5- Ojos bonitos
Definitivamente el mundo tenía ganas de molestarme. ¿Qué carajos hace Victoria aquí?
—Pareces sorprendida— comentó con gracia
—Pensé que no te volvería a ver— respondí honesta— Fueron meses sin verte
—¿Me extrañaste? que tierna
—Que graciosa eres— dije con una sarcástica sonrisa
—Te dije que volvería a verte, y yo cumplo lo que digo
La postura de la pelirroja cambió a una de caza, así que por instinto yo adopte una actitud más defensiva y eso parecía agradarle a la vampiresa, porque una enorme sonrisa gatuna apareció en su rostro.
—Sabes que esto no es necesario— dijo Victoria mientras comenzaba a caminar, llevándonos a ambas a movernos en círculos sin darle la espalda a la otra— Mi intención no es lastimarte
—Lo siento—respondí con una sonrisa falsa— Tengo una estúpida costumbre de no confiar en las personas que buscan mi muerte y la de otras personas.
—Yo no busco tu muerte— confesó— Aunque no te mentiré, si quiero matar a esa estúpida humana ¿cómo se llamaba? ¿Anabella, Marcela, Arabella? bueno no importa
—Creo que sí importa
—No te detengas en cosas tan simples como la vida de una tonta humana, mejor hablemos sobre lo poderosas que seriamos juntas
—Ya soy poderosa por mi misma, gracias
Victoria liberó una pequeña carcajada
—Suponía que no accederías tan fácil, así que tracé un plan B
—Puedes tener todo el abecedario, Victoria. La respuesta sigue siendo la misma
—Tal vez, pero déjame te cuento una pequeña historia. No puedo desaparecer sin darte ninguna explicación
La situación cada vez se estaba volviendo más absurda, pero tenía que usar a mi favor esto.
—Entonces habla
La pelirroja me mostró una sonrisa triunfante, para luego comenzar a hablar, pero mi cerebro no la escuchaba, necesitaba a la manada en este momento, era la oportunidad de Leah. Asi que encendí la radiolobo:
—¿Cómo es posible que me haya asustado con una ardilla? — escuche la voz de Seth — Aunque en mi defensa parecía más una araña mutante que una ardilla
— ¡SETH!
—¡AAAAAH! Alex no hagas eso... espera ¿Qué tanto escuchaste?
—Eso no importa, ¿dónde está el resto? ¿dónde está Leah?
—Dormidos, pero Jared y Paul fueron a cenar, y yo estaba a punto de ir ¿quieres venir? en mi casa hay hot-dog, estoy seguro que hay suficientes para t...
—¡Victoria está aquí, Seth!
—¡¿Cómo?! ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Qué no era dentro de dos días? Ay no, esto esta muy mal, pero muy mal
—¡Seth, cálmate! ¡Ve por los chicos!
—Si, voy ¿dónde estás?
—A unos 200 m de la línea del tratado
—Bien, yo...
La voz de Seth dejó de tener mi atención cuando Victoria sacó de su espalda una particular flor. Extrañada observé detenidamente la planta, y cuando por fin la reconocí, comencé a temer por mi vida.
—¿De dónde sacaste eso?— pregunte alterada
—No pusiste atención — reprocho juguetona— Te decía que en mi viaje encontré esta particular flor, que tiene cierto efecto en las brujas ¿verdad?
Comencé a retroceder y eso ensanchó la sonrisa de Victoria.
Carajo, era su puta presa en estos momentos, pero cómo no serlo. En su mano tenía una estúpida flor de fuego, una flor que es altamente tóxica para las brujas, usada en la antigüedad para matarlas. Se suponía que dicha planta estaba extinta pero al parecer me equivoque.
—Dime ¿tu respuesta sigue siendo la misma?
Mi silencio provocó cierta alergia en la pelirroja, mientras que yo estaba aterrada. Sí Victoria me daba esa flor era muy probable que moriría, y no podía hacerlo, tenía 19 en estos momentos, faltan un par de meses para mis 20 y por ende para mi inmortalidad, si moría ahora, era una muerte definitiva.
—Te repito, no quiero lastimarte pero tampoco estoy dispuesta a un no. Así que tu eliges.
Estaba a punto de hablar cuando detrás de mí, se comenzaron a escucharse varias pisadas, por instinto gire mi cabeza, confirmando que tres enormes lobos ya venían en camino.
Un poco más tranquila miré a Victoria, quien evidentemente ya sabía de la proximidad de la manada. Así que en un parpadeo ella se coloco enfrente de mi.
—Lo siento, tu tiempo se termino, hora de irnos
Sin darme oportunidad de decir algo, no sé en qué momento Victoria pulverizó la flor y sopló las partículas de la planta en mi cara.
Es lo peor que he sentido en mi vida. Cada centímetro de mi cara parecía estar expuesta al fuego, todo ardía, todo quemaba y se ponía peor por cada segundo que pasaba.
—AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH
Por un microsegundo sentí las manos de Victoria queriéndome agarrar, pero mi grito de forma involuntaria lanzó una onda de energía que la alejó varios metros de mi.
No pude observar más, el dolor me tiró al piso mientras sostenía mi cara, haciendo que mis manos ahora también comenzarán a quemar.
Todo estaba pasando demasiado rápido. Los chicos habían llegado y corrieron detrás de Victoria, él único que había alcanzado a verme fue Seth, el pequeño lobo color arena vino corriendo a ayudarme... pero cuando pensé que las cosas iban a mejorar todo se fue a la mierda.
Seth caminó por encima del círculo que había creado y al ser un ser sobrenatural, provocó que la trampa se activará.
Los chillidos del lobo inundaron mis oídos, y en poco segundos el aroma sangre también llegó a mi nariz.
Preocupada por Seth me arrastre por el suelo tratando de llegar hasta él, pero mis movimientos no eran tan rápidos como quería. El ardor ahora estaba recorriendo cada parte de mi cuerpo y conforme me movía este se expande aún más, quemando con más fuerza que la anterior.
Mi vista se estaba volviendo borrosa, no quería moverme más pero los llantos de Seth se hacían más fuerte, así que acumulando un poco de coraje, logré llegar hasta el círculo. Tome una de las ramas, rompiendo así el hechizo y por ende la trampa.
Los llantos del lobo cesaron, alcance a escuchar como este caía al suelo de manera brusca. Elevé mi cara tratando de ver a Seth, pero las lágrimas de dolor no me dejaban ver con claridad, lo único que logré distinguir fue el cuerpo humano de Seth cubierto por completo de un color rojo intenso.
Me pareció distinguir los ojos de Seth mirándome, él trató de moverse pero un gran quejido de dolor salió de él. Me sentía culpable.
—Ale-ex— balbuceó él— ¿Estás bi-ien?
Trague saliva con la intención de hablar pero mi propia saliva ardía como el infierno, pero quería disculparme con Seth.
—Yo-o lo si-ie...
El aire me faltaba, tomé una bocanada de oxígeno para poder continuar pero no conté con que residuos de la flor de fuego estuvieran enfrente de mi. Al inhalar, todas las partículas restantes entraron por mi garganta.
No podía ni gritar, sentía como si lava recorriera todo mi cuerpo. El aire no estaba llegando, por instinto comencé a toser, expulsando por el camino una gran cantidad de sangre.
Mi cuerpo colapsó y ya no respondía a mi órdenes. Seth observaba la escena con pánico pero él tampoco era capaz de moverse.
El silencio inundó el bosque, solo se escuchaban las respiraciones de Seth y muy apenas las mías, pero ese mismo silencio nos permitió escuchar una conversación que estaba sucediendo a lo lejos.
—Esto no tenía que estar pasando— escuche la voz de Alice
—¡Victoria se escapó!— se quejó Emmett
Como respuesta él recibió unos gruñidos, que supuse eran de Paul.
—No hablo idioma perro— respondió Emmett— Brujita, dile a tu cachorro que...
Fueron unos segundos de silencio que fueron rotos por la voz de Rosalie:
—¡¿Dónde está, Alex?!— exigió saber
—Se supone que estaba con ustedes— escuche la voz de Paul, lo que me hizo suponer que había regresado a su forma humana
—Ella estaba en la Reserva con ustedes— respondió Esme
—¡Tampoco está, Seth!— habló preocupado Jared
Tanto Seth como yo estábamos haciendo el intento por hablar, pero me era imposible, solo provoque que nuevamente mi boca expulsara una mayor cantidad de sangre que la vez pasada, a este paso moriría ahogada.
—Algo anda mal— hablo afligida Rose— Victoria iba sola, entonces Alex sigue dentro del bosque
Unos pasos se oyeron pero estos fueron detenidos
—No den un paso más Chupasangres— gruñó Paul
—Y tu nos vas a detener— respondió fríamente Jasper
—El tratado dice...
—Ese estúpido tratado se puede ir a la mierda, yo voy por mi hermana— gruñó ahora Emmett— Así que quítate
—Calma—intervino Carlisle— Muchachos, queremos respetar el tratado pero sí una de nuestras integrantes está en peligro, tienen que permitirnos entrar a buscarla.
Lo siguiente que escuche fue a los Quileute protestar. Mis ojos vieron a Seth, y el pánico me invadió cuando noté como estaba respirando con dificultad.
Ambos moriríamos a este paso, así que en mi momento de adrenalina libere un grito, o un intento de este, ya que solo logre mantenerlo un segundo porque otra arcada me impidió continuar, provocándome un temor horroroso al darme cuenta que la sangre se estaba tornando negra.
Pero justo cuando mi esperanza se estaba eliminando, sentí como unos fríos brazos me levantaron. Con dificultad me di cuenta que era Emmett, luego sentí como unas frías manos tomaban mi cara, distinguiendo de inmediato a Rosalie.
—¡Esme llama a Luna!— exigió con pánico Rose
Por el movimiento entendí que Emmett estaba a punto de correr, y por el mismo pánico me sujete al primer brazo que vi, que para mi suerte fue Carlisle. Dejé mi vista clavada en Seth, y afortunadamente él me entendió, sujetando de inmediato al pequeño hombre lobo.
De pronto todo fue demasiado confuso, mi cuerpo se movía de manera exagerada, no sabía si era por el correr de Emmett o porque estaba convulsionando. De repente la oscuridad fue reemplazada por una luz cegadora que me obligó a cerrar los ojos, no sabía dónde estaba pero podía suponer que ya estábamos en la casa de los Cullen.
Las voces de mi familia empezaban a perder volumen por cada segundo que pasaba, llegando a un punto donde estaba empezando a creer que ellos estaban a kilómetros de mi, pero esa suposición fue desechada cuando algunas manos frías comenzaron a examinarme.
Escuchaba la desesperación de los Cullen, pero no podía hacer nada, porque en realidad no comprendía ni una palabra de lo que decían, las palabras estaban perdiendo sentido, pero una voz hizo que todo se aclarara brevemente
—¡¿Qué sucedió?!— escuche la voz afligida de Luna
—No sabemos cómo pasó esto— explicó Rosalie— Así la encontramos y no responde, necesitamos tu ayuda
—Si, déjame verla
El pánico me invadió, si Luna me tocaba terminaría igual que yo, cada parte de mi cuerpo estaba cubierta por esa maldita flor. Así que hice uso de la pequeña pizca de energía que había en mi para advertirle.
—No me to-oques— balbuce quemándome la garganta
—¡Alex! ¿Qué pasó?
—Flor de fu-uego
Esa última frase terminó por consumir mi energía, y nuevamente todo volvió a perder coherencia. Estuve consiente unos cuantos minutos, sentía como me movían y el agua hacia contacto con mi piel, pero mi fuerza ceso y todo se torno negro.
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