Capitulo 12
—No quiero que vuelvan a recordar el pasado frente a nadie de la realeza, ¡eso nos perjudica, no quiero que sientan lástima por nosotros!—Les recriminé cuando subimos a la limusina que nos llevaría de vuelta a la residencia.
— ¿Nos perjudica a todos o te perjudica solamente a ti? Mal, luego de que cumplamos con nuestro trabajo, nada de lo que hayamos dicho va a importar. —Fue Carlos quien habló esta vez. Lo fulminé con la mirada.
Él tiene razón.
Los cuatro nos quedamos en silencio hasta que finalmente llegamos a la residencia, entramos y fuimos directamente a la habitación de los chicos.
—Todos vimos el lugar en donde se hará la coronación cuando estuvimos en el castillo. —Susurré mientras tomaba una hoja y lo dibujaba, como una especie de mapa para guiarnos.
—Esto es lo que haremos. Ustedes llegarán antes que yo, porque tengo que entrar con Ben por ser su novia. —Hice una mueca. —Jay, estarás entre la multitud del lado derecho, mientras que Carlos estará del lado izquierdo, para evitar que intenten detenernos. —Los observé seriamente, ellos asintieron. —E, estarás arriba en el palco, si todos enloquecen, esperarás a que los chicos estén adelante conmigo y luego dormirás a todos con esto. —Le di un perfume que contenía una poción mágica. —Yo estaré en primera fila y cuando el hada madrina esté haciendo el ritual de la coronación, se la quitaré. No podrán hacerme nada, así que cuando todos se duerman, Carlos irá a buscar una limusina, Jay lo acompañará para robar el control que abre la barrera mágica y Evie dormirá al conductor, luego volveremos a casa. Cuando Auradon despierte, se llevarán una malvada sorpresa. —Sonreí con malicia. —Que mañana llegue lo antes posible, tomemos esa varita y vámonos de aquí de una vez por todas.
—Estoy harto de tantas reglas en el Tourney, así no es divertido. —Se quejó mi amigo de cabello largo.
—El único perro que soporto es Dude, supongo que cuando nos marchemos, será un buen secuaz si logro que mamá no lo convierta en un abrigo de piel, tal vez le diga que se lo robé a la realeza y será mi rehén.—Dijo Carlos, observando a la bestia peluda que se encontraba en su cama.
—Estoy harta de tantos príncipes, ¡no son lindos, son unos roba mejores amigas!—Mencionó Evie y la miré extrañada.
—Estoy harta de las reverencias, de que me miren raro por no usar un vestido, no soy una princesa, soy todo lo contrario. Mamá se encargará de Lea y Aurora mientras que yo terminaré con Audrey. —Exclamé entonces. —Perder no es una opción. Somos malos...
—De corazón. —Respondimos al unísono.
Guardé el mapa en mi bolso mientras todos se alejaban.
—Bueno, ya es tarde y necesito tener mi sueño de belleza de 8 horas así que, ¿nos vamos, M? —Murmuró la chica de cabello azul.
—Mh, sí, E. Los veo mañana, chicos, que tengan horribles pesadillas. —Les guiñé el ojo antes de tomar la mano de Evie y salir de la habitación con cuidado de que el hada madrina no nos viera o nos castigaría por estar violando el toque de queda.
Pero por suerte pudimos volver sin tener ningún problema, cerré la puerta con llave y me quedé mirando por la ventana mientras mi mejor amiga se colocaba el pijama.
—A million thoughts in my head, should I let my heart keep listening? Because up till now I've walked the line, nothing lost but something missing—Susurré mirando el paisaje, podia ver la isla desde lejos, no podia dejar de recordar toda mi infancia en ese lugar, en mi hogar. —I can't decide what's wrong what's right, which way should I go? If only I knew what my heart was telling me, don't know what I'm feeling, is this just a dream? Uh oh, yeah, if only I could read the signs in front of me, I could find the way to who I'm meant to be, uh oh, If only, If only, if only...
Todas las personas que seguían en la isla, todos mis enemigos a los que disfrutaba hacerles la vida imposible, los había dejado atrás solo para cumplir con una misión que haría feliz a la mujer por la que siempre he intentado ser la peor versión de mí misma.
—Every step, every word, with every hour I'm fallin' in, to something new, something brave, to someone I, I've never been...—Continué mientras seguía pensando, ¿realmente merecía haber estado allí encerrada, teniendo una vida horrible, rodeada de gente que sacaba lo peor de mí? —Am I crazy? Maybe we could happen, yeah, will you still be with me when the magic's over out?
Me alejé de la ventana y noté que mi compañera de habitación ya se había cambiado de ropa.
—You'll never be alone, no matter where you go... —Prosiguió ella tomando mis manos y acercándome a ella, como si quisiera protegerme de todo. —We can meet in the space between, and nothing can stay the same, it's growing pains, be proud of all the scars that make you who you are...
—I'll never really leave you, nothing has to change, even though we've changed, and you can find me in the space between, where two worlds come to meet, I'll never be out of reach, cause you're a part of me so you can find me in the space between—Cantamos ambas sin dejar de mirarnos, en ése momento solo éramos nosotras dos en el mundo, tratando de encajar. — There are no words left to say, we know you've got to find your place, but this is not the end, you're part of who I am, even if we're worlds apart, you're still in my heart, it will always be, you and me yeah.. —Susurramos juntando nuestras frentes, luego la abracé y la chica de cabello azul correspondió aquel gesto.
Nos sentamos en la cama y suspiré hondo.
—Siempre me tendrás a mí, lo sabes, ¿verdad? —Empezó ella, acariciando mi cabello, relamí mis labios lentamente mientras asentía con la cabeza. —Estamos en esto juntas, no importa lo que decidas, yo siempre estaré apoyándote.
—Eres la mejor, no merezco que seas así conmigo cuando arruiné tu vida cuando estábamos en la isla... —Susurré bajando la mirada.
—Cometiste un error cuando éramos pequeñas, pero hace meses me salvaste, M. Eso es lo que importa. —Exclamó tomando mi mentón para hacer que la mirara. No respondí, estaba pensando en todo lo que habíamos pasado juntas.
—Mal, ¿sigues teniendo pesadillas? —Cuestionó preocupada, mordí mi labio inferior.
Podía mentirle a cualquiera, menos a ella.
Asentí con la cabeza, porque sabía que si hablaba, iba a quebrarme.
—No eres la única que las tiene, M. Todos las tenemos desde que buscamos ese cetro y sobre todo cuando recordamos lo que nuestros padres nos hicieron, estamos en esto juntos. —Añadió. — ¿Quieres dormir conmigo? —Dudó.
—Sabes que esa es la única manera de que no piense en lo que ha pasado, así que la respuesta es sí. —Afirmé, pero me levanté de la cama para colocarme el pijama, cuando lo hice, me acosté junto a ella, que me abrazó.
Y en tan solo unos instantes, cerré los ojos y me quedé dormida a su lado.
[...]
— ¡Mal, despierta! ¡Es el gran día, es el gran día! —Chilló mi mejor amiga, bufé y me volteé, tratando de cubrirme con las sábanas.
—Bueno, ya lo intentaste por las buenas, E, siempre hay que recurrir a las malas. —Me pareció escuchar la voz de Carlos, pero decidí ignorarlos.
Entonces sentí como alguien me destapaba y me tiraba agua helada encima, abrí los ojos y vi a mis tres personas favoritas riéndose a carcajadas.
—Los odio, ¡Jay! ¿Por qué tenías que hacerme eso? —Hice pucheros.
—Era la única manera de que te despertaras. ¡Ahora levántate! —Dijo él encogiéndose de hombros.
—No queremos que a Evie le de un ataque cuando entres a la coronación con el maquillaje horrible y el vestido al revés, así que cállate, porque ahora estas en sus manos. —Exclamó el chico de pelo blanco y negro, que tenía a Dude en sus brazos.
— ¿Vas a llevar a esa bestia peluda a la coronación? Tal vez tengas tiempo de volver para buscarlo si lo dejas...—Murmuré, él me miró mal.
—Lo llevaré, no tendremos tiempo, nos ayudará, ¿verdad amigo? ¿Vas a morder a quien intente detenernos? —Miró al perro e hice una mueca.
Sin más que decir, me senté en la cama y Evie empezó a maquillarme mientras repasábamos el plan para que ninguno olvidara nada, porque si uno fallaba, sería nuestro fin.
Al terminar de maquillarme, mi mejor amiga me metió al baño para cambiarme el pijama por el vestido que usaría en la coronación, que ella misma había diseñado, ya que yo era la única que aún no estaba lista.
Tal vez es por eso que siempre llego tarde a todos lados, pensé.
No tardé demasiado en vestirme, así que cuando salí la chica de cabello azul se dedicó a peinarme mientras me recordaba una y otra vez que tenía el perfume en su bolso, pero hasta que ella me lo mostró, no estuve tranquila.
—Esto va a salir bien, porque estamos juntos. —Afirmé. —Somos malos...
Intercambiamos miradas, pero nadie contestó.
—Te veremos allá, te ves perfecta. —Cambió de tema Carlos antes de marcharse junto a los demás.
Suspiré, guardé el libro de hechizos en mi bolso de color morado y me miré en el espejo una vez más, también me guardé un par de cosas de la habitación, quería tener algo bonito para recordar esto cuando todo sea destruido por todos los villanos.
Finalmente salí de aquel lugar y cerré la puerta con llave, sabiendo que no volveríamos a entrar nunca más.
Había una limusina esperándome para llevarme al castillo así que el chófer me abrió la puerta y me subí a la misma, aunque en todo el camino no dejaba de pensar, estaba nerviosa.
Llegué al castillo y la primera en verme fue Bella, quien lucia magnífica con ese vestido amarillo.
— ¡Mal! Te ves preciosa, qué bueno que llegaste, hay alguien que te está esperando, ven, sígueme. —Dicho esto la mujer me metió al palacio, asegurándose de que nadie nos viera, aunque pude ver a Evie, le guiñé el ojo antes de ser arrastrada por la reina hacia un pasillo. —Golpea la primera puerta, tranquilízalo por favor, ha estado nervioso desde que te fuiste anoche.
—Gracias, usted también se ve grandiosa, la veré más tarde. —Le sonreí antes de hacer lo que ella me había indicado, al escuchar el "Pase" de Ben entré, cerrando la puerta detrás de mí.
Estaba caminando por toda la habitación pero al verme se detuvo.
—Hey, te ves como una princesa. Estoy tan feliz de verte. —Me halagó él, aunque al escuchar la manera en la que me llamó me dieron ganas de gritar pero me contuve.
—Hola, gracias, tú te ves tan elegante... Tu madre me ha dicho que estás nervioso desde que me fui anoche, pero ya estoy aquí así que no tienes nada de qué preocuparte. —Lo miré de arriba hacia abajo para acto seguido morderme el labio inferior.
—Sí tengo de que preocuparme, Mal. Siéntate, tenemos que hablar. —Me miró con seriedad mientras señalaba el sillón y no pude evitar ponerme nerviosa, ¿había descubierto algo sobre nuestro plan? No, eso era imposible, ¿acaso Audrey le había dicho algo sobre mí? Aunque no la había visto después de haberla golpeado.
Salí de mis pensamientos para ahora sentarme junto a él.
—Tengo que preguntarte algo, no quiero incomodarte pero es muy importante que me digas la verdad, no te cierres de nuevo, ¿sí? —Susurró tomando mis manos.
Asentí con la cabeza, aunque estaba segura de que terminaría mintiéndole.
— ¿Por qué evadiste el tema de la isla anoche? Tienes que contármelo, confía en mí así como yo confío en ti, nunca te he criticado por lo que pasó en el día de la familia en cambio los demás sí, necesito ayudarte pero si tú no me dejas no puedo hacer nada. Esto es serio, no sabes las cosas que dicen de ti y tus amigos en el Consejo real. —Empezó a hablar.
— ¿Qué dicen ellos de mí? —Fruncí mi ceño.
—Que fue un error haberlos traído, que deben regresar a la isla, que son una mala influencia, que su conducta es inaceptable...—Hizo una mueca. —Están buscando evidencias de cosas horribles que hicieron para poder justificarse y hacerlos regresar, yo estoy en contra de esto pero necesito probar que eres buena así que dime la verdad, estamos en esto juntos.
Ellos tienen razón, has cometido el peor error de tu vida al traernos aquí.
— ¡Su Alteza, lady Mal, es hora! —Escuchamos a Lumiere hablar desde afuera, suspiré, levantándome del sillón junto a él.
—Esta conversación no se ha terminado. —Advirtió antes de salir de la habitación junto a mí.
Auradon, el principio del fin está cerca.
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