11
Los días habían pasado volando, desde que Jungkook sabía el secreto de Jimin era mejor. El peligro -siendo en verdad de cabellos blancos- podía ser completamente sincero con él, le decía cuando algo le molestaba, cuando algo le dolía, sobre sus entrenamientos, los estudios que la hacían. Pero, lo mejor de todo, era cuando Jimin le mostraba sus poderes y se llenaban de amor.
Jungkook estaba realmente enamorado de Jimin y Jimin de Jungkook.
Todo seguía siendo igual, tomándose de las manos, caminando por ahí, hablando de cosas banales, disfrutando de su vida de 13 y 14 años de edad, eran pequeños y se querían comer al mundo. Aunque, ciertamente hubieron ciertos cambios en la relación, ya que se habían agregado los besos, pequeños roses de labios con suspiros en medio de ellos, largos besos de labios entre labios y saliva compartida, susurros de amor siempre presentes. Las palabras bonitas más notorias que el mayor dejaba salir constantemente; esos "que lindo estás", "cada día más hermoso", "eres mi bebé", "galletita preciosa" y muchos más que hacían que su rostro se volviera carmesí.
Los padres de Jungkook y la abuela de Jimin habían notado ese acercamiento, sabiendo que sucedería en algún momento, aceptándolo, no diciendo nada al respecto para que los chicos no se sintieran incómodos, que ellos pensaran que era secreto su creciente amor.
En esos momentos, como varias veces durante esos días, diario de hecho, Jimin y Jungkook estaban encerrados en ma habitación del menor, mientras que los adultos se encontraban en la planta baja como era costumbre.
Jungkook estaba sobre su cama, con un cuaderno en sus manos, Jimin estaba sentado en el suelo.
Hace bastante tiempo que Jimin entrenaba, pero era reciente el que entrenara con Jungkook, el menor le había rogado considerablemente el que tuvieran ese tipo de sesiones y Jimin siempre respondió a sus plegarias con un "es peligroso". Eso, hasta que un día Jungkook lo pidió hasta llorar, las lágrimas recorrieron sus mejillas y pusieron muy mal al mayor que terminó dando una respuesta afirmativa, con ello, Jungkook dejó de llorar y sonrió en gloria.
Ahí, Jimin descubrió que Jungkook era un gran actor.
El pelinegro tenía los ojos cerrados, las palmas de sus manos sobre sus rodillas, sus piernas cruzadas entre sí, el menor le observaba.
─Primer poder, cambio de imagen. Que aburrido nombre, le pondré copycat al poder. Prueba uno del día. ¿Estás listo, Jiminnie?
─Estoy listo, galletota.
El cuerpo de Jimin comenzó a perder el color, yendo a su estado natural, el estado fantasma como él le llamaba. Después, volvió a tener color, como era su rostro, cabello y piel.
─Empecemos con algo fácil ─dijo el menor, anotando una palomita a la primera fase cumplida "estado fantasma" ─, cabello rojo.
Jimin realizó aquel acto, su cabello cambió de negro a un rojo intenso y Jungkook palomeó el hecho. Continuó pidiendo que volviera su piel tres tonos más oscuro y el pelirrojo lo cumplió, otra paloma, lo siguiente que pidió fue que su cabello fuera rubio y su piel tuviera pecas, Jimin hizo todo aquello. Hasta que, Jungkook ya había probado con distintos colores de cabello y piel, agregando lunares, garras, picos y otras cosas al cuerpo de Jimin, que aunque al pelinegro le diera vergüenza que presenciará las malformaciones, pero Jungkook estaba encantada.
─Algo más difícil, ojos azules.
Jimin abrió sus ojos después de unos largos segundos, mostrando la claridad de sus antes miel ahora en azul.
─Verdes, gris, turquesa, negros, ahora rojos, rosas, verde con azul, uno azul y el otro café.
Jimin había cerrado sus ojos en cada punto, hasta el último, en el que los mantuvo abiertos y obtuvo control, mostrando arrogancia por haber superado cada meta que el menor le había puesto.
─¡Perfecto, Jiminnie!, eso fue genial. Colores obtenidos. Vamos con deformación facial.
Jimmy volvió a su estado original, mirando a Jungkook y esperando la siguiente lista de metas que pudiera darle.
─He comprado algunas revistas, en estas hay chicos y chicas que son modelos y así. Te voy mostrar varias y debes cambiar tu rostro de quien te enseñe, ¿de acuerdo?
El pelinegro asintió, cambiando a su semblante concentrado, el menor soltó una risita que descondentro al mayor.
─Basta ─dijo, Jungkook expresó su duda en el rostro ─, ¡deja de ser tan hermoso!, me desconcentras.
Jungkook tomó eso personal, haciendo una cara fea, que logró hacer reír a Jimin que estaba en el suelo, luego siguió haciendo caras, perdiendo totalmente su postura.
─Bueno, ya. Hmm, el primero que encontré, Manu Ríos.
─¡Él es muy difícil, Jungkookie!
─Claro que no, si puedes. Anda, piensa en su rostro, sus ojos, nariz, mejillas, toma todo su rostro y vuelvelo el tuyo. Transformarlo poco a poco.
─No me gusta como se ve mi cara cuando se deforma.
─No es malo, no es feo, pero si te incomoda puedes hacer algo para que no se vea. ¿Y si dejas crecer tu cabello en tu rostro?, no, incomodo. Hmm, tienes el poder de escarcha, puedes hacer que nieve frente a tu cara, aunque te consume más energía. Simplemente pon tus manos frente a tu cara, puede ser.
─Me encanta lo listo que eres, Jungkookie. Buscas muchas soluciones para mi. Me encantas.
─¡Jiminnie!
─¡Jungkookie!
─Manu Ríos, ahora ─sentenció el menor, Jimin asintió y suspiró, dejando de lado sus complejos, comenzó a cambiar. Pero no cumplió con el rostro de Manu Ríos, por el contrario, tomó la cara del menor, haciéndole sorprenderse y caerse de la cama.
─¡¿Estás bien?!
La puerta se abrió, Jimin miró hacia la puerta, la mamá del pequeño estaba ahí, mirándole.
─Jungkookie, oh, ¿dónde está tu bebé?, ¿salió? ─cuestionó, la puerta del baño estaba abierta y no podía mentir con aquello, en lugar de pensar correctamente tomó en cuenta el apodo que le había dado la madre, recordando ─ ¿Por qué te pusiste la ropa de Jimin? ─el menor se había escondido bajo la cama y estaba lamentando la situación, Jimin ahora sabía que le seguía diciendo bebé.
¿Cómo iba a hacerle Jimin?
─Estamos jugando escondidillas y nos retamos a estar en la ropa del otro ─escuchó su propia voz hablando, Jungkook estaba atónito ─. Estaba contando, debo buscar a Jiminnie.
La madre de Jungkook asintió con una sonrisa, Jimin se sintió aliviado cuando ella retrocedió para irse.
─Bajen a cenar entonces, la abuela trajo pastel de chocolate y pastel de zanahoria.
Jungkook celebró debajo de la cama, golpeándose, el sonido sonó los suficientemente fuerte para que Sunmi se riera.
─Creo que ya encontraste a Jiminnie ─susurró a Jimin siendo Jungkook, señalando la cama y saliendo de la habitación mientras cerraba la puerta.
Jimin suspiró y volvió a su forma natural, sintiéndose cansado por la energía que había gastado en su cuerpo, peinó sus cabellos y río cuando Jungkook salió del otro lado asomando sus ojitos por la orilla.
─¡Eso estuvo cerca! ─exclamó el menor.
─No pusiste el pestillo.
─Pensé que lo pusiste tú.
Ambos se escogieron de hombros, Jungkook comenzó a escribir una nota en su cuaderno y la pegó en la puerta mientras Jimin tomaba sus vitaminas especiales.
─Vamos a cenar y luego hablaremos de eso de que aún me dices bebé.
─Ay...
[...]
Jungkook estaba contento, Jimin de había quedado a dormir en su casa una vez más, casi no se desplegaban y aunque su padre comenzaba a retenerse por ser mayores, ambos se salieron con la suya por las mujeres adultas.
A
mbos estaban en la cama, sentados, mirándose el uno al otro, Jimin dijo que le enseñaría otro poder que sería genial para los dos, le dijo que literalmente se quedaría sin palabras.
─No estoy seguro de esto, no lo he intentado mucho. Piensa en algo y si no lo adivino puedes pedirme lo que quieras.
─¿Lo que yo quiera?
Los ojos de Jimin estaban sobre los suyos de una forma muy intimidante en cierto punto, estaba muy serio, muy concentrado. Tal vez estaba ejerciendo su poder, algún tipo de control sobre él.
─Sí, lo que tú quieras.
Jungkook pensó en algo muy difícil, algo que no tenía mucho que ver con él pero si con Jimin, tenía mucho que ver con Jimin y era algo que no sabría el mayor nunca.
"Eres la persona que me complementa, a quien amo y con quien quiero estar el resto de mi vida. Te admiro, te admiro mucho, Jiminnie. Te amo."
El menor seguro de que su mejor amigo no adivinaria lo que estaba pensando sonrió contento, seguramente el chico pensaría que él piensa algo bobo como "zanahoria" o "Royer", aunque su bonito perro esponjado no era bobo, todo lo contrario, era muy inteligente.
─Adivina, Jiminnie.
Los ojos de Jimin perdieron su dureza, sus labios se movieron en una sonrisa, seguro creía que ya sabía lo que estaba pensando.
─Eres la que me complementa, a quien amo y con quien quiero pasar el resto de mi vida. Te admiro, te admiro mucho, Jiminnie. Te amo.
─¿Qué?, ¡¿cómo?!
Entonces, Jimin se abalanzó sobre él, apoandose en la palma de su mano sobre la cama y tomando ma nuca del menor, hundiendo sus labios, era un beso intenso, de esos que dejaban sin aire al menor y le ponían nervioso, se sentía fuera de si, con cosquillas por todo su cuerpo. Jimin se alejó brevemente, apenas se rosaban, sua ojos tan cerca, tan unicos, tan de él y distintos a la vez. En su cabeza comenzó a escuchar la voz del mayor, su boca se abrió y sintió volverse loco.
"Eres mi ancla, eres quien me ama tiene bien, eres a quien necesito y por quien sigo tan bien. Eres la persona de la que estoy enamorado y yo te admiro a ti, por tu hermoso corazón sin prejuicios, por tu bonita persona."
"¿Qué pasa?"
"Esa es mi respuesta, Jungkook. Es mi respuesta a lo que has pensado. Y este es el poder."
"¿Puedes leer y hablar en la mente de los demás?, ¡eso es trampa!"
"No es. Eres la primera persona con la que hago esto, Jungkookie. Estaba seguro de que no me saldría."
"¿Entonces como funcionó?
"Supongo que es porque eres tú. Estamos conectados."
Jungkook dejó que su boca se abriera en una o, siendo ahora él quien se lanzaba al mayor, cayendo al suelo. Los dos se quejaron por el golpe pero comenzaron a reír a carcajadas y volvieron a subir a la cama. Se acostaron contrario al otro, sus cabezas estaban juntas, pero sus pies daban al dado contario del otro. Ambos estaban viendo el oscuro techo apenas iluminado por las estrellas flourcentes en el techo.
─¿Es difícil, Jiminnie?
─¿Qué cosa?
─Tener tantos poderes. Te consumen energía, por eso comes demasiado. Es todo, cambiar de color, cambiar el largo de tu cabello, la complexión de tu cuerpo, hacer nevar, leer las mentes. ¿Te duele?
─No voy a mentirte. A veces si me duele y muchas veces es difícil al principio. Tengo muchos poderes que resultan ser peligrosos, pero para eso voy a entrenar a esta clínica. Lo hago por mi bien, por el bien de mi abuela y por ti.
─¿Por mi?
─Si estuviera en descontrol como algunas veces, podría hacerte daño o me encontrarían, me encarcelarian y no volvería a verte.
Jungkook giro su cabeza, para mirar al chico, sus ojos se conectaron cuando el mayor también lo hizo.
─No quiero perderte.
─No va a suceder, Jungkookie. Haré todo lo posible por siempre estar a tu lado.
─Yo también.
─Te amo, Jiminnie.
─Yo te amo más.
Ambos sonrieron, moviéndose en la cama para poder dormir, escondiéndose bajo las cobijas y abrazándose de cucharita.
─Tienes que irte pronto de nuevo, ¿verdad?
─Sí. Quisiera que pudieras ir conmigo. No en gusta ir allá, es un sufrimiento para mi el no verte, el no cuidarte.
─Todo va bien, Jiminnie. Ya me has enseñado a pelear y voy mejorando en cada entrenamiento, ¡lo has visto!, ya puedo defenderme solo.
─Y estoy orgulloso de ti, bebé. Ahora, dejemos de pensar cosas tristes y vayamos a dormir.
Jungkook asintió, girandose para ser acurrucado en el pecho del mayor, como cuando eran más pequeños.
─Jimin, si puedes leer las mentes. ¿Significa que no voy a poder pensar nada sin que lo escuches?
─Si fuera así me dolería cabeza por tanta gente, es más difícil que eso. Es como un radio, depende de la estación y la buena señal que emerja de aquella. De la conexión.
─No responde mi pregunta del todo...
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