constantemente.
Deseaba que fuera así siempre.
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