4- Ahora o nunca
El viernes llegó, la escuela había acabado y la tarea podía esperar un par de días, aunque en estos momentos el fin de semana no era sinónimo de descanso, ya que cierta visita me tenía de los nervios.
Y mi moral cada vez iba decayendo un poco, porque aunque me molesta admitirlo, el hecho que Edward se haya ido para proteger a Bella, de cierta manera me duele. Claro que comprendo que cuide a su pareja, pero yo soy su hermana... o eso pensaba.
Al parecer el dicho de "en las buenas y en las malas" ya no aplicaba entre nosotros.
Fue inevitable suspirar, todo estaba cambiando y a una excesiva velocidad para mi gusto. Pronto me graduaré y comenzaré la universidad. Era algo que se veía tan cerca pero a la vez tan lejos.
Sacudí mi cabeza ahuyentando esos pensamientos, mi mente tenía que estar concentrada únicamente en el plan contra Victoria. Así que comencé a repasar nuevamente el plan que Jasper trazó y que le comunicaría a la manada.
Esto tenía que salir bien.
[...]
Ahora me encontraba enfrente de la casa de los Black, me acerque a paso veloz a la puerta para intentar tocarla, pero esta se abrió fugazmente, lo próximo que sentí fue como dos grandes brazos me envolvían en un fuerte abrazo.
El calor y el aroma de Jacob no tardaron en invadirme. Solo me tomó un segundo corresponder su abrazo, dejándome envolver en la tranquilidad que mi novio me otorgaba.
Estuvimos un rato así, hasta que él se separó un poco de mi para tomar mi rostro. No esperé más y me lance contra los labios de Jacob, atrapándolos en un profundo beso.
Y eso confirmó una vez más como este hombre provocaba un sin fin de emociones en mi. El corazón me latía sin control alguno, mi estómago fue invadido por mil dragones mientras que extrañamente mi cabeza se sentía en calma y en paz con cada beso.
Recargue mi frente con la de él, dejándome envolver un poco más por la tranquilidad que había, y muy a mi pesar salimos de nuestra burbuja. Jacob miró mi cara y su ceño se frunció al notar algo.
—Preciosa, ¿hace cuánto que no duermes?— preguntó cálidamente mientras pasaba suavemente sus pulgares por mis ojeras, las cuales eran bastantes evidentes.
—Estos días han sido absurdamente caóticos—confesé— Y dormir no ha sido una opción viable
—Tal vez deberías descansar, eres más ojera que persona—comentó divertido
—Ja-ja muy gracioso Black
—Lo sé— respondió con una radiante sonrisa—Aunque lo digo enserio, ve a descansar, no pasara nada si te pierdes esta reunión, me encargaré de hablar con Sam.
—Agradezco el detalle — dije enternecida— pero tengo que ir, además quiero pedirles su ayuda en algo
—¿Algo va mal?— preguntó
—Si, pero si esto sale bien podríamos quitarnos un problema de encima.
Jake asintió, suspire en signo de derrota y me dispuse a caminar hacia el cuartel, pero no pude dar ni un paso cuando Jacob hizo un movimiento rápido colocando mi cuerpo en su espalda para así cargarme.
—Su transporte está listo, princesa— comentó sin vergüenza
—Pue-edo caminar— balbuce atontada
—Se que puedes, pero quiero llevarte
[...]
Después de unas cuantas bromas y coqueteos por parte de ambos, habíamos llegado al cuartel. Baje de la espalda de Jake para caminar hasta la biblioteca mientras sostenía la mano de él.
Al llegar nos encontramos con Sam quien hablaba con Jared, a Seth quien curioseaba por las estanterías y a Leah quien tenía la mirada perdida en la ventana.
—Hola cachorros— salude al entrar
—Hey chicos— saludo animado Seth
—¿Y el resto?— preguntó Jacob
—Ya están por venir— informó Jared— No tardaran más que unos cuantos minutos
—Bien. Iré preparando las cosas
—¿Las cosas?— preguntó Sam
—Si, cuando lleguen todos les explicare
Sam no protestó y me ayudó a colocar el mapa de los bosques de la reserva en la pizarra que había en la biblioteca. Era evidente la confusión en ellos, pero igual no preguntaron nada.
Después de unos segundos, las risas de Embry y Quil resonaron en la habitación, al igual que las quejas de Paul.
—Ya llegamos— anunció Embry
—Y llegan tarde— riño Sam
—Fue culpa de Paul— respondieron unisón Embry y Quil, ganándose un gruñido del mencionado
—Eso no fue así, lo que pasó fue que...
La voz de Poul se cayó cuando sus ojos hicieron contacto con los míos
—¿Por qué la pulga parece mapache?— preguntó burlonamente él
—No he dormido bien— respondí con simpleza
—¿El amor te quita el sueño?— cuestionó Quil conteniendo una carcajada
—Ojala fuera eso— murmure
—Basta— intervino Sam— ¿A que te refieres, Alex?
Pase mi mirada por toda la manada, asegurándome que estuvieran todos y que su atención estaba centrada en mi. Una vez comprobado, dije la noticia.
—Victoria viene a verme
La boca de todos se abrió y estaba casi segura que los ojos de Paul y Quil estuvieron a punto de salirse de su órbita.
—Explícate— pidió aturdido Embry
—Alice tuvo una visión— comente teniendo previamente el permiso de la vampira— donde Victoria hablaba conmigo, no sabemos sobre qué o para qué, lo único que sabemos es que el encuentro será dentro de dos días.
—Pensé que se había rendido— agregó Jared
—Todos los pensábamos— dije— Así que necesito su ayuda
—No la necesitas pedir— intervino Jacob
—Dinos que hacer— lo apoyo Sam
Todos asintieron con su cabeza mostrándome su apoyo, incluso Leah se unió. Suspire un poco más tranquila y giré mi atención al mapa, para luego aplaudir dos veces y hacer que este comenzara a expenderse hasta mostrar los bosques de los dos terrenos, al igual que la línea del tratado.
—Este es el plan
Repetí el plan que Jasper creó. Cada especie se encargará de capturar a la pelirroja, respetando claramente la división entre ambas tierras. Además de eso, cada familia tendría que saber la ubicación de las trampas que Luna y yo colocaríamos, ya que estas serían peligrosas para cualquier ser vivo que esté dentro de ellas.
Expliqué los puestos, y Sam me ayudó a distribuir a los que estarían en la pelea y a los que cuidarían a la tribu y a Charlie.
—¿Están de acuerdo?
A pesar de sus diferencias con los Cullen, la manada silenciosamente admitió que el plan era el adecuado, y eso bastaba para mi.
—¿Alguna duda?
—Si— levanto la mano Seth
—Dime
—¿Quién es la carnada?— preguntó señalando el mapa
—Soy yo
Solo fue cuestión de segundos para que los Quileute comenzaran a protestar.
—¡Claro que no!— se negó Sam
—¡Eso es una locura!— chillo Embry
—¡¿Acaso perdieron la cabeza?!— se indignó Jacob
Una pequeña parte de mi estaba agradecida por su preocupación, pero por otro lado, me estaba comenzando a molestar su sobreprotección, entendí su postura los días que estaba débil, pero al parecer ese concepto se estaba volviendo permanente ante los ojos de ellos, y era algo que no iba a permitir, abrí mi boca con la intención de hablar pero la voz de Leah nos calló a todos.
—¡Cállense!
—No empieces, Leah— se quejo Paul
—No empiecen ustedes — contraataco— Dejen de tratarla como una inútil, si ella pensara que no podría contra la pelirroja no propondría este plan. Alex es terca pero no es idiota.
Los chicos y yo guardamos un abismal silencio, que comenzó a tornarse incómodo.
—Si, ese era el plan estoy de acuerdo. Avísenme cuando coloquen las estúpidas trampas, no estoy de ánimo como para perder una pierna— agregó Leah antes de salir de la biblioteca
Tenía que hablar con ella
En los últimos meses esta es la primera vez que se ha dirigido a mí como "Alex" y no una persona inexistente.
—Bien, luego les mostraré las trampas. ¡Adiós!
Sin darles oportunidad de decir algo más corrí detrás de Leah. Busqué a mi alrededor pero no encontré rastro de ella, traté de probar suerte en el bosque, donde afortunadamente la ví.
Estaba sentadas de espalda a un árbol mientras respiraba pausadamente.
—¿Leah?
—Piérdete, Alex
—Solo quería agradecerte
—No lo hice por ti
—Lo sé, pero igual quería darte las gracias
—Bien, ¿algo más?
—Si— dije con valentía— Después de todo lo que ha pasado, sé que piensas que estás sola y que nadie te comprende, y tal vez el último punto sea verdad, pero no el primero, Leah.
—¿De qué hablas?
—No entiendo lo que estás viviendo, y por ende no entiendo lo que sientes, pero te puedo asegurar que no estás sola, Leah. No puedo hablar por los demás, pero si por mi, y te aseguro que yo sigo siendo tu amiga, aunque tu no lo quieras ver así.
Leah apartó la mirada, y note como fugazmente se limpió una lágrima. No quise presionar pero tampoco la iba dejar sola, así que me senté a unos metros de ella, y no me gritó en la cara que me largara, así que lo tome como una buena señal.
—Solo quiero que esto termine— balbuceo tiempo después— Quiero ver muerta a la sabandija que mató a mi papá
—Y así será— asegure— Yo te ayudare con eso
Los ojos de Leah me escanearon buscando algún signo de mentira, pero cuando se dio cuenta que era completamente honesta, suavizó un poco su mirada
—Bien— agregó— Tal vez de esa manera mi papá pueda descansar.
—Y tal vez tu también tengas un poco de paz
El rostro de Leah se contrajo en una mueca ante mis palabras.
—Eso no es lo único que te atormenta ¿verdad?— pregunté con calma
—No fuerces, Alex
Con esa última palabra, deje de comentar cualquier cosa y solo me dedique a hacerle compañía a Leah. Incluso cuando la noche llegó, seguíamos en el mismo lugar, y algunas luciérnagas se acercaban curiosas hacia mi, y de manera discreta las enviaba con Leah, quien por pequeños instantes dejaba de atormentarse para apreciar la belleza de dichas luciérnagas.
Después de un par de horas, Leah se levantó para caminar a su casa, me dio un ligero asentimiento con su cabeza, como señal de agradecimiento, que fue más que suficiente para mi.
Al perderla de vista, me adentré en los bosques para caminar hasta la línea del tratado y llegar a la casa de los Cullen. Por la oscuridad suponía que era medianoche, aunque la luna llena me ofrecía una amplia luz que me permitía observar todo el panorama de los bosque del territorio Quileute.
Mis ojos contemplaban la belleza de la naturaleza, incluso sentía que me llamaban, todo era absoluta armonía, pero el canto de unos búhos llamó mi atención. Camine hasta el lugar del sonido, encontrándome con una zona bastante despejada.
Este podría ser un buen lugar para el encuentro o para una posible trampa, mi cerebro se inclinó por la segunda opción y trace mentalmente los límites de la trampa. Forme con algunas ramas un amplio círculo en la tierra, que era prácticamente invisible, a menos que supieras de su existencia.
Forcé a mi cerebro para recordar el hechizo que Luna me enseñó. Cuando lo recordé, hice uso de toda mi concentración para pensar que era lo que quería que hiciera la trampa.
Observé a mi alrededor, notando como muchos animales pasaban por encima del círculo, y eso sería contraproducente. Ellos se lastimarían y alertarían a Victoria de la trampa así que pensé:
"La trampa atrapará a cualquier ser sobrenatural, este se inmovilizara y sufrirá, y cuanto más intente escapar, la agonía aumentara"
Repetí un par de veces la frase y cuando fue lo suficientemente clara, extendí mi manos hacia el círculo y dije:
—Captionem
Las ramas que formaban el círculo se iluminaron intensamente para luego volver a la normalidad. Eso indicaba el éxito del hechizo.
Asombrada seguí observando mi trampa, y mi alegría fue mayor cuando una ardilla pasó corriendo encima de esta y no le pasó nada.
Me sentía orgullosa pero ese sentimiento fue eclipsado por uno de confusión cuando más animales comenzaron a correr en la misma dirección que la ardilla.
—¿Qué carajos?— murmure
—Los animales son tan extraños
Gire sobre mis talones al reconocer la voz.
—Victoria
—Hola, ojos bonitos— dijo ella con una gran sonrisa— Nos volvemos a ver
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